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Santa Cena



La última cena[1]​ o sagrada cena son denominaciones convencionales de un episodio evangélico[2]​ y un tema artístico muy representado en el arte cristiano.

Fue la última ocasión en la que Jesús de Nazaret se reunió con sus discípulos (los doce apóstoles) para compartir los chachitos, el pan y el vino antes de su muerte. El cristianismo considera ese momento como el de la institución del sacramento de la eucaristía, y a esas "especies" como "el cuerpo y la sangre" de Cristo, aunque cada confesión cristiana difiere en su celebración litúrgica (misa cotidianamente y anualmente el oficio del Jueves Santo) y en su interpretación teológica (transubstanciación en el catolicismo).

Entre los hechos que se incluyen en la narración de este episodio están el lavatorio (Cristo lavó los pies de los apóstoles) y dos profecías de Cristo, que se cumplieron en las horas inmediatas: la traición de Judas[3]​ y la negación de Pedro.[4]​ También se enuncia el denominado mandamiento del amor (amaos los unos a los otros como yo os he amado)[5]​ y otras frases de Cristo de menos evidente interpretación,[6]​ que dieron origen a la teoría política medieval de las dos espadas.

Algunas supersticiones populares (derramar sal, triscaidecafobia) tienen origen en lo narrado en este episodio evangélico.

Tras la cena, Cristo y once de los apóstoles (todos menos Judas) salieron de la ciudad de Jerusalén, produciéndose los siguientes episodios que inician la Pasión (la oración del huerto de los olivos y el prendimiento).

La cena es considerada por la mayoría de los teóricos como un Séder o Cena de Pascua celebrada en la noche del Jueves Santo antes de la crucifixión el Viernes Santo. Esta creencia se basa en la cronología de los evangelios, pero la cronología del Evangelio de Juan indica que se celebró antes de Pascua (Juan 13:1, 18:28). Las referencias en el evangelio de Juan marcan el día de la preparación para la pascua (Juan 19:14, 31, y 42), se toman por muchos para indicar que la muerte de Cristo ocurrió en el tiempo de la matanza de los corderos de la Pascua (esta cronología posterior es la aceptada por la Iglesia ortodoxa). Sin embargo, aquellos que sitúan la última cena en la tarde del jueves, generalmente le atribuyen a Marcos 14:12 y Lucas 22:7 las únicas referencias explícitas en los evangelios a que en el momento de la crucifixión de Cristo se da la matanza de corderos, y se da lugar el Día de la Preparación en el Evangelio de Juan como una posible referencia al Viernes de pascua durante el cual se realizan las preparaciones para el descanso del Shabat.

Además, muchos teóricos han cuestionado estas cronologías, y han rechazado sus afirmaciones de que los evangelios hacen referencia a la pascua y sostienen que coinciden con Juan,[7]​ ya que existen multitud de hechos que tienen lugar tras la última cena, como la traición, el arresto, interrogatorio y los posteriores juicios, que difícilmente podrían haber tenido lugar durante una noche.[8]​ Algunos grupos minoritarios de cristianos creen que un exhaustivo examen de los evangelios indican que la última cena tuvo lugar en martes, y que Jesús fue crucificado en un miércoles.[9]

La cena se discute a través de los cuatro evangelios de la biblia canónica. Los evangelios sinópticos afirman que en la mañana del mismo día el cordero pascual para la cena, sea sacrificado. Sin embargo, bajo el método judío de tiempo recogimiento, el día era considerado que empieza justo al amanecer, por lo tanto la festividad de la pascua se contempla que ocurra en el día posterior en que fue sacrificado. Esto implica que o los sinópticos no están instruidos en el conocimiento del recogimiento judío, o que ellos usaron la técnica literaria de ver los eventos que pasaron en varios días en solo uno. Otros interpretan el lenguaje de los Evangelios sinópticos como suficientemente permisivos para tener una tarde sacrificando a los corderos pascuales.

Muchas denominaciones cristianas clasifican como un sacramento el consagrar el pan y el vino y participar en su distribución entre los fieles. Este rito, conocido como eucaristía se realiza de forma semanal, mensual o anual, dependiendo del tipo de credo. Algunas iglesias protestantes (aunque no todas) prefieren llamarlo ordenanza, y lo ven no como un canal específico de gracia divina sino como una expresión de fe y de obediencia a Cristo.

