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Peso (moneda de Chile)



El peso (símbolo: $; ISO 4217: CLP)[4]​ es la moneda de curso legal de Chile desde el año 1975.[5]

Fue establecido en 1817, junto con la independencia del país, y en 1851 se estableció el sistema decimal en el peso, que quedó constituido por 100 centavos. Se mantuvo como la moneda de curso legal en Chile hasta el 31 de diciembre de 1959, cuando fue reemplazado por el escudo.[6]

Por medio del decreto ley 1123 de 1975, el peso fue retomado como unidad monetaria a partir del 29 de septiembre de dicho año,[5]​ con una tasa de conversión de un peso por cada mil escudos. La subdivisión en centavos se mantuvo hasta el 1 de enero de 1984, cuando éstos fueron eliminados, por lo que la contabilidad se empezó a llevar en pesos enteros.[1]

Históricamente, ha sido fabricado por la Casa de Moneda de Chile (1743) y regulado por el Banco Central de Chile (1925), encargado del control de la cantidad de dinero en circulación.[7]

Pese a que la adopción del peso en reemplazo del real colonial se remonta a 1817, con el inicio del periodo de la Patria Nueva, se siguió utilizando el sistema español de moneda en que 8 reales equivalían a 1 peso y 2 pesos a 1 escudo. Esta costumbre persistió en Chile hasta 1851, cuando se adoptó el sistema decimal, en que 1 peso quedó constituido por 10 décimos o 100 centavos.

En 1925 la circulación de dinero fue controlada por el entonces recién creado Banco Central de Chile.[8]​ La Ley Monetaria de dicho año estableció al peso con un contenido equivalente de 6 peniques de oro y que 10 unidades de peso constituirían «un cóndor»; se estableció también que en toda moneda de 10 pesos o más se estamparía en letras y cifras su valor en pesos, y en letras de menor dimensión su equivalencia en cóndores.[9]

A partir de 1932, el valor del peso empieza a declinar gradualmente, y para la década de 1940, la inflación empieza a aumentar rápidamente. En 1955, como consecuencia de la inflación, se dispuso que todas las obligaciones se pagaran en pesos enteros, sin centavos.[cita requerida]

En el contexto de una política de saneamiento de la economía nacional y control inflacionario emprendida por el gobierno de Jorge Alessandri, entre 1960 y 1975 el peso fue reemplazado por el escudo (Eº).[6]​ La tasa de conversión fue de 1000 pesos por 1 escudo.

La hiperinflación existente durante el gobierno de Salvador Allende, que llegó a cifras de alrededor del 600 y 800 %,[10][11]​ fue una de las principales causas de la crisis económica que enfrentó su administración. Tras el golpe de Estado de 1973, una de las reformas económicas establecidas por la dictadura de Pinochet fue la reconversión al peso. Así, el 29 de septiembre de 1975 se estableció un cambio de 1000 escudos por 1 peso mediante el decreto ley 1123.[5]

Las primeras monedas emitidas bajo el nuevo sistema fueron las de 1, 5, 10, 50 centavos, y 1 peso; más tarde se añadieron los valores de 5 y 10 pesos. Las monedas de 1, 5, 10 y 50 centavos tuvieron una emisión limitada debido a las crecientes devaluaciones que ocurrieron durante la década de 1980.[1]

Entre 1979 y 1982, la tasa de cambio se mantuvo fija en 39 pesos por dólar estadounidense;[12]​ sin embargo, la presión inflacionaria hizo que la economía no pudiese aguantar dicha fijación y en el marco de la crisis de 1982 se comenzó lentamente a devaluar la moneda nacional, pasando la tasa de cambio a $78 por dólar en junio de aquel año, mientras que en agosto de aquel año el peso pasó a ser moneda flotante. Ya en 1984, el precio estaba a 100 pesos por dólar.

Hacia la década de 1990, la inflación hizo desaparecer tanto las monedas de centavos como los billetes de 5, 10, 50 y 100 pesos, reemplazados por monedas. Hacia fines de dicha década surgieron, además, el billete de 2000 y el de 20 000, junto con una moneda de 500 pesos, que eliminó el billete de homóloga denominación. Cambios posteriores en los billetes permitieron la introducción de símbolos para su reconocimiento por personas con problemas visuales y se incorporaron billetes de polímero, en reemplazo del papel, para los billetes de 1000, 2000 y 5000.

