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Medina del Campo (Valladolid)



Medina del Campo es un municipio español de la provincia de Valladolid, en la comunidad autónoma de Castilla y León. La localidad, que cuenta con el título de villa, es atravesada por el río Zapardiel, de escaso caudal, y por la autovía del Noroeste. Su población asciende a 20 679 habitantes (INE 2017), lo que convierte a Medina del Campo en el tercer municipio más poblado de la provincia.

Se sitúa en el suroeste de la provincia de Valladolid, de cuya capital está a una distancia de 54,1 km, y a 159,6 km de la capital española. Medina del Campo se encuentra a unos 725 metros sobre el nivel del mar, a orillas del río Zapardiel, extendiéndose su término municipal sobre 153 km², donde se destacan otros tres núcleos urbanos: Gomeznarro, Rodilana y una parte de la urbanización de Las Salinas, que es compartida con otro municipio. Medina del Campo es cabecera de la Mancomunidad Tierras de Medina, compuesta por una treintena de municipios. Desde el punto de vista logístico y de comunicación, Medina se encuentra en una situación privilegiada, ya que seis capitales de provincia castellanoleonesas se hallan a menos de 100 kilómetros de la villa.

Tiene un clima mediterráneo continentalizado, con una temperatura media anual de 11,6 °C y una oscilación anual de 18,4 °C. El clima es seco (392 mm/m² al año de precipitación) con inviernos largos y fríos y veranos cortos y calurosos. El paisaje de la comarca de Medina del Campo está dominado por las suaves ondulaciones en las que se sitúan los cultivos de cereal y los pinares con algunos arroyos de escaso o nulo caudal, como el río Zapardiel, que atraviesa la ciudad.

La vegetación silvestre sobrevive en zonas baldías, linderos y cunetas, tiene un corto ciclo vital, destinado a producir un gran número de semillas; por eso, en los meses de primavera, los campos disfrutan de una fugaz explosión de colores, que en verano se torna pajiza y marchita. La comarca acoge a numerosos animales de pequeño tamaño: gran variedad de insectos, reptiles, pequeños roedores, liebres, zorros, perdices, cigüeñas y las escasas pero apreciadas avutardas. Salpicando el paisaje, desde otoño, aparecen charcas y lavajos que, si bien, pueden parecer de tamaño insignificante, son fundamentales para la vida silvestre y para la ganadería extensiva. Algunos de estos pequeños estanques llegan a convertirse en lugares de invernada de aves migratorias como gansos, grullas y otras aves acuáticas.

No existen en la zona materiales que puedan clasificarse como paleolíticos. Las causas de la falta de hallazgos deben basarse en la conjunción de una serie de factores adversos, tales como: la inexistencia de terrazas fluviales altas, la falta de materias primas idóneas para la fabricación de útiles, ya que no existe en la zona sílex, y la cuarcita es de difícil talla, una climatología adversa y la escasez de caza y pesca, actividades económicas básicas y exclusivas del hombre del Paleolítico.

Sin embargo, es posible que a estos factores físicos se unan otros que tienen relación con la ausencia de unas prospecciones sistemáticas tendentes a localizar yacimientos de estas fases en las terrazas fluviales y un segundo factor a tener en cuenta sería la existencia de poca gravedad de explotación de áridos. Estas graveras en ocasiones han posibilitado, aparte de la destrucción de muchos yacimientos, el afloramiento de los materiales profundos enterrados en las terrazas. Para el Paleolítico Superior, período de climatología muy adversa, la falta de cuevas donde la comunidad pudiera refugiarse, es el factor más importante a tener en consideración y no hay duda de que en la zona no existen oquedades naturales propicias para una ocupación.

De esta época son los más antiguos artefactos localizados y recogidos en esta zona. Sin embargo, estas piezas pulimentadas (Neolítico significa, etimológicamente hablando, "piedra nueva", piedra pulimentada), que se han hallado en Tierras de Medina de forma individualizada y fuera de todo contexto arqueológico, no permiten encuadrarlas culturalmente, y por ello se cree que pertenecen a culturas más modernas, como el Calcolítico, la Edad de Bronce e incluso la Edad de Hierro.

