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Oración subordinada



Una oración subordinada (también llamada oración secundaria) es una oración que depende estructuralmente del núcleo de otra oración, llamada oración principal. Es decir, la oración subordinada es una oración que es a su vez un constituyente sintáctico de otra. Y, por tanto, la oración subordinada no tiene una autonomía sintáctica (si es considerada sola) y es subordinada por otra, llamada principal, a través de nexos diversos según su tipología: conjunciones, pronombres relativos, adverbios conjuntivos. El procedimiento sintáctico que une ambas oraciones, principal y subordinada, se denomina subordinación o hipotaxis, y es distinto de los otros dos que existen para ligar oraciones: la coordinación o parataxis y la yuxtaposición.

Las oraciones subordinadas son siempre constituyentes sintácticos de la oración principal, por lo que su clasificación tiene mucho que ver con la función sintáctica que desempeñan como constituyente sintáctico dentro de dicha oración principal. Las oraciones subordinadas adjetivas, por ejemplo, desempeñan funciones propias del sintagma adjetivo, casi siempre como adyacente de un sustantivo antecedente en la proposición principal, las subordinadas sustantivas la de un sintagma nominal sujeto o complemento directo, indirecto, etc., del verbo la proposición principal, y las subordinadas adverbiales la de complemento circunstancial del verbo de la proposición principal.

En muchas lenguas las oraciones subordinadas no presentan internamente características diferentes de las oraciones principales, por lo que el único signo reconocible es que jerárquicamente dependen de algún otro elemento. Sin embargo, lo anterior si bien muy frecuente, no es regla general: no es universal; por ejemplo, en alemán el orden sintáctico difiere de una oración principal del de una oración subordinada. En alemán, que es una lengua V2, el verbo frecuentemente ocupa la segunda posición en una oración enunciativa, mientras que en una oración subordinada introducida por un complementante aparece en posición final. En algunas lenguas la diferencia es más notoria aún, ya que existen marcas morfológicas explícitas para la forma verbal según esté en la oración principal o en una oración subordinada; esto sucede, por ejemplo, en huichol donde la oración principal requiere una marca pɨ- tras el prefijo de sujeto, mientras que en las oraciones subordinadas pueden ser marcadas con el sufijo -pɨ (si el tiempo y la persona son idénticos a la principal) o el prefijo mɨ- (en otras casos). En lenguas pano o en miskito también existen diferencias morfológicas entre el verbo de la oración principal y la oración subordinada.

Desde el punto de vista de la sintaxis o función sintáctica de la oración subordinada, es común distinguir varios tipos de oraciones subordinadas:

Se consideran inordinadas todas las anteriores salvo las lógicas, porque todas cumplen alguna función sintáctica dentro de la proposición principal; las lógicas, sin embargo, no cumplen ninguna función sintáctica clara y se utilizan como operadores lógicos para ordenar o procesar ideas y deberían ser denominadas más propiamente subordinadas.

Las proposiciones subordinadas sustantivas desempeñan funciones sintácticas propias del sustantivo: sujeto, objeto directo, complemento de régimen o suplemento, complemento del nombre, … Van introducidas por los nexos que, el que, el hecho de que, por pronombres interrogativos como qué, cuál, quién, o por adverbios interrogativos como cuánto, cómo, cuándo, dónde etc., precedidos o no por preposición. En el caso de las interrogativas indirectas también puede aparecer el nexo si. Las proposiciones subordinadas sustantivas se dejan sustituir por un pronombre neutro: eso, esto, etc., o por un infinitivo menos frecuentemente.

Existen fundamentalmente dos tipos de subordinadas sustantivas en cuanto a su forma o estructura:

En el segundo de los tipos en cuanto a su forma o estructura el nexo se suele suprimir detrás de verbos de lengua o verbos que expresen voluntad o mandato: "Le ordeno se presente inmediatamente en comandancia"; "Pedro dijo: No es necesario". En este último caso se trata de lo que se denomina estilo directo, es decir, se reproduce lo que ha sido dicho con exactitud y en su forma primitiva sin cambios; el nexo es reemplazado por dos puntos, comillas o guion. Si por el contrario lo que se ha dicho se reproduce sin respeto a la forma original como fueron pronunciadas las palabras, aunque con el mismo sentido, se denomina estilo indirecto y sí existe el nexo: "Pedro dijo que no era preciso".

Existen distintos tipos de subordinadas sustantivas según la función sintáctica que estas desempeñen:

Las subordinadas adjetivas o de pronombre relativo desempeñan la función de adyacentes de un sustantivo o sintagma nominal al que se denomina antecedente. Van introducidas por pronombres relativos como que (cuando puede sustituirse por el-la-los-las cual-es), quien o quienes, el cual, la cual, los cuales, las cuales, o cuyo, cuya, cuyos-as, precedidos o no de preposición: "El libro que me prestaste era muy bueno". Pueden considerarse asimilables a las adjetivas las subordinadas adverbiales de lugar, tiempo y modo introducidas por los adverbios conjuntivos donde, cuando y como que llevan antecedente expreso, como en el caso "Ese es el lugar donde comimos", "Esta fue la época cuando yo estudiaba" o "Esa fue la manera como lo hicimos", cuyos antecedentes respectivamente son lugar, época y manera. Existen tres tipos:

Existen tres tipos:

Existen seis tipos. Sirven para ordenar las ideas en un continuo que va desde la condición a la finalidad.

En las lenguas indoeuropeas las oraciones subordinadas explícitas requieren o pueden llevar un complementador que las introduzca:

En cambio, las oraciones subordinadas implícitas o no finitas suelen carecer de complementador:

En otras lenguas, como el náhuatl, las oraciones subordinadas no adjetivas suelen ser explícitas y no llevan ninguna partícula introductoria y se logran mediante verbos seriados:

Tanto es así que las oraciones subordinadas desempeñan en el conjunto oracional más amplio funciones sustantivas, adjetivas o adverbiales, pues han terminado por sustituir a sustantivos, adjetivos y adverbios por sus formas más complejas. Así pues, las oraciones subordinadas adoptan el papel de los elementos más simples de la oración, aumentando su significado y profundidad semántica. Pueden ser sujeto, complemento directo, indirecto, circunstancial, etc.

En la gramática del español, tradicionalmente se han clasificado las oraciones subordinadas según el tipo de función que realizan dentro de la oración principal:

En algunas lenguas existen restricciones de orden y de organización interna de las cláusulas suborinadas. Un ejemplo de ello es el alemán que es una lengua V2, lo cual implica que en las oraciones no subordinadas el verbo aparece en segunda posición mientras que en las oraciones subordinadas introducidas por un nexo subordinante no es posible el ascenso del verbo al núcleo del sintagma complementante como se ilustra en los siguientes ejemplos:

La oración (1) es una oración compuesta donde las dos oraciones están coordinadas y por tanto su respectivos verbos (en negrita) ocupan la segunda posición. Sin embargo, en la oración (2) la cláusula subordinada, que tiene el mismo contenido que la primera cláusula de (1), tiene el verbo al final. Esto puede explicarse en términos de ascenso del verbo flexionado (ver sintaxis y orden oracional del alemán, oración relativa alemana).



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