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París-Roubaix



La París-Roubaix (también conocida "El infierno del norte" o "La Clásica de las clásicas")[1]​ es una carrera de un día profesional de ciclismo en ruta que se disputa en la zona septentrional de Francia. Recorre un trayecto desde Compiègne, ciudad próxima a Región parisina, hasta el velódromo de Roubaix, en la región de Alta Francia, de ahí su nombre. Se celebra el segundo domingo de abril,[1]​ una semana después del Tour de Flandes, y pertenece al calendario UCI WorldTour, máxima categoría de las carreras profesionales.

Considerada como una de la pruebas ciclistas más duras del mundo, la París-Roubaix se disputó por vez primera en 1896, lo que la convierte en una de las carreras más antiguas que aún permanecen en el calendario internacional.[1]​ Desde su creación, la carrera se ha visto interrumpida en tres ocasiones, dos de ellas debido a la primera (1915 hasta 1918) y segunda guerra mundial (1940 hasta 1942)[2]​y la tercera en 2020 debido a la pandemia de COVID-19.

Es el tercero de los denominados "monumentos del ciclismo" (Milán-San Remo, Tour de Flandes, Lieja-Bastoña-Lieja y Giro de Lombardía) y es el segundo y último monumento de pavé de temporada. También es la última clásica de tramos adoquinados del calendario UCI WorldTour y hace parte de las denominadas "Clásicas de Flandes".

Aparte de su largo kilometraje (260 km aprox.), el Infierno del Norte se caracteriza por sus 50 km de pavé, gran aliciente y dificultad de la carrera, que están repartidos en sectores entre los últimos dos tercios de la ruta.[1]

Con cuatro triunfos, son dos los ciclistas que poseen el récord de victorias en la prueba: los belgas Roger De Vlaeminck (1972, 1974, 1975 y 1977) y Tom Boonen (2005, 2008, 2009 y 2012).

Está organizado por Amaury Sport Organisation (ASO) y desde 1967 y 2003 la carrera cuenta con una versión sub-23 y júnior. En 2020, y al mismo tiempo que se anunciaron las nuevas fechas del calendario UCI, durante la crisis del COVID-19, se anunció la disputa de la prueba en modalidad femenina por primera vez desde su creación,[3]​ sin embargo ambas pruebas que se disputarían a finales del mes de octubre fueron canceladas definitivamente ante la declaratoria de estado de alerta máxima por el incremento de casos de COVID-19.[4]

La creación de la París-Roubaix fue impulsada por el diario deportivo Le vélo. Su director Paul Rousseau recibió la idea de la mano de dos empresarios de la localidad de Roubaix, Théo Vienne y Maurice Perez, quienes vieron en esta carrera un buen entrenamiento para la por entonces, más famosa Burdeos-París y, tras supervisar el trazado de la prueba, puso en marcha la competición bajo el nombre de La Pascale.

Aquella primera edición salió el 19 de abril del Bois de Boulogne, al norte de París, para cubrir los más de 300 kilómetros que la separaban de Roubaix. Su primer ganador fue el alemán Josef Fischer y el premio que recibió fue de 1000 francos franceses.

Desde entonces la prueba solo ha dejado de disputarse en 7 ocasiones, todas motivadas por las dos Guerras Mundiales, de 1915 a 1918 y de 1940 a 1942. Hasta 1966 continuó saliendo de París pero ese año se cambió su lugar de salida a la localidad de Chantilly, 50 kilómetros al norte de París. Posteriormente, en 1977 volvió a cambiarse, esta vez a Compiègne. Como curiosidad, apuntar que en el Tour de Francia de 2007, el ciclista suizo Fabian Cancellara, ganador de la París-Roubaix en 2006, logró la victoria de etapa en Compiègne tras atacar en el tramo adoquinado que se encontraba situado a un kilómetro escaso de la meta.

Formaba parte de la Copa del Mundo de ciclismo desde su puesta en marcha, en 1989, hasta la desaparición de esta tras la temporada de 2004.

