Tellus o Terra (‘tierra’ en latín) era una diosa que personificaba la Tierra en la mitología romana. A veces era llamada como Tellus Mater o Terra Mater, siendo Mater un título honorífico aplicado también a otras diosas. Era mencionada a menudo en contraste con Júpiter, el dios del cielo, y estaba relacionada con Dis y los Manes. Su equivalente en la mitología griega era Gea, y como tal se decía que era la madre de Fama, la diosa de los rumores y la fama.
Los romanos apelaban a ella durante los terremotos. Durante la guerra contra los piacentinos, habiéndose sentido un terremoto en la batalla, el cónsul Publio Sempronio Sofo mandó construir un templo dedicado a Tellus en el lugar donde había estado la casa de Espurio Casio, en la calle que llevaba al barrio de Carinae.
También era invocada en solemnes juramentos como la tumba común de todas las cosas, junto con los Manes y con Júpiter, dios del cielo. Cuando se prestaba juramento por Tellus (o por los dioses del inframundo) la gente estrechaba sus manos hacia abajo, análogamente a como la giraban hacia arriba cuando juraban por Júpiter.
Tellus era responsable, junto con la diosa del grano Ceres, de la productividad de las tierras de cultivo. Como la griega Deméter, también estaba asociada con el matrimonio, la maternidad y los embarazos, tanto humanos como animales.
Así, en la ciudad se celebraban en su honor los festivales de la siembra (feriae Sementivae), que tenían lugar en enero, al final de la temporada de siembra invernal, fijados por el Pontifex en dos días de mercado consecutivos: la primera parte del 24 al 26 de enero en honor a Tellus y la segunda una semana después en honor a Ceres. Al mismo tiempo se celebraban las Paganalias en el campo, en las que se sacrificaba una cerda preñada a Tellus y Ceres.
El 15 de abril, para asegurar la abundancia durante todo el año, se celebraba un festival dedicado a Tellus llamado Fordicidia u Hordicidia, de fordus u hordus, ‘vaca preñada’. Este festival incluía el sacrificio de vacas preñadas en honor de la diosa y era dirigido por el Pontifex Maximus y las vírgenes vestales, parte en el Capitolio en las treinta curias y parte fuera de la ciudad. Las vestales guardaban las cenizas de los terneros nonatos hasta el festival de la Parilia, donde se usaban para realizar purificaciones.
En la vida privada se ofrecía sacrificios a Tellus en las épocas de siembra y cosecha, especialmente cuando un miembro de la familia había muerto sin habérsele prestado los debidos honores, pues era Tellus quien había recibido al difunto en su seno.
Varrón consideraba a otras diosas romanas como Ops, Venus o Proserpina como divinidades subordinadas a Tellus.
Algunos lingüistas estudiosos de las lenguas indoeuropeas creen que las dos palabras, Terra y Tellus derivan de la frase hecha tersa tellus, ‘tierra seca’. Si esto fuera cierto, Tellus podría ser la versión más antigua del nombre. Según el Oxford Classical Dictionary, Terra alude al elemento tierra (uno de los cuatro elementos clásicos, junto con el aire, el agua y el fuego) y Tellus a la deidad guardiana de la Tierra y por extensión a la esfera sobre la que vive, el propio globo. El uso real del latín clásico no parece respetar necesariamente esta distinción.
En el festival de Tellus, y cuando se le ofrecían sacrificios, los sacerdotes se postraban orando a la divinidad masculina de la tierra, llamada Tellumo.
La mayoría de los autores de ciencia ficción han usado el término «Terra» para aludir a la Tierra. Sin embargo, E. E. Smith usó el término «Tellus» en su ópera espacial la serie Lensman.
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