A esta fase prehistórica, en la que comienzan a utilizarse los metales, en concreto el cobre, para la fabricación de objetos de uso cotidianeo, debe pertenecer el material cerámico recogido en dos yacimientos cercanos a Medina del Campo: el pago de Los Melonares (en Rueda) y en el de El Arenal de la Morata (en Tordesillas). Ambos hallazgos guardan dos similitudes, ya que están asentados en distintas terrazas fluviales, y no se completa decoración alguna en dichas cerámicas, lo que dificulta su datación.

Dice Florian de Ocampo en su crónica que en Medina del Campo habitaban los vacceos, tribu prerromana compuesta por guerreros valientes y robustos, a los cuales jamás pudieron derrotar galos y grecos en muchas batallas y escaramuzas [cita requerida].

Tras la derrota contra los romanos en las escaramuzas que precedieron al sitio de Numancia, los romanos mantuvieron su dominio sobre Sarabris, si bien estos no quebrantaron sus fueros, los cuales aguantaron hasta la conquista visigoda.

En un pequeño altozano conocido como Las Peñas, a poco más de un kilómetro al oeste de Medina, encontramos los primeros restos romanos de los que tenemos noticia. Se trata de unos fragmentos de cerámica romana (Terra Sigillata Hispánica), de barniz anaranjado. Detrás del actual convento de Santa Clara hay una pequeña elevación conocida con el nombre de El Castellón (a 739 m) que está trabajado todo alrededor, con paredes de talud; en la parte nornoroeste ha desaparecido el foso por los trabajos agrícolas. En la parte superior, pueden aún verse restos de teja curva y algunos fragmentos cerámicos medievales en sus laderas hechos con "cal y canto", de unos 3 metros de longitud, de 1 a 1,20 metros de anchura y separadas entre sí unos 3,50 metros.

En la zona del Castillo de la Mota se pueden apreciar grandes murallas con torres rectangulares salientes en la zona oriental. Asimismo, en toda el área que encierran estas murallas se recoge cerámica medieval. A unos 5 km de Medina en dirección oeste (junto a las vías del tren) está el pago llamado La Sanjuana, cercano a su vez al prado de La Golosa. Se trata de una pequeña elevación en la que se encuentra un despoblado, que, por las características de sus restos cerámicos, podemos calificar de alto-medieval. En las manchas cenicientas de la parte superior aparece cerámica hecha a torno, rugosa al tacto, de color negro y grisáceo. Aunque la mayor parte de los restos citados son medievales, queremos reflejarlos, ya que si bien se decía que Medina había sido un antiguo asentamiento romano, no podemos afirmarlo debido a la ausencia de restos romanos .

En lo relativo a la dominación visigoda, tres hechos darían fe de una lucha sostenida por Leovigildo para dominar esta población: uno, el llamarse Del Real una de las Puertas de la antigua muralla, denominada así por situarse frente al campo donde se asentaron los conquistadores visigodos. Otro, el haberse llamado ese mismo sitio, actual barrio de Santo Tomás y circundantes, Campigotorum, que según atestigua Ossorio: «después que se poblaron estos campos, como agora están, les duró mucho tiempo este nombre, como pareció por papeles y ventas de iglesias». Y el tercero, por la continua tradición que señala a la villa como patria de San Hermenegildo, hijo del propio Leovigildo, conforme al testimonio del propio Ossorio y de otros historiadores, como Montalvo y Godínez; y corroborado por el hecho de que esta figura ha recibido algún género de culto por parte de los medinenses. De hecho, en el pórtico de la Colegiata de San Antolín, flanqueando la entrada desde el segundo cuerpo de dicho pórtico, están las estatuas de San Fernando (izquierda) y San Hermenegildo (derecha) desde el punto de vista del observador. También aparece en el primer cuerpo del retablo del altar mayor de dicha colegiata.

