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Mary Sue



Mary Sue es un apodo dado a un personaje ficticio tan perfecto o competente que parece inverosímil, incluso en el contexto de un argumento ficticio. Frecuentemente, Mary Sue se identifica con una versión altamente idealizada del alter-ego del autor o del lector. Usualmente es un personaje prácticamente sin defectos, cuyos aspectos positivos superan todo su rol en la historia y lo vuelve unidimensional.[1]​ Generalmente es una persona joven de bajo rango, que soluciona una situación complicada mediante habilidades inverosímiles.

Mary Stu o Gary Stu es la denominación usual dentro de la comunidad de la fanficción para los roles masculinos, pero Mary Sue se aplicaría a personajes femeninos y masculinos por una cuestión de uso, popularidad e historia, mientras el resto de denominaciones se centrarían dentro del argot de la comunidad del fanfiction.

El término Mary Sue fue tomado de un personaje creado por Paula Smith en 1973 para su historia satírica "A Trekkie's Tale", publicada en su fanzine Menagerie #2. El personaje en cuestión era la teniente Mary Sue ("La teniente más joven de la flota. Sólo quince años y medio"), una chica idealizada e irrealista. A través de ella, Smith parodiaba los fanfiction de Star Trek, siempre escritos por adolescentes que fantaseaban con aparecer en la ficción de la serie; en sus relatos, un personaje original que obviamente les representaba a ellos tenía interacciones románticas con personajes de la historia original a pesar de la diferencia de edad, siendo en otras versiones parientes de estos personajes o sus aprendices.

Hoy en día, el concepto de la Mary Sue tiene connotaciones de escapismo, y es comúnmente asociado con la autoinserción, que es un concepto totalmente diferente: en él, el autor aparece representado en la historia como él mismo y sin ningún intento de enmascaramiento. Las implicaciones negativas de la Mary Sue vienen de su tono escapista: a ojos de los lectores, tales personajes están pobremente desarrollados, demasiado perfectos y sin el realismo suficiente para resultar interesante a alguien más que al autor. Por todo ello, la identificación de un Mary Sue en una historia original suele denotar poca habilidad literaria, aunque es típico de encontrar en trabajos de autores jóvenes o sin experiencia suficiente.

Los Mary Sue suelen presentar un conjunto muy definido de rasgos.[2]

En el capítulo cuarto de su libro Enterprising Woman,[3]​ Camille Bacon-Smith establece que "el miedo a crear una Mary Sue puede estar restringiendo o incluso silenciando a algunos escritores".

Smith cita un artículo del fanzine de Star Trek Archives,[4]​ identificando la "paranoia de Mary Sue" como una de las posibles causas de la falta de personajes femeninos creíbles y competentes en muchos contextos de ficción contemporáneos. La autora del dicho artículo, Johanna Cantor, entrevista en él a su hermana Edith (editora aficionada), quien dice recibir historias con cartas adjuntas en las que los autores de las dichas historias se disculpan "por haber creado una historia sobre una Mary Sue", aun cuando dichos autores manifiestan no saber lo que es una Mary Sue.

En ClipperCon, 1987 (una convención de fanes celebrada anualmente en Baltimore, Maryland), Smith entrevistó a un cierto número de autoras femeninas, que revelaron no incluir personajes femeninos en sus historias. Una de ellas llegó a decir: "cada vez que intentaba introducir un personaje femenino en una de mis historias, inmediatamente era etiquetada de Mary Sue". Smith también apuntó que," participantes en una mesa redonda celebrada en 1990, remarcaron, con creciente preocupación, que cualquier personaje femenino creado en la comunidad es inmediatamente tachado de Mary Sue.[5]

Algunos autores, sin embargo, han señalado que el personaje de Star Trek James T. Kirk, es en sí mismo, "un Marty Stu", y que la etiqueta parece ser usada más indiscriminadamente en personajes femeninos que no se comportan de acuerdo a lo que marcan los tradicionales estereotipos de sexo, o de acuerdo a lo que los varones esperan de esos personajes.[3]Ann C. Crispin ha señadalo que "el término Mary Sue constituye una degradación, implicando que un personaje sea sumariamente despachado como un personaje que no es un auténtico personaje, sin importar cuán bien esté caracterizado, su sexo, su pertenencia a una raza o su grado de individualidad".[6]

Un popular objeto de debate señala si el personaje de Rey de la tercera trilogía de Star Wars retrata a una Mary Sue como protagonista. El guionista Max Landis opina que el personaje encaja en la descripción,[7]​ señalando que Rey es excesivamente dotada en una multitud de habilidades. Contrariamente, Caroline Framke de Vox (sitio web) afirma que Rey no encaja en el perfil de Mary Sue, declarando que "Cualquier habilidad adicional que posee Rey -trabajo mecánico, combate cuerpo a cuerpo, escalar, etc,- son explicados la primera vez que la encontramos... Si ella no hubiese adquirido esas habilidades posiblemente ella estaría muerta." [8]​ Otros escritores, como Tasha Robinson de The Verge, han defendido la idea de Rey siendo un Mary Sue, declarando que "para las mujeres que se han sentido poco representadas a través de la décadas donde la mayoría de las mujeres en pantalla eran víctimas, objetos, premios, o arpías, es un sentimiento natural de emoción y realización por encima de los personajes como Katniss Everdeen o Imperator Furiosa.[9]​ Erik Kain en Forbes define Mary Sue y argumenta que las habilidades de Rey no la convierten en una, dado los detalles de su supuesto trasfondo establecido.[10]​ Con el estreno de la última película de la "Saga de Skywalker", se presume que este trasfondo familiar, más que justificar sus poderes, la acerca mucho más a las características previamente numeradas de la Mary Sue.



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