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Sínodo de los obispos



Según el Canon 342 del vigente Código de Derecho Canónico, el sínodo de los obispos o sínodo episcopal es una asamblea de obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar la unión estrecha entre el Romano Pontífice y los Obispos.

El sínodo de los obispos es una institución eclesial antigua, que fue revitalizada por el Concilio Vaticano II. A diferencia de los concilios, que tienen capacidad para definir dogmas y legislar (siempre la sanción del papa), los sínodos son solo consultivos y tienen por misión primaria asesorar al papa en el tema propuesto.[1]

Durante la celebración del Concilio Vaticano II, la Iglesia católica pudo advertir grandes diferencias en cuanto a las perspectivas que sobre el futuro y organización de la Iglesia tenían los distintos cardenales y obispos que asistieron al mismo. Los profundos cambios en el mundo desde la II Guerra Mundial habían traído como consecuencia una variedad de sensibilidades entre los Padres de la Iglesia. Juan XXIII, a la sazón convocante del Concilio, tuvo en mente evitar en el futuro la dispersión de mensajes que la Iglesia enviaba desde distintos puntos de vista y territorios, y mantener un estrecho contacto con obispos y cardenales en el futuro. De alguna forma, la Curia romana como gobierno de la Iglesia se había distanciado de la realidad. Muerto Juan XXIII, Pablo VI no era ajeno a esta preocupación y, al inaugurar la última sesión del Concilio, el 15 de septiembre de 1965 creó, con el Motu proprio Apostolica sollicitudo, el Sínodo de Obispos con la misión de ayudar al sumo pontífice a realizar su tarea de gobierno en la Iglesia universal.

El sínodo está formado por un número indeterminado de obispos elegidos, unos directamente por el papa sin sujeción a regla alguna, otros por las Conferencias episcopales y otros en representación de los institutos religiosos clericales y no cumple función representativa alguna, sino que tiene el carácter de órgano consultivo no deliberante, salvo que el Papa le otorgue tal función y apruebe sus conclusiones.

El Sínodo es presidido por el papa, aunque puede delegar la presidencia en un obispo o cardenal. El órgano permanente del sínodo es la Secretaría general, cuya tarea se centra en la elaboración de los textos y documentación que servirá de base para los estudios de la Asamblea.

El sínodo puede tener un marcado carácter territorial (sínodo de los obispos norteamericanos, etc.), en cuyo caso los convocados son, en buena parte, los obispos de la zona o zonas del mundo afectadas por la convocatoria. Así, el sínodo puede corresponder a una región, un país, un continente o a todo el mundo; en este último caso recibe el adjetivo de general.

La Asamblea se reúne en Roma y puede ser ordinaria o extraordinaria. En este último caso se trata de reuniones en las que se exige de los convocados tratar un asunto urgente que requiere fijar una posición inmediata. En algunas ocasiones, puede reunirse fuera de Roma, según acuerdo de las Conferencias Episcopales Continentales.

El anuncio de la celebración de un Sínodo se hace oficial con la publicación de los Lineamenta, donde se presentan los asuntos generales que se tratarán durante las asambleas sinodiales. Una vez convocados los obispos, previa distribución del Instrumentum laboris (documento de estudio) por la Secretaría General del Sínodo, donde en este documento se redactan las conclusiones de los Lineamenta.

El papa abre la Asamblea con una indicación genérica del asunto o asuntos a tratar. Posteriormente, de manera plenaria o en comisiones, los obispos atienden las cuestiones que les han sido sometidas por el papa para emitir una opinión. Estas, una vez aprobadas por la Asamblea en pleno, se recogen en las Actas del sínodo que son entregadas al Santo Padre.

El Sínodo finaliza cuando ha terminado el periodo de sesiones fijado previamente, y el papa realiza una intervención de carácter apostólico y de exhortación a los obispos convocados. Los Padres sinodiales elaboran el Mensaje al Pueblo de Dios y la Lista final de las propuestas, desde donde el Santo Padre parte para redactar la Exhortación Apostólica Postsinodal.

(25.03.1996)

(22.01.1999)

(6.11.1999)

(28.06.2003)

(16.10.2003)

Presidido por Benedicto XVI

(30.09.2010)

(19.11.2011)

(24.11.2013)

(19.03.2016)

(28.03.2019)

(12.02.2020)





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