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Proactiva Open Arms



¿Dónde nació Proactiva Open Arms?

Proactiva Open Arms nació en POA.


Proactiva Open Arms (POA) es una ONG española dedicada al rescate en el mar, o SAR (por las siglas en inglés), más concretamente desde su primera base de operaciones en la isla de Lesbos, en el mar Egeo, y desde un barco en el Mediterráneo Central, de migrantes que intentan llegar a las costas europeas en el marco de la crisis migratoria en Europa. Fundada en 2015 por Òscar Camps, la ONG, con sede en Badalona, surge de una empresa de socorrismo y salvamento marítimo en las costas españolas.[1][2]

Ha sido premiada en multitud de ocasiones en reconocimiento de sus intervenciones, entre los que destacan el H.E.R.O. Award de la International Maritime Rescue Federation (IMRF) en 2016, por su participación como equipo en una operación de salvamento marítimo en la cual ayudaron a rescatar a más de 200 personas en la costa de Lesbos,[3]​ el European Citizen's Prize otorgado por el Parlamento Europeo también en 2016[4]​ y el Premio UNICEF 2017 Comité Español Transforma.[5]

Su fundador, Óscar Camps, ha sido nombrado Europeo del Año 2019 por la revista estadounidense Reader's Digest en reconocimiento a su "gran labor humanitaria, al haber rescatado a más de 59.000 migrantes desesperados de las aguas del Egeo y el Mediterráneo en los últimos tres años y medio".[6]​ Fue también galardonado con el Premio Catalán del Año, otorgado por El Periódico, en 2015.[7]

Para entender el auge de las ONG que operan actualmente en el Mediterráneo hay que remontarse a octubre de 2013, cuando 600 migrantes fallecieron ahogados en las costas de Lampedusa. Ese evento evidenció la ausencia de una política común europea capaz de hacer frente a la crisis migratoria. A los 15 días del suceso, ante la falta de reacción por parte de la Unión Europea, el gobierno de Italia lanzó de forma independiente un operativo de salvamento y asistencia humanitaria sin precedentes, el Mare Nostrum, involucrando a casi 900 militares, barcos, aviones, helicópteros y submarinos. En un año, las autoridades italianas rescataron a 156.362 personas y detuvieron a 728 traficantes.[8][9]

A pesar del éxito de la operación, el enorme coste de esta, que rondaba los nueve millones de euros mensuales, y la falta de solidaridad del resto de Europa ante el problema, hizo que Italia la abandonase tras sólo un año de funcionamiento.[10]

La solución alternativa de la UE vino de la mano de la Agencia Europea de Control de Fronteras y Costas (FRONTEX) y su operación Tritón, con un tercio del presupuesto que destinaba la operación italiana. A diferencia de la anterior, se centraba en el control fronterizo y no contaba con un mandato específico de búsqueda y salvamento. Su radio de acción era también mucho menor, limitado a 30 millas desde las costas italianas, cuando la Mare Nostrum cubría hasta la frontera de aguas internacionales.[8]

Las consecuencias del cese del operativo de Italia pueden verse en los números. En los cuatro primeros meses de 2014, cuando la Mare Nostrum aún funcionaba, fallecieron 60 personas en la ruta migratoria que une Libia e Italia, según datos de la OIM. En el mismo periodo de 2015, esta cifra se elevó hasta las 1.936 muertes en repetidos naufragios. En abril de 2015, un pesquero en el que viajaban más de 700 migrantes se hundió al sur de Lampedusa, de los cuales solo 28 lograron sobrevivir.[8]

A los pocos días el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, reconocía que haber puesto fin a la operación Mare Nostrum había sido un “grave error” que “costó vidas humanas”.[8]

Los detractores del operativo habían acusado a Italia, como actualmente ocurre con las ONG, de provocar un “efecto llamada”. A estas críticas se había sumado Frontex. Pero una vez finalizada, su director adjunto, Gil Arias, descartó que fuera un factor de atracción: “La gente sigue viniendo aunque la operación ya no esté allí”.[11]

El ex primer ministro de Italia, Enrico Letta, quien fue el responsable de poner en marcha el operativo, diría años después en un debate organizado por el European Policy Centre: “Que tuvo un efecto de atracción no es verdad. He demostrado lo contrario porque cuando estaba en marcha se interrumpieron los flujos migratorios y después han aumentado considerablemente”.[9]

Fue el vacío dejado por la misión italiana, ante la falta de una respuesta eficaz de la Unión Europea, lo que empujó a las ONG a fletar sus propios barcos de rescate para hacer frente a la crisis. La primera había sido la maltesa MOAS, en agosto de 2014. En mayo de 2015, la francoalemana SOS Méditerranée junto a Médicos del Mundo (luego MSF) y la alemana Sea Watch surcaban ya las aguas del Mediterráneo central.[8][12][13]

