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Norte



El norte o septentrión[1]​ (también llamado boreal) es el punto cardinal que indica, sobre un meridiano, la dirección al polo norte geográfico. En el hemisferio norte, se corresponde con el punto del horizonte cuya perpendicular pasa por la estrella polar. A la ubicación o a la dirección norte se les llama septentrional o boreal.

Norte proviene del vocablo norð, del gótico antiguo, y este del protogermánico *nurtha- que a su vez deriva del protoindoeuropeo *ner-, que significa "izquierda" (la misma raíz aparece en el latín sinistra 'izquierda', de donde deriva la expresión "a diestro y siniestro"), puesto que el Norte está a la izquierda cuando uno se pone frente al sol por la mañana (orto solar).

Septentrión deriva etimológicamente del latín septentrĭo, -ōnis, (septem, siete y trio, -ōnis, buey). Los romanos llamaban Septentrium "siete bueyes" a las siete estrellas que conforman la constelación popularmente conocida como "El Carro", que es, supuestamente, la cola y las patas de la Osa Mayor. Lo denominaban así por una creencia antigua que les hacía pensar que siete bueyes tiraban permanentemente de la esfera celeste, haciéndola girar sobre el que pasa por la estrella polar. La palabra no ha variado durante este tiempo, y derivó a "septentrional" y "septentrión" con el significado de "norteño" o "procedente del Norte". Esta palabra se usa en general para referirse al norte y en particular para la Osa Mayor, el polo norte y también a cierto viento procedente del Norte.

Boreal deriva del latín boreālis, que es relativo a borĕas (como en "aurora boreal"). La forma borĕas a su vez es un préstamo tomado del griego βορέας Boréas nombre del dios del "viento del norte", este nombre no tiene un origen bien conocido aunque ha sido relacionado con algunas raíces baltoeslavas para 'montaña' o 'bosque'.

La localización del norte geográfico fue muy importante en la orientación de navegantes y viajeros, ya que ha servido históricamente como origen para determinar el resto de los puntos cardinales. Algunos de los métodos investigados pueden encontrarse recopilados en diferentes autores clásicos de lengua castellana.[2]​ Los sistemas de orientación y localización mediante GPS han dejado obsoletos los métodos anteriores.

En los mapas modernos, el norte se ubica convencionalmente en la parte superior. En estos casos suele decirse que una región o parte de un país son septentrionales cuando se encuentran en la parte superior de los mapas. Por ejemplo: América del Norte en contraposición con América del Sur; Corea del Norte y Corea del Sur.

Orientarse buscando el Norte mediante una brújula es un método poco preciso, ya que el norte magnético no coincide exactamente con el polo norte geográfico. Hacia el norte magnético se orienta la aguja imantada de la brújula, que suele tener un color rojo o azulado para indicar el Norte.

En 1831 John Ross lo ubicó en la isla del Rey Guillermo. Se desplaza unos 15 km por año y actualmente (2000) se sitúa en el Ártico a una latitud de 80°N.

Periódicamente, en ciclos de miles de años, el Norte magnético se sitúa hacia el sur geográfico, y se produce así lo que los geógrafos denominan una reversión geomagnética.

Existen dos casos, según el hemisferio donde se encuentre el observador:

Este método nocturno era el más empleado por los marineros que trazaban rutas en los siglos XVI y XVII, ya que con un instrumento adecuado, astrolabio o un goniómetro, era posible determinar además la latitud del lugar. Ambos datos muy necesarios para el cálculo y determinación de rutas de navegación, Sin embargo, los que navegaban por el Atlántico, a medida que se acercaban al ecuador, iban viendo cómo la estrella polar se acercaba cada vez más al horizonte, hasta que se ocultaba por debajo del mar, lo que causaba una desorientación total a los pilotos de los barcos, por lo que se suele decir a la gente que se desorienta o que pierde el control que "ha perdido el Norte". No es de extrañar que "tener el Norte" sea sinónimo de estar bien orientado, y "estar desnorteado" signifique "estar desorientado" o "confuso".

En gnomónica es posible conocer el norte, ya que cualquier objeto vertical (aplomadado) tiene su sombra a lo largo del eje norte-sur a mediodía. Basta con determinar el instante en el que se produce para poder trazar esta dirección. El mediodía se puede saber por ser el instante del día en el que el Sol más se eleva aparentemente sobre el horizonte, y por lo tanto es el instante en el que las sombras son más cortas. Basta con averiguar ese instante durante el día para poder saber el eje norte-sur.

Se sitúa, de manera muy aproximada, frente a un observador que con su brazo derecho señale al punto por donde sale el Sol (orto heliaco). Este método es muy poco preciso, ya que solo coincide con el norte dos días al año; el resto de los días difiere el orto hasta casi 30 grados. Además, el orto heliaco es un método con gran error, debido a la refracción atmosférica.



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