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Samael



Samael (en hebreo: סַמָּאֵל, que se traduce como «Veneno de Dios» o «Ceguera de Dios»;[1]​ también conocido como "Smil", "Samil" , "Samiel") [2][3]​ es el arcángel de la fuerza y de la voluntad, jefe del Quinto Cielo y uno de los siete regentes del mundo, servido por millones de ángeles. Residía en el Séptimo Cielo (Araboth, Geburah). Según algunas tradiciones, se trata de un ángel caído que se rebeló contra Dios urdiendo el pecado original de Adán y Eva.[4]

El Yalkut (I, 110) del Talmud dice que Samael es el ángel guardián de Esaú.[cita requerida] Según el Sotah 10b, Samael es el ángel guardián de Edom.[cita requerida] Otros autores sostienen que es en realidad el mismo Samael, un arcángel de Dios.[5]

La cábala (Arthur Edward Waite, 255) describe a Samael como la "severidad de Dios" y lo sitúa en el beri'ah, uno de los globos del árbol de la vida. Según se dice, Samael se convirtió en el esposo de la primera esposa de Adán, Lilith, con la que engendró numerosos demonios. Entre ellos se cuenta Asmodeo, considerado como la "espada de Samael".[6][7]

La primera mención de Samael en el libro de Enoc le describe como uno de los ángeles que se rebelaron contra Dios, aunque no su líder.[4]​ Estos ángeles serían los grigori, que descendieron a la Tierra para emparejarse con mujeres.[8]

Otra versión de su rebelión se da en el Apocalipsis griego de Baruc, donde se dice que Samael, envidioso del rol de Adán en la creación, plantó el árbol del conocimiento para causar su caída en pecado. La misma fuente cuenta que la serpiente del Edén era realmente un disfraz de Samael para tentar a Eva.[8]​ Tras el acto, Samael fue descubierto y expulsado del cielo por Dios.[4]

En la Ascensión de Isaías, Samael es identificado con Belial y Satán y coronado con los títulos de "rey de los malvados" (melek ra). Aparece en la historia manipulando al rey Manasés para acusar a Isaías de traición.[8]

En un escrito de midrash llamado Pirke De-Rabbi Eliezer, escrito durante el auge del Islam, Samael aparece de nuevo como la causa de la tentación de Adán y Eva. La representación de Samael que se da en el texto parece influida por el Iblis musulmán:[9][10]​ el ángel, hecho de fuego, desdeña a Adán por estar hecho de polvo, por lo que desciende del cielo para tentarle a comer de la fruta del conocimiento y así caer en desgracia.[11]​ En esta versión, la serpiente no es Samael, sino su montura, una bestia originalmente similar a un camello.[12]​ También se revela que Caín es hijo de Samael después de que este sedujera a Eva.[8][13]

El Tratado de la Emanación Izquierda, un texto cabalístico, Samael es parte del Qliphoth, príncipe de los demonios y compañero de Lilith.[8]​ Se especifica que Lilith y él pretenden ser una contraparte oscura a Adán y Eva, y que Asmodeo, cuya relación con ellos no está clara más allá de ser un sirviente, está casado con otra Lilith menor.[14]

En el Zohar se menciona de nuevo a Samael como el jinete de la serpiente y padre de Caín. Sin embargo, el mismo trabajo le confunde con Azazel, lo que podría provenir de una confusión zoharística que combinó a Aza y Azrael para dar a Azazel como resultado.[15]​ Según el texto, Samael se emparejó con Eisheth Zenunim, Naamá y Agrat bat Mahlat, todas ellas ángeles negativos de la prostitución sagrada.[16]

En los cultos satánicos, se considera uno de los demonios principales que conforma una trinidad demoníaca junto a Semyazza y Lucifer.

En el Libro secreto de Juan ―encontrado entre los Manuscritos de Nag Hammadi (Egipto, siglo IV d. C.)―, Samael es el tercer nombre del demiurgo, siendo los otros dos Yaldabaoth y Saklas.[17]​ En este contexto, Samael significaría "el dios ciego",[18]​ Su apariencia es la de una serpiente con rostro de león.[17]​ En el libro Sobre el origen del mundo ―también de los Manuscritos de Nag Hammadi―, es mencionado como Ariael.

Temido por la raza de los demonios y debido a su monumental fuerza, Mael fue víctima de un hechizo que le otorgaba el poder de la oscuridad pero eliminaba su gracia divina, sus memorias y su identidad, haciéndole creer que era no sólo un demonio, si no el mismísimo hijo del Rey Demonio. Ahora del lado de los demonios y creyéndose él mismo uno de ellos, Mael (llamado ahora Estarossa) estuvo durante años masacrando ángeles junto a las huestes del Rey Demonio, hasta que el hechizo fue deshecho más de 3000 años después. Cuando recobró sus memorias al enfrentarse a sus hermanos los Cuatro Arcángeles, la ira se adueñó de él y se dispuso a asesinar tanto a ángeles como a demonios.

Cuando era Mael de su espalda brotaban cuatro alas de plumas. Al ser víctima del hechizo demoníaco, las pierde y son sustituidas por dos alas de energía oscura durante su tiempo como Estarossa. Tras recuperar sus memorias como arcángel pero sin haber renunciado todavía al poder de la oscuridad, posee seis enormes alas. Tres de ellas son blancas y las otras tres son negras. La última sílaba de Estarossa enlaza con su nombre real para formar la palabra Samael.



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