Artículo principal: Eucaristía

En la Iglesia católica, la Eucaristía culmina la iniciación cristiana, según la Iglesia, la Eucaristía es "la fuente y la cumbre de la vida cristiana". Los otros sacramentos, y de hecho todos los ministerios eclesiásticos y las obras del apostolado, están vinculados con el Eucaristía y están orientados hacia ella. Porque en la Eucaristía está contenido todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua.[10]

Los Testigos de Jehová celebran el aniversario de “la cena del Señor” o la “última cena” exclusivamente el día que corresponda al 14 de Nisán en el calendario judío, fecha en que lo hizo Jesús luego de celebrar la pascua judía.[11]​ Esta reunión es conocida como Conmemoración de la muerte de Cristo.

A diferencia de otros grupos religiosos, los Testigos de Jehová no realizan actividades ni procesiones durante varios días de la semana y simplemente se recuerda la muerte de Jesús.[12]​ Para los miembros de esta organización religiosa, esta es la reunión más importante del año.[13]​ Durante la ocasión, se presenta un discurso tras lo cual se comienza la "celebración" al pasar entren los presentes los emblemas, pan ácimo (sin levadura) y vino tinto natural o sin aditivos.[14]​ Usualmente, quienes son considerados como parte de "los ungidos" (o elegidos para ir al cielo) son los únicos que participan de comer del pan y beber del vino.[15]​ El resto de los presentes, llamados las "otras ovejas" (con esperanza de vivir en la tierra), solo son observadores.[16]

El tema ha sido tratado en todo tipo de soportes por el arte cristiano. La obra más difundida es el mural de Leonardo da Vinci (refectorio de Santa Maria delle Grazie, Milán, (1494-1497). Se encuentra en la pared sobre la que se pintó originalmente. Leonardo escogió representar el momento posterior al anuncio de Cristo de que uno de los presentes lo traicionará, cuando todos se preguntan «¿Soy yo, Señor?». Separándose de la iconografía de otras obras renacentistas, no representa a Judas delante de la mesa, sino incluido entre los demás apóstoles; y en lugar de representar a Jesucristo integrado en el grupo, con Juan en su regazo, Leonardo opta por aislar su figura en el centro y agrupar a los apóstoles de tres en tres, caracterizando a cada uno de ellos a través de su actitud y movimiento. En una posible referencia a El Banquete de Platón (y, en su época, a De Amore, del neoplatónico Marsilio Ficino), estructuró a los apóstoles en cuatro tríadas, de las cuales las dos del extremo luminoso (a la derecha) corresponden a tríadas platónicas, significando la primera que el Amor es el Deseo de la Belleza, que se perfecciona en Dios.

Cenacolo, en plural cenacoli (en italiano "cenáculo" -el lugar de Jerusalén donde se celebró la última cena-), es el término utilizado en Italia para designar determinados espacios arquitectónicos, donde se representa ese tema pictórico, muy habitualmente refectorios (comedores) de conventos. La coincidencia entre el uso de la estancia y la decoración que se pinta en sus muros ya es en sí misma una ambigüedad "entre lo vivo y lo pintado", que se acentúa cuando los artistas eligen dar importancia a la representación de los muebles y elementos arquitectónicos del cenáculo de Jerusalén, de inevitable proyección hacia los muebles y, sobre todo, los elementos arquitectónicos de la estancia real que alberga la pintura, lo que estimula la técnica del trampantojo.[18]

Entre los cenacoli florentinos, tras los más tempranos, de fra Angelico y Andrea Del Castagno, donde ya es visible la utilización de las leyes de perspectiva en la mesa y los planos de las paredes, hay al menos tres cenacoli donde Ghirlandaio experimenta con el ilusionismo arquitectónico, mientras que el más conocido es el de Da Vinci, que cierra el Quattrocento:

Comunión de los apóstoles, fra Angelico, 1440-1442.

Cenacolo di Sant'Apollonia, Del Castagno, 1445-1450.

Cenacolo di San Marco, Ghirlandaio, 1486.

Cenacolo della Badia di Passignano, Ghirlandaio, 1476.

Cenacolo di Ognissanti, Ghirlandaio, 1480.

Última Cena de la Capilla Sixtina, Cosimo Rosselli, 1481-1482.

Cenacolo di Fuligno, Perugino, 1493-1496.

Cenacolo de Sante Marie delle Grazie, Leonardo, 1495-1497.

Cenacolo de Andrea del Sarto, 1511-1527.

