Peñalba de Castro es una localidad española perteneciente al municipio de Huerta de Rey, en la provincia de Burgos, comunidad autónoma de Castilla y León.
Situada en la falda del Alto de Castro, cuenta con una geografía de media montaña, por su proximidad con la sierra de la demanda. Su término municipal serpentea el río Arandilla.
El origen de Peñalba de Castro es incierto, tiene su historia ligada a la de la antigua ciudad de Clunia. En el año 712 las tropas de Tarik arrasan Clunia, suponiendo este el fin de la ciudad. Durante los años el municipio fue tierra de disputas entre árabes y cristianos. A mediados del siglo VIII el rey Alfonso I de Asturias reconquista los restos de la ciudad, liberando a sus pobladores del dominio musulmán. El mismo rey decide trasladarlos a las tierras cristianas del norte de España, dejando desierta el área para crear una tierra de nadie en la región del Duero entre sus dominios y los musulmanes. El rey García I de León encomienda al Conde de Castilla Gonzalo Fernández de Burgos (padre de Fernán González) en el año 912 la repoblación del área del Duero, concretamente Haza, San Esteban de Gormaz y Clunia. Es en este momento cuando se funda la nueva fortaleza de Clunia, en un alto al sur de la ciudad primitiva, en el actual emplazamiento de Coruña del Conde. La razón del traslado es que desde este lugar se tenía un mejor control de la calzada que subía desde el Duero hacia el norte y de los dos puentes que cruzan el río Arandilla. Se constituye en ciudad de Castilla, cabeza del Alfoz de Clunia, el más extenso del condado, abarcando tierras desde el río Arlanza hasta el río Duero. Peñalba de Castro tendría su origen como aldea dentro del terreno de Coruña del Conde formada por pastores y servidores. En 1674 la aldea de Peñalba de Castro, en cuya jurisdicción se encuentran las ruinas de la antigua ciudad de Clunia, por privilegio de Mariana de Austria, madre y tutora de Carlos II, alcanza el rango de Villa, y se constituye como una población libre e independiente, con identidad. Según el catastro del Marques de la Ensenada de 1752 “la Villa de Peñalba de Castro se compone de de treinta y seis vecinos y medio en el que se incluyen las viudas que dos hacen un vecino”. Y se cultiva “hortaliza, cáñamo de regadío, tierras de secano que se siembran un año de trigo otro descansan, y el tercero se vuelven a sembrar de cebada; otras se siembran un año si, y otro no de trigo; otras que también se siembran en la misma conformidad de centeno y avena; eras en que se trillan las mieses, viñas que fructifican una cosecha al año, tres prados, un monte que se titula Montuerta de encina y roble”.
Así se describe a Peñalba de Castro en el tomo XII del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, obra impulsada por Pascual Madoz a mediados del siglo XIX:
Con la paulatina despoblación de las zonas rurales, Peñalba de Castro ha disminuido considerablemente en el número de habitantes. Podemos ver la evolución en los últimos 200 años:
Sus vecinos basan su actividad en la agricultura, se siembran cereales de secano, trigo y cebada; también se trabajan las viñas, y casi todos los vecinos hacen en su casa su propio vino de forma tradicional. La ganadería también tiene su importancia, se crían buenos lechazos de oveja. Así mismo, existe en la localidad un pequeño taller metálico.
En sus inmediaciones se encuentra la ciudad romana de Clunia.
Camino del Cid: es un itinerario turístico cultural que sigue los pasos del destierro de un personaje histórico, Rodrigo Díaz, y de una obra literaria: El Cantar de mío Cid. En ambos casos se trata de referencias de ámbito internacional: el Cid, como caballero medieval, y el Cantar, como una de las grandes obras de la literatura épica europea.
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