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Mollet del Vallés



Vista de la localidad

Mollet del Vallès[1][2]​ es un municipio y ciudad española de la provincia de Barcelona, en la comunidad autónoma de Cataluña. Perteneciente a la comarca del Vallés Oriental, cuenta con 51 128 habitantes (INE 2017).

El municipio de Mollet del Vallès ocupa un pequeño trozo del sector central de la plana vallesana. Es un territorio amable, suavemente ondulado, donde el torrente Caganell atraviesa, de extremo a extremo, el municipio hasta la confluencia con el río Besós. A ambos lados del torrente dos líneas de colinas de relieve afable y nombre sugestivo —los Bandoleros y San Valeriano— y en la confluencia con el Besós, una llanura rica en agua donde se sitúa Mollet, un municipio medio urbano medio agrícola, donde la ciudad compacta y moderna de Mollet contrasta con la tradición y la innovación de los cultivos de Gallecs.

Bajo los campos y el asfalto se esconden los orígenes geológicos de Mollet y Gallecs. Las rocas suaves y blandas que pisamos (arenas, limos, arcillas y algún nivel de conglomerados) nos relatan una larga historia de una decena de millones de años, cuando por Mollet y comarca había rebaños de hipparions, mastodontes, jirafas, rinocerontes... Millones de años después, los humanos ponían la huella sobre este territorio.

En abril de 2009, salió a la luz el vestigio humano más antiguo conocido hasta ahora en Mollet. Un menhir de casi cinco metros de longitud y seis toneladas de peso, con relieves y grabados de excepcional valía, uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos años en Cataluña, una pieza única de referencia internacional. A este menhir neolítico hay que sumar dos monumentos megalíticos más, hoy desaparecidos: la Piedra Salvadora y la Piedra de Gallicant.

Las primeras referencias documentales de Gallecs y Mollet son, respectivamente, del año 904 y 993. A mitad del siglo X, Gallecs y Mollet eran pequeños núcleos de población rodeados de campos y bosques. La parroquia de Mollet creció vinculada al dominio de la sede episcopal de Barcelona. El obispo tenía un amplio dominio señorial de tierras y derechos, y un alcalde administraba las posesiones. Se sabe que, a finales del siglo XI, se construyó una iglesia románica y, a su alrededor, un grupo de edificaciones formaba la sagrera que protegía las personas y los bienes que incluía. Gran parte de los habitantes dependían del obispo de Barcelona, pero una parte del dominio correspondía a una familia noble, los Mollet, que adoptaron el topónimo del pueblo como apellido y discutieron la autoridad del obispo.

A principios del siglo XIV, varios señores formaban la universidad de parroquianos, que en un momento dado se enfrentó a Marc Planella, de la casa de Vilatzir, la actual Torre de Malla. El motivo fue que en 1381, Planella compró al rey la jurisdicción de las parroquias de Mollet, Gallecs y Parets (que formaban una alcaldía) y eso implicaba los derechos de impartir justicia y de recaudar impuestos, pero los lugareños actuaron como una única universidad y consiguieron volver a depender del rey, que también accedió a incorporar las tres parroquias en la ciudad de Barcelona, como calle. Era el año 1393 y Mollet formaba parte del Consejo de Ciento, esto supuso prosperidad para el pueblo y un fortalecimiento de la organización colectiva, que quedaba definida por el alcalde, la curia y los síndicos.

Del pasado medieval de Mollet queda en pie la iglesia románica de Santa María de Gallecs (siglo XII), la base del campanario de la iglesia de Sant Vicenç (siglos XI-XII) así como varias masías que tienen su origen en ese período.

En 2006, se encontraron, en un solar próximo a la plaza Prat de la Riba, dentro del perímetro de la antigua sagrera medieval de Mollet, diversos restos arqueológicos, donde cabe destacar dos sepulturas del siglo XII. Últimamente, también se han encontrado, en un solar unos metros más abajo, varios silos del mismo siglo.

Desde el fin de la Edad Media hasta bien entrada la Edad Moderna, el consejo municipal se reunía bajo los robles de Manent, y, en caso de lluvia, en Can Ros (a medio camino de las tres villas de la alcaldía: Mollet, Parets y Gallecs).

En 1573 el rey concede el régimen municipal, con un consejo ordinario formado por 12 personas: un alcalde, un clavario, dos jurados y ocho consejeros. Este funcionamiento tiene pocas variaciones hasta el decreto de Nueva Planta, en 1714. A raíz de la derrota catalana en la Guerra de Sucesión, las autoridades borbónicas abolen las antiguas leyes y el alcalde pasa a ser un administrador en lugar del jefe político del municipio. Mollet entonces depende del corregimiento de Mataró y el Ayuntamiento es supervisado en muchos aspectos por la alcaldía mayor de Granollers. Los nombres de las familias que desde el siglo XIV hasta el siglo XVIII forman parte de los consejos siempre los encontramos vinculados a familias campesinas influyentes: Borrell, Fonolleda, Ros...

La población de la alcaldía se mantiene casi estancada entre el 1497 y el 1708 (entre 340 y 385 habitantes), pero a lo largo del siglo XVIII aumenta bastante: en 1787 llega a 768 habitantes (en Mollet le corresponde un 55 %, un 35 % en Parets y un 10 % a Gallecs).

Además de la tarea religiosa, la iglesia de Mollet cumple funciones sociales y de liderazgo. En 1498, se empieza a construir una nueva iglesia, de estilo gótico tardío, que sustituirá al anterior románica.

Mollet se encontraba en una zona estratégica de paso por donde pasaban dos caminos reales: el de Barcelona a Vich y el de Barcelona a Gerona y Francia, que representaban frecuentados movimientos de tropas, además de un flujo comercial y cultural importante. El primer atravesaba el pueblo y el segundo iba paralelo al río Besós; sufría, además, frecuentes ataques de bandoleros, sobre todo en la Pineda Fosca.

Pero gobernar un municipio con tres parroquias no era tarea fácil, y a menudo había conflictos. En 1732, Parets pidió su separación.

Los inicios de la industrialización en Mollet tienen en el sector textil un claro protagonista. A mediados del siglo XIX había 1400 habitantes, y, aunque en 1870 se instala una fábrica de algodón, es un pueblo básicamente agrícola que cultiva, por este orden, trigo, cáñamo, legumbres, maíz y vino (la crisis de la filoxera llega a Mollet en 1886 y en 1898 ya ha destruido casi totalmente la vid).

