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Revilla Haya



José Revilla Haya o José de la Revilla Haya (Madrid, 15 de noviembre de 1864Ascain, Francia, 9 de octubre de 1955) fue un ingeniero de minas y geólogo español.[1]​ Desarrolló durante más de cuarenta años destacadas labores profesionales en las cuencas mineras de Asturias[2]​ y León,[2]​ de cuyo Distrito Minero fue Ingeniero Jefe entre 1909 y 1919, y en el Ministerio de Fomento donde fue miembro del Consejo de Minería entre 1929 y 1932, Inspector General de Minas y Presidente de la Sección de Tecnología y Estadística del Consejo de Minería.

Hijo de los vizcaínos Gregorio de la Revilla Quintana y María Haya Qintana, nació en el número 79 de la calle de Toledo y estudió bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid hasta 1882, donde compartió aulas con personajes como Alejandro Lerroux, el Conde de Romanones, Jacinto Benavente o Carlos Arniches entre otros. En 1883 ingresó en la Universidad Central de Madrid donde cursó estudios en Física y mediada la década accedió a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid donde fue alumno de Lucas Mallada.

Entre 1890 y 1896 trabajó junto al ingeniero francés de la Escuela Central de París, Félix Parent, en las minas de Aller[3]​(Asturias). Durante esta etapa en la Sociedad Hullera Española fue uno de los artífices de las políticas de paternalismo industrial impulsadas por su propietario Claudio López Bru, Marqués de Comillas, llevando a cabo la construcción del poblado minero de Bustiello para alojar y cubrir las necesidades básicas de los trabajadores de las minas.[4]​ Este conjunto, declarado Bien de Interés Cultural, constituye uno de los modelos más acabados de intervención social patronal en España.

Fue destinado al Distrito Minero de León en 1896 donde trabajó[4]​ adscrito al cuerpo de ingenieros de minas hasta los años veinte. Asumió la jefatura del distrito en 1909 e impulsó[5]​ el nacimiento de la compañía Minero Siderúrgica de Ponferrada en 1918 y la construcción del ferrocarril Ponferrada-Villablino, finalizado en 1919 tras diez meses y medio de trabajos estableciéndose el récord de rapidez en la construcción de un ferrocarril en España. En esos años al frente del distrito la extracción de carbones se incrementó exponencialmente en las cuencas leonesas, la causa fue la demanda creciente generada por el freno de las importaciones de hulla inglesa durante la Primera Guerra Mundial, la denominada orgía hullera de León.

En 1921 realizó un viaje[6]​ por las cuencas mineras belgas comisionado como ingeniero consultor por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España para estudiar las medidas empleadas para evitar los desprendimientos de grisú y los resultados obtenidos. En 1929 ingresó en el Consejo de Minería como Inspector General del Cuerpo de Ingenieros de Minas[7]​ y en 1931 fue nombrado Presidente de la Sección de Tecnología y Estadística de dicho Consejo siendo Ministro de Fomento Álvaro de Albornoz.[8]

Tío del ingeniero de minas Francisco Rived Revilla, contrajo matrimonio en 1898 con una sobrina de Félix Parent, la francesa Suzane Weens, con quien tuvo cinco hijos, Felisa, María (León,1900 - Madrid, 2003), Margarita, Lucía y Enrique Revilla Weens. Amigo de Pío Baroja, fue pianista amateur y esperantista. Vivió en la calle de Carlos III de Madrid y falleció el 9 de octubre de 1955 en Villa Rosita, su casa de la localidad vascofrancesa de Ascain.

Autor de varias obras científicas y técnicas, publicó su primer trabajo, Perfeccionamiento en la producción del acetileno, en 1897. Realizado en colaboración con el ingeniero e inventor Enrique Hauser y Neuburger, profesor del Laboratorio de Química de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid, fue traducido al francés y publicado en París. Entre su producción destaca Riqueza Minera de la Provincia de León que despertó interés fuera del ámbito científico, en figuras como Gumersindo de Azcárate o Marcelino Menéndez Pelayo.[9][10]​ Azcárate, entonces Diputado por León, envió en diciembre de 1906 la siguiente carta a Menéndez Pelayo que había sido propuesto para el Premio Nobel el año anterior:

Publicada en 1906, es la primera obra de conjunto acerca de la minería leonesa donde, además de los aspectos técnicos, el ingeniero abordó detenidamente la problemática de las condiciones de trabajo y de vida de los mineros leoneses a principios del siglo XX, que consideraba inhumanas, proponiendo como soluciones las obras sociales y la participación de los obreros en los beneficios a través de la implantación de salarios indirectos.[4]

Apuntes para una guía geológico-industrial de España al alcance de todos,[11]​ donde expuso de manera accesible los fundamentos de la Mineralogía y la Geología tal y como estaban establecidos a principios del siglo XX, fue publicado en 1913 y Desprendimientos instantáneos de grisú[12]​ lo fue en 1922 tras su viaje[6]​ a Bélgica, siendo reeditado en 1930.

El 12 de noviembre de 1931, poco antes de dejar el Consejo de Minería, envió una circular a los ingenieros jefes de los distritos mineros.

El río Aller (España) a su paso por Bustiello. A la derecha el edificio del Círculo Obrero Católico, proyectado y construido por José Revilla Haya, de gran valor ético y social, fue inaugurado en 1895. El ingeniero se inspiró en los Círculos Obreros franceses para construir un espacio de ocio destinado a los mineros que incluía un salón de actos, las aulas de la escuela para adultos, biblioteca y sala de lectura.



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