El 2 de septiembre del 2015 la imagen de Aylan Kurdi ahogado en una playa de Turquía dio la vuelta al mundo. Ese mismo mes, tras ver aquella imagen, Òscar Camps tomaba rumbo a Lesbos y fundaba Proactiva Open Arms.[14]

La ONG adquirió su buque insignia, el velero de lujo Astral, como cesión de su dueño, el empresario Livio Lo Monaco, en junio de 2016.[15]​ El yate, diseñado por Philip Rhodes y construido en 1970,[16]​ dio el título del documental grabado a bordo del barco ese mismo mes por Jordi Évole para Salvados, el programa que dirige para Atresmedia Televisión.[17]​ La recaudación del documental en los cines, antes de su emisión en televisión, se destinó íntegramente a la ONG.[18]

A finales de 2016 se sustituyó el Astral por el Golfo Azzurro, un pesquero de 43 metros de eslora y 8 metros de manga, fabricado en 1987.[19]​ Con base en Malta, este barco se dedica a las operaciones de la ONG en el Mediterráneo Central y en aguas internacionales al norte de Libia.[19]​ El Golfo Azzurro cuenta con dos embarcaciones semirrígidas de rescate para intervenciones rápidas[20]​ y de aproximación.[19]

A mediados de 2017, se incorporó a los servicios de rescate en el Mediterráneo Central el Open Arms, un remolcador de altura de 37 metros de eslora, procedente de la flota de Salvamento Marítimo y donado a la ONG por la naviera Grupo Ibaizabal.[21]

Dos días más tarde, la agencia italiana Agenzia Nazionale Stampa Associata (ANSA), informó de que el barco de rescate español había sido incautado por las autoridades italianas a su llegada a Pozzallo con 216 de las 218 personas rescatadas, y que su capitán y dos personas más de Proactiva estaban siendo investigadas por tráfico de personas.[45]​ Dos personas, una madre y su hijo enfermo, fueron evacuadas en Malta,[46]​ y las autoridades permitieron a Open Arms proceder hacía Pozzallo «dado el estado precario de las personas rescatadas y las previsiones del empeoramiento de las condiciones meteorológicas».[44]

A los diez días de la incautación, de las dos acusaciones formuladas originalmente por la fiscalía de Catania, la de «favorecer la inmigración irregular» y la de «asociación criminal»[47]​ un juez de Catania ha desestimado la segunda pero mantiene la primera, penada con un máximo tres años de reclusión y 15 000 euros de sanción.[48]

Tras la incautación del barco de rescate a su llegada a Pozzallo, algunas de las principales ONG internacionales dedicadas a la ayuda humanitaria criticaron a las autoridades italianas:

Así mismo, la sociedad civil, incluyendo asociaciones como la Fundación Abogacía Española del Consejo General de la Abogacía Española[56]​ o la Unión Progresista de Fiscales de España[57]​ por una parte y actores como Richard Gere, Penélope Cruz y Javier Bardem,[58]​ la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau o el exfiscal anticorrupción de España, Carlos Jiménez Villarejo,[59]​ han expresado su apoyo a Open Arms tras las medidas tomadas por la justicia italiana.

En octubre de 2018, el ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Enzo Moavero Milanesi, señaló que Libia no podía considerarse puerto seguro, contradiciendo así a su colega en el Gobierno, el ministro de Interior, Matteo Salvini, que había presionado para financiar y equipar al guardacostas libio. Varias organizaciones de ayuda han llevado a Italia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por esta política.[60]

A finales de agosto de 2018, el Ministerio de Fomento anunció que Proactiva Open Arms pondría «a disposición de Salvamento Marítimo —una entidad pública empresarial dependiente del ministerio— sus recursos humanos y materiales» para así «colaborar en las tareas de rescate» en el estrecho de Gibraltar y en el mar de Alborán.[61]

Entre los factores que se tomaron en cuenta fue la política migratoria de países como Italia —durante ese mes habían llegado a España cuatro veces más migrantes que a Italia—[62]​ que habían cerrado sus puertos a los barcos de rescate de las ONG que operaban en el Mediterráneo central y el hecho de que el 42 % de las personas llegados por el Mediterráneo a Europa durante el año lo habían hecho por las costas españolas.[62]​ Otro factor que se tuvo en cuenta fue la «coherencia» de que el buque Open Arms cuenta con pabellón español.[62]

Durante la pandemia de enfermedad por coronavirus de 2020 en España un grupo de voluntarios de la ONG realizó ensayos clínicos a personas de tercera edad y a trabajadores en diversas residencias geriátricas de Cataluña.[70]

La financiación de la ONG según su propia página web fue de 234 192,50 en 2016; mientras que al año siguiente, en 2017, la financiación llegó a 1 008 809,44 , cuadriplicando la cifra.[71]

