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Tecuexe



Los Tecuexes (significa ‘terraza de piedra’[1]​) fueron un grupo étnico pertenecientes a los denominados chichimecas, ellos habitaba al noreste y centro del estado de Jalisco, en gran meseta alteña (Altos de Jalisco), eran de filiación nahuat y hablaban una lengua del tronco lingüístico uto-azteca.

Se organizaron en varios señoríos independientes entre sí gobernados por monarcas pertenecientes a los linajes de los más populares guerreros (tlahtoani). antes de la llegada de los españoles eran diez los señoríos tecuexes y dos reinos tecuexes. Su territorio colindaba al norte con los caxcanes, al noreste con los guachichiles, al este con los guamares y al sur con los tarascos.

Señoríos Tecuexes: Coyutla (Zapotlanejo), Mitic, Xalostotitlán (Jalostotitlán), Auahuallcan (Yahualica), Tacotlán, Ixtlahuacan, Acatic (Acatic), Tecpatitlan (Tepatitlán), Metzquititlan y Poncitlán (Chapala, Zapotlán del rey y Poncitlán).

Reinos Tecuexes: Coinan (Tototlán) y Tonallan (Tonala).

Se cree este grupo ético tecuexe se formó de grupos zacatecos. De su forma de vida se sabe que vivían en zonas cercanas a los ríos, para aprovechar todas las ventajas que les ofrecían los causes, sin embargo construían pirámides en lo alto de cerros ya sea para defenderse o como centro ceremonial. Los tecuexes pescaban, cazaban, recolectaban frutos silvestres y cultivaban frijol y maíz. Eran habilidosos en artesanías, carpintería y en sonidos musicales que no necesitaban de instrumentos complejos.

Tonallan fue la ciudad Tecuexe más grande, en ella vivían miles de personas, a la llegada de los españoles este reino era gobernado por una mujer Cihualpilli Tzapotzinco.

Los Tecuexes eran grandes guerreros, cuando entraban en la guerra daban un alto y fuerte grito que asustaba a sus oponentes, el sonido era tan estremecedor que parecía que se abriría el cielo. Los guerreros Tecuexes tenían feroces tatuajes en la cara, bandas negras horizontales al nivel de los ojos.

Tenían centros de gobierno o cacicazgo importantes, que tenía su propia ley, idioma, religión y reglas de convivencia. La sociedad formaba 3 castas: la sacerdotal que gobernaba a la población como los chamanes, sacerdotes, sanadores o curanderos que eran dueños del conocimiento sobre plantas y rituales; la militar en quien descansaba el poder consultivo del gobierno y las posibles batallas a enfrentar; y la Popular, donde recaían las actividades diarias como la agricultura, la alfarería, etc.

El hombre Tecuexe solía cubrirse con mantas que echaba sobre sus hombros, unidos en varias partes y dejando una abertura para la cabeza, acostumbraban a traer plumas en los arcos de las jaras aseguradas por vistosos cordones teñidos de vivos colores y que eran adornados con ramas de ahuehuete. Eran de estatura un poco más alta que otras tribus, con más tradiciones culturales, más valerosos y más temibles.

La mujer Tecuexe socialmente tenían los mismos privilegios que los hombres: intervenían en los consejos del pueblo, conocían el manejo de las armas y eran llamadas a la guerra si era necesario, de acuerdo a los datos eran muy temidas por los españoles pues sus gritos eran muy estridentes y su eco recorría gran parte de la barranca. Eran afanosas y diligentes en los trabajos agrícolas, además eran artistas en la alfarería, en el arte de hilar y de tejer algodón.

Los pobladores tecuexes bailaban texturas monorrítmicas formando círculos al son del teponahuaste (teponaztli), una especie de castañuelas de piedra negra muy sonora y un tipo de cascabeles que colocaban en el cuello y los tobillos; su baile era una constante persecución (caminata) que escenificaba sus más recientes luchas.

