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Pentecostalismo clásico



El pentecostalismo clásico es una de las cinco ramas del pentecostalismo moderno, que sucede al pentecostalismo histórico y precede al unicitario. Surgió el 1 de enero de 1901 en la ciudad estadounidense de Topeka, Kansas.[1]

Las iglesias pentecostales clásicas difieren en sus doctrinas dependiendo de sus organizaciones, pero todas ellas comparten las creencias generales del pentecostalismo. El pentecostalismo clásico cree, a diferencia de algunos otros movimientos pentecostales, en la Santísima Trinidad, y se considera un movimiento más fundamentalista, dados al literalismo bíblico, creen en la existencia del infierno, en la vida eterna en el cielo y la muerte eterna en el lago de fuego. Además practican la mayordomía financiera, desaprueban aquellas doctrinas que consideran erróneas, consideran que los creyentes tienen autoridad por sobre aquello que consideran «demoníaco», y desaprueban la homosexualidad y el divorcio. Los pentecostalistas clásicos se abstienen del alcohol, el tabaco y otras drogas más fuertes, y también están en contra de la pena de muerte.[cita requerida]

El año 1900, el reverendo y ministro metodista Charles Fox Parham creó el Instituto Bíblico Betel, de uso exclusivo para hombres blancos, en la ciudad estadounidense de Topeka, en el estado de Kansas. Se matricularon alrededor de cuarenta alumnos, de los cuales doce poseían credenciales otorgadas por la iglesia metodista e iglesias del Movimiento de Santidad. A principios de 1901 se comenzó a masificar en la prensa y alrededores la idea de que la joven Agnes Ozman, de 30 años de edad, había supuestamente experimentado durante la celebración del Año Nuevo el don de lenguas, comenzando a hablar y escribir en chino por obra y gracia del Espíritu Santo. Consecuentemente, Parham y sus estudiantes comenzaron a proclamar esta nueva experiencia pentecostal, así como a practicar predicaciones masivas y la doctrina del bautismo en el Espíritu Santo para la cristianización del creciente número de devotos. Este es el inicio del movimiento pentecostal clásico.[2]

De acuerdo con un artículo del periódico The Cincinnati Enquirer, fechado el 27 de enero de 1904, en esta época se realizaban actividades evangelizadoras masivas conformadas por cientos de creyentes que supuestamente experimentaban sanaciones y glosolalia a través del canto y la oración. Como resultado de lo anterior, unas cien personas se habrían bautizado en el río Spring.[2]​ De este modo Parham comenzó a predicar diversas doctrinas, algunas ya presentes en el pentecostalismo histórico. Parham predicó sobre la santidad de los creyentes, la parusía, la restauración de los dones espirituales, el bautismo en el Espíritu Santo y el don de lenguas como manifestación de haber recibido dicho bautismo.[3][nota 1]

Durante sus primeros cinco años de formación, el movimiento pentecostal se extendió por Kansas y proyectó hasta Misuri y Texas.[2]​ Según Parham, quien para entonces ya había cerrado su Instituto Bíblico Betel y se estaba dedicando exclusivamente a la predicación,[3]​ hacia 1905 en Texas había 25 000 pentecostales.[2]

Charles Parham tuvo varios escándalos en su vida personal. Además se le criticó por creer que las lenguas del Espíritu Santo eran idiomas terrenales que se hablaban en otros lugares.[3]

En 1905, Parham abrió nuevamente su instituto de estudios bíblicos, pero en Houston, Texas. Esta vez admitió hombres negros, y uno de sus alumnos fue William J. Seymour, un afroamericano tuerto cuyos padres habían nacido en la esclavitud; debido al fuerte racismo estadounidense en aquella época, la opinión de Seymour difícilmente podría ser tomado en cuenta.[2]

Un año después, Seymour fue invitado a predicar a una Iglesia del Nazareno de afroamericanos en Los Ángeles, California, donde predicó acerca del bautismo en el Espíritu Santo, pese a no haberlo él mismo experimentado.[3]​ Algunos miembros de la iglesia lo criticaron, mientras que otros quisieron seguir escuchándolo.[2]​ Seymour entonces continuó en Los Ángeles, instalándose en una casa ubicada en la calle Bonnie Brae, prestada por una familia bautista. Los congregados fueron bautizados el 9 de abril de ese año, y el 12 de abril lo fue el mismo Seymour. Luego comenzaron a acudir a la casa otras personas, incluso de raza blanca.[3]

Más tarde se trasladó a la calle Azusa n.º 312, en un pequeño establo que antes ya se había utilizado como cochera y para reuniones de una iglesia metodista episcopal africana. Seymour decidió llamar a ese establo «Misión del Evangelio de la Fe Apostólica» y lo acondicionó como iglesia, a la cual comenzaron a acudir creyentes de todas las razas.[2][3]

Tiempo después, Charles Parham visitó la iglesia de William Seymour, y criticó su liturgia de fanática, emocionalista e incluso demoníaca. La prensa de la época realizó varios reportajes de dichas liturgias, y algunos de los medios censuraron y ridiculizaron dichos acontecimientos.[3]

Durante tres años, la nueva iglesia de la calle Azusa recibió a estadounidenses, canadienses y europeos,[2]​ y de este modo el pentecostalismo clásico se comenzó a extender a otros lugares. Entre sus visitantes más influyentes se consideran los siguientes:

Luego de tres años y medio, el ímpetu inicial de la iglesia de la calle Azusa comenzó a decaer. Varios creyentes de la iglesia comenzaron a predicar en otros suburbios de Los Ángeles, creando iglesias pentecostales independientes, las que Seymour y los demás líderes no quisieron asociar con su propia iglesia. Dichos grupos comenzaron a crear nuevas doctrinas, a diferir en la ética cristiana, en la forma de organización y administración del dinero. Pese a estas divisiones, Seymour continuó ejerciendo como pastor hasta su muerte, en 1929.[3]



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