María Teresa de Braganza (Kleinheubach, 24 de agosto de 1855 - Viena, 12 febrero de 1944) fue una Infanta de Portugal, perteneciente a la Casa de Braganza. Ella se convirtió por matrimonio en archiduquesa de Austria y en cuñada del emperador Francisco José I de Austria.
María Teresa nació en el Castillo de Kleinheubach, Reino de Baviera, siendo la segunda hija del depuesto rey Miguel I de Portugal y de su segunda esposa, la princesa Adelaida de Löwenstein-Wertheim-Rosenberg. Su padre se convirtió en rey de Portugal en 1828, después de deponer a su sobrina y esposa, la reina María II. Él reinó hasta 1834, cuando María II de Portugal fue restitutida y Miguel se vio obligado a exiliarse.
Descrita como una de las mujeres más bellas de Europa, María Teresa se casó (siendo su tercera esposa), con el archiduque Carlos Luis de Austria, hermano menor del emperador austriaco Francisco José I, en el Castillo de Kleinheubach, el 23 de julio de 1873. A pesar de que le proporcionase dos hijas, la archiduquesa María Anunciada de Austria y la archiduquesa Isabel Amalia de Austria, el matrimonio fue infeliz debido a que su marido tenía una actitud intimidatoria hacia ella. Además de sus hijas, también se convirtió en la madrastra de los hijos de la segunda esposa de su marido, el archiduque Francisco Fernando de Austria, el archiduque Otón Francisco de Austria, el archiduque Carlos Fernando de Austria y la archiduquesa Margarita Sofía de Austria.
María Teresa logró obtener una considerable influencia en la corte austríaca cuando la emperatriz Isabel se retiró de la escena social de Viena, después de la misteriosa muerte de su único hijo el príncipe heredero Rodolfo, en enero de 1889. María Teresa hizo las veces de la Emperatriz y llevó a cabo los honores en el Palacio Imperial de Hofburg con el Emperador hasta la muerte de su marido en 1896, cuando la etiqueta de la corte dictaminó que ella debía retirarse.
Permaneció como figura influyente en la corte en la sombra después de la muerte de su marido, y corrieron rumores de que iba a casarse con el jefe de su casa, el conde Cavriani, mas nadie se atrevió a decir una palabra en contra de ella. Al final, los rumores resultaron ser falsos. Durante su viudez pasó los meses de invierno en Viena y los meses de verano en el Castillo de Reichstadt, en Bohemia.
Ella ofreció estímulo y apoyo a su hijastro Francisco Fernando de Austria en su determinación de casarse con la condesa Sofía Chotek, contra la voluntad de su familia. Viajó a un convento de Praga por sí misma en busca de Sofía y se la llevó a su propia casa; incluso declaró a su favor ante el emperador Francisco José. Después de la unión que se permitió por fin, María Teresa hizo todos los arreglos para dicha boda, insistiendo en que tuviese lugar en su capilla privada.
Se quedó cerca de Francisco Fernando y Sofía hasta su asesinato en Sarajevo el 28 de junio de 1914. Fue ella quien le dio la noticia de la muerte de la pareja a los hijos del matrimonio, Sofía, Maximiliano y Ernesto. Ella también se las arregló para garantizar la seguridad financiera de los niños, después de decirle al emperador que si no les concedía una renta anual, ella renunciaría al subsidio que se le dio como viuda en favor de dichos niños, ya huérfanos. Porque la mayoría de los bienes de Francisco Fernando pasaron a su sobrino, el archiduque Carlos.
El 21 de noviembre de 1916 su cuñado emperador Francisco José murió y el archiduque Carlos de Austria, hijo del archiduque Otón Francisco de Austria (sobrino de Francisco Fernando) se convirtió en el nuevo emperador de Austria y rey de Hungría. Él reinaría hasta noviembre de 1918 cuando el Imperio austrohúngaro se derrumbó, después de su derrota en la Primera Guerra Mundial. Después de su abdicación, María Teresa acompañó a Carlos y a su esposa Zita al exilio en Madeira, pero finalmente volvió a Viena, donde pasó el resto de su vida.
En 1929, tras un descenso en sus finanzas, María Teresa contrató a dos agentes para vender el collar de diamantes de Napoleón, una pieza heredado de su marido, en los Estados Unidos. Tras una serie de intentos fallidos de venta, la pareja finalmente vendió el collar por 60.000 dólares, con la ayuda del sobrino nieto de María Teresa, el archiduque Leopoldo de Austria, pero él demandó casi el 90% del precio de venta como "gastos". María Teresa recurrió a los tribunales de los Estados Unidos, dando como resultado la recuperación del collar, el encarcelamiento de su sobrino-nieto, y la fuga de los dos agentes.
María Teresa murió en Viena durante la Segunda Guerra Mundial. Sobrevivió a su esposo 48 años.
Advertencia: la clave de ordenamiento predeterminada «Maria Teresa de Portugal» anula la clave de ordenamiento anterior «Marie, María Teresa».
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