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Simplificación de los caracteres chinos



La simplificación de los caracteres chinos (en chino tradicional, 漢字改革; en chino simplificado, 汉字改革; pinyin, hànzì gǎigé; literalmente, «reforma de los caracteres chinos») es el proceso de reforma de la escritura china que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX, cuando el gobierno de la República Popular China promovió la adopción de un sistema de caracteres simplificados (簡體字简体字, jiǎntǐzì), que ha reemplazado a los caracteres tradicionales en la China continental. Otras comunidades sinoparlantes, en particular las de Taiwán, Hong Kong y Macao, continúan utilizando los caracteres tradicionales (繁體字繁体字, fántǐzì o 正體字正体字, zhèngtǐzì). A estas dos formas alternativas de escribir el chino se les llama a veces chino simplificado y chino tradicional.

Para el análisis fonético, los términos en chino pueden transcribirse a caracteres latinos con ayuda de un sistema de acentos, lo cual se denomina, usando el propio sistema: hànyǔ pīnyīn. Como ya es habitual en el mundo occidental, este artículo lo usa por simplificidad.

Durante la primera mitad del siglo XX fueron muchos los intelectuales chinos que, ante el atraso relativo de China frente a las potencias occidentales, defendieron la necesidad de acometer reformas profundas en la sociedad china. Uno de los objetivos de las ansias reformistas fue precisamente el lenguaje.

Por un lado, el chino clásico (文言?, wényánP) era una lengua totalmente diferente de la lengua vernácula (白話, báihuà) que se hablaba, y se fue imponiendo la idea, alentada por intelectuales como Hu Shih, de que debía definirse una nueva lengua estándar basada en el idioma hablado. En paralelo a esta defensa de una lengua nacional más cercana al lenguaje cotidiano, hubo también intelectuales que adoptaron una postura aún más radical, defendiendo que el mismísimo sistema de escritura debía ser abolido o reformado. Algunos, como el escritor Lu Xun, llegaron a proponer la adopción del alfabeto latino para el idioma chino. Para estos intelectuales, el sistema de escritura chino, con sus miles de caracteres, suponía una traba para el progreso tecnológico chino, debido a que los niños en la escuela debían invertir muchos años de estudio para llegar a dominar el sistema de escritura, lo cual habría sido motivo de retraso en el aprendizaje de otras disciplinas.

A pesar del ímpetu de las ideas revolucionarias de la época, la posibilidad de romanizar el idioma nunca tuvo visos de hacerse realidad ya que, por un lado, habría convertido en analfabetos a quienes ya sabían leer y escribir, que habrían tenido que aprender un nuevo sistema, y, por otro, el apego de los chinos a su sistema de escritura hacía difícil la aceptación de una reforma tan radical. Esta segunda razón es tal vez la más importante, pues en vietnamita y en coreano, los otros dos idiomas que se escribían (en aquel entonces) con caracteres chinos, el uso de los caracteres fue abolido, casi en su totalidad, a lo largo del siglo XX.

Frente al camino radical seguido por vietnamitas y coreanos, tanto en China como en Japón se acabaría imponiendo la idea más conservadora de modificar gradualmente el sistema de escritura remplazando las formas normativas de algunos caracteres de uso muy frecuente por otras más simples. A este proceso se le ha llamado simplificación de los caracteres chinos (漢字簡化汉字简化, hànzì jiǎnhuà). Nótese que la "simplificación" se refiere a una reducción del número de trazos. Como se comenta más adelante en este artículo, no está claro en absoluto que dichos caracteres con menor número de trazos sean más fáciles de aprender que los caracteres tradicionales.

El primer intento de introducir caracteres simplificados lo llevó a cabo el gobierno del Kuomintang (KMT) en 1935, que promulgó una lista oficial de 324 caracteres modificados. En esa lista se encontraban ya algunas formas populares de caracteres que serían adoptadas de nuevo por la República Popular China años más tarde (como por , o por , por ejemplo). Sin embargo, la sociedad rechazó de manera general la adopción de estos nuevos caracteres y un año más tarde el Gobierno dio marcha atrás y retiró la reforma.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Japón decidió adoptar de forma oficial formas simplificadas para un número considerable de caracteres. No obstante, las simplificaciones japonesas han sido mucho más moderadas que las que finalmente llevaría a cabo el Partido Comunista de China.

