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Provincia de Bagua



La provincia de Bagua es una de las siete que conforman el departamento de Amazonas en el Perú. Está ubicada en la parte septentrional del país y su capital, Bagua, se encuentra en el valle del bajo Utcubamba.

En el valle del bajo Utcubamba la dicción “Bagua” es un término con registros ,de su uso ,desde el siglo XVI para la designación de un grupo étnico asentado en estos lugares. Se puede especular que la palabra “bagua” formaba parte del idioma de aquella entidad humana desaparecida y que pertenecía a sus orígenes históricos formando parte esencial de su cosmovisión.[1]

Los comienzos de la expresión “bagua” se remontarían históricamente a la región del Caribe; a mediados del siglo XVI el capitán Gonzalo Fernández de Oviedo escribió su “Historia General y Natural de la Indias, Islas y Tierra – Firme del Mar Oceano” en la cual indica que “Llaman los indios de aquesta Isla Española á la mar bagua”.[2]

En efecto “bagua” era el nombre que se daba a la mar y a los ríos en muchos grupos étnicos del Caribe y eran los dioses primordiales.[3]

Hace aproximadamente un milenio comenzó una nueva oleada de dispersión de los hombres que habitaban el Caribe, algunos de ellos se dirigieron hacia el sur del continente americano y fue un grupo de sus descendientes los que llegaron a poblar estas latitudes.[4]

La voz “bagua” era un término sagrado para esta sociedad, “bagua” representaba a su principal deidad, “bagua” simbolizaba su pacarina o el espacio de origen mítico del linaje. Es por esta razón y en ánimos de seguir reverenciando a sus antepasados, continuaron teniendo presente la locución "bagua".

Al arribar los españoles en el siglo XVI a esta zona notaron que la etnia asentada en este territorio nombraba a su principal río, valle".[5]

Otra conexión lingüística e histórica Caribe-Bagua la encontramos en la “Relación Anónima de la Tierra de Jaén” correspondiente al siglo XVI, allí se registra el término “tuna” como parte del idioma bagua; el vocablo “tuna” fue reconocido por Paúl Rivet (Rivet 1934: 246) e indicó que pertenece al fondo propio y característico de la familia lingüística Caribe.[6]

Antes de que se sepa acerca del grupo étnico Bagua, los recién llegados se vieron en la necesidad de plantear sus propias explicaciones, siendo el general los resultados divergentes por completo a los métodos y técnicas usados por la toponimia.

Un grupo poblacional supuso que Bagua se llama así porque en esta llanura crecían plantas de guaba, otros pretendían que Bagua devendría del vocablo "bagual", hay algunos que suponían que Bagua poseía un origen en el idioma castellano y lo vinculaban con "valle rodeado de agua", hay otros que afirmaban que Bagua devendría del vocablo aguaruna "wawa", alguna vez se planteó en una revista local que Bagua tendría un origen chino, en otra ocasión se registró en las actas del Instituto Nacional de Cultura (Hoy Ministerio de Cultura) que Bagua era voz onomatopéyica que derivaba de "aua" y finalmente una de las más recientes es que Bagua derivaría del adjetivo "vago".[7]

Las expediciones científicas de paleontólogos y geólogos que han visitado Bagua definieron que está área geográfica era litoral o costa marítima hace millones de años, por eso que en su suelo encontramos actualmente tanto especímenes de procedencia marina (almejas, ammonites, y otros moluscos), y especímenes terrestres (dinosaurios herbívoros y carnívoros).[8]

En la Era Secundaria o Mesozoica en Bagua habitaba el dinosaurio Titanosaurio; era un saurópodo, es decir vegetariano. Se alimentaba de la floresta que crecía en las riberas del desaparecido litoral. Los titanosaurios eran ovíparos, acostumbraban a andar en manada protegiendo a sus crías, poseían un cuello largo y cola delgada, dentición reducida y unos escudos óseos en la en su cuerpo.[9]

El Baguatherium jaureguii vivió hace 31 millones de años en el valle del actual bajo Utcubamba, era un mamífero de 3 tres metros de largo y 2.5 toneladas de peso. Se caracterizaban por poseer dos pares de colmillos superiores y un par de inferiores, poseían patas elefantoides, cuerpo masivo y una pequeña trompa, tuvo las características híbridas de un rinoceronte y una sachavaca; los paleontólogos señalan que este se alimentaba de plantas que crecían en las riberas de un mar ubicado en lo que ahora es la amazonía.[10]

Hacia los 1300 a 200 a. C. (periodo formativo) floreció la Cultura Bagua. Fue la arqueóloga Ruth Shady quien inició los trabajos de investigación arqueológica, indicando que las evidencias más antiguas se encuentran en la parte baja del valle Utcubamba, donde identificó alfarería de las tradiciones Morerilla, Bagua y El Salado.[11][12][13]

Los creadores de la cultura Bagua iniciaron los trabajos de adaptación buscando los recursos tecnológicos para usar el potencial natural de la zona. La presencia en Bagua de rasgos perteneciente a estilos de otras regiones y áreas , así como también el hallazgo de piezas Bagua, La Peca y El Salado en otros lugares de la sierra y costa andina, están evidenciando actividades de contacto e interacción con otras sociedades.[14]