Del ejercicio de septiembre de 2017 a septiembre de 2018, es del que más detalles se ofrece actualmente en su página web. En ella se inidca que ha tenido una financiación en ese ejercicio de 3,5 millones de euros. De los cuales, 3,2 (el 90 %) provenían de aportaciones privadas; mientras que 300 mil euros (10 % restante) llegaban a través de subvenciones de distintos ayuntamientos como el de Madrid, Barcelona o Valencia.[72]

El 27 de marzo de 2018, el juez instructor de Catania (Sicilia), Nunzio Sarpietro, acusó a la ONG de promover la inmigración ilegal. Por ello, su buque insignia el Open Arms fue inmovilizado de forma cautelar en el puerto italiano de Pozzallo.[73][74][75]​ Fue liberado un mes después, aunque la investigación sigue abierta.[76]​ Más tarde, durante los sucesos de agosto de 2019, varios sectores de la derecha y la extrema derecha tanto española como italiana, acusaron a través de las redes sociales a la ONG de ser "taxis" de los traficantes de personas que les utilizarían para cumplir la ruta de inmigración ilegal Libia-Italia.[77][78][79]​ Según indica Frontex, se detectó hace meses que las mafias de tráfico de personas habían cambiado la técnica, remolcando las pateras vacías con una nave nodriza hasta la zona comprendida entre Libia y Lampedusa, donde realizan el traslado de los migrantes desde la nave a las pateras en alta mar, para luego abandonarlas allí y que el salvamento marítimo se haga cargo del rescate de las mismas. Este hecho ha vuelto a reavivar los intentos de criminalización del rescate en el Mediterráneo desde dichos sectores conservadores y ultraconservadores, los cuales acusan a las ONG de connivencia con las mafias de tráfico de personas.[80][81][82]

Por otro lado, en agosto de 2018 la fiscalía de Agrigento abrió una instrucción contra el ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, por los delitos de secuestro, arresto ilegal y abuso de poder tras haber retenido durante cinco días a más de un centenar de inmigrantes en Catania. Esta misma fiscalía ha vuelto a abrir una investigación contra las autoridades italianas por los posibles delitos de secuestro de personas y omisión del deber, tras la retención del buque Open Arms frente a las costas de Lampedusa en agosto de 2019.[83][84]

Ese mismo mes, después de que la fiscalía de Agrigento finalmente ordenara el desembarco inmediato de los náufragos en Lampedusa, la vicepresidenta en funciones del Gobierno de España, Carmen Calvo, advirtió a la ONG de una posible sanción al carecer su barco de la debida licencia de rescate marítimo en el Mediterráneo, ya que solo tiene autorización para realizar ayuda humanitaria. [85]​ La fiscalía italiana en cambio recuerda en su escrito que el Artículo 98 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS, en sus siglas en inglés), especifica que cada Estado tiene que exigir que el comandante de un barco que lleva su bandera, en este caso España, ofrezca salvamento lo antes posible a cualquier persona que se encuentre en peligro de vida en el mar. La UNCLOS explicita claramente, al igual que la Justicia italiana, que los Estados ribereños tienen que colaborar con otros Estados. Recuerda también la fiscalía Italiana que el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS), obliga claramente a que el comandante de un barco que se encuentra en la posición de poder prestar ayuda, tiene que actuar con suma rapidez para salvar a las personas en peligro en el mar. Realizar labores de rescate es por tanto, según el derecho internacional, obligación ineludible de todo barco que esté cerca de unos náufragos.[86]

A su vez, el Convenio SAR, norma emblemática de la búsqueda y rescate a nivel internacional, obliga a los Estados firmantes, entre los que se encuentran España e Italia, a garantizar la ayuda de todo tipo de persona en peligro en el mar, sin distinguir por razones de la nacionalidad, el estatus particular del individuo o las circunstancias en las que se encuentra.[86][87]

La fiscalía Italiana explica además las razones por las que el Open Arms no pudo entrar en Malta y es que el 10 de agosto, tras el tercer rescate, el Centro de Coordinación de Rescate Marítimo de Malta pidió formalmente a su homólogo italiano que Lampedusa fuera el puerto seguro. A partir de ahí, el Open Arms permaneció en aguas internacionales, entre las islas de Lampedusa y de Malta, mientras esperaba la asignación de un puerto seguro por parte de las autoridades nacionales implicadas.[86]

Ciertos sectores han cuestionado por qué el Open Arms no podía desembarcar en Túnez. Esto es debido a que dicho país no puede considerarse un puerto seguro al no contar con los mecanismos administrativos y legales necesarios para garantizar la seguridad de los refugiados.[88]

Otra de las denuncias desde posiciones conservadoras a estas ONG es la hipótesis del “efecto llamada” que su presencia en el Mediterráneo tendría sobre los flujos migratorios. Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Oxford en 2017 concluye que esta hipótesis es falsa. Es más, se produjeron más llegadas y más muertes cuando había menos operaciones de rescate y viceversa.[10][89]



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