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Manetón



Manetón fue un sacerdote e historiador egipcio de expresión griega. Nació en Sebennitos (actualmente Samannud) en el siglo III a. C.

Manetón vivió durante el reinado de Ptolomeo I y Ptolomeo II. Compuso la Aigyptíaka (‘Historia de Egipto’), en la que organizó la cronología de su larga historia en forma de dinastías desde los tiempos míticos hasta la conquista de Alejandro Magno. Esta división ha sido generalmente aceptada por la Egiptología moderna. La obra se ha conservado a través de las citas de otros escritores antiguos como Flavio Josefo (siglo I), Sexto Julio Africano (siglo III) y Jorge Sincelo (Siglo VIII o IX). No hay fuentes que indiquen las fechas del nacimiento y muerte de Manetón, pero su obra se asocia frecuentemente a los reinados de Ptolomeo I Sóter (323-283 a. C.) y Ptolomeo II Filadelfo (285-246 a. C.). En el Papiro Hibeh, datado en 240 o 241 a. C., se menciona a un Manetón y, si se trata del mismo personaje, habría vivido también durante el reinado de Ptolomeo III Evergetes (246-222 a. C.).

Manetón fue probablemente un sacerdote del dios sol Ra en Heliópolis (Sincelo asegura que era el sumo sacerdote) y se le consideraba también una autoridad en el culto de Serapis, una derivación greco-macedónica del culto egipcio de Osiris-Apis iniciada con la conquista de Alejandro Magno. Uno de los dos primeros Ptolomeos importó una estatua del dios entre 286 y 278 a. C.(Probablemente Ptolomeo I),[1]​ proyecto supervisado por Timoteo de Atenas (autoridad en Démeter en Eleusis) y Manetón.

Pese a ser egipcio y escribir sobre temas egipcios, usó exclusivamente el griego, como se hizo habitual durante la dinastía helenística de faraones ptolomeos. Sus obras conocidas son:

Es la obra más extensa de Manetón, y la de mayor relevancia. Está organizada cronológicamente y repartida en tres volúmenes. Establece una división de gobernantes en dinastías que fue una innovación suya. Manetón acuñó el término "dinastía" (del griego dynasteia, "poder de gobierno") para representar grupos de gobernantes con origen común. No lo entendía como hoy (linajes consanguíneos), sino que introdujo cada dinastía cuando percibía algún tipo de discontinuidad, ora geográfica (por ejemplo, la dinastía IV era de Menfis, la V de Elefantina), ora genealógica (especialmente la dinastía I, en la que se refiere a cada faraón sucesivo como "hijo" del anterior para definir lo que entiende por "continuidad"). Dentro de la superestructura de una tabla genealógica de gobernantes, Manetón se extiende con narraciones extensas sobre los gobernantes faraónicos.

Se suele afirmar que la Aegyptíaka se escribió con la intención de establecer una historia nacional hasta entonces inexistente y alternativa a la visión que ofreció de Egipto Heródoto, en el mismo sentido que la Historia de Babilonia del caldeo Beroso. Desde esta perspectiva, Contra Heródoto podría ser una versión resumida o simplemente una parte de la Aegyptíaka que circulase independientemente.

Por desgracia, tanto una como la otra no se conservan hoy en su forma original.

A pesar de haber sido utilizada para la reconstrucción de la historia de Egipto, la Aegyptíaka no solo no se conservó en su totalidad, sino que se vio envuelta en una disputa entre polemistas semitas y antisemitas. Durante este período, las disputas versaban sobre las civilizaciones "más antiguas", de forma que la crónica de Manetón fue muy probablemente alterada deliberadamente. Existe material semejante al de Manetón en Lisímaco de Alejandría, y se supone que se insertó dentro del de Manetón. Parece que esto aconteció antes del siglo I d. C., cuando Flavio Josefo comenzó a escribir. La referencia más antigua a Manetón es la de Flavio Josefo en Contra Apión (Contra Apionem), en la que está claro que Josefo no difiere de los originales.

Manetón utilizó las Listas Reales egipcias para estructurar su Historia. Existían precedentes de esta disposición en Egipto y algunos se han preservado hasta hoy. Josefo afirma que utilizó una "tradición oral anónima" y "mitos y leyendas", lo cual es perfectamente plausible para la época. En algunos casos, Manetón intentó sincronizar la historia egipcia con la griega, como cuando hace corresponder a Memnón con Amenofis III (Amenhotep III) y a Armesis (Horemheb) con Danao. Se supone por tanto que estaba familiarizado con el Ciclo Épico Griego y con la historia de Argos; es más, se ha sugerido que estas son interpolaciones posteriores. En cualquier caso, Manetón utilizaba una koiné fluida.