Leonor de Alburquerque —reina de Aragón, esposa de Fernando de Antequera, madre de los Infantes de Aragón, abuela de Fernando el Católico— fue señora de Medina.

Durante los siglos XIV y XV tuvieron lugar las guerras civiles castellanas. De 1366 a 1369, la Primera Guerra Civil Castellana entre Pedro I de Castilla y su medio hermano Enrique. De 1465 a 1468, la guerra entre Enrique IV y su medio hermano Alfonso. De 1475 a 1479, la Guerra de Sucesión Castellana entre Juana la Beltraneja y su tía Isabel.

En 1491 los Reyes Católicos dispusieron que fuera considerada como Feria General del Reino. Las transacciones comerciales convivían con las financieras, ya que ambas se complementaban. En el siglo XVI, Medina del Campo se había convertido en una de las principales plazas financieras de Europa.[2]

Medina del Campo fue uno de los centros europeos más importantes del comercio de la lana durante las Edades Media y Moderna. Como centro exportador, la ciudad tenía mucha relación con el centro manufacturero de Amberes.

El 21 de agosto de 1520, en el contexto de la Guerra de las Comunidades, la ciudad se negó a entregar la artillería presente en la ciudad a las tropas imperiales de Carlos V a sabiendas de que, si se las entregaban, estas serían utilizadas contra Segovia. La respuesta realista consistió en provocar el incendio de varias partes de la localidad, hecho conocido como la quema de Medina, lo que produjo la destrucción de buena parte de la villa y el estallido definitivo del hasta entonces incipiente movimiento comunero en toda la Corona de Castilla.

La Corporación municipal de Medina del Campo a principios de 1930 estaba compuesta por un total de 18 concejales, nombrados por el gobernador provincial, siendo alcalde Ángel Alonso Martín. Como hecho singular cabe destacar que entre los concejales designados se hallaba una mujer —Eloísa Yáñez Antón— nombrada en 1928, quien fue la única mujer concejal en este período y en el posterior republicano.

El 16 de marzo, se fija, en un pleno extraordinario, el número de concejales electos para las próximas elecciones municipales en 18 (9 por el distrito del ayuntamiento y 9 por el distrito del teatro), sobre un censo de 11 803 habitantes. En las elecciones municipales celebradas el domingo 12 de abril gana en Medina del Campo la conjunción republicano-socialista con 12 concejales, por 6 de los monárquicos.

En la primavera de 1931 llegó la Segunda República a Medina del Campo. El 14 de abril de 1931, siendo las siete de la tarde, se presentaron en la casa consistorial los elementos de las Juntas Directivas de los partidos republicano y socialista de esta población a cuyo frente venían los respectivos presidentes: Pedro Lambás y Emilio Puebla, con las banderas de sus centros y seguidos de numerosa manifestación de personas. El 16 de abril, se constituyó el nuevo ayuntamiento republicano, bajo la presidencia accidental de Pedro Lambás Reguero y Emilio Puebla Brave, tomando posesión los nuevos concejales elegidos, a continuación se votó al alcalde, saliendo elegido por unanimidad Guillermo Represa Marazuela. El 19 de junio, el Pleno por unanimidad se pronunció contra un libelo y unas declaraciones hechas en el Congreso de los Diputados, el 16 de junio anterior, pronunciadas por José Calvo Sotelo contra Medina y su Regimiento. Calvo Sotelo exponía que:

En ese mismo Pleno, un concejal socialista denunciaría que viniendo de viaje en tren, en la estación habría visto a varias personas de derechas retirando cajas con armas y municiones.

