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Policía de la Provincia de Buenos Aires



La Policía de la Provincia de Buenos Aires (también denominada Policía Bonaerense o solo «la Bonaerense») es la fuerza seguridad pública de la Provincia de Buenos Aires.

Depende del Ministerio de Seguridad provincial, cuyo titular es Sergio Berni. El actual superintendente general de la fuerza es Daniel Alberto García, que fue elegido inmediatamente después de haber renunciado Fabián Perroni a este en noviembre de 2019.[1][2][3]​.

Cuenta con 90000 efectivos en actividad. Además, tiene a su cargo una población de 16 millones de habitantes,[4]​ cerca del 38 % de la población del país y entre las de mayor cantidad de efectivos en Sudamérica.

En esta provincia, hay siete policías cada 1000 habitantes. En 2014 el gobernador bonaerense,y el ministro de Seguridad provincial, Alejandro Granados, llevaron a cabo la incorporación de 10 000 cadetes a la fuerza, siendo la promoción de efectivos más grande de Sudamérica.[5]

Un total de 9.236 policías bonaerenses fueron apartados de la fuerza, 52 agentes fueron cesanteados y otros 4 exonerados en la Federal y 129 efectivos fueron separados de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires entre el 10 de diciembre de 2015 y el 30 de abril de 2018. Fuentes oficiales informaron que en la Provincia de Buenos Aires, un 10% de los miembros de la fuerza resultó desafectado luego de las tareas llevadas a cabo por la Auditoría General de Asuntos Internos.[6]

La Revolución de Mayo aparejó la necesidad de crear medios para paliar la seguridad, amenazada en momentos de zozobra. El gobierno revolucionario promulgó en enero de 1813 el Reglamento Provisional de Policía. Por primera vez, desde 1580, tanto el jefe como los integrantes de la Partida Celadora –así se llamaba el cuerpo organizado de acuerdo a las normas de dicho decreto- percibían un sueldo a cambio de sus misiones.

En 1820, durante la gobernación del general Martín Rodríguez y por influencia de su ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores Bernardino Rivadavia, se modificaron los regímenes imperantes desde la época de la fundación. El 24 de diciembre que disponía la supresión de los Cabildos y creaba la Justicia de Primera Instancia, los Jueces de Paz, y el empleo de Jefe de Policía y de comisarios para todo el territorio bonaerense. Con la designación de don Joaquín de Achaval para ocupar la flamante jefatura, Rivadavia creaba la Primera Policía de Seguridad del Estado en las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Así inició su marcha la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Sus reglamentos y estructuras orgánicas sirvieron en diversas ocasiones de modelo para la concreción de fuerzas policiales en otros países. Sus filas fueron integradas por hombres de la guerra, de las artes, de las ciencias, en el de la jurisprudencia y la investigación.[cita requerida]

En la década de 1880, Argentina necesitaba consolidarse como nación. La provincia, cedió su capital, la ciudad de Buenos Aires, para asiento de las autoridades federales. Y junto con el territorio, también entregaron los organismos administrativos, entre ellos las dependencias y personal policial que figuraban en el territorio cedido. El viejo edificio aledaño al Cabildo, que desde los tiempos de Rivadavia había sido asiento del Departamento General de Policía, albergó por unos años más a los órganos conductivos de ambas policías: la de Ciudad de Buenos Aires recién creada y la de la Provincia ya existente (desde 24 de diciembre de 1821).

El 14 de enero de 1884, la sede central de la Policía de la Provincia se afincó en la ciudad de La Plata, flamante capital bonaerense. Allí, se dieron los escarceos filosóficos el Dr. Alejandro Korn o los trabajos de Juan Vucetich, que creó el Sistema Dactiloscópico Argentino adoptado por todo el mundo a propuesta de la Academia de Ciencias de París, luego que Vucetich recorriera el planeta comisionado por el gobierno y en representación de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Divulgó su obra en la mayoría de las capitales y fue creador de la primera cédula de identidad de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y otros países de Latinoamérica; creó y organizó la documentación de identidad en la república de China y su método fue copiado por la mayoría de las capitales europeas y asiáticas de esos tiempos. Creó el registro Provincial de la Personas; inspirador de la Ley de enrolamiento y régimen electoral; y pionero de una oficina internacional de policía, actual INTERPOL.

El tránsito de la institución por el siglo XX fue de crecimiento, adaptándose a los requerimientos cada vez mayores de la sociedad bonaerense, que proveía los medios para el desarrollo y modernización, a cambio de un servicio social y humano que iba más allá de la seguridad, como es el caso de las funciones de policía judicial. Durante un siglo la Policía de la Provincia tuvo a su cargo la instrucción de los sumarios judiciales bajo la supervisión de jueces que garantizaban la juridicidad. Durante un siglo las cárceles estuvieron colmadas de delincuentes condenados en juicios, precedidos de investigaciones ajustadas a derecho, realizadas por organismos policiales.

Los Institutos de formación, como el Liceo Policial (en su momento, único en América), la Escuela de Cadetes Juan Vucetich y la Academia Superior fueron modelos; por sus aulas pasaron becados de Policías hermanas de otras provincias y de países vecinos. Hoy, disuelta, la Escuela de Suboficiales y el Liceo Policial, la Escuela Juan Vucetich y sus anexos de reciente creación, hacen grandes esfuerzos por mejorar en sus aulas la calidad que los aspirantes a policía traen de la vida civil, de sus hogares.

