Manuela Gandarillas

Manuela de Gandarillas (Ibidem, 1782? - Cochabamba, 27 de mayo de 1.812) fue una aristócrata local que, según la tradición,^[1]​ lideró a las denominadas "Heroínas de la Coronilla" quienes el 27 de mayo de 1812 se enfrentaron al Ejército Realista comandado por el general José Manuel de Goyeneche, cuando este intentó tomar la ciudad de Cochabamba al verla desguarnecida. Murió a causa de una herida en el pecho durante la batalla.^[2]​

Según el historiador Edmundo Arze, los padres de Manuela habrían sido José Eras y Gandarillas y Margarita Fernández.

Se presume que su padre habría defendido la causa independentista, por lo cual fue fusilado.^[3]​

En lo que coinciden sus descendientes y algunos historiadores es en que fue la menor y la única mujer de 11 hermanos, producto de lo cual aprendió a manejar el sable entre juegos, como algo natural. De esta manera, que también está en duda la fecha real de su nacimiento, el cual se presume fue en 1782 y no en 1752.

Su familia, conocida como "Los Gandarillas", procedía de la sierra española de Gándara en Cantabria, lugar del cual viene el apellido y donde tenían asientos preferenciales en las iglesias dada su alcurnia.

El clan familiar se asentó en varios países de lo que hoy es América Latina, como parte de un plan relacionado con la disputa entre Carlotistas y Fernandistas por el dominio de la corona española. Sin embargo, la visión inicial se trastocó con el tiempo al influjo de la Revolución Francesa, que los conquistó con sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad.

El lugar exacto de su alumbramiento no se conoce con certeza. Debido a su estirpe fue criada en la más estricta disciplina aristocrática y como la menor de varios hermanos varones también aprendió a manejar el sable y la espada con gran habilidad.

Desde niña escuchó el discurso político hogareño y las reuniones con allegados, elemento que luego le permitió asentarse en el actual Departamento de Cochabamba y organizar junto a uno de sus hermanos conspiraciones con los patriotas en lo que hoy es Bolivia, a par que otra parte de la familia realizaba un trabajo similar en pro de la independencia de Argentina y Chile.

Tras la muerte del hermano que la acompañó en el Alto Perú, la propiedad de Manuela De Gandarillas constituyó un importante centro de reuniones secretas que solían camuflarse como tertulias. Sus conocimientos le concedieron el respeto de la gente y la consideraron una sabia consejera.

Así, impulsó el ideal libertario y adelantándose a su época impulsó interesantes conceptos revolucionarias sobre los derechos femeninos, dado que, a diferencia de la mayoría de las mujeres de esa época, leía y escribía.

De esta manera, se convirtió en una especie de consejera del pueblo. Muchas mujeres recurrían a ella para buscar orientación e incluso bautizaba a niños de su hacienda y de la región, muchos de los cuales llevaron el apellido Gandarillas en su honor.

Todo el trabajo desarrollado por ella y sus hermanos fue sustentado con la fortuna familiar acuñada en Europa por generaciones, misma que decidieron poner al servicio de una causa que consideraron más alta.

Este mismo conjunto de razones le generaron detractores, quienes la apodaron despectivamente "la ciega Gandarillas", debido a que tenía un marcado defecto visual que la obligaba a requerir ayuda de un bastón para movilizarse cuando caía el sol y le impedía realizar tareas sencillas en lugares con poca luz.

El 27 de mayo de 1812 subió a su caballo y armada de un sable gritó: “Si ya no hay hombres, aquí estamos nosotras, para enfrentarnos al enemigo y morir por la patria” y se enfrentó en la colina de La Coronilla al general José Manuel de Goyeneche, cuando éste intentó tomar la ciudad de Cochabamba con el Ejército Realista.

Junto a ella combatió un grupo de aguerridas mujeres e incluso de niños, quienes munidos de palos y piedras la siguieron al fragor de la batalla para defender los ideales de libertad que les había imbuido.

Sin embargo, la fuerza del invasor fue superior al coraje que demostró y Goyeneche la hirió en el pecho, instante en el cual ella tomó la sangre que le brotaba para arrojársela en la cara como un gesto de desprecio, antes de caer muerta.

El valiente gentío subversivo fue brutalmente diezmado por el ejército español que venía de vencer a las tropas del guerrillero tarateño Esteban Arze, contra el cual había luchado el 24 de mayo de 1812 en el Quehuiñal, lugar donde el Ejército Patriota ofrendó su vida en aras de la libertad.

