El ordinariato militar para Venezuela es una circunscripción eclesiástica personal, no territorial de la Iglesia católica denominada ordinariato militar y dedicada a la pastoral castrense.
El ordinariato militar tiene jurisdicción personal peculiar ordinaria y propia sobre los fieles católicos militares de rito latino (y otros fieles definidos en los estatutos), incluso si se hallan fuera de las fronteras del país, pero los fieles continúan siendo feligreses también de la diócesis y parroquia de la que forman parte por razón del domicilio o del rito, pues la jurisdicción es cumulativa con el obispo del lugar. Los cuarteles y los lugares reservados a los militares están sometidos primera y principalmente a la jurisdicción del ordinario militar, y subsidiariamente a la jurisdicción del obispo diocesano cuando falta el ordinario militar o sus capellanes. El ordinariato tiene su propio clero, pero los obispos diocesanos le ceden sacerdotes para llevar adelante la tarea de capellanes militares de forma exclusiva o compartida con las diócesis.
El ordinariato militar comprende todas las unidades militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, así como sus familiares y personal civil que laboren en la institución castrense.
El primer capellán militar de Venezuela fue designado el 29 de mayo de 1946.
Desde 1970 se iniciaron los primeras tentativas ante la Santa Sede para la creación de un vicariato castrense, las cuales continuaron durante 20 años con el estímulo y la opinión positiva de la Conferencia Episcopal Venezolana.
Mediante la promulgación de la constitución apostólica Spirituali Militum Curae por el papa Juan Pablo II el 21 de abril de 1986 los vicariatos militares fueron renombrados como ordinariatos militares o castrenses y equiparados jurídicamente a las diócesis. Cada ordinariato militar se rige por un estatuto propio emanado de la Santa Sede y tiene a su frente un obispo ordinario nombrado por el papa teniendo en cuenta los acuerdos con los diversos Estados.
El ordinariato militar fue erigido el 31 de octubre de 1995 mediante la bula In ecclesia omnes del papa Juan Pablo II. Marcial Augusto Ramírez Ponce, quien era director del Servicio de Capellanía de las Fuerzas Armadas de Venezuela se convirtió en el primer obispo ordinario militar para Venezuela.
El primer incardinado después del obispo, fue el capitán de la aviación presbítero Leonardo Lucero Lutenko, luego de haber sido ordenado sacerdote, siendo militar de carrera.
Posteriormente, los primeros seminaristas del ordinariato militar para Venezuela también salieron de la pastoral en la Aviación Militar Venezolana, y más adelante se agregaron otros provenientes de congregaciones religiosas y diócesis.
Hasta la aparición de la Spirituali Militum Curae, el 21 de abril de 1986, los hoy llamados Ordinariatos Militares, eran Vicariatos Castrenses; en este sentido presenta una relación histórica muy concisa y publicada en la primera página del Ordinariato Militar para Venezuela:
Las gestiones en Pro del Ordinariato Militar se continúan durante los años de 1987 a 1994, año este en donde se logra ya de una manera definitiva la creación del tan ansiado y solicitado Ordinariato Militar.
Los obispos que han pastoreado el ordinariato militar para Venezuela son:
(merideño)
(tachirense)
(zuliano-trujillano)
Fuente:
Como toda diócesis, el ordinariato cuenta con un seminario, para la formación de los futuros capellanes militares para la FANB en los cuales se forman en las áreas: humana, espiritual, académica, comunitaria y disciplina. El Seminario Castrense es el centro de y futuro del ordinariato militar para Venezuela.
De acuerdo al Anuario Pontificio 2020 el ordinariato militar tenía a fines de 2019 un total de 37 sacerdotes.
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