La Policía de la Provincia de Buenos Aires se subdivide en cuatro fuerzas autárquicas.[7]​ Estas son:

La División Halcón es la división de operaciones especiales de la policía de la provincia. Creada en 1986,[8]​ su misión primordial es el rescate de rehenes y la intervención en cualquier otra situación en la que la policía regular sea insuficiente.[9]

Además, se encarga de la seguridad del presidente de la Nación, del gobernador provincial y de funcionarios o diplomáticos extranjeros mientras se encuentren en territorio bonaerense.[9]

La división está compuesta por tres escalones de combate con 08 efectivos cada uno. Además, hay una sección de francotiradores y otra de negociadores. Cada escalón de combate, a su vez, se divide en tres equipos con ocho miembros cada uno y se le suma el jefe de Asalto Táctico. Además, cada equipo puede repartirse en dos grupos de cuatro miembros.[10]

Los brecheros son los encargados de utilizar métodos mecánicos, balísticos o explosivos para entrar a un lugar determinado por medio de puertas o ventanas, o de lozas, paredes o pisos. Los francotiradores de la división Halcón tienen varias funciones. Entre ellas, se encuentra la neutralización de objetivos por el fuego o la recopilación de inteligencia.[10]

La Unidad de Negociación se utiliza en tomas de rehenes y casos como personas atrincheradas, contención a suicidas y mediación en graves conflictos sociales. Se creó el 5 de diciembre de 1998 y, según el sitio oficial del Ministerio de Seguridad provincial, es la primera de su tipo en el país.[10]

El Grupo de Prevención Motorizado (G.P.M.) fue fundado el 18 de junio de 2013, con asiento físico en la localidad de Ezeiza y su ámbito operacional es en todo el territorio de la provincia de Buenos Aires. Teniendo como misión objetiva las operaciones motorizadas en prevención del delito y faltas en general. Asimismo, las tareas motorizadas antidisturbios interviniendo toda vez que se encuentre alterado el orden público y la paz social, disponiendo la intervención del equipo el superintendente general de policía.

En una primera etapa estaba compuesto con seis motocicletas y doce efectivos. Con el paso del tiempo y teniendo en cuenta los exitosos y reconocidos resultados obtenidos en los distintos servicios brindados por este grupo, en la actualidad y por disposición del Sr. Ministro de Seguridad se dispuso la ampliación de dicho grupo motorizado contando actualmente con un total de setenta efectivos y treinta y cinco motocicletas de altas cilindradas, dos móviles minibús para el traslado del personal y dos móviles para el traslado de las motocicletas con tráiler. Por último, en el conjunto de sus características visuales el presente grupo tiene un alto poder de disuasión que desalienta instantáneamente cualquier tipo de situación que amenace el orden público, haciendo eje sobre los principios del orden, la disciplina y el respeto social.

El Grupo de Prevención Motorizado (G.P.M.) depende de la Superintendencia de Fuerzas de Operaciones Especiales.

Para llegar a ser un efectivo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires se deberá cursar, actualmente, como cadete en cualquiera de los siguientes institutos:

Los cadetes egresarán luego de cursar un tiempo mínimo de 8 meses, con la jerarquía de oficial de Policía (Subescalafón General). Los que se ubiquen en el 25% de los mejores promedios, podrán realizar un curso complementario de 32 semanas (8 meses) en la Escuela de Policía Juan Vucetich para poder obtener el rango de Oficial Subayudante (Subescalafón Comando).

Para ingresar al grupo Halcón, los postulantes deben rendir un examen eliminatorio y aprobar un curso de seis meses. De este curso, los alumnos salen con la aptitud de comando policial. No obstante, debe pasar un año de experiencia como mínimo para que el agente consolide sus conocimientos.[8]

Según datos oficiales, aproximadamente el 40 % supera la prueba de ingreso, mientras que solo el 10 % de los que realizan el curso logra aprobarlo.[8]

De acuerdo con el sitio oficial de la fuerza, la división Halcón se capacitó con la DEA (la oficina antidrogas estadounidense), el equipo de rescate de rehenes del FBI, el SWAT y otras fuerzas de la Argentina, América y Europa.[8]

En los cursos se dictan materias de tiro, negociación, manejo de situaciones de crisis y custodias especiales. Asimismo, se establecieron convenios de intercambio con la Prefectura Naval Argentina, Gendarmería Nacional Argentina y las Fuerzas Armadas.[8]

La policía bonaerense es fuertemente criticada por casos de ineficiencia y corrupción por parte de los habitantes de la provincia. El teléfono oficial para denunciar irregularidades en la fuerza policial recibe un promedio de 165 denuncias mensuales y el 25% de todos los efectivos de la Bonaerense –unos 13 000 policías– está bajo investigación.[11]

Entre 2008 y 2009, se expulsaron a 872 efectivos y 1.779 fueron desafectados del servicio que brindaban. Estos policías están acusados de abusos de autoridad, extorsión, amenazas, castigos ilegales, asociación ilícita, participación en delitos, mal manejo de fondos públicos y violencia familiar.[11]​ En 2012 el gobernador llevó a cabo una nueva purga, expulsando a 25 comisarios.[12]

Las críticas incluso provienen del mismo gobierno provincial. La secretaria bonaerense de Derechos Humanos, Sara Derotier de Cobacho, denunció "nichos de corrupción" en la policía.[13]​ Incluso, el entonces ministro de Seguridad de la provincia, Carlos Stornelli, denunció un complot de efectivos de la Bonaerense contra el gobierno provincial.[14]

La siguiente enumeración es parcial:

Dr. Ricardo Blas Casal

Dr. Carlos Stornelli



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