Durante este siglo, los acontecimientos políticos siguen la dinámica de la política estatal (en 1849 Parets se había independizado de la alcaldía). Entre los hechos bélicos que vive Mollet, destaca una batalla al inicio de la Guerra de los Segadores (en el siglo XVII), cuando los catalanes derrotaron las tropas francesas. Más adelante, durante la Guerra de la Independencia, Mollet queda entre los dos ejércitos: en 1810 hay una batalla en las inmediaciones donde las tropas españolas ganan las francesas, destacando los molletenses Alsina y Gaietà Ventalló en la lucha contra los invasores.

A partir de 1868 se consolida el estado liberal, el 30 de septiembre la revolución llega a Mollet: grupos de personas se concentran ante el Ayuntamiento y queman un retrato de la reina Isabel II; la candidatura liberal gana las elecciones municipales, hecho que es denunciado como fraude por Vicenç Plantada, que hace un alegato a favor del sufragio universal (Plantada, nacido en 1839, es maestro, veterinario, escritor, inventor y motor de muchas iniciativas políticas catalanistas). Desde el 1848 hay una carretera que comunica Barcelona, pasando por Mollet, con Gerona y Portbou.

En 1854 llega el primer ferrocarril, en la misma dirección; el 1862 comienza a funcionar la línea en San Juan de las Abadesas (más adelante llegaría a Puigcerdá) y en 1880 se le suma el tren del Calderí (que cierra en 1932). La proximidad del núcleo barcelonés y las buenas comunicaciones fomentan la llegada de las primeras fábricas. En 1891 llegan los hermanos Moretó empiezan con un aserradero, pero en 1895 instalan un molino para moler cereales, los orígenes de la actual Farinera Moretó. En 1897 comienza a funcionar la Tenería Moderna Franco Española, conocida como la Pelleria.

Cuando acaba el siglo, Mollet es un pueblo dedicado a la agricultura, con una incipiente industria, donde viven poco más de 2.000 habitantes, con algunos Mollet claves como Félix Ferran, nacido en 1814, introductor de mejoras para la agricultura y pionero en la replantación de viñedos con cepas americanas.

Mollet estrena siglo con sus industrias más emblemáticas concentradas al lado de la vía férrea, donde se instalan por la abundancia de agua, porque se alejan de la agitación social y sindical de Barcelona, y porque disponen de mano de obra. Así, en 1900 se instala la fábrica textil de Can Fàbregas y en 1919 lo hace otra, Can Mulà, propiedad de Frederic Ros i Sallent, que invierte las rentas agrícolas también en el textil. Hasta los años sesenta, el sector industrial molletense gira alrededor de estas dos fábricas, más la Pelleria. De 1900 a 1940 la población se había multiplicado por tres.

Pero la mayoría de la gente aún vivía del campo. Los trabajadores de la industria compartían su actividad laboral con trabajos agrícolas y no todos los campesinos eran propietarios de las tierras que cultivaban, algunos lo hacían a cambio de una parte de la cosecha. En 1922 Feliu Tura y Pere Bonvilà promueven la creación de la Unión de Rabassaires, para defender el campesinado.

Durante el primer cuarto de siglo, el Ayuntamiento encarga al arquitecto municipal Domingo Sugrañes la planificación del crecimiento urbanístico del municipio, con la elaboración de un plano donde proyecta las áreas de crecimiento, las actividades comerciales y los servicios.

La gente organiza la asistencia con la creación de hermandades que tenían por objetivo la ayuda moral y material en caso de enfermedad. Algunas se habían fundado ya en el siglo XIX y se acabaron fusionando en 1933 en la Sociedad de Socorros Mutuos de Mollet. Han quedado en la memoria colectiva médicos como los doctores Duran, Tiffon, Puigcercós, Rosés o Vilaseca.

La población obrera molletense tuvo un considerable protagonismo social y político los años de la Segunda República y la Guerra Civil. En abril de 1931 ganan las candidaturas republicanas y se constituye el nuevo consistorio con Feliu Tura como alcalde. En octubre de 1934, Mollet participa en la Revolución de 1934, el desenlace general es la suspensión del Estatuto y el encarcelamiento del Gobierno catalán. Feliu Tura, algunos concejales de ERC y miembros de la CNT de Mollet pasan por la cárcel. A partir de entonces, antiguos concejales de la época de la dictadura y algunos suplentes de las listas de la Liga Regionalista se hacen cargo del Ayuntamiento.

En las elecciones de febrero de 1936, gana de nuevo la izquierda, pero el 18 de julio los militares españoles se alzan contra la República y se inicia la Guerra Civil. Se crea un Comité de Milicias Antifascistas que agrupa todos los partidos y sindicatos del Frente de Izquierdas y octubre se constituye el Ayuntamiento con representantes de la Unión de Rabassaires, ERC, CNT, PSUC y POUM.

Se forman comités obreros en las grandes industrias; se colectivizan los oficios menestrales y la tierra, así como el teatro, el cine, las barberías y los hornos. Se crea una oficina de vivienda, las parejas de Mollet hacen uso del derecho de matrimonio civil, se favorece una enseñanza moderna y en catalán, se crea empleo en obras públicas... Durante la guerra, Mollet sufre la falta de alimentos, la llegada de refugiados y los bombardeos, el primero, el 8 de enero de 1938 en los Quatre Cantons, que mata 16 personas y hiere a muchas más, el segundo, el del 25 de enero de 1939, cuando aviones italianos bombardean la calle Berenguer III y la riera Seca: matan ocho personas y hieren a más. Dos días después, las tropas franquistas entran en Mollet y nombran alcalde al industrial Simeón Rabasa.

Con la implantación del nuevo régimen, cambia el marco político y social. Un centenar de soldados de Mollet habían muerto en el frente y otro centenar de personas se exilia, cerca de 120 personas pasan por cárceles y campos de concentración de España, cuatro más mueren en el campo de concentración de Mauthausen y el resultado de los juicios sumarísimos es de cuatro condenas a muerte, donde destaca el exalcalde Josep Fortuny, que había sustituido Feliu Tura al frente de la alcaldía.

