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Ministro de Marina



Coordenadas: 40°25′4.30″N 3°41′33.19″O / 40.4178611, -3.6925528

El Ministerio de Marina fue el departamento ministerial encargado de la Armada en España, y existió en varias épocas de la historia, la última entre 1939 y 1977.

Procedente del Despacho de Marina, que modificó su denominación mediante el Real Decreto de 20 de septiembre de 1851, fue dos veces eliminado; sería restaurado por el general Franco al finalizar la Guerra Civil Española en 1939 por Ley de 8 de agosto de 1939, cuya organización y funciones quedaron delimitadas por Decreto de 1 de septiembre de 1939.

Existió hasta 1977, año en que se suprimió con el R. D. 1558/1977, de 4 de julio, cuando el presidente del gobierno Adolfo Suárez creó el Ministerio de Defensa, que integró a los ministerios del Aire, Ejército y Marina, durante la Transición política, tras las primeras elecciones generales.

En un primer momento el Ministerio de Marina tuvo su sede en el Palacio de Godoy, junto con los Ministerios de Hacienda, Justicia y Guerra, por lo que dicho palacio era conocido como Casa de los Ministerios.[1]​ Sin embargo, cuando llegó el siglo XX el edificio se encontraba ya en estado ruinoso.

Por ello la sede del Ministerio de Marina pasó a ser el edificio situado en el Paseo del Prado de Madrid, construido entre 1925 y 1928, en terrenos pertenecientes a los Jardines del Buen Retiro, y que después se convirtió en el Cuartel General de la Armada. Parte de sus instalaciones son ocupadas por el Museo Naval de Madrid.

Mediante el Real Decreto de 20 de septiembre de 1851, las llamadas Secretarías de Estado y Despacho, pasaron oficialmente a ser llamadas Ministerios. La cartera de Marina se mantuvo en la II República con sus competencias tradicionales, excepto con el Gobierno de Largo Caballero en que pasó a denominarse Ministerio de Marina y Aire, que posteriormente se fusionó con el de Guerra para crear el Ministerio de Defensa.[2]

Después de la Guerra Civil Española fue restaurado. Hasta el 4 de julio de 1977 el franquismo mantuvo tres carteras ministeriales para dirigir las Fuerzas Armadas: Ministerio del Ejército, Ministerio de Marina y Ministerio del Aire. Esta distribución le resultaba interesante a Franco para coordinar uno de los pilares de su régimen, el militar. De esta forma cada ministerio regía el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, y daba a su gabinete con los tres ministerios una destacada presencia militar. Y además, hay que tener en cuenta que tanto el Ministerio de Marina, como el Ministerio del Aire, tenían las competencias sobre la marina mercante y la aviación comercial respectivamente, lo que daba a los militares mucho mayor poder todavía.

Tras la Guerra Civil, las Fuerzas Armadas Españolas estuvieron muy mal organizadas y aún menos preparadas para ninguna otra acción que no fuese reprimir insurrecciones locales. Así, los militares ensalzaban las virtudes del caballo frente a los carros de combate y el valor frente al equipamiento.[3]​ Esta situación formaba parte de la política del régimen: un ejército moderno, bien formado y entrenado, requería el contacto con naciones democráticas, lo que podía llegar a ser peligroso para el régimen.[3]​ Durante años calaron hondo en las Fuerzas Armadas. frases como la pronunciada por Franco que, ante el peligro de invasión, los españoles tenían el corazón y la cabeza para oponerse a los aviones, carros de combate, destructores y acorazados... en el fondo anhelaban el equipamiento de otras naciones.[3]

Por otra parte, las posibilidades de poseer tecnología punta internamente eran muy escasas, y más aún en el exterior ya que sólo en contadas ocasiones España tenía acceso a armas y sistemas de armas relativamente modernos.[4]

Estas dos causas hacían que España contara con una Armada muy obsoleta, desde el punto de vista de los estándares europeos.

La situación fue mejorando paulatinamente desde mediados de los años 50, cuando la presión de otros países por mantener a España aislada fue disminuyendo. Así en 1954, en la cúpula de la dictadura franquista ya se sospechaba que las naciones occidentales y en especial Estados Unidos necesitaban de España en la Guerra Fría y les permitirían adquirir y construir armamentos modernos, además de darle facilidades financieras.[5]

Hasta los años 50, los buques de los que disponía la Armada Española tenían una tecnología similar a la de las armadas de la Segunda Guerra Mundial. Lo mismo sucedía con los aviones del Ejército del Aire Español.

El año 1953, en plena guerra fría, ante el peligro de un ataque soviético contra los Estados Unidos por el Mediterráneo, los gobiernos de España y Estados Unidos firmaron unos acuerdos a partir de los cuales se instalan bases estadounidenses en España, bajo pabellón español[6]​ y con algunas zonas exclusivas para cada nación, varias bases de utilización conjunta hispano-norteamericana, en las que los contactos entre militares españoles y norteamericanos fueron continuos. A raíz de esos acuerdos, se modernizaron hasta 30 buques de la Armada española. Además, desde 1954, Estados Unidos prestó a la Armada española una serie de buques que, en su mayoría, debían recoger los marinos españoles en puertos norteamericanos.[7]​ Al mismo tiempo, el Ejército del Aire empieza a recibir aviones modernos. Así, en la década de los 50 llegan los Grumman Albatross, los Sabre y los T-33, entre otros,[8]​ En los años 60 llegó el turno de los Starfighter y los Caribou, y en los 70 de los Phantom y F-5, todos ellos aviones modernos en su época. La entrega de esos buques y aviones se hizo mayoritariamente en Estados Unidos, donde también se impartieron los cursos de adiestramiento para capacitar a los militares españoles en el empleo de esas nuevas armas, lo que implicó estancias en Estados Unidos de meses, y en algunos casos, de más de un año.[9][10]

Estos contactos, junto a la naturaleza misma de la actividad naval y aérea, que implica el contacto con el exterior, hizo que aviadores y marinos españoles adquiriesen un buen nivel tecnológico y se convenciesen de que las programaciones y planes a largo plazo, así como un desarrollo militar autónomo, eran una necesidad.[11]

En 1964 nació el PLANGENAR,[12]​ que estuvo vigente hasta mediados de los 80, tras su última revisión de 1976.

Durante su existencia, la cartera del Ministerio de Marina estuvo ocupada por los siguientes ministros (se excluyen los ocasionales y sustituciones):

Pasó a denominarse Ministerio de Marina, Comercio Y Gobernación de Ultramar

Pasó a denominarse Ministerio de Marina y Gobernación de Ultramar

Paso de nuevo a la denominación de Ministerio de Marina

Pasa a denominarse Ministerio de Marina y Aire

Se integra en el Ministerio de Defensa Nacional

Se integra en el Ministerio de Defensa.




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