x
1

S larga



La s larga (ſ), también conocida como s alta es una antigua variante contextual de la letra ese, es decir, una forma adicional que la letra podía adoptar sin que ello cambiara su pronunciación. Se usa en el alfabeto fonético internacional para representar a una consonante fricativa postalveolar sorda.

La s redonda (nuestra s) se escribía al final de las palabras, mientras que la s larga en todos los demás sitios. La ilustración adjunta muestra esta letra en serif y sans serif, en latino y en cursiva («letra bastardilla»).

Esta letra solo existe en minúscula, lo que explica por qué la ligadura ß, compuesta de una s larga seguida de una s redonda (o de una z), sigue el mismo principio: en mayúsculas, ſ y ß (ſ+s o ſ+z en alemán) pasan a S y SS.

La S larga, resultante de la semiuncial latina (aparecida hacia el siglo IV), se transmitió a todas las escrituras latinas posteriores. Su utilización, al principio, no seguía unas normas estrictas. Simple variante manuscrita de la s, su trazado varió bastante según la escritura, la localización y el escriba. Podía utilizarse en todos sitios, sustituyendo a la s redonda. Poco a poco, sin embargo, fue sustituyendo a la s en todas las posiciones excepto la final. En casi todas las ediciones modernas de obras medievales (como El mio Cid, El conde Lucanor, La Celestina, etc.), los editores quitan esta versión de la letra y la reemplazan con s.

Nótese que la variante cursiva, en los textos impresos, posee a menudo una prolongación descendiente bajo la línea de la base. No es raro tampoco que se añada un trazo a la izquierda, a la altura de x, que la hace parecerse a una f:

La s larga, a causa de su trazado, está sujeta a numerosas ligaduras, de las cuales ſ+s da lugar a ß en numerosos idiomas. Solo el alemán conservó esta ligadura, llamada Eszett. Podría, en esta lengua, proceder de una ligadura, ſz, que, escrita en letra gótica se asemeja más a ſʒ. Este convenio (así como las numerosas ligaduras con s larga) se conservó en la imprenta hasta el siglo XIX, durante el cual se pierde por completo.

El alfabeto griego utiliza dos letras para la sigma, que se corresponden con la latina 's', la 'σ' normal y la forma especial 'ς' al final de palabra, que podría haber ayudado a la creación de formas especiales de la 's', la s sigmática. De hecho, durante el Renacimiento, una parte importante de la intelectualidad europea estaba familiarizada con el griego.

Actualmente, lectores no informados confunden frecuentemente la s larga con una f (la confusión a menudo se debe a la presencia del trazo suplementario).

Los primeros que dejaron de usar esta letra fueron varios tipógrafos e impresores madrileños en los primeros años de la década de 1760. En la década siguiente prácticamente no se usaba en España.[1]

En la década siguiente los influyentes tipógrafos Bodoni y Didot la fueron abandonando en sus publicaciones y tipografías.[1]

En 1784 John Bell, en Inglaterra, justifica su sustitución por la ese baja para que no se confundiera con la letra efe y para aumentar la distancia visual de las líneas. Al eliminar la posible confusión de esta letra y de sus ligaduras se reducen los costes de composición, distribución y corrección de textos.[2]

Perduró unos años más en los países con tipografías nacionales (como Alemania con la Fraktur) y en imprentas que mantuvieron sus tipos.[3]

En matemática encontramos la aparición de una variante de la s larga, el símbolo de la integral, ∫. Su inventor, Leibniz, lo extrajo de la palabra latina summa, ‘suma’, escrito ſumma, de la que solo tomó la inicial.

Existe en el alfabeto fonético internacional otra variante de la s larga llamada esh, ʃ, que sirve para escribir el sonido fricativo sordo postalveolar (como ch en francés y sh en inglés). Actualmente, se la encuentra en las ortografías de varias lenguas de África (como el dagbani en Ghana, el songhoy y el tamasheq en Malí o el pandikeri en Uganda). Su mayúscula no es una ese, sino un tipo de mayúscula de la letra griega sigma: Ʃ; o también una versión de gran tamaño de la minúscula en el alfabeto internacional de Niamey, escritura preferible para las lenguas africanas.

Estos dos caracteres se trazan siempre, tanto en romano como en cursiva («letra bastardilla»), con una prolongación descendiente bajo la línea de base.

Los agujeros de la caja del Violín y otros instrumentos de cuerda, llamados "oídos" o "eses", son s larga. A veces son también llamados "efes".

La norma Unicode prevé minúsculas para la s larga y sus derivados.

El símbolo de la integral está representado por otro carácter:

Por último, para la esh del alfabeto fonético internacional y presente en la ortografía de muchas lenguas africanas:

La versión en mayúsculas, que solo es útil a las lenguas africanas, se parece a la sigma del griego (Σ):



Escribe un comentario o lo que quieras sobre S larga (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!