La penuria económica, la represión y la falta de libertades dominan el panorama. Una de las primeras tareas del nuevo Ayuntamiento es la depuración de los funcionarios municipales. La documentación pasa a ser escrita en castellano, se prohíbe el uso público del catalán, se incorpora el lenguaje y la simbología del nuevo régimen. El consistorio franquista comienza dos grandes obras: la cobertura del torrente Caganell, un foco de infecciones, que ya había planteado el Ayuntamiento republicano, y la construcción de la iglesia derruida, por lo que obligan a contribuciones económicas o en especie a todas familias. La nueva iglesia se inaugura el 14 de abril de 1941.

A inicios de los cincuenta, el movimiento migratorio comienza a crecer de forma espectacular: se pasa de los 6000 habitantes a los 20 000 en 1970, en un crecimiento industrial, demográfico y urbanístico poco planificado, que atiende sólo la demanda urgente de vivienda y provoca la especulación del suelo, con nuevos núcleos periféricos masificados y degradados para absorber la avalancha de recién llegados.

Durante las primeras décadas de la dictadura, los ciudadanos de Mollet aprovechan los pequeños espacios de libertad, como el del Centro Parroquial, para hacer teatro, cine, boletines... A partir de 1964 se inaugura el Casal Cultural, promovido por Simeón Rabasa, con residencia de ancianos y biblioteca, que durante los años posteriores se convierte en un foco de actividades culturales y reivindicativas.

Los años sesenta, cerca del río Besós, se crean los polígonos industriales de Can Magre, Can Magarola y Can Prat. La crisis del textil de los años setenta provoca la diversificación de la industria, que se amplía, sobre todo, los sectores metalúrgico y químico. A inicios de los años setenta, se plantea la expropiación de unos 5 km² de la zona rural de Gallecs, para edificar una gran ciudad. Expropian los terrenos, pero el proyecto no se lleva a cabo. Respecto a la enseñanza, para atender la fuerte demanda de escolarización, se crean nuevos centros escolares públicos y privados.

La dictadura de Franco continuaba, pero cada vez tenía más oposición. En el Centro y en el Casal, la juventud se organiza para hacer teatro, cine-fórum, recitales... La primera manifestación de esta época en Mollet es para pedir agua.

En 1975, muere el dictador y Adolfo Suárez, un hombre surgido del régimen, se encarga de sacar adelante la transición. El 15 de junio de 1977 se encuentran las primeras elecciones democráticas, que gana la UCD, el partido de Adolfo Suárez. Entre 1975 y 1979, la efervescencia se extiende al entorno educativo, sindical y vecinal. Se lucha por el primer instituto de enseñanza secundaria y se avanza hacia la mejora de la calidad; Raimon y Lluís Llach hacen recitales de canción, se hace la primera Semana de Cultura Catalana, pasa la Marcha por la Libertad...

La lista del PSUC, encabezada por Anna Bosch, gana las primeras elecciones municipales en 1979, a quien sigue en la alcaldía Carme Coll, del mismo partido. Estos primeros años, se aprueba el Plan General de Urbanismo, que permite planificar el futuro de la ciudad, se detiene el proyecto de la macrociudad en Gallecs, se recuperan tradiciones y fiestas, se avanza en la renovación pedagógica y la implantación del catalán en la escuela y las clases de adultos hasta que los años ochenta se completa la red de centros escolares públicos.

En 1987 Montserrat Tura, del PSC, es elegida alcaldesa, cargo que ejerce hasta 2003. A principios de los años noventa se inaugura la Biblioteca Can Mulà, las pistas de atletismo y la Escuela de Música. La ciudad ya ha superado los 40 000 habitantes. En 1992 Mollet es la subsede de tiro de los Juegos Olímpicos de Barcelona, las instalaciones de la Escuela de Policía de Cataluña (actualmente, el Instituto de Seguridad Pública). Ese mismo año, el municipio fue declarado Ciutat Pubilla de la Sardana. En 1993 se conmemora el Milenario de la ciudad, en 1994 nace el Centre d'Estudis Molletans, en 1995 salen por primera vez en la Fiesta Mayor las Colles de Morats i Torrats, a principios de 1996 se inaugura el nuevo Mercado Municipal y en 1999 el Museo Abelló abre sus puertas. La construcción de la variante de la N-152 en 1990 facilita la transformación física de una buena parte de Mollet. La Illa de Can Mulà y Can Fàbregas son ejemplos de densidad y mezcla de usos.

El nuevo milenio se inicia con la inauguración del Complex Esportiu Ca n'Arimon, seguido del parque dels Colors, de Enric Miralles; de la Casa de la Vila con un mural de Brossa, de las primeras guarderías, de la inauguración del remodelado mercado viejo como espacio polivalente, de un mercado semanal potente que se hace cada martes ... Los últimos 15 años, Mollet ha desarrollado un modelo de ciudad compacta, con tres elementos que marcan y limitan el término municipal: la reserva del espacio de Gallecs, que limita al 50 % su desarrollo urbano, la práctica ocupación del suelo disponible para nuevos desarrollos, y la reducción del espacio como consecuencia de las infraestructuras de comunicación que la atraviesan.

Desde las empresas municipales EMFO, Mercamollet y Promosol se trabaja para crear empleo y promover la actividad económica y comercial. Gallecs es incluido en el Plan de Espacios de Interés Nacional (PEIN) y desde el Consorcio de Gallecs y la Asociación de Agricultores se promueve la agricultura ecológica y la recuperación de variedades tradicionales. En 2010 se inaugura un hospital de referencia para los pueblos vecinos y en 2011, finaliza la urbanización del polígono industrial y de servicios de La Farinera, un espacio de emplazamiento estratégico con una buena conectividad vial. El reto, como define el Plan Estratégico 2025, es poder impulsar una mayor actividad productiva basada en una renovación, diversificación y cualificación empresarial, donde Mollet lidere el entorno territorial del Baix Vallès.

El año 2011 pasan de 52 000 los habitantes de la ciudad. Hermanada con Rívoli (Italia) desde 1986 y con Cinco Pinos (Nicaragua) desde 1989, la ciudad reconoce el trabajo y el esfuerzo de sus molletanos ilustres Joan Abelló, Jordi Solé Tura, Josep Solà y Josep Maria Pou, y de muchos otros —que han recibido el agradecimiento de la ciudad en forma de distinciones cívicas— que de forma anónima y callada han contribuido a hacer de Mollet la ciudad que ahora es. Desde 2004, el alcalde de la ciudad es Josep Monràs.

