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Mafalda



Mafalda[2]​ es el nombre de una tira de prensa argentina desarrollada por el humorista gráfico Quino de 1964 a 1973, protagonizada por la niña homónima, «espejo de la clase media argentina y de la juventud progresista»,[3]​ que se muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial y se rebela contra el mundo legado por sus mayores.

Mafalda es muy popular en Latinoamérica en general, así como en algunos países europeos: España, Francia, Grecia e Italia. Ha sido traducida a más de treinta idiomas.[1][4]Umberto Eco, quien ha escrito la introducción a la primera edición italiana de Mafalda, ha dicho amarla «muchísimo» y considera muy importante leer la tira para entender a la Argentina.[5]

En 1962 Quino llevaba cerca de una década realizando humor gráfico, cuando su amigo Miguel Brascó, humorista y escritor que había trabajado en algunas de las mismas revistas que aquel, fue contactado por «Agens Publicidad» con el fin de crear una tira de historietas para promocionar la marca de electrodomésticos «Mansfield», de la empresa Siam Di Tella. La tira funcionaría como publicidad encubierta al aparecer en medios impresos. Brascó recordó que Quino le había comentado «que tenía ganas de dibujar una tira con chicos» y le sugirió realizar una historieta que combinara a «Peanuts con Blondie».[6]​ La empresa había puesto como condiciones que en la historieta aparecieran algunos electrodomésticos y que los nombres de los personajes comenzaran con «M».[7]

Quino dibujó entonces varias tiras protagonizadas por una familia tipo constituida por un matrimonio de clase media con dos hijos: un niño y una niña. En esta familia ficticia, los rasgos del matrimonio son similares a los de los padres de Mafalda de la etapa posterior, mientras que el hijo no se asemeja a ninguno de los personajes clásicos de Mafalda. Su hermanita sí es reconocible como Mafalda, aunque exhibe un diseño arcaico.

El nombre Mafalda fue tomado del filme Dar la cara (1962), basado en la novela homónima de David Viñas, donde hay una bebé que lleva ese nombre, el cual le pareció alegre a Quino.[6]

La historieta realizada por Quino fue ofrecida por «Agens» al diario Clarín, pero la estratagema publicitaria fue descubierta y la campaña no se llevó a cabo. Posteriormente, Miguel Brascó publicó en el suplemento humorístico «Gregorio» de la revista Leoplán, del cual era director, tres de las tiras dibujadas para la campaña fallida.

En 1964, Julián Delgado, director de la revista Primera Plana, acuerda con Quino comenzar a publicar en ese medio a Mafalda, ya desvinculada de propósitos publicitarios. Quino dibuja con este fin nuevas tiras donde, en un principio, participan solo Mafalda y sus padres. Con el correr del tiempo, Quino iría agregando personajes, destacándose entre estos los amigos de Mafalda —Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito y Libertad— y su hermanito Guille.

Tiras realizadas para la campaña de Siam Di Tella

Mafalda en Primera Plana

Mafalda en El Mundo

Mafalda en Siete Días Ilustrados

Apariciones posteriores destacadas

En los siguientes años, Quino dibujó ocasionalmente a Mafalda y a los demás personajes de su entorno, destacándose su colaboración en campañas de defensa de la niñez, a favor de la educación y la democracia.

Mafalda digital

Es la protagonista de la tira. Representa la aspiración idealista y utópica de hacer de este un mundo mejor, aunque la envuelven el pesimismo y la preocupación debido a las circunstancias sociopolíticas que aquejan permanentemente al planeta. Los comentarios y ocurrencias de Mafalda son espejo de las inquietudes sociales y políticas del mundo de los años sesenta. Denuncia, a través de sus dichos y acciones, la maldad, la incompetencia de la humanidad y la ingenuidad de las soluciones propuestas para los problemas mundiales, como el hambre y las guerras. En un reportaje de 1987, Quino explicó que el nihilismo del personaje se refiere a la índole del ser humano, no a la civilización. «Estaba convencido de que si alguien no modificaba un gen del hombre, éste desaparecería a corto plazo», manifestó.[12]

Mafalda habría nacido el 15 de marzo de 1960[Nota 3]​ o el 15 de marzo de 1962[Nota 1]​ (aunque su cumpleaños, a decir de Quino, ha de celebrarse el día en que la tira apareció publicada por primera vez, el 29 de septiembre de 1964), en el seno de una típica familia de clase media argentina de los años sesenta.

Entusiasta de Los Beatles, el Pájaro Loco y los panqueques, detesta en cambio la sopa. Incomoda frecuentemente a los adultos con sus cuestionamientos sobre lo socialmente establecido y sus preguntas relativas al manejo político del mundo. Está convencida del progreso social de la mujer y lo preconiza. Se imagina a sí misma estudiando idiomas y trabajando como intérprete en las Naciones Unidas para contribuir a la paz mundial.

Al comenzar la historieta, Mafalda tiene cuatro años de edad, y en el mes de marzo siguiente ingresa al jardín de infantes. En los diez años de desarrollo de la historieta parece llegar hasta el tercer o cuarto grado de la escuela primaria.

