María Cristina de Borbón-Dos Sicilias cumple los años el 27 de abril.
María Cristina de Borbón-Dos Sicilias nació el día 27 de abril de 1806.
La edad actual es 217 años. María Cristina de Borbón-Dos Sicilias cumplirá 218 años el 27 de abril de este año.
María Cristina de Borbón-Dos Sicilias es del signo de Tauro.
María Cristina de Borbón-Dos Sicilias nació en Palermo.
María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (Palermo, 27 de abril de 1806 - Sainte-Adresse, 22 de agosto de 1878) fue reina consorte de España por su matrimonio con el rey Fernando VII de 1829 a 1833, y regente del Reino entre 1833 y 1840, durante la mayor parte de la minoría de edad de su hija Isabel II. Se casó en secreto poco después de morir Fernando VII con el joven miembro de la Guardia de Corps Fernando Muñoz, quien aprovecharía su privilegiada posición para realizar todo tipo de negocios, entre los que se incluyeron la trata de esclavos africanos y los ingenios azucareros en Cuba cuya mano de obra era esclava.
Sus padres fueron Francisco I de las Dos Sicilias (1777-1830), segundo rey de las Dos Sicilias entre 1825 y 1830, y su segunda esposa la infanta María Isabel de Borbón (1789-1848), hija del rey Carlos IV de España y de su esposa la princesa María Luisa de Parma. Contrajo matrimonio el 11 de diciembre de 1829 con su tío materno Fernando VII, convirtiéndose en reina consorte de España. Al poco de fallecer su esposo (1833), se casó en segundas nupcias con Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, I duque de Riánsares, grande de España.
Su esposo Fernando VII murió en 1833. El rey la había nombrado en su testamento gobernadora del Reino, cargo en el que sería confirmada por las Cortes constituyentes en 1836. Tras quedar viuda se enamoró de un sargento de su guardia de corps, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, declarándose al mismo el 18 de diciembre de 1833 en la real quinta de Quitapesares y contrayendo matrimonio morganático secreto en el Palacio Real de Madrid. El sacerdote recién ordenado Marcos Aniano González, amigo del novio, celebró el enlace y siguió íntimamente ligado a la familia durante casi tres lustros en tanto que capellán de Palacio y único confesor de María Cristina. Este nuevo matrimonio de la reina gobernadora no fue bien visto por la sociedad de la época. Su hija y heredera al trono tenía solo tres años, por lo que actuó como regente del Reino durante los siguientes siete años, hasta 1840. Durante este tiempo hizo necesarias contribuciones sociales, como el auxilio que procuró a la costa onubense en 1834 después de una epidemia de cólera. En agradecimiento, el ayuntamiento de la Real Isla de la Higuerita solicitó y obtuvo su cambio de denominación a Isla Cristina. En el ámbito internacional, durante su regencia se reconoció formalmente la independencia de México mediante el Tratado de Santa María-Calatrava, siendo el primer documento en reconocer la emancipación de un territorio americano tras las guerras de independencia hispanoamericanas.
También tenía enemigos, de los que el más famoso era su tío y cuñado Carlos María Isidro de Borbón, quien, negándose a acatar la Pragmática Sanción de 1830, afirmaba ser el legítimo heredero al trono e inició la que se conoce como Primera Guerra Carlista que finalizó en 1839 con el Abrazo de Vergara.
Tras varios intentos fallidos de conciliar las tendencias políticas entre progresistas y moderados y diversos escándalos de corrupción durante su regencia, María Cristina se vio obligada a ceder la regencia a Baldomero Espartero y exiliarse. Salió del país el 17 de octubre de 1840 en el vapor Mercurio. Aun así, desde Marsella anunció que había sido forzada a renunciar y se trasladó a Roma, donde el por aquel entonces papa Gregorio XVI le dio la bendición a su matrimonio morganático. Se instaló en París, gracias al apoyo financiero de Francisco, conde de Luzárraga, y desde allí intrigó —junto a sus más fieles— contra el gobierno esparterista hasta su derrocamiento y posterior nombramiento de su hija a sus 13 años como la reina Isabel II. Una de las cuestiones más importantes durante este periodo fue la educación de las princesas, en una pugna entre el personal de la Casa Real impuesto por Espartero y el resto, proclive a la regente, como fue la marquesa de Santa Cruz. En febrero de 1844 volvió a Madrid (aunque se volvería a ir durante un breve periodo de tiempo en 1847) y se instaló en el palacio de las Rejas, desde donde intentó controlar la política de su hija. En 1846, la reina participó en un intento de restauración de la monarquía en Ecuador a petición expresa del presidente Juan José Flores. Este plan de dos fases consistía, primero, en que su hijo Agustín Muñoz y Borbón se convirtiera en príncipe de Ecuador y, más tarde, en restaurador de la monarquía española en Perú y Bolivia, uniendo los tres países bajo una sola nación a la que llamarían Reino Unido de Ecuador, Perú y Bolivia. Cuando todo estaba organizado, la intentona fue denunciada y los planes se vinieron abajo. Permaneció en Francia el resto de su vida y solo volvió a España cuando su nieto Alfonso XII ocupó el trono, si bien con la limitación de no poder instalar su residencia definitiva en el país. Ni su hija ni su nieto tuvieron buena relación con ella, debido a que no vieron con buenos ojos su segundo matrimonio.
Junto a su segundo marido, el I duque de Riánsares, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, inició negocios relacionados con la sal, la bolsa, el ferrocarril —en los que también participaba Narváez—[cita requerida] y, el más lucrativo, la esclavitud. . Se decía que «no hubo negocio lucrativo que ella no intentara controlar» El matrimonio entre el duque de Riánsares y María Cristina de Borbón operó en Madrid, París, Londres y La Habana desde 1835 hasta 1873, año del deceso del esposo. Sus negocios se canalizaron a través de la firma "Agustín Sánchez y Cia", constituida el 14 de setiembre de 1844, por Riánsares y Antonio Juan Parejo, quien representaba los intereses económicos de la reina regente. El principal beneficio era la venta de esclavos. También hicieron negocio con el político y traficante de esclavos Julián Zulueta cuando tal práctica ya era ilegal. Los negocios esclavistas del matrimonio Riansares-Borbón con Zulueta se centraron en la trata entre 1845 y 1849, periodo en el que manejaban "dos buques de gran calado" para el transporte transatlántico de mercancías humanas.
Como consecuencia de la corrupción para recibir dinero de ministros y contratistas y expolio del patrimonio real en 1854 fue expulsada de España y le fue retirada la pensión vitalicia que le habían concedido las Cortes.
Murió en Sainte-Adresse en 1878. Su cadáver fue conducido a España y enterrado en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial.
De su primer matrimonio, con el rey Fernando VII, tuvo dos hijas:
De su segundo matrimonio, con Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, I duque de Riánsares y I marqués de San Agustín, tuvo ocho hijos, a los que la reina Isabel II concedió títulos nobiliarios entre 1847 y 1849:
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