Estos últimos años, Mollet ha sufrido un lavado de cara. Se han construido nuevos equipamientos la Tesorería General de la Seguridad Social o la comisaría de policía local, entre otros.

Además, ha sido distinguida por la Unión Europea con galardones como el European Green Leaf 2015, por su compromiso con el medio ambiente.

Al año siguiente, Viles Florides (una iniciativa que pone en valor la protección de los espacios verdes de las ciudades catalanas) distinguió a Mollet con 4 flores de honor, máxima distinción. Además, la rambla de Pompeu Fabra fue declarada como el mejor espacio público urbano de Cataluña durante el 2016.

También ha sido distinguida como Ciudad Europea del Deporte durante el 2017, gracias a sus políticas orientadas al deporte (la feria L'esport al carrer es una muestra).

El 22 de abril de 2017, Mollet se hermanó con la ciudad alemana de Ravensburg.

Anualmente, en Mollet se celebran diferentes eventos de marcado carácter local, como la feria Mollet és fira o Mostra Internacional de Titelles de Mollet, entre otros.

Escudo

El blasón fue aprobado el 7 de abril de 1989 y publicado en el DOGC número 1.137 el 28 del mismo mes.[3]

El salmonete (moll en catalán) es una señal parlante tradicional. Los cuatro palos recuerdan la jurisdicción condal-real sobre la población.

Bandera

Fue aprobada el 8 de agosto de 1990 y publicada en el DOGC número 1338 el 3 de septiembre del mismo año.

Himno

El himno de la ciudad fue aprobado por el Pleno de Corporación el 11 de septiembre de 1994. La letra es el fragmento del poema Himno a Mollet de Joan Ambròs i Lloreda, musicado por Vicenç Coromines i Pi.


Molletans, d’aquest cant fem gran festa,
fem-ne l’himne de joia i d’ardor
tot cantant enardim bé la testa,
car Mollet mereix bé nostre amor.
 
Volem fer voleiar les banderes
del progrés, la virtut i l’amor,
que no vinguin mai més ultranceres,
les paraules de guerra i de mort.
 
Endavant terra nostra estimada,
endavant el Vallès solellat
i al bell mig el Mollet que treballa
enaltint el país venerat.

Quedin lluny les dolentes tempestes
que ens aporten un gèlid record,
toquin sempre campanes a festa
exaltant per la pàtria el fervor.
 
Campanades pujant ben enlaire
retrunyint amb llur joia o llur plor
que no siguin jamai poc o gaire
missatgeres de cap deshonor.
 
Endavant terra nostra estimada,
endavant el Vallès solellat
i al bell mig el Mollet que treballa
enaltint el país venerat.

Molletanos, de este canto hacemos gran fiesta,
hagamos el himno de alegría y de ardor
cantando enardecido bien la testa,
caro Mollet merece bien nuestro amor.
 
Queremos hacer ondear las banderas
del progreso, la virtud y el amor,
que no vengan nunca más ultranza,
las palabras de guerra y de muerte.
 
Adelante tierra nuestra querida,
adelante el Vallès soleado
y en medio Mollet que trabaja
ensalzando el país venerado.

Queden lejos las malas tormentas
que nos aportan un gélido recuerdo,
toquen siempre campanas en fiesta
exaltando por la patria el fervor.
 
Campanadas subiendo bien en alto
retumbando con su joya o su llanto
que no sean nunca poco o mucho
mensajeras de ningún deshonor.
 
Adelante tierra nuestra querida,
adelante el Vallès soleado
y en medio Mollet que trabaja
ensalzando el país venerado.

Plaza Mayor, 1.

2002 Equipo de arquitectos Serra-Vives-Cartagena.

Se inauguró el 9 de noviembre de 2002 en el entorno de la Illa de Can Mulà, que obtuvo el Premio europeo de espacio público urbano 2000 otorgado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y el Instituto Francés de Arquitectura. En la fachada del edificio existe un gran mural de Joan Brossa, llamado A tumbada con pez (A ajaguda amb peix en catalán), donde aparece un "moll" (salmonete en catalán) en bajorrelieve, que aparecía en el arquitrabe de la fachada de la antigua iglesia gótica de Mollet construida 500 años antes, rodeado de olas, también en bajorrelieve, procedentes de un sello del Comú de Mollet de 1771. Por encima de estos bajorrelieves se sitúa una A inclinada. En el sitio web del Ayuntamiento dicen sobre esta A (traducido del catalán): "Expresión de humildad, primera letra del abecedario, puerta de entrada a la cultura y al conocimiento, una A que puede simbolizar la primera institución de la ciudad a la vez que es la primera letra de la palabra afecto. Así, el Ayuntamiento, fundamentado en la historia y la tradición, reúne el pueblo con cariño y contribuye al crecimiento cultural y a la libertad."

Pl. Prat de la Riba, 4.

Miquel Rosés, contratista de obra. 1890.

La antigua Sala de Plenos expone un cuadro de grandes dimensiones de Joan Abelló. Alrededor de la Plaza del Prat de la Riba hay dos edificios históricos con ventanas esculpidas. Desde 2003 es la sede del Síndico de Agravios. La nueva Casa de la Villa se encuentra en la plaza Mayor.


Av. Jaime I, 2.

Domingo Sugrañes Gras. Siglo XX

Edificio modernista de principios del siglo XX y atribuible al arquitecto Domingo Sugrañes, fue la primera sede de la Academia Mollet, también conocida como Academia Viñas, que se inauguró oficialmente en 1931. El inmueble acogió el centro educativo hasta que en 1963 la escuela se ampliaba con la adquisición de un edificio en la avenida Calderó de Mollet. A partir de 1979, el edificio fue la sede del centro de formación Meca Rápido hasta que, años más tarde, este centro también se trasladó a la avenida Calderón.

Los años en desuso fueron acelerando la degradación del edificio, hasta el punto que el Ayuntamiento requiere a los propietarios en varias ocasiones la rehabilitación de la fachada y que los Bomberos tuvieran que hacer alguna actuación de urgencia para limpiar la fachada y evitar desprendimientos.

