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Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor



«Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor» (en inglés blood, toil, tears and sweat) es una famosa expresión utilizada en un histórico discurso del primer ministro británico Winston Churchill ante la Casa de los Comunes (la cámara baja del Parlamento del Reino Unido), el 13 de mayo de 1940, tras reemplazar a Neville Chamberlain como primer ministro, en el contexto de la batalla de Francia, ocho meses después de haber comenzado la Segunda Guerra Mundial, cuando las fuerzas aliadas estaban experimentando continuas derrotas frente a la Alemania nazi.

A pesar de no responder a la literalidad de la cita, se emplea frecuentemente con la forma «sangre, sudor y lágrimas» (blood, sweat and tears). El propio Churchill repitió la frase en distintas ocasiones y con distintas formulaciones durante la guerra (por ejemplo, con un efecto rítmico: I have nothing to offer but blood and toil, tears and sweat);[1]​ y editó sus propios discursos en una recopilación con el título abreviado (Blood, sweat and tears, 1941).[2]

La expresión no parece ser en realidad original de Churchill, aunque él reivindicaba que sí, incluso tras señalarle citas similares de la novela The Bostonians de Henry James (1886);[3]​ aduciendo que nunca había leído ese libro.[4]​ Mucho más evidente es la similitud con un poema de Lord Byron (The Age of Bronze —h. 1815—, una crítica al patriotismo impostado de quienes apoyaban la política de corn laws a comienzos del siglo XIX).[5]

También se ha supuesto que la tomó de un discurso de Theodore Roosevelt ante el Naval War College el 2 de junio de 1897 (cuando era subsecretario de marina —aún no presidente de Estados Unidos— y preparaba la inmediata guerra hispano-norteamericana de 1898). Churchill pudo haberse familiarizado con la frase de Roosevelt desde la época en que fue primer lord del Almirantazgo (1911-1914), cargo equivalente al que desempeñaba Roosevelt cuando la formuló inicialmente; pero también es posible que hubiera recurrido a las obras de Roosevelt (de amplia difusión, debido a su notable calidad en materia de historia militar) en el mismo momento de preparar su intervención.[8]

Tampoco fue el estadounidense el primer personaje histórico en realizar una arenga semejante: en lengua italiana, Giuseppe Garibaldi se dirigía en idénticos términos (al menos en el contenido) el 2 de julio de 1849 al Parlamento de la efímera y revolucionaria República romana y a los 4700 soldados que iban a defenderla frente a un ejército muy superior, en el contexto de la unificación italiana.[10]

Variantes de la fórmula habían sido usadas previamente por el propio Churchill, por ejemplo en un artículo de 1939 titulado «Can Franco restore unity and strength to Spain».[11]

Churchill pronunció tres discursos públicos durante el período de la batalla de Francia. Este discurso y los dos siguientes, del 4 de junio de 1940 («Lucharemos en las playas») y del 18 de junio siguiente («Esta fue su hora más gloriosa»), tuvieron una extraordinaria influencia en la opinión pública británica, preparándola para enfrentarse a una guerra dura y prolongada, y que, a diferencia de lo ocurrido durante la Primera Guerra Mundial, previsiblemente afectaría también al territorio de la isla, como se confirmó desde julio de ese mismo año con los enfrentamientos aéreos de la batalla de Inglaterra y los bombardeos masivos, que se mantuvieron hasta el final de la guerra (1945).

La intervención parlamentaria del 13 de mayo, al ser la primera del nuevo gobierno, hace referencia explícita a la primera reunión de este, que sería a quien en realidad se dirigía inicialmente la frase en cuestión:

La banda estadounidense de jazz rock Blood, Sweat & Tears tomó su nombre de la famosa expresión.

No se ha podido confirmar en otras fuentes esta literalidad del discurso (que coincide extrañamente con las traducciones italianas del discurso de Churchill, circunstancia que Newbury parece atribuir al conocimiento de Churchill de la figura de Garibaldi, a quien pretendía biografiar y con cuya trayectoria histórica señala varios paralelismos). La versión más común de la arenga de Garibaldi es ésta:

Citado en L'assedio di Roma. Prácticamente el mismo texto se recoge en una fuente contemporánea (Candido Augusto Vecchi, La Italia: storia di due anni, 1848-1849, 1851). No se ha encontrado traducción al castellano. Una traducción literal sería: "Salgo de Roma: quien quiera continuar la guerra contra el extranjero, que venga conmigo. De los que me sigan pretendo amor gallardo de la patria, pruebas de ardientísimo corazón. No prometo paga, ni ocio ni molicie. El agua y el pan, los habrá cuando los haya. El que no quiera tanto, que se quede. Traspasada la puerta de Roma, un paso atrás será un paso de muerte". Véase el contexto histórico en it:Marcia di Garibaldi dopo la caduta di Roma.



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