Padre de Mafalda y de Guille; la tira no revela su nombre y apellido. Característico empleado de oficina, hombre que trabaja como corredor en una compañía de seguros. Procura en todo momento la mesura en el gasto familiar y no comprende bien los avances y retos que plantean las nuevas generaciones. Las dudas que le plantea su hija con respecto a los males del mundo lo ponen en entredicho en más de una ocasión. Su afición es el cultivo de plantas de interior, ya que la familia vive en un apartamento. Conduce el auto familiar, que es un Citroën 2CV.

Madre de Mafalda y de Guille. Es una típica ama de casa argentina de clase media de los años sesenta, ocupada de lo que ocurre en su microclima hogareño. Cocina, lava, plancha y hace las compras, pero aparentemente no maneja el auto. Inició estudios universitarios y estudió para ser pianista profesional, pero abandonó su carrera luego de haberse casado, hecho que Mafalda le recrimina en varias ocasiones. Sin embargo, no requiere complicaciones para ser feliz y da lecciones de humildad y sacrificio a su pequeña hija inquieta por las adversidades del mundo.

Amigo de Mafalda. Va un curso más arriba que ella en la escuela primaria y sin embargo su personalidad es más simple e ingenua. Perezoso, soñador, tímido y despistado, vive agobiado por sus tareas escolares. Ve la vida de manera más sencilla que Mafalda y de forma más acorde con su edad. Le gusta leer historietas de El Llanero Solitario, escuchar a Los Beatles, y jugar al ajedrez. Muestra interés por una chica llamada Muriel, quien no parece percatarse de su existencia. Vive en el mismo edificio que Mafalda y su familia.

Físicamente, Felipe tiene cabello claro y lacio, con los dientes incisivos superiores sobresalientes. Como inspiración para este personaje, Quino ha mencionado a Jorge Timossi, un amigo suyo que tenía «dos graciosos dientes de conejito».[6]

Amigo de Mafalda. Hijo de un comerciante de barrio y propietario del almacén «Don Manolo», Manolito representa las ideas capitalistas y conservadoras dentro de la historieta, además de constituir una caricatura del inmigrante gallego.[Nota 4]​ Es tosco, ambicioso y materialista, pero no malintencionado. Además de acudir a la escuela —cuestión para él secundaria—, ayuda a la venta y distribución de mercancías en el almacén de su padre y le interesa estar al tanto de todas las operaciones de entrada y salida de dinero de la tienda.

A diferencia del resto de los personajes, a Manolito le gusta la sopa y desprecia a Los Beatles y a las tendencias juveniles de los años sesenta; también es antagónico hacia los otros almacenes, competidores de «Don Manolo». Parece carecer de fantasía e imaginación, aunque demuestra un gran oportunismo comercial (vende a sus amigos dulces a crédito con intereses, inventa maneras de publicitar el almacén de su padre y hasta huele una moneda a distancia). Su mayor aspiración es convertirse en un importante ejecutivo dueño de una cadena de supermercados y enviar a Rockefeller a la quiebra.

Físicamente, Manolito lleva el pelo cortado a modo de cepillo y tiene la cabeza más cuadrada que la de sus amigos. Salvo por el vello facial, es idéntico a su padre y a su hermano mayor; este aparece en la tira una sola vez cuando lo licencian del servicio militar y trabaja en el almacén de su padre; más tarde, Manolito refiere que su hermano emigró a Estados Unidos.

Al igual que Felipe, Manolito está inspirado en una persona real: Anastasio Delgado, un inmigrante español dueño de una panadería y padre de Julián Delgado, un amigo de Quino.

Amiga de Mafalda. Hasta la llegada de Libertad, Mafalda y Susanita son las únicas mujeres del grupo de amigos de la tira. Parlanchina, pendenciera, chismosa —nada de lo que pasa en su vecindario ocurre sin que ella se entere— y en ocasiones altanera, Susanita puede llegar a ser agobiante para el resto del grupo, aunque ella no lo percibe. Es además racista, despectiva de los pobres, admiradora de la oligarquía y más preocupada por la imagen y la moda que el resto de sus amigos. Sus pasatiempos favoritos son jugar con Mafalda a representar situaciones sociales propias de los mayores (juego de la mamá, juego de tomar el té), así como discutir con Manolito, a quien desprecia por rústico e ignorante. Es enamoradiza y muestra interés romántico por Felipe, quien no le corresponde. Es también egoísta y rencorosa, pero valora la gran amistad que la une a Mafalda. Su máxima aspiración es casarse, ser una madre de clase social acomodada y tener muchos hijos, asumiendo el rol tradicionalmente asociado a la mujer. Contrasta fuertemente con la actitud de Mafalda, más intelectual y concientizada de la liberación de la mujer y de la igualdad entre los sexos.

Físicamente, Susanita es rubia y tiene bucles, lo que le da un aspecto similar al de su madre.