El 2008, el promotor Jaume Alcoberro inició la rehabilitación del inmueble, unos trabajos, sin embargo, que quedaron parados con el estallido de la crisis inmobiliaria a la espera de financiación. Finalmente, en la primavera de 2015, el Ayuntamiento aprobaba la licencia de obras para la rehabilitación del edificio, obras que se iniciaron pero se detuvieron con la excusa de hacer cambios en el proyecto relacionadas con la conservación de un edificio abandonado.

Finalmente, en el 2017, se finalizaron las obras, quedando el edificio en su estado original, después de décadas de total abandono en el que casi desemboca en el derribo de la edificación modernista. Actualmente acoge las oficinas centrales del Banco de Sabadell en la ciudad vallesana.

C. Castelao, 2.

F. Vilagut. 1947.

Palacio que alberga la bodega y las cavas subterráneas del Champán Gomá. Ahora, remodelado, acoge el Teatro Municipal y la Escuela Municipal de Música y es sede de diversas entidades.

Rambla Balmes, 2.

1964.

Edificio que acogió la primera Casa de la Tercera Edad y la primera biblioteca de la ciudad. Destaca, en la fachada, un bajo relieve de piedra artificial representando la diosa de la inteligencia, obra de Ramón Sabi i Serra, entre otros.

Pl. de la Iglesia, 7.

Siglo XVI.

Antigua masía del siglo XVI que a partir del siglo XIX se convirtió en un hostal, cuando los propietarios, la familia Calderó, la arrendó. En la fachada, tiene una ventana noucentista, de 1920, diseñada por Josep Goday, y esgrafiados. Era parada y fonda de viajeros y diligencias del camí ral de Barcelona a Vic. A principios del siglo XX, el propietario Miquel Bosch de Calderó, hizo reformas, los actuales esgrafiados de la fachada y le puso el nombre de Marinette, en honor a su esposa, María Damm. Los últimos años, los propietarios Canals i Llavina, se encargaron del restaurante y del bar y fue centro de encuentros de celebraciones y entidades. El Ayuntamiento la compró el año 1984, la restauró y la convirtió en un centro cultural.

Pl. de Iglesia, 1.

1941. Francesc Folguera.

La base del campanar es el único vestigio que se conserva de la antigua iglesia gótica, construida el año 1498 y destruida el año 1936 durante la Guerra Civil Española. La fachada de la iglesia, tiene un relieve en piedra que representa a la Virgen María en el momento en el que su hijo Jesús, muerto, es desclavado de la cruz. Colocado el 18 de agosto de 2002, recuerda la celebración del Voto de Pueblo, cuando los molletenses invocaron la Virgen ante una epidemia de peste y, en agradecimiento, decidieron celebrar cada año una fiesta de acción de gracias a la Virgen, que es el Domingo siguiente del 15 de agosto, la Fiesta Mayor de Mollet.

Gallecs.

Siglo XII.

Iglesia románica con vestigios prerrománicos situada el corazón de uno de los parajes naturales más importantes de la comarca, Gallecs. A su alrededor Hay algunas masías de interés arquitectónico.

Pl. Prat de la Riba, 17

Siglo XIX.

Una de les farmacias más antiguas de la ciudad está situada en un edificio singular por su portal neogótico.

Av. Rafael Casanova, 79.

Siglo XIX

Los orígenes de la Farinera Moretó se remontan a finales del siglo XIX, cuando los hermanos Moretó i Prat, provenientes de orígenes rurales, se instalan en Mollet del Vallès, donde levantó un aserradero movida por una máquina de vapor y que los convirtió en los primeros industriales del municipio. A partir de 1895, la empresa diversificó el negocio. Aprovechando el excedente de energía de la máquina de vapor, los hermanos Moretó decidieron montar unas muelas de molino para moler cereales y producir harina. En 1909, con la segunda generación de la familia, los hermanos Moretó i Riera, el negocio da un salto adelante con la primera harinera moderna y ocho años después se trasladan de emplazamiento y comienzan la construcción del actual edificio en la estación de Mollet-Santa Rosa. Allí se instaló la nueva harinera y la residencia familiar, obra del arquitecto Domingo Sugrañes Gras. Interés arquitectónico y edificada en un momento de transición entre el Modernismo y el Novecentismo, el conjunto arquitectónico de la Farinera Moretó, que se concibió como un conjunto indivisible entre la fábrica y la casa, emana reminiscencias de ambos movimientos. En el edificio de la residencia, de rasgos novecentistas, se pueden admirar flores decorativas esgrafiadas abajo la cornisa, engaltats cerámicos en las esquinas y gárgolas de cerámica en verde, en un edificio encalado con cubierta de teja árabe, aleros ensanchados y atalayas. Además de las construcciones que formaban el conjunto fabril, la familia Moretó encargó al arquitecto Manuel Casas Lamolla, el año 1935, el diseño de un jardín de líneas clásicas, que la familia cedió años más tarde a la Ayuntamiento de la ciudad, donde actualmente se ubican los Jardines de La Farinera. Negocio en funcionamiento de la mano de la tercera y la cuarta generación de la familia, la Farinera Moretó fue ampliando el negocio y las instalaciones. La construcción de los silos de trigo (1929 y 1968), de los silos de harina (1955 y 1990), y la renovación periódica de la maquinaria del molino (1930, 1955, 1980 y 1996) han configurado la fábrica actual, lo aunque dispone de los terrenos y de las infraestructuras suficientes para garantizar la continuidad del negocio. Precisamente, el funcionamiento a pleno rendimiento de la fábrica ha sido uno de los criterios que ha tenido en cuenta el Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña a la hora de proponer la Farinera Moretó el catálogo de patrimonio catalán. Además, el interés histórico, arquitectónico y artístico del conjunto y el buen estado de conservación de la casa familiar, hacen de la Farinera Moretó, protegido desde 2005 dentro del Plan de Ordenación Urbanística de Mollet, un elemento de referencia.

C/ Berenguer III, 100.

Siglo XX.

Novecentismo. En la esquina con la calle de Jacinto Verdaguer, de principios del siglo XX, destaca el pequeño jardín, con la casa retardada. En la esquina con la calle de Jacint Verdaguer, de principios del siglo XX, destaca el pequeño jardín, con la casa retardada. La fachada tiene una composición simétrica con elementos de arcos medio arabescos y la reja del jardín, de hierro. Arriba hay una cornisa con elementos florales que se hacían prefabricados y se iban colocando. La fuente delantera es modernista. En todo Mollet había ocho, más la de la plaza de Prat de la Riba. En 1998 se sustituyeron todas las tuberías de agua de la calle, que estaban muy dañadas y el alcantarillado que pasaba por debajo. Entonces se tuvo que sacar la fuente y se volvió a reconstruir siguiendo los dibujos originales

C/ Italia, 2-4.

