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Ondatra zibethicus



La rata almizclera o rata almizclada (Ondatra zibethicus) es un roedor semiacuático de tamaño medio, nativo de América del Norte e introducido en partes de Europa, Asia y América del Sur. Es la única especie del género Ondatra y la tribu Ondatrini, Se pueden encontrar ratas almizcleras en humedales de un amplio rango de climas y hábitats. Además de su importancia ecológica en dichos humedales, es un recurso alimenticio para los humanos y posee un cotizado pelaje. En gran parte de sus zonas habitadas se la considera una especie foránea.

La rata almizclera es la especie más grande de la subfamilia Arvicolinae que incluye otras 142 especies de roedores, la mayor parte de ellos arvicolinos o leminos. Las ratas almizcleras son a menudo llamadas «ratas» en un sentido general debido a sus características físicas, a su gran capacidad de adaptación y a su dieta omnívora. Sin embargo, estas ratas no pertenecen al género Rattus.

El nombre de la rata almizclera probablemente proviene de la palabra de origen algonquin, muscascus (literalmente «es rojo») o de la palabra abenaki mòskwas que se refleja en el nombre que tenía en el inglés tradicional, musquash. Debido a la asociación con el olor almizclado que el animal utiliza para marcar su territorio y a su cola aplanada, el nombre cambió a castor almizclero, y más tarde evolucionó a rata almizclera por su parecido con las ratas.

Una rata almizclera adulta mide entre 40-70 cm, de los cuales la cola ocupa casi la mitad. Pesa entre 0,6 y 2 kg, unas cuatro veces más que la rata parda (Rattus norvegicus), a pesar de que la rata almizclera es solo un poco más larga. Son mucho más pequeñas que los castores (Castor canadensis), con los que a menudo comparten su hábitat. Están cubiertas de un pelo corto y espeso, más ligero en la zona del vientre, que va del marrón oscuro al negro, aunque se vuelve gris con la edad. Su piel está formada por dos capas, lo cual les ayuda a protegerse del agua fría. Su larga cola no tiene pelo, sino que está cubierta y es aplanada, como la de los castores para ayudarles a nadar. Cuando caminan sobre la tierra, esta se arrastra por el suelo y, por ello, su rastro es fácil de reconocer.

Estos roedores pasan mucho tiempo en el agua y están adaptados a la vida semiacuática. Pueden nadar bajo el agua entre 12 y 17 minutos. Su cuerpo, como el de las focas o el de las ballenas, es menos sensible a la acumulación de dióxido de carbono que el de la mayoría de los mamíferos y sus patas traseras son aplanadas, aunque durante la natación, no son estas, sino la cola, su principal medio de propulsión.[2]

La rata almizclera se encuentra mayoritariamente en Canadá y Estados Unidos, y una pequeña parte del norte de México. Además fue introducida en Europa a principios del siglo XX. Habitan tanto en zonas salinas como en el agua dulce de humedales, ríos, lagos o estanques.[3]​ Su población crece de manera rápida y abundante, por ello son capaces de acabar con gran parte de la vegetación de las zonas que habitan y desempeñan un papel importante determinando la vegetación de los humedales al eliminar selectivamente las especies de plantas que más les gustan. Algunas de estas especies afectadas son la totora y el lirio de agua amarilla.

Si bien gran parte del hábitat de humedales se ha eliminado debido a la actividad humana, con la construcción de canales y estructuras de riego también se ha creado un nuevo hábitat adecuado para la rata almizclera, capaz de vivir en entornos contaminados, junto a corrientes donde mueren otros animales. La rata almizclera se clasifica como un «nuevo organismo prohibido» bajo la ley de Nueva Zelanda, para evitar que sea importada al país.

Las ratas almizcleras viven habitualmente en grupos formados por un macho y una hembra y su prole. Durante la primavera, se disputan violentamente con otras ratas almizcladas el territorio. En estas contiendas muchos ejemplares resultan heridos o incluso muertos. Las familias de estos singulares y habilidosos roedores construyen nidos para protegerse del frío y de los predadores.

Estos animales viven en «cabañas» construidas en los riachuelos, estanques o lagos, a las que acceden por un túnel cuya una entrada está bajo el agua. Estas entradas son de entre 15 y 20 centímetros. Utilizando barro y vegetación, estos animales son capaces de levantar montículos de hasta un metro de altura. Además, en las zonas más frías, las ratas almizcladas tapan la entrada de la guarida con una “puerta vegetal” que renuevan cada día. Estas construcciones animales a menudo son derruidas por las crecidas primaverales y deben ser construidas año tras año. Además de sus cubiles, las ratas almizcleras construyen plataformas de pesca en los humedales.

