Stalingrado (película de 1993)

Senator Film Alemania
Strand Releasing EE.UU.

Stalingrado es una película bélica alemana, dirigida por Joseph Vilsmaier y estrenada en 1993 (en Estados Unidos se estrenó en 1995). El filme muestra el horror del combate en el Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial. La película sigue en el Frente Oriental a un batallón de asalto después degradado a Batallón de Castigo de soldados del ejército alemán teniendo como centro a Stalingrado. El filme fue grabado en diferentes localizaciones, incluyendo Finlandia, Italia y la República Checa. Contiene puestas en escena de logrado realismo y la sólidas actuaciones de Dominique Horwitz, Thomas Kretschmann, Jochen Nickel, Dana Vavrova, Martin Benrath y Sebastian Rudolph entregan una contundencia emotiva de una de las batallas más crueles de la Segunda Guerra Mundial.

Rivera italiana, finales de 1942. Un grupo de soldados alemanes recién llegados de la batalla del Alamein, disfrutan de unos días de descanso antes de ser enviados al frente ruso para combatir en la batalla que se convertirá en una de las más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial: la Batalla de Stalingrado. Una vez llegado al frente, este grupo de soldados cohesionados por la camaradería y dirigidos por un aristocrático e inexperto oficial el Teniente Hans Von Witzland es enviado a combatir en guerrillas al interior de Stalingrado donde conocen el temple del enemigo al que enfrentan, muchos de ellos son solo niños. Un grupo de pobladores son capturados, algunos de ellos solo niños y son sentenciados a ser fusilados como presuntos partisanos mediante la orden del sádico y humillante capitán Haller.^[3]​

Al intentar que un camarada herido sea atendido por la fuerza en un hospital de campaña, son enviados a un batallón disciplinario donde son puestos a desactivar minas.

Luego son enviados en una misión suicida para contener una rotura del cerco teniendo cargo de un cañón pak antitanque que deben transportarlos ellos mismos a través de la nieve con viento blanco golpeándoles sus rostros y formar un perímetro defensivo en la primera línea de combate, el hambre, el frío son sus constantes compañeros, muchos de ellos se desalientan y se entregan a la muerte blanca. Un violento combate con un grupo de tanques T-34 no se deja esperar y con mucho sacrificio y con pérdidas terribles humanas vencen, gracias al cañón y sus valientes sirvientes. Los sobrevivientes son restituidos a un batallón de asalto y son puestos bajo las órdenes del capitán Haller. El final es inesperado y espeluznante.