Por las condiciones naturales favorables, traducidas en un gran variedad de recursos, y por su ubicación táctica para el comercio entre los pueblos de las hoyas del Pacífico y Amazonas, las tierras de Bagua han sido escenario de intensos movimientos de poblaciones humanas diversas, que incursionaban para saquear o para instalarse y controlar el tráfico, beneficiándose se su calidad de lugar de encuentro.[15]

Los templos ceremoniales de la cultura Bagua se encuentran ubicados en el yacimiento arqueológico Las Juntas y Casual. En estos lugares se han descubierto las pinturas murales más antiguas de la amazonia sudamericana. Los antiguos bagua sepultaban a sus muertos en cápsulas de arcilla conocidas como urnas funerarias.

En los siglos XV y XVI todo el valle del bajo Utcubamba estaba habitado por la nación Bagua. Según el documento de Diego Palomino denominada Relación de las provincias que hay en el Chuquimayo (Chinchipe), los Bagua eran expertos nadadores, cultivaban la tierra, tenían sus viviendas en la orilla del Río Bagua (hoy río Utcubamba). Palomino también nos informa que los Bagua tenía idioma propio, que al igual que otros tantas lenguas aborígenes, se ha extinguido por completo.[16]

A partir del siglo XVI los españoles hacen sus primeras incursiones en lo que es hoy tanto las provincias de Bagua y Utcubamba. Fue el capitán Juan Porcel de Padilla el primer español que llegó a estas latitudes, fundando la población desaparecida de Jerez de la Frontera. En 1535 el capitán Alonso de Alvarado venía en persecución de unos indígenas y llegó hasta la altura de Tomependa (Pongo de Rentema). En el año de 1549 Diego Palomino recorre el valle del Utcubamba, luego se dirige tanto a lo que actualmente es Jaén y San Ignacio para fundar en la margen izquierda del chinchipe la primitiva Jaén.[17]

En mayo de 1902 arribaron a Bagua Manuel Antonio Mesones Muro, el etnólogo Enrique Brüning y el ingeniero Habich (delegado de la junta de vías fluviales) con el propósito de demostrar que se podía unir Etén y el Marañón en sólo cuatro jornadas. A orillas del río Utcubamba empezaron a preparar una balsa de catorce palos, de los cuales siete eran sauces, para viajar a Puerto Melendez, pero por no haber conseguido nada mejor Mesones reduce la tripulación y partió con sólo tres bogas y un sirviente particular.[18]

El antiguo pueblo de San Pedro de Bagua Chica, se ubicó aproximadamente a un kilómetro del puente sobre la quebrada de La Peca; este primitivo asiento fue destruido por la etnia Awajún, ellos temían que sus tierras sean invadidas completamente. Los sobrevivientes se trasladaron a la planicie, específicamente a lo que se conoce como "Parque Viejo" y desde aquí se fue dilatando hasta su poblamiento actual; para protegerla de futuras incursiones en 1862 se construyó una casa cuartel a manera de fuerte.

La etapa del bandolerismo ocurrió entre 1914 a 1925, Bagua era refugio de bandoleros por la geografía y naturaleza salvaje, en gran parte selva donde podían esconderse fácilmente sin ser vistos; se recuerda al grupo de Mesías Montenegro, pero los que alcanzaron mayor relevancia fueron la gente de Evaristo Rojas Julca. A Evaristo Rojas Julca sólo pudo doblegarlo el paso del tiempo, convirtiéndose en el primer alcalde provincial de Bagua.

Mediante Ley No. 9364 del 1 de septiembre de 1941, el presidente Manuel Prado Ugarteche crea la provincia de Bagua, elevándola a la categoría de ciudad; sus dominios comprendían los distritos de Copallín, La Peca, Bagua Grande, Jamalca, Yamón, Lonya Grande, El Parco y El Cenepa.

El 11 de diciembre de 1944 se inauguró la carretera Chiclayo-Jaén, desde entonces grupos de trabajadores bagüinos rosaban algarrobos, cuyushinas y zapotes para abrir trocha a los poblados de Bagua y Bagua Grande, por vez primera la provincia obtuvo un beneficio directo por la cercanía al puerto de Bellavista.

En 1945 ocurrió la plaga de langostas que afecto enormemente los sembríos, tal es así que el Poder Ejecutivo autorizó abrir un crédito extraordinario, a fin de que el Ministerio de Agricultura atienda la extinción de las langostas.

Para el 24 de abril de 1950 entró en funcionamiento el puente "Corral Quemado" que benefició enormemente a Bagua. Luego de ello, Bagua fue declarada como "zona de tierras de montaña", las demandas de predios se multiplicaron y tanto la agricultura como ganadería alcanzaron un elevado nivel de producción, debido a las intensas migraciones de costeños y serranos.

El desmembramiento de la mega provincia se inició el 18 de mayo de 1984, fecha en que se crea la provincia de Condorcanqui; el disloque territorial continuó y el 30 de mayo de ese mismo año se crea la provincia de Utcubamba.