Compárense con las perspectivas ingenuas de cenacoli anteriores, de época gótica (Trecento).

Detalle de la Maestà de la catedral de Siena, Duccio, 1308-1311.

Giotto, cappella degli Scrovegni, 1304-1306.

Ídem, con la escena del lavatorio.

Pietro Lorenzetti, basílica inferior de Asís, 1310-1320.

Ídem, con la escena del lavatorio.

Cenacolo di Santa Croce, Taddeo Gaddi, 1340.

Cenacolo di Santo Spirito, Andrea Orcagna, ca. 1360.

Y con las de otras representaciones de la última cena[19]​ o del lavatorio (escena evangélica previa, que también transcurre en el cenáculo) en otros periodos de la historia del arte, que comienzan en el arte paleocristiano y con mobiliario "a la romana" (el triclinio), para pasar al mobiliario medieval y moderno (la mesa de tablero rectangular en torno a la que los apóstoles se sientan en bancos o sillas —véase también historia del mueble—). La posición de Cristo pasa de ser un extremo a ser el centro. Igualmente se fueron fijando el resto de las convenciones iconográficas, especialmente la identificación de un apóstol imberbe, inclinado sobre Cristo (Juan, el discípulo amado), mientras que otro se suele separar del grupo (Judas, en algunos casos junto a un perro que roe un hueso -símbolo de su posesión por Satán-).

Paleocristiano, Bizantino, Prerrománico, Rómánico y Gótico

Codex Rossanensis (manuscrito iluminado bizantino del siglo VI).

Mosaico de la basílica de San Apolinar el Nuevo de Rávena (siglo VI, bizantino).

Evangeliario de Otón III (ca. 1000, prerrománico -otoniano-).

Mosaico del monasterio de Osios Loukás (siglo XI, bizantino) con la escena del lavatorio.

Fresco de Sant'Angelo in Formis (ca. 1100, maestro italo-bizantino de la escuela de Monte Cassino).

Mosaico de la catedral de Monreale (siglo XII, arte árabe-normando-bizantino) con la escena del lavatorio.

Ídem, con la escena de la Última Cena.

Frontal de San Miguel (Maestro de Soriguerola, siglo XIII).

Mosaico de la basílica de San Marcos, Venecia, siglo XIII (Duecento).

Speculum humanae salvationis, 1360.

Pre-renacimiento, Renacimiento y Manierismo

Tríptico La Última Cena, de Dirk Bouts (1464-1467, primitivos flamencos).

Tabla del llamado Meister des Hausbuches (Maestro del Libro de Casa) o Maestro del gabinete de Ámsterdam (1475, Sur de Alemania).

Ídem.

Retablo de Saint-Pierre-le-Vieux (Estrasburgo), 1485.

Bernardino Lanino (mediados del siglo XVI).

Teófanes de Creta, siglo XVI.

Lucas Cranach el Viejo, 1547 (panel central del retablo de la Iglesia de Santa María de Wittenberg, Alemania).

La última cena, del Greco (1568, en la fase italiana de este pintor de origen cretense).

Lucas Cranach el Joven, 1565 (representa a los apóstoles con los rostros de los principales líderes de la Reforma protestante, y al elector de Sajonia en posición orante).

Giovanni Battista Moroni, 1569.

El Lavatorio, de Tintoretto (1548-1549, Manierismo).

La Última Cena, de Tintoretto (1592-1594). Hay varias versiones del mismo tema por el mismo autor (véase galería en Commons).

Cena en casa de Leví, del Veronés, 1573 (inicialmente una sagrada cena muy libremente tratada, que hubo que redenominar por cuestiones teológicas, en el contexto de la Contrarreforma).

Barroco y Edad Contemporánea

Valentin de Boulogne, 1625-1626.

Rubens, 1631-1632.

Pascal Dagnan-Bouveret (siglo XIX).

Arte religioso popular (Sandl, siglo XIX). La ingenuidad de la perspectiva remarca la circularidad y singularidad de los platos (u hostias) sobre una mesa "a vista de pájaro", a diferencia del cáliz y los comensales.

San Pedro de Tejada. La escena, abajo, a la izquierda.

San Justo de Segovia. La escena, abajo.

Capitel en el claustro de la catedral de Tudela.

Puerta norte de la catedral de Lugo. La escena, abajo, en lo que sería el capitel de un inexistente parteluz.

Pórtico de la catedral de Saint Pons de Thomieres.

Claustro de Saint Sever de Rustan.



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