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Loba capitolina



Luperca es el nombre de la loba que según la mitología romana amamantó a Rómulo y Remo, fundadores de Roma, cuando el rey Amulio mandó que se les matara. Actualmente la estatua dedicada a ella, llamada la «loba capitolina» (lupa capitolina en italiano), y se conserva en el museo del Capitolio romano (Museos Capitolinos). La cronología de la figura de la loba ha sido muy discutida; según la tradición, la escultura de la loba sería etrusca, aunque se estima que data de la Edad Media, mientras que las estatuas de los niños Rómulo y Remo fueron creadas y añadidas en 1471.

La famosa Luperca es una figura en bronce, de 75 centímetros de altura y 113 de anchura. Según la tradición, se trataría de una escultura etrusca, aunque recientemente se ha puesto en duda esta datación,[1]​ demostrándose finalmente que ésta data de la Edad Media.[2][3]

Los dos niños se añadieron durante el Renacimiento en 1471 y probablemente son obra del escultor Antonio Pollaiuolo.[4]

La lupa romana es un tema popular en medallas, monedas, joyas, relieves, mosaicos, etc. En el Imperio Romano. La loba se representaba inicialmente sin los gemelos, pero a partir del siglo III a.C. la representación de la loba amamantando a los gemelos es habitual. La lupa romana es un símbolo del origen divino del fundador de Roma, Rómulo, hijo del dios de la guerra, Marte, y la reivindicación del carácter eterno (aeternitas) de la ciudad y del imperio.

Según la mitología romana, en Alba Longa, ciudad fundada por Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas, el rey local Numitor fue víctima de una estratagema de su hermano, Amulio, con el objetivo de conseguir el trono. Capturó a Numitor, mató a todos los varones del reino y obligó a su sobrina, Rea Silvia, a hacerse sacerdotisa vestal, dedicada a la diosa Vesta, lo que implicaba que ella debería mantener la castidad. Entretanto, Rea Silvia acababa de tener dos hijos de Marte (dios romano de la guerra), los hermanos Rómulo y Remo.[5]​ Al descubrirlos, Amulio capturó a Rea y ordenó que sus hijos fuesen ahogados en el río Tíber. Como un milagro, el cesto donde estaban los gemelos llegó hasta las riberas del río cerca del monte Palatino, donde fueron encontrados por una loba que los amamantó. Tiempo después, un pastor de ovejas llamado Fáustulo descubrió a los niños al pie de la Higuera Ruminal (Ficus Ruminalis), en la entrada de una caverna llamada Luperca. Los recogió y adoptó, siendo criados por su mujer Aca Larentia.

Años después, durante el asalto a una caravana, Remo fue capturado y llevado a Alba Longa. En ese momento Fáustulo reveló la verdad a Rómulo, que partió hacia la ciudad, donde mató a Amulio y liberó a Numitor. Los gemelos decidieron entonces salir de Alba Longa y fundar una nueva ciudad. Rómulo quería llamarla Roma y edificarla en el Palatino, mientras que Remo deseaba llamarla Remora y fundarla sobre el Aventino. Este conflicto llevó a Rómulo a matar a su hermano Remo y fundar su nueva ciudad, Roma.



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