1915. Domingo Sugrañes Gras.

Edificio de estilo neogótico modernista con ornamentación de piedra artificial, de reciente y cuidadosa rehabilitación.

Av. Can Prat s/n.

1746

El año 1746 la masía de Can Prat se convierte en hostal y adquiere, muy pronto, un gran prestigio en toda la comarca. Muy remodelado, el edificio aún acoge un restaurante.

Av. Caldes de Montbui, 23 (Parque de Can Borrell).

siglo XIII. Medieval.

La masía, del siglo XIII, se estructura alrededor de un cuerpo central alargado y la torre de defensa de cuatro plantas situada a la derecha. La fachada actual es a dos aguas, con una configuración simétrica, con la torre de defensa del siglo XVII. La primera mención de los Borrell en Mollet es cuando Borrellus vende el 6 de junio de 1006 al abat Odó tres porciones de viña a Mollet. La siguiente, en la lista de parroquianos de Mollet de 1322, se habla de Felicii de Borrello. En 1447 consta el traspaso de un terreno propiedad de Ramón Borrell. vamos encontrando referencias de diversos Borrell que son regidores y alcaldes, como Antoni Borrell, alcalde entre el 1852 y 1854. Tiene un hijo: Josep Borrell Esteve. Años más tarde, Ramón Rosés Borrell hereda la masía; este es el último Borrell. Desde los años veinte, los masovers eran la familia Pi. El año 1941 la compró Vicent Camp Tintó y poco después la vendió a Josefa Mundó Homs. Después de la expropiación de Artur el año 1970, su hijo Josep Pou fue el último en trabajarla, hasta el 2003. En julio de 2005 se inauguró como centro cívico.

C/ Comte d'Urgell, 26 (Pl. Mercè Rodoreda).

Medieval.

Antigua masía medieval restaurada el año 1993. De la fachada destaca la puerta de dovelas y las ventanas con molduras. Es la única masía del municipio que conserva un patio central, con pozo, del que nace una escalera de piedra que comunica con la planta noble.

C. Alsina, 1.

Cristóbal Ramírez, 1911.

Antigua masía remodelada en el año 1990 como centro cultural. El edificio fue residencia de la familia Ros, propietaria de la fábrica textil de Can Mulà, ya desaparecida. El parque que rodea la casa era su jardín privado. El edificio fue restaurado y ampliado para acoger la Biblioteca.

C. Can Pacià, 7-11.

Medieval.

Casa solariega que conserva en la fachada un ventanal esculpido.

Av. Antoni Gaudí, 31-39.

siglo XVI. Medieval.

Conjunto de casas solariegas del siglo XVI, con puerta adintelada y ventanales bellamente esculpidos.

El uso original del conjunto es residencial con dependencias anexas para la actividad agrícola y producción artesanal. Estas edificaciones rurales están hoy en un espacio plenamente urbano habilitado para equipamientos colectivos. El estado de conservación de Can Flequer es bueno, el de Can Pantiquet no tanto. En un futuro se prevé su restauración para albergar, entre otros equipamientos, el menhir de Mollet.

Av. Libertad, 12.

1996 Equipo de arquitectos Serra-Vives-Cartagena.

Edificio que sustituye al antiguo mercado municipal, hecho con hormigón y vidrio, con una arquitectura clara y luminosa. La estructura está hecha con pilastras de hormigón y hierro de veintidós cuatro toneladas de peso, que actúan como costillas y soportan el enorme esfuerzo de la cubierta. Fue diseñado por el equipo de arquitectos Serra, Vives y Cartagena, autores también de la Illa de Mollet, de la que forma parte. El edificio fue inaugurado el 28 de enero de 1996.

Pl. Prat de la Riba, 6.

Manuel Cases Lamolla. 1948.

En 1935 el Ayuntamiento molletense proyectó un mercado cubierto. Mollet tenía 6000 habitantes. Para hacerlo, había que expropiar dos superficies: de la rectoría vieja y de Gaietà Vínzia, donde estaba la masía de Can Dragó. El edificio tenía una nave central, dos pisos e iba desde la calle Jaime I, donde había la entrada principal con vestíbulo, hasta la plaza Prat de la Riba. También había entrada por la calle de Enrique Granados (la actual San Vicente). Se preveían tiendas, cámaras frigoríficas, almacenes, vestuarios, sanitarios, depósitos de agua, cocina y comedor. Todo quedó detenido a causa de la guerra civil española. Después, el ayuntamiento franquista continúa con la misma idea, pero mucho más sencilla. El edificio solo prevé una sola planta, y no hay cámaras frigoríficas, almacenes ni sanitarios. Tiene 80 paradas que se subastan el 8 de agosto de 1949, a unos precios de salida de 2500 pesetas las pequeñas y 4200 las grandes. Se inaugura el 19 de agosto de 1949 y se cierra el 27 de enero de 1996. Después, provisionalmente se instala el Arxiu Municipal y ahora es un espacio para celebraciones culturales y festivas.

C/ Berenguer III, 122 (Museo).

C/ Lluís Duran, 88 (Casa del pintor).

El Museo Joan Abelló fue inaugurado en 1999, pero conserva la fachada de un edificio modernista de 1902. El nuevo museo (sede de Fundación Joan Abelló) exhibe principalmente una colección de arte de los siglos XIX y XX. La casa-museo guarda el estudio, la biblioteca y una exposición antológica del pintor.

C/ Industria, 1.

1897. Arquitecto: Sebastián Mayol (En el COAC figura un proyecto de Domingo Sugrañes Gras.[5]​). Cerámica: Lluís Bru Salelles.

La fachada de este edificio industrial conserva mosaicos alegóricos de la industria y el comercio.

1987. Martorell, Bohigas i Mackey.

Conjunto de cuatro edificios independientes con un espacio público interno, que crea un paisaje urbano de gran calidad ambiental. Sus arquitectos recibieron una nominación a los premios FAD de 1987.

Av. Rívoli (Parque de Can Borrell, fachadas en la calle Jaume Coll y Francesc Layret)

1993. Jordi Garcés y Enric Sòria.

Dos bloques de viviendas ligeramente sinuosos con un diseño serio, y buen acabado, que enmarcan el parque y la masía. Nominados a los premios FAD de 1993.