La provincia de Bagua se divide en seis (6) distritos.

La ciudad de Bagua, capital de la provincia de Bagua, está situada en una plataforma natural levantada a la orilla derecha del río de Utcubamba,; a 400 m s. n. m. en los acantilados del río Utcubamba, en la plaza Héroes del Cenepa a 420 m s. n. m., en los promontorios elevados como el cementerio Buen Pastor 500 m s. n. m. y 575 m s. n. m. en el Cerro dos de Mayo.

Esta provincia amazónica es recorrida por los ríos: Chiriaco y Utcubamba. Tiene varias quebradas como: Atunmayo, Copallín, Keta, Amojau, etc.

Los primigenios habitantes de la ciudad de Bagua contaban que en remotos tiempos habitaba el imponente Cerro Brujo Pata, una mujer iniciada en las artes ocultas, con bastante empeño crio a sus vástagos con finalidad que llegada su vejez estuvieran al tanto de ella. Cierto día les imploró que fueran a trabajar para que la mantuvieran, ya que estaba bastante anciana para seguir sustentándose. Los hijos en vez de obedecer a la madre se dedicaron a la bellaquería, muy pronto los vecinos llegaron quejosos; la hechicera para escarmentarlos se cortó las piernas y con ella preparó una sopa que les dio de comer cuando los descarrilados llegaron, al momento de haber terminado el "banquete" recién les rebeló los ingredientes. Horrorizados los muchachos comprendieron su error, reflexionaron y entonces se hicieron honrados.

El Brujo Pata era considerado bueno por unos y malo por otros. Decían que era malo, porque hacía desaparecer el ganado(vacas, caballos, asnos) e incluso personas, y que era bueno por ser protector del bosque y animales, para lo cual se convertía en león, en culebra y en caballo grande. Cuando se producía caza de venados el león enfurecido daba fuertes rugidos desde lo alto del cerro para asustar a los cazadores.

En la actualidad algunos pobladores de la ciudad vienen atentando contra la flora y fauna de este magnífico guardián de Bagua. Se observa muy frecuentemente la quema de los pajonales y de los árboles, de la misma manera inescrupulosos cazadores vienen exterminando los últimos venados que aún tienen como hábitat el cerro Brujo Pata.

Desde hace muchos años se viene utilizando la Cerma (crescentia cujete) para recrear diferentes especímenes de la flora actual y pasada de la región. En las instituciones educativas se usa este material para darle un valor agredo. Juan Córdova Gallo y Manuel Sánchez Salazar han logrado gran magnitud en sus trabajos, ellos trascienden nuestra provincia y aunque su labor es poco conocida debemos reconocerlos como la vanguardía artesanal de Bagua.

En algunas Instituciones Educativas de Bagua, además de hacer uso de la cerma también se usan las fibras vegetales. Las fibras de cocotero son aprovechados el diseño de hermosos bolsos, billeteras, etc.

Entre tanto en las comunidades nativas realizan con semillas distintos abalorios. En huayruro se emplea preferentemente su semilla de las que se realiza collares, pulseras, bolsos, cortinas, etc.

Nuestra provincia cuenta con una Escuela de Formación Artística (ESFA), sería conveniente que esta institución fomente la artesanía a nivel de organizaciones de base y para cumplir con las metas que la patria les ha dado, sobre todo no debe desligarse de su responsabilidad social.

Desde la época del virreinato se difundió la fe católica por los conquistadores, hoy profesada por la mayoría de la población. Actualmente el obispo de Chachapoyas, Emiliano Antonio Cisneros Martínez, OAR.,[20]​ tiene bajo su jurisdicción religiosa a Bagua, mientras que párroco local es el pbro. Magno Villacrés Vallejo y el acólito principal, Luciano Avendaño Romero.

Los fundadores de la ciudad de Bagua eligieron como santo patrón a San Pedro, pero con la llegada de la carretera en 1945, arribaron a la provincia colonos de la sierra de Cajamarca (Chota, Cutervo, Celendín, Santa Cruz) que eligieron en 1946 como santo patrono a San Juan Bautista.

Ante la situación conflictiva el entonces párroco Esteban Marena Fernández, convocó a la feligresía bagüina a una misa e invocó a los que quisiesen como santo patrón a San Pedro, se concentraran en el jirón La Verdad y a los que quisieran como santo patrono a San Juan, concurrieran al jirón Comercio. Esta última arteria tuvo mayor concentración de los fieles por lo que quedó como santo patrono San Juan Bautista, cuya fiesta patronal se celebra cada 24 de junio.[21]

Antiguamente, se llevaba en procesión a la imagen San Juan Bautista desde la iglesia antigua (Hoy plaza Francisco Bolognesi o Parque Viejo), hasta el río Utcubamba, donde existía un malecón, alrededor de las 4.30 a. m. lo bañaban al ritmo de danzas, en presencia de bandas de música típica. Esta fiesta comenzaba el 23 de junio y terminaba el 29 con una misa solemne. En los últimos años se ha incorporado nuevos elementos a la festividad patronal; en ciertos años se lleva la imagen al río y en otros únicamente recorre la ciudad.[22]



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