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Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí



El Monasterio de la Transfiguración o Monasterio de Santa Catalina (en griego: Μονὴ τῆς Ἁγίας Αἰκατερίνης) está situado en la boca de un cañón de difícil acceso a pies del monte Sinaí, en Egipto. Está construido donde la tradición supone que Moisés vio la «zarza que ardía sin consumirse». Se trata de uno de los monasterios más antiguos que continúan habitados. También se lo conoce con el nombre de Monasterio de la Zarza Ardiente. Pertenece a la Iglesia ortodoxa autónoma de Monte Sinaí, dependiente de la Iglesia ortodoxa de Jerusalén. En 2002, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.[1]

La madre del emperador Constantino I el Grande, Santa Elena, mandó construir una capilla en el lugar donde según la tradición Moisés habló con Dios en el episodio bíblico de la «zarza ardiente». Posteriormente el emperador Justiniano I mandó construir un monasterio en aquel lugar, junto a la capilla mencionada. El monasterio fue construido entre los años 527 y 565. Supuestamente la zarza que se conserva es la original, convirtiendo al monasterio en un lugar sagrado para las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam. Aunque su verdadero nombre es Monasterio de la Transfiguración, es conocido también como Monasterio de Santa Catalina, recibiendo este nombre de Santa Catalina de Alejandría, una mártir cristiana que fue sentenciada a morir en la rueda de tortura. La tradición transmitió que la rueda se rompió y que finalmente fue decapitada. Su cuerpo fue trasladado por los ángeles al Monte Sinaí y los monjes del monasterio encontraron sus restos sobre el año 800, en una gruta de la montaña, momento a partir del cual el monasterio custodió sus reliquias y se convirtió en un importante centro de peregrinación.

Según un documento en posesión del monasterio, y supuestamente del puño y letra del mismo Mahoma, el mismo profeta dio su protección al monasterio tras haberle concedido refugio de sus enemigos. Gracias a este documento y a que se construyó una mezquita fatimí en el interior de sus muros, el monasterio perduró a la dominación musulmana de la región. La mezquita está cerrada y nunca ha sido usada ya que, por error, no está orientada hacia La Meca.

Los anacoretas del Sinaí fueron eliminados durante el siglo VII y solo el monasterio perduró gracias en parte a las fortificaciones que lo protegían. Este aún conserva los muros que servían de defensa. El acceso al interior del recinto se efectuaba hasta el siglo XX mediante una puerta elevada en el muro exterior. Las cruzadas aumentaron el interés de los peregrinos hacia el monasterio, que se convirtió en centro de peregrinaje entre los años 1099 y 1270. El monasterio se mantenía gracias a dependencias del mismo en Egipto, Palestina, Siria, Creta, Chipre y Constantinopla.

El sistema de clasificación climática Köppen-Geiger clasifica su clima como desierto frío (BWk). Tiene las noches más frías de cualquier localidad en Egipto.[2]​ Su humedad es muy baja. Las montañas más altas de Egipto rodean el monasterio con muchos valles más pequeños que van desde la cuenca a las montañas en todas las direcciones. El monasterio se encuentra a una altura de 1600 msnm. La gran altitud del monasterio y las altas montañas que la rodean proporcionan un clima agradable, con refrescantes noches frescas de verano y una excelente primavera, mientras que los días de invierno son frescos para la región y las noches podrían alcanzar los -14 °C en raras ocasiones. Las nevadas poco frecuentes en Santa Catarina tienen lugar durante los meses de invierno de diciembre, enero y febrero, sin embargo, la nieve también ha ocurrido en otoño y primavera. Una pequeña ciudad con hoteles y piscinas, llamada Santa Catalina, ha crecido alrededor del monasterio.

El monasterio tiene gran importancia debido a su antigua y valiosa biblioteca que guarda la segunda colección más extensa de códices y manuscritos del mundo, solo superada en número de ejemplares por la Biblioteca Vaticana.[3]​ En ella se pueden encontrar unos 3500 volúmenes escritos en griego, copto, árabe, armenio, hebreo, georgiano, siríaco y otras lenguas. Es notable una copia del Ashtiname de Mahoma, un documento en el cual el profeta islámico le concede protección al monasterio.[4]

En el complejo se encuentran obras de arte únicas, entre las que se encuentran mosaicos, iconos rusos y griegos, pinturas encáusticas, ornamentos religiosos, cálices y relicarios. Entre los iconos que guarda el monasterio se encuentran algunos de los más antiguos del mundo, datados de los siglos V y VI. Cabe destacar el Pantocrátor del Sinaí, del siglo VII, el libro de la escalera del divino ascenso, un icono del siglo XII del libro de San Juan Clímaco, o el icono más antiguo sobre un tema del Antiguo Testamento. Se ha ideado un proyecto para catalogar las obras de la biblioteca del monasterio.

El monasterio data de los tiempos de Justiniano. Esteban de Aila, el arquitecto del monasterio, construyó una basílica de tres naves, de basalto, con el techo de madera y capiteles labrados en un estilo derivado del corintio. La basílica tiene cinco naves laterales y unas torres en el extremo occidental. La «zarza ardiente» se encuentra situada en el extremo oriental.

El monasterio ha experimentado pocos cambios desde su construcción. La misma puerta de madera cierra el portal occidental y el techo de madera descansa sobre vigas con grabados en honor del emperador Justiniano y su esposa Teodora, todo ello del siglo VI. Las inscripciones habían sido observadas y comentadas por los distintos viajeros que por allí habían pasado hasta el siglo XVIII. Sin embargo, en 1958 se realizó una expedición que estudió detenidamente las escrituras de las vigas, descubriendo su contenido; en ellas decía, «nuestro emperador más pío», refiriéndose a Justiniano, y «su difunta emperatriz», refiriéndose a Teodora. El monasterio debió terminarse entre la muerte de la emperatriz y la del emperador, es decir, entre 548 y 565.

También se pueden encontrar los restos de la mezquita de los siglo X y XI. Los estudios arqueológicos realizados han encontrado cruces cristianas en su interior. En el monasterio también se encuentra la Capilla de San Trifón, que es usada de osario para los hermanos difuntos.

El monasterio, junto a algunas dependencias del exterior, como el cercano monasterio de Raithu, constituye la Iglesia ortodoxa del Monte Sinaí. Esta iglesia es autónoma y está encabezada por un arzobispo, que es el mismo abad del monasterio. Este arzobispo es tradicionalmente consagrado por el Patriarca ortodoxo de Jerusalén.

La Fundación Santa Catalina es una organización sin ánimo de lucro que desea preservar este sitio tan importante de la UNESCO. La conservación de las estructuras arquitectónicas, las pinturas preciosas y los libros derivan mucho de esta organización. Este instituto tiene el importante objetivo de promover el conocimiento del monasterio con diferente publicación muy interesante de este tema.




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