Tras la proclamación de la República Popular China por Mao Zedong en 1949 el nuevo gobierno comunista, a la par que continuaba la política del KMT de promoción de una lengua nacional basada en el dialecto pequinés, retomó el plan de reformar la escritura. En 1955 se organizó el Congreso Chino para la Reforma de la Escritura (中國文字改革委員會?, Zhōngguó Wénzì Gǎigè WèiyuánhuìP), del cual saldría un comité que un año más tarde, en 1956, publicaría la primera lista de caracteres reformados que establecía nuevas formas normativas para 515 caracteres y 54 componentes de caracteres. A esta lista de caracteres se la llamó el Plan de Simplificación de los Caracteres Chinos (漢字簡化方案, hànzì jiǎnhuà fāng'àn). Los caracteres simplificados fueron objeto de críticas y rechazo durante el período de apertura de las Cien Flores pero en la década de 1960, con la radicalización de la política revolucionaria y el fervor de los ataques a la cultura antigua, se impondría el uso de los nuevos caracteres. A la lista de 1956 se añadirían muchos más caracteres en 1964, con la publicación de la Tabla General de Caracteres Simplificados (簡化字總表, jiǎnhuà zì zǒng biǎo). Este proceso de reforma no se consideraba aún completo. De hecho, se suele decir que había quienes veían la simplificación como una fase provisional previa a la adopción del alfabeto latino con el sistema hànyǔ pīnyīn.

El proceso de simplificación continuó y en 1977 se publicó el Segundo Plan de Simplificación de los Caracteres Chinos (Proyecto) (第二漢字簡化方案(草案), dì'èr hànzì jiǎnhuà fāng'àn [cǎo'àn]). Esta segunda parte de la reforma no llegó a tener éxito, y en 1986 se hizo la última revisión del sistema, en la que se abolió por completo el segundo plan, y se hizo algún cambio mínimo en la lista de 1964.

Esta última revisión de 1986 es la que está en vigor en la actualidad en la República Popular China, excepto en Hong Kong y Macao.

Sustitución de un carácter por una variante popular o por una forma arcaica. Ejemplos:
Ejemplo 1 de caracteres simplificados y tradicionales.png

Eliminación de una parte del carácter. Ejemplos:
Ejemplo 2 de caracteres simplificados y tradicionales.png

Adopción de una forma basada en el estilo de caligrafía cursiva. Ejemplos:
Ejemplo 3 de caracteres simplificados y tradicionales.png

Sustitución de la parte fonética de un carácter por otra con menos trazos. Ejemplos:
Ejemplo 4 de caracteres simplificados y tradicionales.png

Eliminación de un carácter para remplazarlo con un homófono. Ejemplos:
Ejemplo 5 de caracteres simplificados y tradicionales.png

En este caso, los caracteres de la fila de abajo existen también en el sistema tradicional. El sistema simplificado fusiona lo que eran dos o más caracteres, con significados diferentes, pero con pronunciación igual o similar, en un solo carácter. Esto reduce el número total de caracteres.

Los defensores de los caracteres simplificados argumentan que los caracteres simplificados son mucho más fáciles de memorizar, de leer y de escribir debido a su menor número de trazos. Éste fue el argumento original que motivó la reforma. En la siguiente sección del artículo se exponen varias críticas a este planteamiento.

Además, los caracteres simplificados son mucho más rápidos de escribir a mano. Aunque esta idea parece indiscutible, los detractores afirman que las formas simplificadas pueden ser útiles en la escritura manuscrita de tipo personal, del mismo modo que en español mucha gente escribe "q" en lugar de "que" o "tmb" en lugar de "también" en sus notas personales, pero esta rapidez en la escritura manuscrita no sería un argumento válido para reemplazar las formas tradicionales en la escritura impresa o en formato electrónico.

Los detractores de la simplificación argumentan que los caracteres chinos son una parte fundamental de la cultura china, cuya forma había permanecido a grandes rasgos inalterada hasta la reforma llevada a cabo por la República Popular. En contra de la propaganda de las autoridades del Continente, que a menudo han presentado la reforma como un mero ejercicio de estandarización de formas populares también antiguas, los detractores apuntan al hecho de que una gran parte de los caracteres simplificados son formas inventadas o marginales. Los caracteres tradicionales representarían las formas ortodoxas de los caracteres chinos tal como han sido legados por una tradición cultural milenaria. Los defensores de la simplificación replican que toda lengua evoluciona. Del mismo modo que el mandarín hablado hoy en día es muy diferente de la lengua vernácula de hace varios siglos, no habría nada malo en reformar el sistema de escritura para hacerlo más manejable y sencillo en la sociedad actual.

También hay personas que arguyen que los caracteres simplificados son feos en comparación con los tradicionales. Sin embargo, esta idea es muy subjetiva. Otros replican que son los caracteres tradicionales los que resultan más feos por una recarga excesiva de trazos.

