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República Socialista de Chile



¿Dónde nació República Socialista de Chile?

República Socialista de Chile nació en Chile.


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La República Socialista de Chile es un período histórico chileno perteneciente a la República Presidencial. La República Socialista se inició el 4 de junio de 1932 con la renuncia forzosa del Presidente Juan Esteban Montero por un golpe de Estado, y finalizó con la igualmente forzosa renuncia de Carlos Dávila el 13 de septiembre de ese mismo año. Aunque algunos historiadores, como Julio César Jobet, acotan el periodo entre la primera Junta hasta el golpe de Estado por el cual asume Dávila la presidencia de una nueva Junta y, posteriormente, la Presidencia Provisional de la República, que va desde el 4 de junio al 16 de junio.

Desde finales del siglo XIX, con la revolución industrial en su punto más álgido, empieza a fraguarse un cierto descontento dentro de las clases populares en Chile. La masiva llegada de campesinos al norte del país para trabajar en las minas de salitre y a Santiago para realizar trabajos fabriles trajo consigo una mayor desigualdad social, con el llamado proletariado lidiando con una calidad de vida bastante deplorable y una degeneración moral bastante pronunciada, lo cual se denominó "cuestión social". Tanto dentro de los conventillos como dentro de las faenas, movimientos anarquistas y comunistas habían generado revuelo en las esferas sociales bajas que esperaban soluciones a sus problemas y los sindicatos comenzaron a proliferar rápidamente y trajeron a luz gran evidencia del descontento social. Al mismo tiempo, grupos dentro de la clase dirigente se vieron influenciados por el socialcristianismo y por el liberalismo de Manchester. En 1920, Arturo Alessandri llega a la Presidencia con un discurso reformista enfocado al bienestar social, mientras que cuatro años más tarde, una asonada da paso a la aprobación de las "leyes sociales".

Entre 1927 y 1931, Chile fue gobernado por el General Carlos Ibáñez del Campo, quien llevó a cabo una política corporativista, con el fin de minar la influencia de los grupos de izquierda. Sin embargo, su gobierno llegó a un abrupto fin debido a las consecuencias de la Gran Depresión de 1929 (Chile sería considerado como uno de los países más afectados con la crisis debido al gran endeudamiento generado por la rápida expansión del gasto público), lo cual generó un masivo éxodo de trabajadores del salitre a la capital, variadas epidemias, amenazas de rebelión, y por último, un movimiento cívico-estudiantil surgido tras revelarse el estado de las finanzas públicas, cuya brutal represión sellaría la suerte de Ibáñez, quien partiría a Argentina, dejándole el cargo a Pedro Opaso Letelier, quien renunciaría en favor de Juan Esteban Montero Rodríguez. Cuando Montero se postula a las elecciones de octubre de ese año, éste nombra como Vicepresidente a Manuel Trucco Franzani, quien debe enfrentar la Sublevación de la Escuadra, incitada por elementos socialistas, y sofocada por las restantes Fuerzas Armadas. Apenas Montero regresa tras vencer en las elecciones se produce el Motín del Norte Grande, el cual también es sofocado, pero esta vez con numerosas muertes, lo cual desmorona la popularidad de Montero entre los sectores populares.

En la tarde del 4 de junio de 1932, un grupo de rebeldes provenientes de la Base Aérea El Bosque, tomaron dirección al Palacio de la Moneda. Al anochecer del mismo día, proceden a derrocar al Presidente Juan Esteban Montero, quien deja el poder acompañado por su gabinete y se proclama la "República Socialista de Chile".

Se instala una Junta de Gobierno presidida por el general en retiro Arturo Puga junto con Carlos Dávila y Eugenio Matte. Asumen labores ministeriales el principal gestor de la jornada, el Comodoro del Aire Marmaduke Grove (en Defensa), además de Óscar Schnake Vergara (Secretaría General de Gobierno), Rolando Merino Reyes (Interior), Eugenio González (Educación), Luis Barriga Errázuriz (Relaciones Exteriores), Alfredo Lagarrigue (Hacienda), Óscar Cifuentes (Salud) y Carlos Alberto Martínez (Tierras y Colonización).

El 6 de junio la junta decretó la disolución del Congreso Nacional (el denominado Congreso Termal), electo en 1930 en irregulares circunstancias que entorpeció el ejercicio de Montero y de los demás gobernantes y que era bastante cuestionado por la opinión pública.

