La Regencia, en la historia francesa, hace referencia al periodo posterior a la muerte de Luis XIV, entre el 1 de septiembre de 1715 y el 16 de febrero de 1723, durante el cual el rey Luis XV era menor de edad y Francia estaba gobernada por un regente, Felipe de Orleáns.
Felipe de Orleáns pudo emplear su autoridad para restarle influencia en la corte al Duque de Maine, anulando el testamento de Luis XIV, y convertirse en regente único, con plenos poderes hasta la mayoría de edad del Rey.
En términos artísticos hace que la transición entre el estilo Luis XIV (inserto en el estilo barroco) y el estilo Luis XV (inserto en el estilo rococó). En general, y por ser un estilo de transición, todavía tiene mucho de la suntuosidad del antiguo estilo aunque ya muestra algunos elementos típicos de la ligereza del rococó y la libertad de las líneas. En este corto período de tiempo, estas dos tendencias coexisten en armonía decorativa, dando lugar a elegantes creaciones de flexibilidad.
Luis Augusto y Luis Alejandro eran hijos ilegítimos de Luis XIV y Madame de Montespan, amante del Rey. Luis Augusto se convirtió en el hijo favorito del Rey y el 29 de julio de 1714 ambos hermanos fueron reconocidos por Luis XIV y hechos Príncipes de Sangre, lo cual importunó a muchas personas; a Luis Augusto se le hizo duque de Maine y a Luis Alejandro conde de Toulouse.
El 1 de septiembre de 1715 muere el rey Luis XIV en Versalles. Le sucede su bisnieto, Luis XV que tan solo tiene 5 años; y por lo tanto, tiene que constituirse una regencia hasta que el joven rey cumpla la mayoría de edad (13 años y un día).
Ese mismo día se hace lectura del testamento, en el cual, por orden de Luis XIV, hasta el momento en que el joven Duque de Anjou llegue a su mayoría de edad (1723) el reino será gobernado por Luis Augusto de Borbón, duque de Maine, bastardo legitimado de Francia. Al sobrino de Luis XIV, el duque Felipe de Orleans, se le otorgó el título honorario de Presidente del Consejo de la Regencia.
Antes de la muerte del Rey, Felipe de Orleans había sido nombrado miembro del Parlamento de París debido a que era un Príncipe de sangre. Consigue el apoyo del Parlamento que le proclama, el 2 de septiembre de 1715, «Regente del Reino», cancelando así las últimas voluntades de Luis XIV. Bajo el uso y título de Su Alteza Real Monseigneur le Régent, Felipe de Orleans fue oficialmente reconocido como Regente de Francia por Luis XV. Felipe era, después del Rey, el hombre más importante en el país, seguido por su hijo Luis de Orleans. A Luis de Orleans le fue permitido ingresar al Consejo de la Regencia, el 30 de enero de 1718.
El 15 de septiembre, Felipe de Orleans restituye al Parlamento su droit de remontrances (derecho de protestas) que Luis XIV había retirado a los parlamentos en 1673 para afianzar su poder absoluto. Este derecho permitía a los parlamentos provinciales discutir un edicto real y negarse a registrarlo si lo consideraban contrario a las leyes y a los intereses del Reino.
El 1 de octubre de 1715 se crea la Polisinodia en París; estaba compuesto de la más alta nobleza del país.
Durante la Regencia existió la polisinodia que fue el sistema de gobierno en uso en Francia entre 1715 y 1718 y en el cual cada ministerio (secretario de estado) fue reemplazado por un consejo. El Regente así mismo introdujo el Sistema de Law que transformó las finanzas del quebrado reino y su aristocracia. Cardenal Dubois y Cardenal Fleury fueron dos personas claves durante este periodo.
Hubo siete partes de la Polisinodia todas las cuales tenían sus propios ministros para la Regencia:
La Regencia es también la palabra consuetudinario francés de los regímenes anteriores a la independencia en los países occidentales del norte de África, la llamada Costa berberisca. Esto fue aplicado a:
Sin embargo, la expansión colonial francesa no se limita al Nuevo Mundo. En Senegal en el África Occidental, los Franceses comenzaron a establecer puestos comerciales a lo largo de la costa en 1624. En 1664, la Compañía francesa de las Indias Orientales se estableció para competir por el comercio en el oriente. Las colonias fueron establecidas en la India en Chandernagor (1673) y Pondicherry en el Sudeste (1674), y después en Yanam (1723), Mahe (1725), y Karaikal (1739) (ver India Francesa). Las colonias también fueron fundadas en el Océano Índico, en el Isla de Borbón (Réunion, 1664), Isla de Francia (Mauricio, 1718), y las Seychelles (1756).
El periodo de la Regencia marca el eclipse temporal de Versalles como el centro de la formulación de políticas, que se traslada a la corte del Regente en el Palacio Real de París. Marca el lugar de los salones Parisinos como centros culturales, como lugares de reunión literaria y discretos núcleos de la resistencia liberal para algunas políticas oficiales. En los salones de París se mezclaban aristócratas más fácilmente con la más alta Burguesía en una nueva atmósfera relajada del decoro, la comodidad y la intimidad.
El Regente Felipe de Orléans.
Luis XV de Francia, 1723.
El Duque de Maine, 1692.
John Law, quién reformo las Finanzas Francesas.
La Infanta Mariana Victoria de España.
Francisca María de Borbón, duquesa de Orleans.
Ana Luisa Benedicta de Borbón, duquesa de Maine.
En las artes, el estilo de la Regencia está marcado por el comienzo del Rococó, caracterizado por las pinturas de Antoine Watteau (1684-1721).
El Rococó se desarrolló primero en las artes decorativas y el diseño de interiores. La sucesión de Luis XIV trajo un cambio en los artistas de la corte y de la moda artística en general. Al final del reinado del rey viejo, rico diseños barrocos fueron dando paso a elementos más ligeros, con más curvas y patrones naturales. Estos elementos son evidentes en los diseños arquitectónicos de Nicolas Pineau. Durante la Regencia, la vida cortesana se alejó de Versalles y este cambio artístico se afianzó, en primer lugar en el Palacio Real y luego en toda la alta sociedad francesa. La delicadeza y la picardía de los diseños rococó se considera a menudo en perfecta sintonía con los excesos del régimen de Luis XV.
La década de 1730 representó el punto más alto en el desarrollo del Rococó en Francia. El estilo se había extendido más allá de la arquitectura y el mobiliario a la pintura y la escultura, ejemplificada por las obras de Antoine Watteau y François Boucher. El Rococó aún mantiene el gusto del Barroco por las formas complejas y patrones intrincados, pero en ese punto, había comenzado a integrar una variedad de diversas características, incluyendo un gusto por los diseños orientales y composiciones asimétricas.
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