Lo más importante de la vida es no haber muerto es una película española que narra una historia de aparente amor, traición y perdón. Maneja una línea de tiempo de la juventud a la vejez de los principales personajes, acudiendo a flashback y sueños para enlazar los tormentos de Jacobo el personaje principal y entender el porqué de su aparente locura. Es una historia enmarcada en un contexto histórico que abarca desde la posguerra española hasta los años ochenta. Esta tragicomedia se vale de diálogos sencillos de los personajes y sale de la línea de los estereotipos del hombre engañado que busca vengarse o maltratar a la mujer que lleva una doble moral.
El director consigue utilizar elementos cómicos sin caer en lo burlesco y exagerado, tratando inclusive temas como el suicidio de una manera sencilla y cautelosa. Utiliza muy pocos escenarios pero deja ver en pequeños detalles un marco histórico del País Vasco y su paso por los movimientos franquistas y separatistas.
Por la profesión del personaje principal; reparador de pianos, el sonido de este instrumento acompaña todo el film y la elección de proyectar la película en blanco y negro, también aporta una relación con el pasado y calma en el film.
Jacobo es un distinguido reparador de pianos que lleva cuarenta años felizmente casado. Su vida ha sido tan cómoda que al costarse cada noche y soñar con reparar los pianos, la mañana siguiente aparecían arreglados. Su existencia sin embargo se ve alterada al no poder conciliar el sueño dormir, y los pianos por no reparar se amontonan. Su estado mental es perturbado cuando un sujeto barbudo y con bata aparece y desaparece, frente a sus ojos, tan rápido que Jacobo no lo puede atrapar. Helena, su mujer, no sólo niega la existencia de este particular sujeto, sino que insiste en que debe de estar alucinando. Jacobo descubrirá una realidad oculta que tras aquella vida placentera que llevaba, y que ahora, en su vejez, se ha derrumbado con la aparición del barbudo. “Lo más importante de la vida es no haber muerto”.
Tomadas de SENSACINE
La película es una coproducción entre España y Suiza, por lo que en el equipo encontramos gente de ambas nacionalidades, como el fotógrafo Pietro Zuercher o el montador Jordi Recort.
En la película los personajes se desdoblan en otros actores dependiendo de la época en la que se encuentren. Así, Jacobo a los ochenta está interpretado por Emilio Gutiérrez Caba y a los cincuenta lo encarna Francisco Nortes (Enloquecidas); Helena a los ochenta sería Mercè Montalà y a los cincuenta Marián Aguilera (Al salir de clase); y otro personaje, Gerard, a los ochenta estaría interpretado por Carles Arquimbau (Rojo sangre) y a los cincuenta por Albert Ausellé.
La película se presentó en el marco del Festival de Sitges 2010.
El título de la película, Lo más importante de la vida es no haber muerto, es una frase de las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna.
Los planos son ensamblados para explicar coherentemente la asociación entre los sueños del personaje y la realidad, el pasado y el presente de los 3 personajes que enmarcan la historia, se ensamblan las imágenes con los sonidos para dar más coherencia y transmitir diferentes situaciones. La película presenta un flujo continuo, suave y lógico, de imágenes visuales complementadas con un sonido que describe el suceso filmado de una forma vinculada.
Rodada a tres bandas con un majestuoso ingenio, frescura y sensibilidad artística, como símbolo de las realidades contrapuestas en la España franquista se hace una distinción a la sutil greguería de Don Ramón género iniciado por el que son un conjunto de apuntes en los que encierra una pirueta conceptual o una metáfora insólita. El film es rico en chistes bien camuflados, juegos de palabras y apuntes filosóficos que encontramos en algunos diálogos de los personajes.
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Lo más importante de la vida es no haber muerto (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)