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Shangó



Changó o Shangó (en yoruba, Ṣàngó), es el orishá de la justicia, de los rayos, del trueno y del fuego. Fue rey en la ciudad de Oyo, identificado en el juego del merindilogun por los odus obará y ejilaxebora y representado material e inmaterialmente en el candomblé a través del asentamiento sagrado denominado igba xango. En la santería sincretiza con San Marcos y Santa Bárbara. Pierre Verger da, como resultado de sus investigaciones, que Shangó o Changó, como todos los otros imolè (orishás y eboras), puede ser descrito bajo dos aspectos: histórico y divino. Pertenece al Panteòn Yoruba.

Como personaje histórico, Changó habría sido el cuarto Aláàfìn Òyó, "Rey de Oyo", hijo de Oranian y Torosi, la hija de Elempê, rey de los tapás, aquel que había firmado una alianza con Oranian. Changó tuvo tres divinidades como esposas: Oiá, Oshun y Obbá.

Changó es el orishá de los rayos, truenos, grandes cargas eléctricas y del fuego. Es viril y atrevido, violento y justiciero; castiga a los mentirosos, a los ladrones y los malechores. Por ese motivo, la muerte por el rayo es considerada infamante. De la misma forma, una casa alcanzada por un rayo es una casa marcada por la cólera de Changó. Changó es el Orishá del Poder, él es la representación máxima del poder de Olorum.

Al manifestarse en los Candomblés, no debe faltar en su indumentaria una especie de sarga, con colores variados y fuertes, que representan las vistes de los Eguns.

Los adoradores Ṣàngó en Yorubalandia en Nigeria no comen fríjol porque creen que la ira del dios del hierro descenderá sobre ellos. Los collares de dios Ṣàngó están compuestos en distintos patrones de cuentas rojas y blancas; generalmente en grupos de cuatro o seis que son sus "números sagrados". Ṣàngó es llamado durante las ceremonias de coronación en Nigeria hasta el presente.[1][2]

Changó es el fundador del culto a los Eguns, solamente él tiene el poder de controlarlos, como dice un tramo de un Itã:

Chango corresponde al dios Nzazi o Zaze, venerado en el reino de Kongo (en África Central). Chango a menudo se conoce como Nzazi o Zaze-Xangô, especialmente en el Candomblé Bantu, una de las naciones del Candomblé, la religión afrobrasileña de los dioses africanos.

Changó es considerado uno de los orishas más populares del panteón Yoruba. Se considera el Rey de la Regla de Osha. Es el Orisha de los truenos, los rayos, la justicia, la virilidad, la danza y el fuego. Fue en su tiempo un rey, guerrero y brujo, quien por equivocación destruyó su casa y a su esposa e hijos y luego se convirtió en Orisha.

Orisha de la justicia, la danza y la fuerza viril, dueño de los tambores Batá, Wemileres, Ilú Batá o Bembés, de la danza y la música; representa la necesidad y la alegría de vivir, la intensidad de la vida, la belleza masculina, la pasión, la inteligencia y las riquezas.

Changó es llamado Yakutá (el lanzador de piedras) y Obakoso (rey de Kosso).Su nombre significa revoltoso. Fue el cuarto Rey de Oyo y también el primer awo, cambió el ashe de la adivinación con Orunmila por el de la danza. Es dueño también de los tambores Batá debido a que intercambió el oráculo de Ifa con Orula por los tambores Batá, Wemileres, Ilú Batá o Bembés. Es sincretizado en la iglesia católica con santa Bárbara.

Fue esposo de Obbá, Oyá y Oshún. Fue hijo de Obatalá y Yembó o de Obbatalá y Oddua o de Aggayú Sola, aunque en algunos caminos desciende directamente de Oloddumare. Hermano Gemelo de Agayú, sin embargo en todos los caminos se considera criado por Yemayá y Dadá. Hermano de la última,como también de Eleggua, Orula, Oggun, Ochosi y Ozun, enemigo de Oggun en la guerra donde le robó su segunda esposa, Oyá. Es también padre de los ibejis (jimaguas) en algunos caminos y es ahijado de Ozain.

Las ofrendas a Changó incluyen amalá, hecha a base de harina de maíz, leche y quimbombó, plátanos verdes, plátano indio, otí, vino tinto, maíz tostado, cebada, alpiste, etc. Se le inmolan carneros, gallos, codornices, jicoteas, gallina de guinea, palomas, etc.

Furibundo con sus descendientes al saber que Oggun había querido fornicar con su propia madre, Obatalá ordenó ejecutar a todos los varones. Cuando nació Changó, Elegguá (su hermano) se lo llevó escondido a su hermana mayor, Dadá, para que lo criara. Al poco tiempo nació Orula, el otro hermano. Elegguá, también temeroso de la ira de Obatalá, lo enterró al pie de la ceiba y le llevaba comida todos los días. El tiempo transcurrió y un buen día Obatalá cayó enfermo. Elegguá buscó rápido a Changó para que lo curara. Luego de que el gran médico Changó curó a su padre, Elegguá aprovechó la ocasión para implorar de Obatalá el perdón de Orula. Obatalá accedió y concedió el perdón. Changó lleno de gozo cortó la ceiba y de ella labró un hermoso tablero y junto con él le dio a su hermano Orunmila el don de la adivinación. Desde entonces Orunmila dice: “Maferefun (bendición) Elegguá, maferefun Changó, Elegbara”. También por la misma razón el ékuele [3]​ de Orunmila lleva en la cadeneta un fragmento del collar de Changó (blanco y rojo) por una punta. Desde entonces Orunmila es el adivinador del futuro como intérprete del oráculo de Ifá, dueño del tablero y consejero de los hombres.

