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María de Portugal (1313-1357)



¿Qué día cumple años María de Portugal (1313-1357)?

María de Portugal (1313-1357) cumple los años el 13 de marzo.


¿Qué día nació María de Portugal (1313-1357)?

María de Portugal (1313-1357) nació el día 13 de marzo de 357.


¿Cuántos años tiene María de Portugal (1313-1357)?

La edad actual es 1667 años. María de Portugal (1313-1357) cumplió 1667 años el 13 de marzo de este año.


¿De qué signo es María de Portugal (1313-1357)?

María de Portugal (1313-1357) es del signo de Piscis.


María de Portugal (1313 - Évora, 1357), infanta de Portugal, hija primogénita de los reyes de Portugal, Alfonso IV y de la infanta Beatriz de Castilla, fue reina consorte por su matrimonio con Alfonso XI de Castilla.[2]

Hija de Alfonso IV de Portugal y Beatriz de Castilla,[3]​ sus abuelos paternos fueron los reyes Dionisio I y su esposa, la reina Isabel, y los maternos Sancho IV, rey de Castilla y de León, y su esposa, la reina María de Molina. Tuvo varios hermanos, entre ellos el rey Pedro I y Leonor de Portugal.[3]

La infanta portuguesa, la «Fermosíssima Maria», según la describe Luís de Camões en Os Lusíadas,[4]​ se convirtió reina consorte de Castilla por su matrimonio, celebrado en septiembre de 1328 en Alfaiates con su primo el rey Alfonso XI.[2]​ Con ocasión al enlace, el rey Alfonso entregó a María en arras «los alcázares, castillos y villas de Guadalajara, Talavera de la Reina y Olmedo con todos sus términos, derechos, rentas, jurisdicciones y pertencias».[1]

El rey Alfonso estuvo a punto de separarse de ella por no darle un heredero, lo cual aconteció el 30 de agosto de 1334 con el nacimiento del futuro rey Pedro I de Castilla.[5]​ No se trató de un matrimonio muy bien avenido, ya que Alfonso XI, en 1327, cuando se estaban estrechando los lazos con Portugal, conoció a Leonor de Guzmán, de la que quedó prendado, y al año siguiente inició una relación amorosa con ella que desplazó a la reina legítima y que tuvo como fruto a diez hijos bastardos, aunque solo cinco de ellos sobrevivieron, entre ellos el futuro rey Enrique II de Castilla. Apartada de la corte, es probable que la reina pasara largas temporadas en el monasterio de San Clemente de Sevilla, según el cronista Diego Ortiz de Zúñiga:[2]

Su padre, Alfonso IV, desde 1335, ejerció presión sobre Alfonso XI a fin de conseguir que se separase de Leonor de Guzmán, implicando al papado, negando la colaboración militar contra los musulmanes, apoyando a los rebeldes castellanos contra su rey, e incluso invadiendo Castilla y León. Alfonso envió a María para que se reuniera con su padre, el rey de Portugal, para solicitar su ayuda en detener la invasión de las tropas musulmanas.[6]​ María accedió al pedido de su esposo y regresó a la corte castelana «con la obligación de Alfonso XI de dar a su mujer el trato y la honra que le debía y con el consiguiente exilio de la corte de Leonor Núñez de Guzmán».[7]​ Así consiguió el apoyo de su suegro en la batalla del Salado donde las tropas portuguesas desempeñaron un papel decisivo en la derrota de los benimerines.[8]​ Una vez finalizados los conflictos militares, Alfonso XI regresó con su amante e incumplió lo acordado en Sevilla.

A la muerte del rey Alfonso XI en marzo de 1350, víctima de la peste negra le sucedió su hijo legítimo, Pedro I.[4]​ Fue cuando la reina María, junto a Juan Alfonso de Alburquerque, ayo y mayordomo mayor del infante heredero Pedro, empezó a ejercer una gran influencia en el gobierno del reino de Castilla. María se vengó de la amante de su esposo el rey y ordenó el asesinato de Leonor de Guzmán en la primavera de 1351 en Talavera de la Reina, [9]​ según relata el cronista Pedro López de Ayala:

Después de la boda de su hijo Pedro I de Castilla con Blanca de Borbón, María de Portugal tomó parte en la revuelta nobiliaria de 1354 en contra de Pedro I.

El 16 de enero de 1356, la reina María se encontraba en el Alcázar de Toro cuando el rey Pedro, acompañado por varios escuderos, entró al alcázar y mandó matar a varios nobles que acompañaban a la reina, incluyendo a su mayordomo Martín Alfonso Téllez de Meneses. Pedro López de Ayala en sus crónicas de los reinados de Pedro I, Enrique II, Juan I y de Enrique III, describe así los hechos:[11]

Después de este episodio, en 1356 la reina María regresó a Portugal a la ciudad de Évora donde se encontraba la corte y ahí falleció el 18 de enero de 1357 a los cuarenta y cuatro años de edad.[12][4]

Había otorgado testamento en Valladolid el 8 de noviembre de 1351 y en él dispuso que su cadáver, revestido con el hábito de Santa Clara, fuese enterrado en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla donde estaba sepultado su esposo, Alfonso XI,[13]​ y que si lo trasladasen, hiciesen lo propio con sus restos mortales.[14]

Después de su defunción, recibió sepultura en Évora, hasta que en contra de sus deseos expresados en el testamento, sus restos fueron trasladados al monasterio de San Clemente de Sevilla. En 1371, el rey Enrique II dispuso que su padre recibiera sepultura definitiva en la Real Colegiata de San Hipólito en Córdoba y es probable que al mismo tiempo, decidiera que la reina María, que había sido responsable de la muerte de su madre Leonor, fuese enterrada en el Monasterio de San Clemente en Sevilla.[4]

Sus restos mortales reposan en un sepulcro de madera sencillo, decorado con escudos heráldicos y cobijado por un arco en el lado del Evangelio de la iglesia del monasterio de San Clemente de Sevilla.[15]

El epitafio de la reina, en una lápida de azulejos sencillos, reza:[13]

Fruto de su matrimonio con el rey Alfonso XI nacieron dos hijos:




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