Algunos historiadores dan cuenta que Manuela era hija de Julián De Eras y Gandarillas, y hermana de Juan Joseph Eras y Gandarillas, aunque otros difieren porque el dato no estaría plenamente confirmado y podría tratarse de un homónimo. Participó en la lucha por la independencia de Bolivia y sufrió muerte severa e infortunios^[4]​ Sin embargo, no todos los estudiosos coinciden en este dato.

Debido al apelativo que le dieron, ciertos escritores la señalaron como "invidente", en la búsqueda de algún sinónimo. Sin embargo, esa distorsión lleva a profundas contradicciones con los registros históricos, lo cual surgió como un desdeño por razones de género, sociales y económicas, como producto de la dominación patriarcal.

El desconocimiento profundo de su paso histórico y el relego de su figura por ser una mujer culta condujo a que esta distorsión se plasme en el monumento erigido en su honor en Cochabamba, obra escultórica en la cual se le atribuye la imagen de una mujer de avanzada edad con vestimenta popular.

Esa escultura pasó luego a formar parte de las impresiones de los billetes de diez bolivianos de la República de Bolivia. Finalmente, la primera serie de billetes del Estado Plurinacional de Bolivia emitida por el Banco Central de Bolivia (B.C.B.) determinó eliminar su recuerdo de los mismos, olvidando reivindicar su verdadera imagen y desconociendo para siempre su lucha trascendental e invaluable, sin la cual este país no sería posible.

El 8 de mayo de 1927, durante el gobierno de Hernando Siles se decretó el 27 de mayo, como día de la madre boliviana en honor a ese grupo de aguerridas mujeres, conocidas como Las Heroínas de la Coronilla, quienes fueron un digno ejemplo de valentía para América Latina.

De manera posterior a la Independencia de Bolivia, su descendencia donó una propiedad a la Prefectura de Cochabamba, anteponiendo los ideales al factor material, siguiendo la línea de Manuela De Gandarillas. Sin embargo, en ninguno de los homenajes que se hacen en honor a la prócer independentista, su progenitura es invitada a los actos protocolares, donde desmereciendo su lucha entregan reconocimientos a modelos y otros personajes alejados del quehacer intelectual y patriótico.

Entre sus descendientes más destacados en línea directa se hallan José Gandarillas, un meritorio ex combatiente de la Guerra del Chaco; así como el reconocido periodista Roberto Gandarillas Sánchez, quien luchó por la democracia en las filas de Falange Socialista Boliviana; y la hija de éste, la también periodista investigadora y escritora Karem Odett Gandarillas M. que trabajó en varios medios de prensa escritos en La Paz.

Supuestamente estuvo casada con Juan de Dios Revollo y habría tenido cuatro hijos, dos varones y dos mujeres. También se le atribuye una nieta, sobre la cual hay varias discrepancias por la edad que se supone que en realidad tendría Manuela al momento de su muerte, ya que era muy joven como para tener una tercera línea de descendencia.^[3]​

Aunque popularmente es conocida como la heroína ciega, muchos autores coinciden en que no era invidente. Lila Rosana Cortéz expresa: "no consta que haya sido ciega ni que haya tenido 100 años" .^[5]​ Otros autores también respaldan esta hipótesis

Debido a su condición de mujer, su figura fue relegada y tergiversada en la historia, negándole sus méritos e incluso su identidad. La describieron como una anciana de clase humilde, en el afán de desmerecer su aporte, sin importar que esos datos carezcan de fuentes fidedignas o que entren en contradicción con los datos reales.

Inclusive, existen otros autores niegan que Manuela De Gandarillas pueda haber participado en los términos en que tradicionalmente se le conoce.^[6]​^[7]​

El consejo Municipal de Cochabamba otorga la Condecoración Manuela Gandarillas a "todas aquellas instituciones de mujeres que se hubiesen destacado por su entrega desinteresada, valor, lucha, perseverancia, tesón y sacrificio por el bien de Cochabamba y el País."^[8]​

En continuidad con el detrimento de su figura de mujer culta y revolucionaria, la Gobernación y otras autoridades gubernamentales con visiones patriarcales otorgan reconocimientos a personas ajenas a la causa que Manuela representaba, en total detrimento de su figura.

Lila Roxana Cortéz Montalvo "Íconos del heroísmo cochabambino" (Ed. Serrano, septiembre de 2014, 225 pp.)

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