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Pipiolo



Pipiolo (idioma español; joven, ingenuo, sin experiencia); denominación coloquial, habitualmente despectiva, con que se conocía en Chile durante la primera mitad del siglo XIX a los miembros del bando político liberal. Sus rivales conservadores, en tanto, eran llamados pelucones por los pipiolos.

También se usa «pipiolo» para denostar a los partidarios del PIP puertorriqueño.

Al parecer, este término surgió en los suburbios de la ciudad de Alcoy para designar a un tipo de gente.

Sobre el origen del nombre, que en español significa simplemente "sin experiencia", circulan las siguientes versiones, que en todo caso no son contrapuestas.

La primera se refiere a un significado particular de la palabra, como viejo chilenismo actualmente en desuso:

La segunda versión se relaciona una escena costumbrista, supuestamente acontecida en Santiago en las primeras décadas del siglo XIX:

Como sea, el nombre hacía alusión a la participación en el bando liberal de ciudadanos sin mayores contactos en alta sociedad. Y a que este hecho era interpretado, por parte de sus adversarios, como una irrupción de advenedizos en temas que no les eran propios.

Este ataque sería después reinterpretado por los liberales en clave romántica:

La primera base social de este bando, que no estaba constituido orgánicamente como un partido político, fueron aquellos miembros de la aristocracia, funcionarios públicos y militares que durante Independencia de Chile fueron más fervientes partidarios de la emancipación de país respecto del Imperio Español; los llamados patriotas exaltados.

Sus adversarios, los pelucones, o'higginistas y estanqueros (antiguos realistas y "patriotas moderados"), hacían diferencias entre dos tipos de pipiolos:

El primer gran líder de esta facción, una vez declarada la independencia, fue el general Ramón Freire, que se habría convertido en el adalid de lo que recientemente el historiador Gabriel Salazar ha bautizado como la "democracia de los pueblos";[2]​ la lucha por el establecimiento de un sistema de mayores libertades públicas y la representación de las provincias. Dicho programa surgió en contra la centralización autoritaria del poder político nacional, primero por el gobierno de Bernardo O'Higgins, y luego por la búsqueda de la hegemonía política de la aristocracia castellano-vasca santiaguina y los grandes tratantes del comercio internacional chileno.

Tras la derrota sufrida por el liberalismo chileno en la Batalla de Lircay, los pipiolos comenzaron a ser duramente reprimidos, producto de la política de mano dura de Diego Portales. La implantación del estado de sitio, de consejos de guerra, fusilamientos sumarios y numerosos destierros postraron al bando en una difícil situación.

Los pipiolos, con el tiempo, se concentrarían en buscar la reforma de la nueva Constitución de 1833, que consideraban un cuerpo de legal autoritario, y en denunciar la intervención electoral oficial.

El bando, reducido a la impotencia política por el poder total del gobierno, terminaría por auspiciar numerosas asonadas, motines y manifestaciones. Otras de sus bases doctrinales eran: la libertad de prensa, la libertad de circulación de libros, la libertad electoral, la abolición del mayorazgo y los privilegios sacerdotales, y la lucha contra la hegemonía moral de la Iglesia católica. Por entonces, ya numerosos artesanos circulaban entre las filas de los pipiolos. Posteriormente, en 1849, muchos pipiolos se agruparían en el Partido Liberal, pero otros terminarían en organizaciones más radicales como la Sociedad de la Igualdad, de Francisco Bilbao.

A estas alturas, los igualitarios ya comenzaban a marcar alguna distancia de la tradición pipiola:

Entre los principales activistas y simpatizantes del bando pipiolo se cuentan las siguientes personalidades:



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