Otro comportamiento importante desde el punto de vista ecológico, es que, debido a sus costumbres, estos roedores controlan la vegetación, facilitando así la vida de otros animales como pájaros acuáticos.[4]

Las ratas almizcleras se muestran más activas durante la noche o en períodos cercanos al alba y al anochecer. Se alimentan principalmente de totoras y otras plantas acuáticas. Al contrario de lo que pasa con otros animales, no se aprovisionan de comida para el invierno; sin embargo, a menudo se comen el interior vegetal de su cubil. Si bien se las ha relacionado con el robo de comida a los castores, hay que destacar una posible relación con estos seres tal y como propuso David Attenborough en un documental de la BBC titulado The Life of Mammals. El 95% de su dieta está conformada por alimentos de origen vegetal, pero como buen omnívoro, también se alimentan de pequeños animales tales como mejillones, ranas, peces, cangrejos y pequeñas tortugas. Las ratas almizcladas siguen las huellas y pistas que ellas mismas dejan en los pantanos y estanques y, cuando las aguas se congelan en invierno, siguen estos rastros bajo el hielo.

Entre los depredadores de este roedor se encuentran zorros, grandes mustélidos, coyotes, lobos, linces, osos, águilas, serpientes, cocodrilos, halcones y búhos. Las marmotas, las tortugas mordedoras y algunos peces de gran tamaño como el esturión atacan a las crías de las ratas almizcleras. En invierno el caribú y el ciervo canadiense se alimentan de la vegetación que conforma los nidos de este gran arvicolino cuando no encuentran en el bosque el sustento necesario. El chacal común es el principal predador de las poblaciones de ratas almizcleras introducidas en la antigua Unión Soviética.

Las ratas almizcleras, como casi todos los roedores, son excelentes criadores. Las hembras pueden tener dos o tres camadas al año de seis a siete crías cada una. Cuando nacen no tienen pelo y solo pesan alrededor de 22 gramos. En ambientes meridionales maduran en seis meses, mientras que en el norte tardan cerca de un año. Las poblaciones de la rata almizclera comienzan con un patrón regular de crecimiento, seguido de un dramático descenso, cumpliendo este ciclo cada seis o diez años. Este modelo de crecimiento se encuentra en más especies de roedores, aunque es famoso por ser típico de la rata almizclera.

Los indios americanos durante mucho tiempo consideraron a la rata almizclera como un animal muy importante. Algunas predicciones sobre los niveles de nieve en invierno se basaban en la observación de las características físicas y el comportamiento de la rata almizclera, así como el tamaño de sus refugios.

En varios mitos indígenas sobre la creación, la rata almizclera es la responsable de que el barro sumergido en el "mar primordial" ascienda hasta crear la Tierra, después de que otros muchos animales fracasaran en la tarea. La rata almizclera también es y ha sido en ocasiones un recurso alimenticio para los humanos. En el sureste de Míchigan, se permite a los católicos comer rata almizclera en miércoles de ceniza y los viernes de cuaresma. Esta tradición se lleva a cabo desde principios del siglo XIX.

El pelaje de la rata almizclera es muy cálido, por ello la captura de la rata almizclera a fin de comercializar su piel se convirtió en una importante industria a comienzos del siglo XX. Fue entonces cuando se introdujo la rata almizclera en Europa como recurso peletero. En algunos países europeos como Bélgica y Holanda se considera este animal una plaga. Esto es debido a que excavan y destrozan diques de contención construidos para evitar inundaciones en zonas por debajo del nivel del mar. Además suelen comer maíz y otros productos propios de plantaciones familiares o industriales, afectando así a la producción agrícola.[5]

Debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.[6]

Gustav Mützel, para Alfred Brehm. 1927.

Cráneo.

Cabaña de rata almizclera.

Tom Kelley, para el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos[7]

En el Parque Regional de Piper Point, en Burnaby (Columbia Británica).

En el río Rideau, en Ottawa (Ontario). Foto: D. Gordon E. Robertson.

Ejemplar en Potter marsh, Alaska (Estados Unidos).



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