El día 17 de julio es la última reunión del Pleno Ordinario del Ayuntamiento Republicano. El 18 de julio de 1936 se sublevó el ejército de Marruecos, España quedaría dividida en dos bloques antagónicos, la Guerra Civil había comenzado. El 20 de julio se hizo cargo del Ayuntamiento como alcalde accidental César De Araoz Alonso, por su ideología apolítica, según rezan las fuentes documentales del archivo municipal de Medina del Campo y del Archivo Nacional de Simancas. De hecho siguió como alcalde en funciones desde julio de 1936 al 10 de julio de 1937, aunque el 6 de agosto de 1936, se constituyó un nuevo Ayuntamiento bajo la presidencia de Joaquín Carballo Álvarez, comandante del 4º Regimiento de Artillería pesada de Medina del Campo, César de Araoz, siguió a la cabeza del Ayuntamiento.

Durante la Guerra Civil Medina del Campo fue zona de retaguardia y el Hospital Simón Ruiz fue utilizado para sanar a los heridos que combatían en el frente. Entre los soldados caídos cabe destacar en el Registro Civil de Medina del Campo un total de 73 actas de defunción de regulares pertenecientes a la Guardia Mora.

Medina tiene una superficie de 153,27 km² y en 2020 contaba con una población de 20 416 habitantes. Su densidad es de unos 133 hab/km².

Medina del Campo inició 2012 con una población de 21 594 habitantes, aunque según las estimaciones del Ayuntamiento, la población real de la localidad rondaría los 22 000 habitantes.

En la actualidad dispone de un parque móvil de más de 14 000 vehículos, y la población de la comarca Tierras de Medina supera los 43 000 habitantes.

Según datos que maneja el INE, a 1 de enero de 2017 hay 996 vecinos con nacionalidad extranjera en Medina, es decir el 4,82% de la población.

El barrio más popular es el Barrio de La Mota, situado junto al Castillo. Aunque en los últimos años Medina ha experimentado un gran crecimiento hacía el sur motivado por el boom de la construcción, dando lugar a barrios como el de Altos de Castilla (sur) o Ribera del Zapardiel (al sureste) donde predominan las viviendas unifamilares de tipo adosado. Otros barrios cuyos vecinos se encuentran representados por asociaciones vecinales son: Santiago el Real, Las Claras, Medina Sur (Puerta del Sol y Protegidas), así como la pedanía de Gomeznarro.

Desde 2019, Guzmán Gómez Alonso ostenta la alcaldía de la villa de Medina del Campo.

Los resultados de 2019[3]​ fueron:

PP

PSOE

M1°

C's

Gana Medina

Vox

CI-CCD

4.134

2.709

1.931

1.152

928

272

159

36,02%

23,61%

16,83%

10,04%

8,09%

2,37%

1,39%

8

5

4

2

2

0

0

El castillo de La Mota está situado en una elevación del terreno —mota— y domina la villa y toda su extensa comarca. De él arrancaba un recinto amurallado, ampliado en tres ocasiones, que abrazaba la población, y del cual subsisten algunos restos. Se edificó con el característico ladrillo rojizo propio de la zona, empleándose la piedra únicamente para pequeños detalles, como troneras y escudos. Fue declarado Bien de Interés Cultural el 8 de noviembre de 1904.[4]

La colegiata de San Antolín es, junto con el castillo de La Mota, el edificio histórico más importante de Medina del Campo. Se encuentra situado en la plaza mayor de la localidad y, aunque la parte principal es característica del gótico final, la construcción es compleja, abarcando estilos desde principios del siglo XVI hasta el siglo XVIII, e incluso modificaciones posteriores, muchas de ellas debidas a necesidades de mantenimiento y reparación (si bien, todavía en 1903 se remodeló una capilla para enterrar a uno de sus párrocos).

La colegiata, una obra de Juan Gil de Hontañón del siglo XVI, custodia el Pendón de los Reyes Católicos. Ennoblecen su interior un retablo plateresco firmado por Juan Picardo, Juan Rodríguez y Conelis de Holanda, y el retablo de San Gregorio, decorado con primorosas pinturas renacentistas del siglo XVI. A sus encantos se suman las capillas de las Angustias de Alberto de Churriguera, una Piedad de Juan de Juni, la sillería del coro con bellos relieves de Juan Muniategui del siglo XVII, y un fabuloso órgano de Sebastián Miranda.