El principal objetivo de la República Socialista era el de hacer una re-estructuración social y de "garantizar de que no faltara pan en la mesa de cada persona que trabajara y cumpliera su labor con la sociedad", por lo que se esbozó un plan de treinta "puntos básicos de acción inmediata".

El Partido Comunista de Chile (PCCh) no creyó estas propuestas y consideró que estaba "engañando" a las masas, así y con tono casi desafiante, llama a la junta de gobierno a reducir los horarios laborales a 36 horas, la disolución de la policía política (la cuestionada "Sección de Seguridad" de Ibáñez, la cual había sido revivida por la Junta luego de haber estado casi inactiva bajo Montero), un pago de cesantía y el aumento de sueldos, también llamando proletariado a formar milicias de Soviet para hacer frente a la Junta.

Sin embargo, la convivencia dentro de la Junta se complica por los conflictos entre los elementos izquierdistas, liderados por Puga, Grove y Matte, y los sectores ibañistas, liderados por Dávila, en particular por el plan económico, lo cual desemboca en la rápida expulsión de éste último de la Junta. Luego de estos hechos, empezó a hablarse de una conspiración planeada por oficiales de la Guarnición de Santiago opuestos con la postura política "social" del gobierno, frente a lo que el mismo Grove califica como "solo rumores".

En la noche del 16 de junio de 1932, después de que en la tarde del mismo día se originara una gran concentración obrera en apoyo al gobierno, un grupo de Oficiales de la Guarnición de Santiago hacen su gran golpe, detienen a Marmaduke Grove y a Eugenio Matte, ante la mirada atónita de todo un país. Dávila entonces obliga a Puga a dimitir y se autoproclama Presidente Provisional de la República Socialista. Prontamente proscribe al comunismo, restaura la Ley de Seguridad Interior, anuncia Estado de Sitio, y relega a Grove a Isla de Pascua.

Se rumoreaba que el verdadero objetivo de Dávila era instalar en el gobierno una dictadura de corte Nacionalsocialista liderada por Carlos Ibáñez del Campo, quien le realizó una fugaz visita a Dávila en Machalí bajo la identidad de "Domingo Aránguiz". Sin embargo, al enterarse de que gran parte del Ejército prefería un gobierno civil, Ibáñez optó por volver a Argentina, ahora como embajador, no sin antes recomendarle a Dávila el disolver el triunvirato y reunir el poder en su persona.

Para entonces, Dávila empezaba a trazar la redacción de una nueva Carta Magna, llamando a elecciones para una Asamblea Constituyente. Sin embargo, la oposición se puso catastrófica: los sectores altos y medios, así como la mayoría del Ejército y los medios de comunicación nunca habían apoyado la República Socialista y presionaban por un regreso al gobierno civil, los sectores izquierdistas no le perdonaron la salida de Puga, Grove y Matte de la Junta, y los ibañistas se sintieron decepcionados por la fallida conferencia de Machalí.

Dentro de este último grupo, los Comandantes en Jefe de las FF.AA.: Luis Otero Mujica (Ejército), Carlos Jouanne (Marina) y Arturo Merino Benítez (Fuerza Aérea) se sublevan, por lo que Dávila es obligado a renunciar el 13 de septiembre de 1932, dejando el poder a manos del militar Bartolomé Blanche, quien disuelve la República Socialista; este igualmente renuncia luego de que Merino se rehusara a rendirse, el general Pedro Lagos también amenazara con un golpe y el general Pedro Vignola Cortés liderara un movimiento civilista en el norte con el objetivo de llamar a nuevas elecciones. El nuevo Vicepresidente, Abraham Oyanedel, convoca un gabinete de figuras veteranas de inicios de siglo y llama a elecciones para octubre, en las que triunfa Arturo Alessandri, terminando así el período de Anarquía.

Pese a su corta duración (101 días: 12 días de Puga más los 89 días de Dávila), la República Socialista representada en su Junta de Gobierno llevaron a cabo muchas reformas entre las que resaltan devolver las pertenencias empeñadas en la Caja de Crédito Popular (conocida popularmente como la Tía Rica) el 7 de junio, la creación del Ministerio de Trabajo y el de Salubridad Pública, que se convertiría, posteriormente, en el de Salud, y del primer atisbo de lo que luego sería el Banco del Estado,[2]​ y un decreto ley que indulta a todos los condenados por delitos políticos y sociales, entre ellos los dirigentes de la sublevación de la Escuadra de septiembre de 1931, así como la reincorporación a funciones de 200 profesores exonerados por razones políticas durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo.



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