Muchos chinos educados en el sistema tradicional consideran que los caracteres simplificados son más difíciles de discernir porque, al contar con menos trazos, abundan los parecidos entre caracteres que originalmente eran muy distintos. Por ejemplo, los caracteres 广 y (guǎng y chǎng, respectivamente) se diferencian solo por un pequeño trazo en su forma simplificada, mientras que en sus versiones tradicionales, y , son mucho más fáciles de distinguir. Hay muchos ejemplos similares.

La idea básica subyacente a la reforma de los caracteres chinos es que un menor número de trazos hace que estos sean más fáciles de recordar.

Muchos opositores de la reforma afirman que un número de trazos menor no hace necesariamente que los caracteres sean más fáciles de aprender. Otras consideraciones, como la simetría del carácter, o su relación con otros similares, desempeñan un papel importante en el proceso de memorización. Por ejemplo, hay quienes encuentran más fácil recordar que (chē, «coche») por la mayor simetría del primero. A partir de este carácter' se forma (hōng), que podemos fácilmente recordar como el "triple coche". Tras la simplificación, este carácter se ha convertido en , que consiste en un coche sobre un par de manos. Aunque los trazos son menos, la complejidad estructural («tres coches» frente a «un coche sobre dos manos») parece haber aumentado en el carácter simplificado. Otro caso sería el carácter (qián), que agrupa el carácter (jīn, «oro»), y el carácter (, «lanza»), repetido dos veces. Los caracteres simplificados mantienen los caracteres jīn y tal cual, pero han introducido formas reducidas para jīn cuando aparece como componente izquierdo de un carácter y para la combinación de dos . Así, («oro + dos lanzas») se ha convertido en 钱 («oro abreviado + doble lanza abreviada»). De nuevo, no está claro que la forma simplificada sea realmente más simple de memorizar. En los casos de sustituciones de la parte fonética de un carácter, muchas veces los componentes básicos no han sido simplificados, por lo que la reasignación de parte fonética, aun cuando haga que el carácter se escriba a mano más rápido, no aumentaría su facilidad para ser memorizado. Un ejemplo sería el carácter (zhǒng) (= + ), que ha pasado a ser (= + ). Dado que tanto como existen como caracteres independientes, parecería que las dos combinaciones han de ser igual de fáciles, o difíciles, de aprender. Por estas razones, quienes estudian caracteres simplificados acaban, tarde o temprano, aprendiendo prácticamente las mismas combinaciones de trazos básicas que se dan en los caracteres tradicionales.

Debe apuntarse, además, que existen numerosas incoherencias en los caracteres simplificados. Por ejemplo, el carácter () ha sido simplificado a , mientras que la forma original pervive en los derivados () y (). Esto se debe, en gran medida, a que el proceso de simplificación quedó congelado, debido al cambio de clima político, en lo que en su momento se pensaba que era un estadio provisional de transición, no definitivo.

A pesar de su reincorporación a China, Hong Kong y Macao continúan utilizando el sistema tradicional de caracteres, incluso en el ámbito administrativo. Antes de la retirada del Reino Unido y Portugal de las citadas antiguas colonias se pensaba que las autoridades chinas podrían llevar a cabo una política activa de promoción o imposición de los caracteres simplificados en estos dos territorios tras su integración en la RPC. Hasta el momento no ha sido así, y estos dos territorios continúan utilizando casi exclusivamente caracteres tradicionales.

En Taiwán se utilizan solamente los caracteres tradicionales. Debido a la rivalidad histórica entre el régimen de la isla (denominado oficialmente República de China) y el Partido Comunista de China, los caracteres simplificados han sido considerados como una reforma comunista, una agresión más a la cultura tradicional por parte del régimen enemigo. Esta visión politizada de la cuestión ha impedido cualquier tipo de debate estrictamente lingüístico sobre la simplificación.

Singapur es el único territorio fuera de la China continental que ha adoptado los caracteres simplificados de manera oficial. Así, la prensa singapuriense en lengua china utiliza caracteres simplificados. No obstante, el uso de los caracteres tradicionales es abrumadoramente mayoritario en los rótulos comerciales en chino, y las librerías venden muchas ediciones de libros chinos en caracteres tradicionales.

El caso de Malasia es más complejo. En este país los chinos son minoría y no ha habido una política oficial de promoción de un sistema sobre otro. La prensa sinófona utiliza frecuentemente una mezcla de caracteres simplificados y tradicionales, usando los primeros en el cuerpo de los artículos, y los segundos en los titulares. La publicidad también utiliza mayoritariamente los caracteres tradicionales.

En cuanto a las comunidades chinas en otras partes del mundo, puede decirse que el uso de los caracteres tradicionales sigue siendo mayoritario en los países donde ha habido una comunidad china desde hace varias décadas como Estados Unidos, Australia o el Reino Unido, mientras que en países donde la inmigración china es reciente, como España, predomina el uso de caracteres simplificados.



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