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Lete



En la mitología griega, Lete[1]​  (griego antiguo: Λήθη[2]​, romanización: Lḗthēpronunciación: clásica, lɛː́tʰɛː koiné, lˈeːtʰeː bizantina, lˈiθi, literalmente: «olvido»), o también Leteo[3]​ (del latín Lethæus),[4]​ es uno de los ríos del Hades. Beber de sus aguas provocaba un olvido completo. Algunos griegos antiguos creían que se hacía beber de este río a las almas antes de reencarnarlas, de forma que no recordasen sus vidas pasadas.

Lete era también una náyade, hija de Eris (‘Discordia’ en la Teogonía de Hesíodo), si bien probablemente sea una personificación separada del olvido más que una referencia al río que lleva su nombre.

El concepto del olvido de vidas pasadas al beber las aguas de Lete, es equivalente a lo que podemos encontrar en la mitología China, en el rol que cumple el personaje de Meng Po.

Algunas religiones mistéricas privadas enseñaban igualmente la existencia de otro río, el Mnemósine, cuyas aguas al ser bebidas, al contrario de las aguas de Lete, hacían recordar todo y alcanzar la omnisciencia. A los iniciados se enseñaba que se les daría a elegir de qué río beber tras la muerte y que debían beber del Mnemósine en lugar del Lete. Estos dos ríos aparecen en varios versos inscritos en placas de oro del siglo IV a. C. en adelante, halladas en Turios al sur de Italia y por todo el mundo griego.

El mito de Er al final de la República de Platón cuenta que los muertos llegan a la «llanura de Lete», que es cruzada por el río Ameles (‘descuidado’).

Había dos ríos llamados Lete y Mnemósine en el altar de Trofonio en Beocia, de los que los adoradores bebían antes de hacer consultas oraculares con el dios.

Entre los autores antiguos se decía que el pequeño río Limia cerca de Ginzo de Limia (Orense) tenía las mismas propiedades de borrar la memoria que el legendario Lete. En 138 a. C., el general romano Décimo Junio Bruto Galaico intentó deshacer el mito, que dificultaba las campañas militares en la zona. Se dice que cruzó el Limia y entonces llamó a sus soldados desde el otro lado, uno a uno, por su nombre. Éstos, asombrados de que su general recordara sus nombres, cruzaron también el río sin temor, acabando así con su fama de peligroso.

En la Divina comedia de Dante Alighieri, la corriente del Lete fluye al centro de la tierra desde su superficie, pero su nacimiento está situado en el Paraiso Terrenal localizado en la cima de la montaña del Purgatorio.

Otra referencia en la literatura clásica, aparece en el Elogio a la locura de Erasmo de Róterdam, en el capítulo XIII del mismo libro.

En la obra de teatro Eurídice de Sarah Ruhl, todas las sombras deben beber del Lete y convertirse en algo parecido a piedras, hablando en su inaudible lenguaje y olvidando todo lo del mundo. Este río es un tema central de la obra.

Asimismo, en Hamlet de William Shakespeare, se hace mención al río Leteo.

En el ámbito hispánico, Juan de Mena hace varias referencias a Leta en su obra. En La coronación, por ejemplo:

Tú, que tan noche mareas
sobre las aguas leteas,
si amas a ti, castiga
en nuestra triste fatiga
que en ellas nunca te veas.

En la ópera Idaspe de Riccardo Broschi (1698-1756), el personaje Darío (interpretado originalmente por el hermano del compositor, el castrato Carlo Broschi / Farinelli), canta una aria cuyo texto dice:

Ombra fedele anch'io,
sul margine di Lete,
seguir vo' l'idol mio
che tanto adoro.

"También en forma de fiel espectro
deseo seguir por la orilla del Lete
a mi amado [lit:ídolo]
al que tanto adoro."

El río Lete también es mencionado en el poema de Allen Ginsberg A Supermarket in California.

Se hace referencia a las aguas del río Lete en el poema número LXXVII Spleen de Las flores del mal de Charles Baudelaire.

En el poema "Segunda dedicatoria", de Poema sin héroe, obra de la poetisa rusa Anna Ajmátova, también aparece este río.

El inicio de la Oda a la Melancolía de John Keats también lo cita No, no vayas hasta el Leteo, ni exprimas, de las fuertes raíces de la árnica, su venenoso vino;.

Borges lo menciona en su poema "Al vino": "Que otros en tu Leteo beban un triste olvido; yo busco en ti las fiestas del fervor compartido." También en su poema "El reloj de arena" aparece el río Leteo: "En los minutos de la arena creo sentir el tiempo cósmico: la historia que encierra en sus espejos la memoria o que ha disuelto el mágico Leteo".

En la novela Hyperion de Dan Simmons, el capítulo que cuenta la historia del peregrino Sol Weintraub se titula «El Río Leteo sabe amargo».

En X-Men vol. 1 #34 tres miembros de los X-Men quedan amnésicos tras oler los vapores del río Lete en las profundidades de la Tierra.

La canción "Lethe", perteneciente al álbum The Gallery de la banda sueca de death metal melódico Dark Tranquillity, trata de alguien que bebe de las aguas de este río voluntariamente y de forma constante, con el fin de olvidar su vida, la cual le es insoportable.

En 2021, el productor de cine de animación Pedro Alonso Pablos se inspiró en el mito del río Lete para hacer su cuarto largometraje, El lago del olvido.[5]



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