Lo que convierte a la París-Roubaix en una carrera única es la extrema dureza del terreno por el que se disputa, el pavés. Pese a que existen otras pruebas que transcurren por tramos adoquinados, ninguna de ellas acumula tantos kilómetros sobre este tipo de superficie, rondando siempre, según el recorrido, los 50 kilómetros. Estos tramos, cerca de 30, que se suceden más o menos desde el kilómetro 100 de la prueba hasta la misma localidad de Roubaix, pueden llegar a rondar los 4 kilómetros y están calificados con estrellas, siendo aquellos de 5 estrellas los considerados de mayor dureza. Esta categorización se establece en función del trazado del tramo, de su distancia y del estado en que se encuentre el pavés. Entre los más conocidos está el Bosque de Arenberg y el Carrefour de l'Arbre, ambos, junto al tramo de Mons-en-Pévèle, los únicos calificados con las mencionadas 5 estrellas.

Otras particularidades de esta carrera son su lugar de finalización y el trofeo que se entrega al vencedor. Desde su primera edición, la París - Roubaix finaliza en el velódromo de Roubaix. Los participantes, después de pasar por línea de meta aún tienen que completar una vuelta completa al anillo para finalizar la prueba. Cuando el vencedor sube al podio, el trofeo que recibe es una réplica de los miles de adoquines por los que ha tenido que pasar para llegar hasta allí. Desde la celebración de la edición número 100, existe un monumento, reproducción del que se entrega a los vencedores, en la localidad de Roubaix.

Pero si hay una imagen simbólica de la extrema dureza y singularidad de esta carrera, son los rostros llenos de barro de los corredores. Debido a las fechas en que se disputa, segundo domingo de abril, una semana justo después del Tour de Flandes, es habitual que, si no llueve en el transcurso de la carrera, al menos lo haya hecho en las horas o días precedentes. Este hecho, unido a que en los tramos de pavés, el polvo y la arena son mucho más abundantes que en una carretera asfaltada, provoca que muchos kilómetros discurran por auténtico barrizales. Esta peculiaridad, junto a la estrechez de los tramos de pavés y la dificultad que entraña circular por ellos, son la principal causa de las numerosas caídas que tienen lugar todos los años. Y esta peculiaridad fue la que llevó a un corredor como Sean Kelly a afirmar que "una París-Roubaix sin lluvia no es una auténtica París-Roubaix".

Como curiosidad, apuntar que el sobrenombre de "el infierno del norte" no está relacionado, originalmente con la dureza de la prueba sino con el estado en que el recorrido quedó tras la conclusión de la I Guerra Mundial. Entonces, un reportero escribió en su periódico que los corredores habían atravesado "el infierno del norte".

Desde 1967 se disputa también la París-Roubaix sub-23 (oficialmente: París-Roubaix Espoirs), que es una París-Roubaix limitada a corredores sub-23, que se disputa a finales del mes de mayo.

Sus primeras ediciones fueron amateur hasta la creación de los Circuitos Continentales UCI en 2005 formando parte del UCI Europe Tour, los dos primeros años en la categoría 1.2 (última categoría del profesionalismo) y después en la categoría específica creada en 2007 para corredores sub-23, también dentro de la última categoría del profesionalismo: 2.1U.

Tiene unos 180 km en su trazado, unos 80 km menos que su homónima sin limitación de edad,[5][6]​ aunque con similares características.

A diferencia de su homónima sin limitación de edad, no ha estado organizada por ASO (organizadora también del Tour de Francia entre otras).[7]​ A partir del 2011, los organizadores, VC Roubaix, anunciaron que dejarían de organizar la carrera debido a los altos costes de la seguridad.[8]​ Una semana después, ASO salió al rescate de la prueba y se hizo cargo de ella.[9]

También se disputa la París-Roubaix junior, para ciclistas de 17 y 18 años. La misma se corre en abril, el mismo día de la París-Roubaix y fue creada en 2003.

Nota: En la edición 1949 hubo dos ganadores: André Mahé fue el primer corredor que cruzó la línea de meta, pero lo hizo después de que unos oficiales de carrera se equivocaran e hicieran entrar al velódromo al grupo que marchaba escapado por un lugar equivocado. Tuvieron incluso que entrar al Velódromo de Roubaix saltando con la bicicleta por las gradas. Serse Coppi, hermano del afamado Fausto Coppi, fue el primer ciclista que cruzó la meta entrando al velódromo por el lugar adecuado. Después de una gran polémica se decidió nombrar a los dos ciclistas ganadores de aquella edición.

Roger De Vlaeminck es el ciclista con más podios en la carrera.

Hasta la edición 2018.



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