Las actividades económicas más destacables son la agricultura, la industria del mueble y el comercio. En este último apartado hay que destacar la particularidad de que el comercio medinense cierra los jueves y abre los domingos por la mañana para así dar servicio a los habitantes de la comarca. El municipio cuenta con un total de 2377 empresas (abril de 2010), de esas empresas, el 10% pertenecerían al sector industrial, un 15% a la construcción, el 33% al sector comercio y el 40% al sector servicios.

Es destacable el notable aumento de la actividad industrial en los últimos años, desarrollándose un polígono en terrenos municipales para Grandes Industrias, que ha consolidado a Medina del Campo como una potencia industrial en Castilla y León. De hecho, el 10% del suelo industrial de la provincia de Valladolid pertenece a Medina del Campo.

En 2015 dos de sus empresas fueron seleccionadas entre las 50 pymes más dinámicas del país.[5]

Hoy en día, la Plaza Mayor sigue acogiendo ferias y así conservar aquel carácter ferial de los siglos XV y XVI. Esta faceta de la localidad puede conocerse en profundidad en su Museo de las Ferias, único de dicho género en España. La Semana Santa en Medina del Campo tiene en su haber las procesiones de disciplina más antiguas de España, instauradas por San Vicente Ferrer en 1411, con caracteres propios que perduran. Es la capital de la Denominación de Origen Rueda[cita requerida], importante zona dedicada al vino desde hace siglos en toda la comarca existiendo más de 80 bodegas.

Posee una buena infraestructura de comunicaciones, tanto por tren como por carretera, con frecuentes conexiones con Madrid y Valladolid.

La autovía A-6 (también conocida como "Autovía del Noroeste"), comunica la ciudad con Madrid al sur y con Galicia al noroeste. Medina del Campo se encuentra en una situación privilegiada desde el punto de vista lógistico y de comunicación, ya que seis capitales de provincia castellanoleonesas se encuentran a menos de 100 kilómetros de la villa.

Medina es un importante nudo ferroviario del norte y noroeste de España. Desde 2006 se está desarrollando el corredor de Alta Velocidad (AVE) Norte-Suroeste de España del que forma parte. Desde 2016 posee una nueva estación de AVE en la línea Madrid-Galicia, situada en la carretera de las Salinas.

En la villa se celebra el Festival de Cine de Medina del Campo.[6]

La Sociedad Deportiva Gimnástica Medinense es el club de fútbol más antiguo de la provincia, exceptuando los de la capital, y el único que ha llegado a disputar en Segunda División B. Juega habitualmente sus partido en el Estadio Municipal de Medina del Campo, instalación que forma parte del complejo Polideportivo Pablo Cáceres, el cual tiene capacidad para aproximadamente unos 1500 espectadores. Ha ganado dos Trofeo Diputación de Valladolid en los años 1999 y 2001.

Tiene la cesión del campo de Acción Católica por parte de la Archidiócesis de Valladolid. Se encuentra situado en la Ctra. Peñaranda, s/n (frente Centro Comercial Eroski). El club tiene su sede social allí[8]​. Las categorías inferiores utilizan este campo para realizar algunos entrenamientos y el primer equipo ha jugado alguna vez allí en temporadas anteriores.

En ciclismo destaca el Club Ciclista Medinense, ahora mismo la entidad deportiva más antigua de Medina del Campo con más de 50 años de actividad, y la segunda más antigua de Valladolid en cuanto a este deporte.

Medina del Campo participa en la iniciativa de hermanamiento de ciudades promovida, entre otras instituciones, por la Unión Europea. A partir de esta iniciativa se pretenden establecer lazos con las siguientes ciudades con la celebración de ciclos culturales, intercambios o eventos deportivos:



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