Rbla. Pompeu Fabra, 1.

1996. Josep M. Fort Mir i Ramon Godó Llimona.

Edificio de línea muy moderna y avanzada técnica, levantado en el lugar del antiguo matadero, es la sede del Centro Tecnológico de Gestión Integral de Residuos Orgánicos (GIRO). Este es un centro que promueve ámbitos de investigación, desarrollo tecnológico, formación de postgrado y formación continuada, asesoramiento a la Administración pública y empresas, un observatorio tecnológico y servicios avanzados de innovación tecnológica. El GIRO está impulsado por el Ayuntamiento de Mollet del Vallès, la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y el Instituto de Recerca y Tecnológia Agroalimentarias (IRTA), empresa pública adscrita al Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca. Actualmente también es sede de la Escuela Oficial de Idiomas de Mollet del Vallès y del Instituto Aiguaviva, de manera provisional.

Av. Tir Olímpic, 1-3.

1992. Esteve i Rubén Terrades.

Complejo para la práctica de tiro que alojó las competiciones olímpicas de esta especialidad en 1992, situado junto al Instituto de Seguridad Pública de Cataluña.

Pg. Cesc Bas, 5.

1992. Jaume Bach y Gabriel Móra.

Edificios escolares de proyecto novedoso.

Fachada de la Casa de la Villa. 2002. Joan Brossa

Una A inclinada, primera letra del abecedario, puerta de entrada a la cultura y al conocimiento; A de Ayuntamiento, primera institución de la ciudad; A de afecto ... aquella A que tanto amaba Brossa porque, decía, era el símbolo más humano. El 21 de diciembre de 1998 Joan Brossa firmaba el original de esta obra de arte, un inmenso mural que preside la nueva Casa de la Villa y que es un nuevo símbolo de la ciudad. Esta A une la modernidad de la nueva Casa de la Villa con la historia representada por un salmonete del escudo civil de la portada de la iglesia de 1498, y las olas de un sello municipal de 1771. Nueve días después de este acto, Brossa moría y el mural se inauguraba, junto con la nueva Casa Consistorial, el 9 de noviembre de 2002.

Pl. Joan Abelló 1996. Joan Abelló

Figura de bronce del conocido personaje de la farsa, provocador de risas, alegre y vivo, regalo del autor a la ciudad.

Parque del polígono industrial de la Farinera 2011. Diseño de Daniel Navas y Neus Solè

Escultura metálica de color rojo que simboliza un caballo de papel plegado. La escultura se sitúa en un extremo del parque dando carácter a todo el conjunto.

Ayuntamiento (2a planta del edificio institucional). 2011. Ricard Vaccaro

Estratos de la memoria es una pieza escultórica dedicada a Jordi Solé Tura. En ella, el autor ha querido representar la fragilidad. Es una escultura que juega con una cierta transparencia (la figura de Solé Tura) y con la fragilidad (la enfermedad). Los múltiples vínculos que sus aportaciones intelectuales establecieron para el buen funcionamiento del país son estos pequeños hilos de cobre que rodean la pieza y van más allá del núcleo central, tal como lo han hecho sus pensamientos.

Jardines del recinto de los Laboratorios Merck (polígono industrial de Can Magarola)

Estructura metálica gigante de una molécula, simbolizando el sector químico de la empresa.

Pl. Prat de la Riba.

Domingo Sugrañes Gras. 1921 original, 1983 reconstrucción.

Se inauguró en 1921. El autor fue Domingo Sugrañes, discípulo de Antoni Gaudí y que durante unos años trabajó en el Ayuntamiento de Mollet como arquitecto municipal. En aquella época, los vecinos y vecinas, como no tenían agua corriente, iban a llenar garrafas de agua. En 1961 la Corporación presidida por el alcalde Francisco Llorens hizo derribar la fuente y reurbanizó la plaza; en su lugar se colocó un surtidor. En 1983, ya en democracia, la Asociación de Vecinos del Centro hizo una suscripción popular y la fuente se reconstruyó. Actualmente es todo un símbolo de la ciudad.

C/ del Mercat 1996. Joan Abelló

Figura en bronce de una verdulera, representativa del campesinado catalán, donada a la ciudad por el autor y realizada a partir de un retrato de grandes dimensiones. Nacida en los años veinte, parece que la llamaban así porque su familia había venido de La Garriga. Vivía en San Fausto de Campcentellas, tenía un huerto y bajaba a vender las verduras y frutas de la temporada en Mollet. Se hizo un carro a su aire para bajar a Mollet a vender en la plaza, con una plataforma y dos ruedas pequeñas. No tenía bestia para tirar y lo hacía ella misma. Parece que llevaba pantalones. Durante los años cuarenta hizo de modelo del artista Joan Abelló, que la inmortalizó en numerosas pinturas. La gran ilusión de la Garriganga -muy independiente y liberal- era ser artista. Esta mujer era popularmente conocida y querida por los molletenses. Con la inauguración del Mercado Municipal, también se inauguró esta escultura.

Parque de Pau Casals (al lado de la calle Joan Brossa). 2003. Ramon Aumedes

Esta escultura cilíndrica de hierro oxidado tiene una altura de cinco metros y medio y simboliza la figura de un gigante. Una de sus características principales es que bascula y gira como si fueran las faldas de un gigante.

Ganadora entre nueve obras del concurso de esculturas, conmemora la designación de Mollet como la XVIII Ciutat Gegantera de Catalunya. Se inauguró el 3 de mayo de 2003 en medio de miles de personas y de cientos de gigantes llegados de todo el país, cuando la ciudad se convirtió en la capital mundial de la tradición gigantera.

Paseo de Cesc Bas (avenida de Rivoli) 1999. Josep Nogué

Pequeño bosque de columnas multicolores erigido en homenaje al artista molletense Francesc Bas Orodea (desde 1950 hasta 1994).

Quatre Cantons, av. Burgos - av. Rafael Casanova (valla del parque de Can Mulà) 2009. Diseño de Josep M. Monpín

En recuerdo a las víctimas de los bombardeos fascistas de enero de 1938 y de 1939, que afectaron el centro de la ciudad, conocidos como de los Quatre Cantons por el lugar donde más afectaron. El año 2002 se colocó en la antigua valla del parque de Can Mulà una plancha metálica con los nombres de las víctimas de los bombardeos. Esta plancha, un elemento muy simple y bastante deteriorado, se retiró con las obras de renovación del parque y en su lugar se construyó la nueva escultura.