Amigo de Mafalda, un año menor. Es más soñador que Felipe y acostumbra hacerse preguntas complejas y absurdas sobre la realidad. Es también más inocente que el resto de la pandilla de amigos, y pasa de etéreas reflexiones («¿Cómo hará el tiempo para doblar las esquinas en los relojes cuadrados?») a típicas quejas de niño («¡Siempre yo, siempre yo!... ¿no puede ir otro a hacer los mandados?»). Hijo único, suele discutir con su madre —aparentemente estricta— sobre sus deberes infantiles. Es algo egoísta y un enfervorizado defensor de Benito Mussolini, entusiasmo que le fue inculcado por su abuelo. Es directo y sincero con las personas, pudiendo llegar a parecer cruel en algunos momentos, pero aceptando con humildad y sin acritud las críticas recibidas.

Su cabello recuerda a un conjunto de hojas (o, a decir de sus amigos, a una planta de lechuga) y siempre viste un overol con tiradores.

Es el hermano pequeño de Mafalda y el único personaje que crece físicamente a lo largo de la tira. Guille protagoniza de continuo las travesuras domésticas propias de los niños de primera infancia. A pesar de su inocencia le gusta Brigitte Bardot, tiende a ser algo irreverente (llama a sus padres «los viejos») y le encanta la sopa, lo que suele provocar la ira y el asco de su hermana.

Cuando se produjo el golpe de estado en Argentina del general Juan Carlos Onganía en 1966, el periódico donde se publicaba la tira (El Mundo) cerró mientras la madre de Guille se encontraba embarazada de él, por lo que no hay descripciones de lo sucedido durante su nacimiento. El personaje aparece, ya como bebé, en el semanario Siete Días Ilustrados, cuando la historieta retoma su publicación.

Inicialmente, Guille se expresa con defectos de pronunciación y usa chupete, pero más tarde abandona ambos.

Al igual que Felipe y Manolito, Guille se inspira en una persona real: Guillermo Lavado, sobrino de Quino.

Amiga de Mafalda y último personaje en unirse a la pandilla. Es muy bajita de estatura, al punto de que Guille es más alto que ella, lo cual es motivo de comentarios recurrentes de los demás personajes, en un obvio guiño político. Su personalidad es incendiaria y proyecta abiertamente ideas políticas en contra del sistema establecido. Es el único personaje más liberal que Mafalda, contrastando con los más conservadores Manolito y Susanita. También es el personaje que más conversa con Mafalda sobre temas sociopolíticos, y ambas parecen concordar ideológicamente, salvo por el hecho de que Mafalda es más realista.

El padre de Libertad es socialista y tiene un empleo al que no valora (un «puestucho de morondanga», como refiere Libertad) y su madre es traductora de francés.

Libertad aspira a que el pueblo tome conciencia de la situación de su país, se levante en una revolución social y cambie las estructuras de la nación. Dice gustar de las personas y cosas simples, pero al tratar de explicarlo, cae en una retórica muy confusa. Pretende convertirse en traductora de francés como su madre.

Se han realizado dos series de animación protagonizadas por Mafalda:

Serie de 52 cortometrajes de entre 90 y 260 segundos de duración, producida por Daniel Mallo y Oscar Desplats para la televisión argentina en 1972, con dirección de Catú (Jorge Martín). Los cortometrajes se compilaron en cinco episodios:

Esta serie fue luego transformada en una película de largometraje dirigida por Carlos D. Márquez en 1979 y estrenada en 1982.

En 1994, el realizador cubano Juan Padrón —un amigo cercano de Quino que ya había dirigido la serie «Quinoscopio» entre 1985 y 1987— dirigió una serie de 104 cortometrajes de Mafalda, recibiendo el apoyo de varias productoras españolas. Esta serie fue luego recopilada en un largometraje de 80 minutos de duración.

Es notable la diferencia entre las dos producciones desde el punto de vista cinematográfico: Mientras la primera se apoya principalmente en los diálogos, la segunda elige varias de las tiras en las que Quino transmite el mensaje a través la acción y el gesto de los personajes, sin necesidad de usar diálogos.

Hubo una película de Mafalda en Argentina, filmada en Eastmancolor y dirigida por Carlos Márquez según el guion de Alberto Cabado sobre la historieta del mismo nombre de Quino, estrenada en 30 salas de cine en Argentina el 3 de diciembre de 1981, distribuida por Aries Cinematográfica Argentina.

Desde el 4 de septiembre de 2017, Mafalda fue "columnista" en el noticiero de Telefe, Telefe Noticias a las 20. Su labor en el noticiero era opinar sobre el día con sus historietas.

La popularidad de Mafalda y su carácter contestatario han llevado a que con frecuencia el público se adueñe de los personajes de la historieta, recurriendo a ellos para comunicar sus propias expresiones. Así, se han utilizado, con fines pedagógicos, políticos y de denuncia social, viñetas dibujadas por Quino y variantes realizadas anónimamente. También han aparecido productos no autorizados basados en los personajes de Mafalda. Quino se ha mostrado en general reacio a autorizar la comercialización de los personajes por fuera de la tira.[13]



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