Las Listas Reales a las que tenía acceso Manetón son desconocidas, pero de las que sobrevivieron hasta hoy la más parecida es el Canon Real de Turín o Canon de Turín. La fuente más antigua con la que se la puede comparar son los Anales del Imperio Antiguo (entre 2500 y 2200 a. C.). Hay una Lista Real de Karnak debida a Tutmosis III del Imperio Nuevo, dos en Abidos (de Sethy I y Ramsés II, la segunda una versión duplicada pero actualizada de la anterior) y la Lista Real de Saqqara de la tumba del sacerdote Tenry.

Se desconoce la procedencia de los Anales del Imperio Antiguo que están en el fragmento de la Piedra de Palermo. Son muchas las diferencias entre los Anales y Manetón. Aquellos sólo llegan a la dinastía V, pero los gobernantes predinásticos se listan como reyes del Bajo Egipto y reyes del Alto Egipto. En cambio, Manetón lista varios dioses griegos y egipcios comenzando con Hefesto y Helios. En segundo lugar, los Anales ofrecen informes anuales de las actividades de los reyes, siendo poco probable que Manetón llegase a tal nivel de detalle.

Las listas del Imperio Nuevo son menos selectivas. La de Sethy I, por ejemplo, da 76 reyes de las dinastías I a XIX y omite los gobernantes hicsos y los asociados al herético Ajenatón. La lista Real de Saqqara, contemporánea de Ramsés II, ofrece 58 nombres, con omisiones parecidas. Si Manetón llegó a conocer estas listas, no le debieron agradar debido a su naturaleza tan selectiva. Además, su propósito era cubrir los muros de una cámara sagrada en la que el faraón (o Tenry, en el caso de la lista de Saqqara) hacía ofrendas a sus predecesores, imaginados como antecesores. Cada casa real tenía una lista tradicional particular de sus "Predecesores" y su propósito no era histórico, sino religioso.

Por ende, el Canon Real de Turín (contemporáneo de Ramsés II, como la lista de Saqqara), escrito en hierático, comienza con dioses y es un resumen parecido al de Manetón. Listas completas de este tipo serían necesarias en las oficinas gubernamentales para poder datar contratos, títulos, etc, de manera que no podían ser selectivas como las listas de reyes de los templos. Se asume que, como sacerdote, Manetón debía tener acceso a prácticamente todos los escritos del templo.

A partir de la dinastía V, los faraones adoptaron cinco títulos diferentesː el "nombre de Horus", el nombre de Nebty o de "las Dos Damas", el "nombre de Horus de Oro", el nombre de Trono o praenomen y el nombre de Nacimiento también llamado "nombre de hijo de Ra", ya que va precedido del jeroglífico Sa Ra. Algunos faraones poseían asimismo varios nombres dentro de estos títulos, como Ramsés II, del que se conocen más de veinticinco variantes de su nombre de Horus.

Las transcripciones de Manetón coinciden con varias listas de reyes, por lo que se acepta que siguió alguna de ellas. No está claro hasta dónde era consciente de los diferentes nombres de los faraones más antiguos (pues da nombres distintos para algunos). No se conocen todos los nombres de cada gobernante.

En consecuencia, escogió alternativamente entre los cinco títulos distintos, pero en algunos casos es posible una asociación lógica. Así, Men o Meni (nombres de hijo de Ra y de lista real) se convierten en Menes (considerado el primer faraón de la primera dinastía), mientras que Menkauhor/Menkahor (nombres del Trono y de lista real, el nombre de Horus es Menjau y el nombre de hijo de Ra es "Ikau-Hor") se transcribe como Menjeres.

En otros se acorta, como Aajeperen-Ra (nombres del Trono y de lista real), que se convierte en Jebron (Thutmose II). Algunos cambiaron las consonantes por razones desconocidas, como Tausert, que termina siendo Tuoris. Existen más nombres conflictivos en algunos de los faraones de las primeras dinastías. De otros no se puede reconstruir la forma original en egipcio.

Actualmente se usan las transcripciones de Manetón (traducciones griegas) en los textos más populares y las de las listas Reales en las transcripciones egipcias académicas. La división en dinastías continúa siendo el fundamento cronológico de la historia del Antiguo Egipto.



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