Omnipotencia (literalmente “todo poder”) postula un poder de supremacía absoluta.
Esta cualidad está muy presente en la filosofía de las religiones monoteístas, la omnipotencia aparece como una de las características principales de Dios, entre las que también se incluyen: omnisciencia, omnipresencia (aunque varía según la religión) y omnibenevolencia.
El término omnipotencia se ha usado con diferentes connotaciones. Entre ellas pueden incluirse las siguientes, aunque no de forma exclusiva:
Tomás de Aquino (1225-1274) reconocía la dificultad de comprender el poder divino. Aquino escribió sobre este tema que: “Es difícil precisar en qué consiste exactamente la omnipotencia [de Dios]”. Para el pensamiento escolástico la omnipotencia divina se entiende como compatible con ciertas limitaciones sobre los poderes divinos en vez de implicar habilidades infinitas. Hay ciertas cosas que ni siquiera un Dios omnipotente puede hacer. Los teólogos medievales se interesaron por cuestiones aparentemente triviales acerca de cuáles eran las limitaciones de Dios. La declaración de que “Dios puede hacer cualquier cosa” solo puede asumirse si añadimos la cláusula “que implique la perfección del verdadero poder”. Esta respuesta escolástica estándar admite que los actos de criaturas como andar pueden ser realizados por humanos pero no por Dios. Más que una ventaja, los poderes de seres humanos tales como caminar o sentarse son solo posibles porque son imperfecciones en el poder humano. La capacidad de pecar, por ejemplo, no es un poder sino una imperfección. Dios, que es ser (acto) puro, reúne en sí todas las perfecciones; los seres humanos en cambio, son en acto pero también en potencia, porque reciben el acto de ser por participación, y se ven limitados por el modo en que este se configura (la esencia humana). En respuesta a la cuestión sobre si Dios puede hacer actos imposibles (tales como crear un círculo cuadrado), Aquino responde que “Nada que implique una contradicción cae bajo la omnipotencia divina.” [2]
En tiempos recientes C.S. Lewis adoptó una posición escolástica en el curso de su trabajo sobre el problema del mal. Lewis se adhiere al punto de vista de Aquino sobre las contradicciones.
Algunos monoteístas rechazan en conjunto la creencia de que Dios es o pueda ser omnipotente. En el unitarismo universalista, gran parte del judaísmo conservador y el reformista y algunos movimientos en el protestantismo, se dice que Dios actúa en el mundo por la persuasión y no por la coacción. Dios puede manifestarse en el mundo mediante la inspiración y la creación de posibilidades, pero no necesariamente mediante milagros o la violación de las leyes físicas. Este rechazo a la omnipotencia puede ser debido a consideraciones filosóficas o bíblicas, discutidas más abajo.
La teología del proceso rechaza la omnipotencia sobre una base filosófica, argumentando que el concepto clásico de omnipotencia implicaría ser menos que perfecto, lo cual se contradice con la idea de un Dios perfecto.
Esto aparece en la a menudo olvidada declaración de Platón de que “Ser es poder”.
De esta premisa Charles Hartshorne deduce que:
El argumento puede dividirse de este modo:
Si Dios tiene un poder absoluto, entonces no tiene ningún poder en absoluto. Por tanto Dios debe incorporar algunas características de poder y otras de persuasión. A esto se le conoce como teísmo dipolar.
Algunos de los que se oponen a la idea de omnipotencia divina lo hacen basándose en la Biblia. Ellos hacen notar que la palabra “omnipotencia” está ausente en la Biblia. También hacen notar que en las narraciones del Antiguo Testamento Dios actúa con la creación principalmente mediante la persuasión y solo ocasionalmente mediante la fuerza bruta. Un texto del Nuevo Testamento usado para oponerse a la idea de omnipotencia divina es la afirmación de Pablo de Tarso de que Dios no puede mentir (Tito 1:2). Por tanto alegan que no hay razones bíblicas para creer en la omnipotencia y que esa doctrina es simplemente el resultado de una síntesis de la doctrina helenística y el pensamiento cristiano primitivo.
Debemos de saber y entender que la biblia fue traducida de un lenguaje original por lo que hay diversas interpretaciones de la misma.Y estas interpretaciones muchas veces son erradas y no enfocan el mensaje original en el idioma original.
Creer que Dios puede hacer absolutamente todo lo que se pueda imaginar puede conllevar ciertas paradojas lógicas. Un ejemplo simple puede ser como sigue: ¿Podría Dios crear una piedra tan grande que ni él mismo pudiera levantarla? Si puede hacerlo, entonces la roca inamovible limitaría los poderes de Dios; pero si no puede, entonces ya no es omnipotente. Este problema condujo en la Alta Edad Media al concepto matemático del infinito y sentó las bases del cálculo infinitesimal.
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