El monumento actual, en forma de estrella de acero corten, simboliza la valla del parque tal como quedaría deformada después de la caída de una bomba. Los elementos metálicos han sido deformados y destruidos parcialmente por el estallido y en el punto donde cayó la bomba, hay un árbol que simboliza el renacimiento de la vida después de la destrucción.

Colegio de Educación Infantil y Primaria Joan Abelló. 1996. Joan Abelló

Representación en bronce del propio autor en actitud reflexiva, sobre un pedestal de adoquines de granito. La fachada principal de la escuela luce un gran mural de Joan Abelló, cuyo original fue pintado por el artista con motivo del 25 aniversario del centro escolar.

Rbla. Nova, c/ Antònia Canet. 1993. Joaquim Camps

Figura en bronce a tamaño natural que representa un chico leyendo el periódico paseando y disfrutando de la ciudad. Muy querido en Mollet, a menudo en invierno gente anónima le coloca bufandas y a veces le ponen periódicos o revistas para que cambie de lectura.

Hallado en el parque de las Pruneres. 4000-3000 a. C.

Menhir de la época del Neolítico, entre 3000 y 4000 años aC descubierto durante la excavación de la obra de construcción del parque de las Pruneres. Sus grandes dimensiones (cinco metros de largo y seis toneladas de peso) hacen que se trate de un hallazgo arqueológico extraordinario en Cataluña. Expuesto de manera provisional en el jardín de la biblioteca de Can Mulà, a la espera de la finalización en las masías de Can Pantiquet y Can Flequer. Se exhibe una réplica a escala real del menhir en el Parque de las Pruneras, en el punto dónde fue encontrado.

Pl. Padrón. 2005.

Busto en bronce de Rosalía de Castro sobre un cubo de mármol de Porriño que hace de pedestal. La figura de la poetisa y escritora tiene la vista en dirección a Padrón. Fue un obsequio de la Junta de Galicia.

Rotonda de la Vinyota (entre la calle Can Flaquer y la rambla Pompeu Fabra ) 2008. Diseño de Josep M. Mompín

El monolito representa un hito que señala el punto de acceso a la ciudad, situado en un punto estratégico dentro de la rotonda. El nombre identifica el municipio y el símbolo M!!, utilizado como logotipo identificativo de la ciudad en aquel momento, se sitúa girado en la escultura dándole un cierto movimiento. Está rodeado de un conjunto de macetas de acero corten que dan continuidad a la rambla de Pompeu Fabra.

Rbla. Balmes, c/ Berenguer III 1965

Busto en bronce sobre pedestal de piedra en homenaje a Anselmo Clavé, fundador de la Federación de Cors de Clavé, a la que adhirió la Coral El Clavell en 1931.

Parque de Lluís Companys 1992. Artur Aldomà

Figura en bronce conmemorando la lucha del pueblo catalán por sus libertades durante la Guerra Civil.

Pl. Amical Mauthausen 1991. Joaquim Camps

Escultura de bronce sobre escalones de granito, especialmente dedicada a los cuatro molletenses que murieron en el campo de concentración de Mauthausen: Vicenç Bach, Pere Cuyàs, Joan Molins y Joan Tura.

Pl. Prat de la Riba 1988, Cesc Bas

Escultura hecha en hierro, en forma de paloma y con la inscripción Milenario de Cataluña. En 1988 se celebró el milenario de la independencia de Cataluña. La Asociación de Vecinos de la Zona Centro y el Casal Cultural encargaron al escultor que hiciera esta obra. El autor simplificó al máximo el mensaje para hacerlo comprensible y asequible a todos. Representa una paloma hecho en dos planos, como doblado, a la parte delantera está el jefe y detrás las plumas, en una forma que nos recuerda la bandera.

Rbla. Nova, c/ Josep Maria Escarré 1993. Cesc Bas

Monolito de aluminio, hierro y piedra, alegórico de la evolución de Mollet durante los mil años de existencia, simbolizada en piedra granítica con la inscripción 993. Inaugurado el 7 de noviembre de 1993 en conmemoración de los mil años del primer documento histórico conocido donde se menciona el pueblo de Mollet. El monumento tiene dos bloques centrales hechos de aluminio fundido de forma que, unidos, forman una M (Mollet y también Milenario). De la piedra salen cuatro barras de acero corten oxidado para dar sensación de antigüedad. En la segunda cara encontramos un campesino vestido típico con la hoz en la cintura, junto a una torre que recuerda el campanario de la iglesia, en alusión a nuestro origen rural. En la tercera cara del monumento hay dos figuras con trajes modernos: una niña, símbolo de proyección de la ciudad hacia el futuro, sobresale del conjunto, en la esquina, entre el presente y el futuro. En la cuarta cara, hay una plancha de acero corten oxidado y encima, cubriendo la parte superior, otra de acero inoxidable, símbolo de modernidad y el futuro.

Parque de Can Mulà 1992. Lluís Gueilburt

Conjunto en hierro y piedra artificial con leyenda en cobre forjado y bronce, recordando que en 1992 Mollet fue capital de la sardana.

Pl. dels Ferrers 1997. Diseño de Xavier Rabal y Josep M Mompín

Elemento escultórico alegórico formado por dos yunques, antiguas herramientas de herrero, datadas de los años 1867 y 1912, que fueron adquiridas a la familia molletense que ejerció el oficio durante cuatro generaciones.

Av. Rafael Casanova, c/ Antònia Canet 1979. Cesc Bas

Bloque en hierro y piedra artificial con un busto parcial de Rafael Casanova, consejero jefe de Barcelona que defendió la ciudad en 1714 durante la Guerra de Sucesión. El bloque está acompañado de una bandera de Cataluña permanentemente izada. Se hace un homenaje institucional y ciudadano cada 11 de septiembre, Diada Nacional de Cataluña.

Rbla. Balmes 1995. Cesc Bas

Grupo escultórico de metal pulido y oxidado. Obra póstuma del autor, que fue terminada por sus colaboradores y financiada en gran parte con aportaciones populares.

Rotonda del Calderí 1999. Alberto de Udaeta



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