Según Ifa el dueño de la pata izquierda del ekuele es Elegguá, que es quien se lo pidió a Orula.

Changó fue el cuarto (o el tercero)[4]​ rey legendario de Oyo, en Nigeria, hecho orishá de carácter violento y vengativo, cuya manifestación son el fuego, el Sol, los rayos, las tempestades y los truenos. Hijo de Oranian, tuvo varias esposas, siendo las más conocidas: Oiá, Oshun y Obbá. Su herramienta es el Oxê: hacha de dos filos.

Mientras Oshosi es considerado el rey de la nación de Queto, Changó es considerado el rey de todo el pueblo yoruba. Orishá del fuego, de los rayos y de las tempestades, Changó fue un gran rey que unificó todo un pueblo. Fue él quien creó el culto de Egúngún. Muchos orishás poseen relación con los Egunguns pero él es el único que, verdaderamente, ejerce poder sobre los muertos, Egungun. Changó es la ropa de la muerte, Axó Iku: por este motivo, no debe faltar en los Egbòs de Ikù y Egun, el rojo le pertenece. Al manifestarse en los candomblés, no debe faltar, en su indumentaria, una especie de falda llamada banté, con colores variados y fuertes, que representan las vestiduras de los eguns.

Changó era fuerte, valiente y justo. Era temido, y a la vez adorado. Se comportó en algunas veces como tirano, debido a su ansia de poder, llegando incluso a destronar su propio hermano, para satisfacer su deseo. Hijo de Yamasse (Torosi) y de Oranian, fue el regente más poderoso del pueblo yorubá. Él también tiene una conexión muy fuerte con los árboles y la naturaleza, viniendo de ahí los objetos que él más aprecia, el pilón y la gamela; el pilón de Changó debe tener dos bocas, que representan el libre paso entre los mundos, siendo Changó un ancestro (Egungun). De la naturaleza, él consiguió profundos conocimientos y poderes de brujería, que solamente eran usados cuando era necesario. Tiene también una fuerte conexión con Oxumaré, considerado por él como su fiel escudero.

Changó es adorado en Brasil bajo 12 calidades. Vale destacar que muchos siguen ciegamente las dichas calidades de Changó de Bahía, y no es bien así: por ejemplo, Airá es un otro orishá que no se da con Changó. Reza la leyenda que Airá era muy próximo a Changó, y cuando Oxalufã, en visita al reino de Changó, fue erróneamente confundido con un ladrón, tuvo sus piernas quebradas y fue prendido. Una vez Changó percibiendo el engaño, mandó que lo quitaran de la prisión, lo limpiaran y dieran a él indumentarias propias con la grandeza de Oxalufã, sin embargo Oxalufã estaba viajando y tenía aún otros lugares para ir.

Por ser muy viejo y con las piernas quebradas, la su movimiento había sido afectado, haciendo que Oxalufã anduviera encorvado y muy lentamente. Changó, entonces, mandó que Ayrá llevara Oxalufã en la espalda hasta la próxima ciudad. Ayrá, percibiendo allí su gran oportunidad, durante el camino se volvió contra Changó, diciéndole a Oxalufã que Changó sabía que él estaba preso, acabando por ganar la confianza de Oxalufã, que lo tomó para sí; razón por la cual Ayrá usa blanco, pero no es un fum-fum. Changó, que no soporta las traiciones, se irritó con la actitud de Ayrá, cortando relaciones con él. Desde entonces, ellos jamás deben ser adorados juntos o mantenidos en la misma casa.

Changó acostumbra ser sincretizado con San Jerónimo, Santa Bárbara y San Miguel Arcángel.[5]

Las cualidades de Changó son estas:

Como parte de la transculturación y del peligro que vieron los esclavos traídos a Cuba de perder sus raíces, cada santo adoptó el nombre de un santo católico. También está el hecho de que los esclavos venían de diferentes partes de África y en cada uno se le llamaba diferente.[3]

Gallo Ronco Jorito de la Loma Bomasere Mirito Siete Rayos

Yoasi Siete Rayos Marufina Bolla Sobranuensasi Nsabuari Munalongo

Nritan Kitan Mukiamamuilo Nsasi

Jebioso Anamá

Dambalá Aladde

Shangó habla en el diloggún por Obbara (6) y por Ellila Sebora (12), que es su letra principal[6]

Los caminos de Shangó se refieren más bien a los títulos que recibiera cuando fue rey. Es decir, su realeza, su arte de legislar, de hacer la guerra, su fuerza y su relación con el fuego y el rayo, entre otros aspectos.



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