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Lenguas chocó



Las lenguas chocó constituyen una familia lingüística de lenguas indígenas integrada por lenguas del occidente de Colombia, el suroccidente de Panamá y el noroeste de Ecuador.

Diversas crónicas de la conquista española informaron sobre los indios de la "provincia de Chocó". Pinart (1887) sobre la "lengua chocó", hablada desde Punta Garachiné (Panamá) hasta el río San Juan, el alto río Atrato y las montañas de Antioquia. Chamberlain (1907) fue el primero en considerar la existencia de la familia chocó.

Todos los investigadores coinciden en incluir dentro de la familia chocó al wounaan y al emberá, aunque difieran en la clasificación de los dialectos emberá. Swadesh (1959) estimó en siete siglos el tiempo de separación entre las dos lenguas, aunque Constenla y Margery (1991) calcularon que la separación se produjo hace más de dos mil años.

El wounaan o waunana es una lengua hablada por unas 8.000 personas (1998)[2]​ y con una pequeña diferenciación dialectal. En cambio el número de hablantes de emberá se estima en más de 80.000,[3]​ cuyo territorio se ha expandido notablemente habiendo llegado a la provincia ecuatoriana de Esmeraldas en 1964.[4]​ El emberá es un complejo dialectal con numerosas variedades. Algunos autores han sugerido que lenguas extintas como el quimbaya y el sinú podrían estar emparentadas con las lenguas chocó, sin embargo, la cuestión sigue siendo una conjetura no demostrada.

La clasificación de las lenguas chocó modernas es:

En el 2000, se censaron en Panamá 22.485 Emberá y 6.882 Wounaan. En Colombia se encuentran censados 72.692 indígenas de estas etnias; de los cuales 71.412 son Embera y 1280, Wounaan.

Las lenguas de otros grupos extintos que podrían estar relacionadas con las lenguas chocó son:

La clasificación de las lenguas chocó, dentro de la gran variedad de familias americanas, es todavía motivo de discusión. Para Paul Rivet (1944), las lenguas chocó forman parte de la gran familia Caribe, opinión que fue seguida por muchas clasificaciones posteriores. Durbin (1977) y Llerena (1995) consideran que esta hipótesis no ha sido confirmada, pues tiene un fundamento muy fragmentario. Lehmann (1920) pensaba que las lenguas chocó debían agruparse junto con las chibchas, opinión que siguió Joseph Greenberg (1987), quien, considera que las lenguas chocó pertenecen al tronco paezano del macrofilo chibchano-paezano. Loukotka (1939) encontró intrusiones del páez en las lenguas chocó, que son notorias en el wounaan, pero ellas de ninguna manera denotan un origen común, sino son el resultado de préstamos multiplicados por la antigua vecindad.

Según Aguirre (1993), a la luz de las investigaciones lingüísticas recientes, la hipótesis de la independencia de la familia chocó parece la más contundente, dándole la razón a Chamberlain, Nordenskjöld (1929), Loukotka (1968) y Tovar-Larrucea (1984).

Algunos autores añaden a la familia chocó algunas extinguidas como quimbaya, pijao, cueva, zenú, arma, nutabe, tahamí, ebéjico, carrapa, picara, paucara, anserma y pozo. Los escasos vocabularios pijao, así como la toponimia quimbaya, zenú y ebéjico tienden a descartar su inclusión entre las lenguas chocó. En el caso de la lengua de ebéjico, según Rivet (1952), hay evidencias de su relación con la familia chibcha o con el idioma páez. Del pozo apenas se conoce una palabra que coicide con el idioma kuna, clasificado como chibcha. La lengua denominada anserma parece ser la misma de los umbrá, que aún se habla y parece no tener relación cercana con la familia chocó, aunque Rendón (2012) considera que sí puede ser parte de un grupo chocó. En cuanto a los cueva, Kathleen Romolini (1987) recopiló un vocabulario, sobre la base del cual considera que podría tener relaciones con la familia chibcha o la arawak, pero Constenla y Margery (1991) creen que sí es posible plantear un origen común de la lengua cueva y las lenguas chocó. Sin embargo, por ahora cualquier adición a esta familia, más allá del embera y el wounaaan, resulta mera hipótesis.

El inventario fonológico de diversas lenguas chocó es similar:[12]

Todas las lenguas chocó son ergativas y el sistema de caso gramatical incluye una marca de caso ergativo que es obligatoria con los agentes de los verbos transitivos. Los objetos de los verbos intransitivos y los sujetos de los intransitivos van sin marcar (morfo cero = Ø), el orden básico preferente o no marcado es agente-paciente-verbo:

Los numerales en diferentes lenguas chocó son:[13]

El sistema de cuenta es vigesimal, con 5 usado como sub-base, las palabras para '5' significa usualmente 'mano' o 'toda la mano', las palabras para '10' litereamente son 'dos manos'. Mientras que las palabras para '20' literalmente son 'un cuerpo' (ya que todos los dedos del cuerpo, contando manos y pies y suman 20).

Reconstrucción de proto-chocó y proto-emberá según Constenla y Margery (1991):[14]



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