A diferencia de otros pueblos indígenas de aquella época, los Tecuexes no tuvieron grandes lujos como aquellos que construyeron grandes pirámides o que trabajaban materiales como el oro para sus indumentarias, no obstante, gozaban de una excelente organización que permitía que toda la población pudiese disfrutar de los beneficios de su pueblo. Existen varios centros arqueológicos que a pesar de estar en estados de conservación deplorable, dan pauta sobre el estilo de vida que llevaron los Tecuexes antes de la conquista.


Los primeros pobladores tecuexes se establecieron en la zona de los altos de Jalisco cerca del año 1218. Desde el año 1480 el sur de su territorio fue afectado por grandes emigraciones de refugiados procedentes de la guerra entre los cocas (Reino de coinan) y los tarascos en la llamada Guerra del salitre; señoríos como el de Ixtlahuacan sufrieron grandes cantidades de inmigrantes cocas desde la costa este del lago de Chapala. Hacia 1495 el imperio purépecha se extiende desde el sureste anexando varias aldeas del señorío de Tecpatitlan.

Hacia el año 1523, al iniciarse la colonización, se comenzaron a fundar pueblos, villas y ciudades por disposición del rey Carlos V. En 1530, el capitán español Cristóbal de Oñate conquistó la región derrotando al imperio tarasco y todos los señoríos ubicados en el actual estado de Jalisco.

Durante la época colonial, algunos Tecuexes escribían documentos en Nahuatl. No se sabe si esto significa que Nahuatl del Occidente era su idioma o si lo aprendieron por los frailes.


Al igual que con los otros pueblos chichimecas fueron desapareciendo, esto se debe a cuatro factores que influyeron para que esto sucediera.

El primero de estos factores fue la campaña llevada a cabo por Nuño Beltrán de Guzmán, 1529-30, en la frontera norte de Nueva España, y de la que Peter Gerhard escribió: "Guzmán, con una gran fuerza de los españoles, aliados mexicanos, y los esclavos tarasca, pasó por aquí en una campaña rápida y brutal que duró desde febrero hasta junio, 1530, la estrategia de Guzmán era aterrorizar a los indígenas con frecuencia, no provocando muerte, la tortura y la esclavitud".

El segundo factor fue la rebelión del Mixtón, 1541-1542, un intento desesperado por parte de los indígenas cazcanes por sacar a los conquistadores de Nueva Galicia. Pero la respuesta que encontraron los nativos ya nos la cuenta la historia. Ante la desesperada situación creada, el virrey Mendoza reunió un ejército para repeler el levantamiento, de 450 españoles y unos 30.000 soldados aztecas y tlaxcaltecas, que en una serie de asedios y asaltos cortos se fue adueñando de la situación y sofocando la rebelión. Esta derrota causó miles de muertes entre el bando sublevado. Peter Gerhard cuenta al respecto: "miles fueron expulsados de las cadenas a las minas, y muchos de los supervivientes (en su mayoría mujeres y niños) fueron transportados desde sus lugares de origen para trabajar en granjas y haciendas españolas".

El tercero de estos factores fue la Guerra Chichimeca, la guerra de guerrillas que continuó hasta la última década del siglo XVI, participando en ella indios chichimecas en defensa de sus tierras en Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes y el norte de Jalisco. La Guerra Chichimeca dio comienzo en 1550, como respuesta al movimiento de fronteras que se fue dando a medida que los españoles entablaban nuevas relaciones y alianzas con grupos indígenas amistosos.

Por último, la cuarta causa, fueron las enfermedades contagiosas las que causaron estragos entre la población nativa americana. Durante el primer siglo de conquista, los indígenas de México sufrieron 19 grandes epidemias, viruela, difteria, gripe, fiebre escarlatina, sarampión, fiebre tifoidea, paperas, influenza y cocoliztli. Peter Gerhard estimó que para 1520, la población nativa de la Nueva Galicia era de 855.000 personas.



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