Todas las monedas acuñadas a partir de 1975, cuando fue adoptado el peso como moneda de curso legal, tienen validez en el país. Sus denominaciones y diseños han cambiado a lo largo del tiempo: inicialmente, solo se emitieron monedas de 1, 5, 10 y 50 centavos y 1 peso; posteriormente, se descontinuaron los centavos y se añadieron las monedas de 5, 10, 50, 100 y 500 pesos en reemplazo de los billetes de iguales denominaciones. La moneda de 500 pesos fue la primera moneda bimetálica producida en el país.[13]

En 2009 se presentó un proyecto para crear monedas de 20 y 200 pesos,[14]​ pero fue rechazado.[15]​ El 26 de abril de 2016, el Banco Central le propuso al Ministerio de Hacienda el envío de un proyecto al Congreso para eliminar las monedas de 1 y 5 pesos debido al poco uso y a su alto costo de fabricación.[16][17]​ El 2 de mayo siguiente, se presentó a la presidenta Michelle Bachelet un proyecto para una nueva familia de monedas, que entraría en circulación el segundo semestre de 2017.[18]​ En agosto de dicho año, el Congreso despachó un proyecto de ley que incluyó la eliminación de las monedas de 1 y 5 pesos.[19]​ Desde el 1 de noviembre de 2017, las monedas de 1 y 5 pesos dejaron de emitirse por el Banco Central y entró en vigencia el redondeo para los pagos en efectivo.[20]

El 10 de octubre de 2018 el Banco Central anunció el inicio del retiro de circulación de las antiguas monedas de 100 pesos, fabricadas entre 1981 y 2000; sin embargo, siguen vigentes como medio de pago y la medida implica principalmente el retiro de la moneda por parte de las instituciones financieras para disminuir su convivencia con las monedas actuales.[21]

Aparte de las denominaciones de uso regular, la Casa de Moneda de Chile ha acuñado monedas conmemorativas, que tienen valor vigente según la ley,[n 1]​ en las siguientes oportunidades:

En febrero de 2010, se descubrió que parte de la producción de monedas de 50 pesos, fabricadas por la Casa de Moneda en 2008, tenía la leyenda «REPÚBLICA DE CHIIE [sic]» en lugar de «REPÚBLICA DE CHILE» en el anverso.[27][28][29][n 2]​ Esto, sumado a problemas anteriores de gestión, le costó el puesto a Gregorio Íñiguez, gerente general de dicha entidad.[30]

Al restablecerse el peso como moneda oficial en 1975, se introdujeron billetes de 5 y 10 pesos —producto de la inflación, al año siguiente fueron reemplazados por monedas de las mismas denominaciones— además de los billetes de 50 y 100 pesos;[32]​ en los años siguientes, estos últimos también fueron reemplazados por monedas, y aparecieron los billetes de 500, 1000 y 5000 pesos. A fines de la década de 1980, se imprimieron únicamente billetes de 500, 1000, 5000 y 10 000 pesos —este último fue introducido en 1989—.

En 1997 entró en circulación el billete de 2000 pesos, al año siguiente el de 20 000 pesos y dos años después dejó de circular el de 500 pesos, reemplazado por una moneda. Durante 2009, los billetes en producción eran los de 1000, 2000, 5000, 10 000 y 20 000 pesos; en dicho año comenzó la introducción de una nueva serie de billetes. En la actualidad, muchos de estos billetes siguen en circulación, aunque es cada vez menos frecuente encontrarlos. Los billetes con denominaciones menores a 1000 pesos no están en circulación, pero siguen siendo legalmente válidos en todo el país y mantienen su valor nominal original.

El Banco Central de Chile comenzó en el segundo semestre de 2009 la producción de una nueva serie de billetes para conmemorar el bicentenario del país.[33]​ Si bien sus denominaciones y los personajes retratados no se modificaron, se cambiaron los tamaños, que variaron en función de la denominación, y se añadieron características de seguridad para evitar su falsificación. Tres de los billetes de la nueva serie son de polímero y dos, de papel de algodón.[34]

El diseño fue unificado, presentando el rostro de cada personaje en el anverso junto al antú —representación mapuche del Sol— y un corte transversal del corazón de un copihue, la flor nacional.[35]​ En tanto, en el reverso de cada billete, se incorporaron paisajes de diversos parques nacionales junto a una especie animal nativa:

Expresiones coloquiales antiguas que han sobrevivido en el español chileno hasta nuestros días son: «no tengo ni un veinte», en referencia a la moneda de veinte centavos que circuló entre 1907 y 1941, y «no tengo ni un cobre»,[37]​ referido a las monedas de un centavo que circularon entre mediados del siglo XIX e inicios del s. XX así como las de peso que circularon entre 1942 y 1959, ambas hechas de cobre.

Además, en el español chileno coloquial se usan ciertos sobrenombres para algunas monedas y billetes —dos de estos últimos son ocasionalmente denominados por el nombre del personaje retratado; sin embargo ninguno de estos apodos es usado por gran parte de la población—:

En contextos muy informales, para referirse a la suma de un millón de pesos también se utilizan las expresiones un guatón[48]​ y un palo.[49]

Aunque suene extraño, a veces en el argot popular, y preferentemente en el coa, se da un valor diferente a los billetes y montos, dividiéndolos por mil: al billete de mil pesos se le dice «un peso»; al de dos mil, «dos pesos»; al de cinco mil, «cinco pesos»; al de diez mil, «diez pesos»; y al de veinte mil, «veinte pesos». La suma de cien mil pesos es denominada «cien pesos», etcétera.




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