x
1

Terminator Salvation: The Future Begins



Terminator Salvation (Terminator: la salvación en Hispanoamérica)[2]​ es una película estadounidense de ciencia ficción y acción estrenada el 21 de mayo de 2009 en Estados Unidos, el 5 de junio de 2009 en España y el 31 de julio de 2009 en México. Dirigida por Joseph McGinty Nichol, es la cuarta película de la franquicia Terminator. Está protagonizada por Christian Bale (como John Connor), Sam Worthington (como el nuevo Terminator T-7RPI, Marcus Wright), Anton Yelchin (como Kyle Reese) y Bryce Dallas Howard (como Kate Connor, esposa de John Connor); también aparece digitalizado el actor Arnold Schwarzenegger, quien representó a Terminator en las películas anteriores. La película, establecida en 2018, se centra en la guerra entre la humanidad y la red informática Skynet, y abandona la fórmula de la serie, con Schwarzenegger como el Modelo 101 Terminator que viaja al pasado para proteger o matar a alguien de importancia en el futuro. La filmación comenzó el 5 de mayo de 2008.

En 2003, en la prisión de Longview, Marcus Wright (Sam Worthington) está a punto de ser ejecutado por el asesinato de su hermano y dos policías, cosa con la que se muestra de acuerdo ya que se ve a sí mismo como un criminal que merece lo peor por los crímenes que cometió. La doctora Serena Kogan (Helena Bonham Carter), ella misma condenada por un cáncer terminal, intenta convencerlo de donar su cuerpo a la ciencia; en este caso en la división de genética de Cyberdyne Systems, empresa responsable del desarrollo del programa Skynet. Poco después de firmar el documento que le presentó el Dr. Kogan, Marcus es ejecutado mediante inyección letal. Un año después, se activa la supercomputadora Skynet. Considerando que la especie humana amenaza su existencia, desencadena su exterminio por el evento conocido como el Juicio Final.

En 2018, 15 años después de La rebelión de las máquinas, un destacamento de la Resistencia liderado por John Connor (Christian Bale) llega a un enorme cráter en donde descubren una instalación secreta de Skynet, en la cual se encuentran varios prisioneros humanos y planos de lo que parece ser un nuevo Terminator: el T-800 (de quien solo John tiene conocimiento). John se dirige a la superficie, en donde nota cosas demasiado sospechosas y escapa en un helicóptero antes de que el lugar explote por una bomba nuclear. El helicóptero es derribado por la explosión, aunque casualmente no sufre daños. Después, es atacado por un T-600, escapando John ileso gracias a una ametralladora de la nave y siendo posteriormente rescatado por otro helicóptero. Al caer la noche, un sobreviviente desnudo y cubierto de barro emerge de entre los escombros de la instalación; pronto se revela que se trata de Marcus Wright, quien presenta un aspecto idéntico al mostrado el día de su ejecución, hace quince años; tras tomar la ropa de un soldado muerto, Marcus comienza a viajar en busca de personas.

John, quien como consecuencia de las continuas alteraciones en la línea temporal no es el líder de la resistencia sino solo uno de sus oficiales, se dirige al Cuartel General del Comando de la Resistencia, comandado por el general Ashdown, donde se entera que los científicos han encontrado mezclado en el canal primario de comunicación de las máquinas algo que parece ser su debilidad: una señal de radio ultrasensible, la cual manejada adecuadamente permitiría enviar un comando de desactivación que las mantendría inoperantes mientras fuera emitido.

Sus superiores le explican que Skynet ha emitido una lista de asesinatos prioritarios donde aparecen todos los oficiales que lideran la resistencia más otros humanos ordenados por relevancia. La urgencia de usar la señal es porque en una semana las máquinas comenzarán el exterminio de todos los mencionados. Uno de los oficiales le advierte a John que es el blanco número dos de la lista, cosa que atribuyen a su costumbre de transmitir mensajes de radio a la población, lo que le ha dado fama de salvador; sin embargo, John se entera que el primero de la lista es un civil desconocido llamado Kyle Reese (Anton Yelchin). John razona que la intención de Skynet es evitar que él nazca asesinando a su padre antes que viaje al pasado, logrando así ganar la guerra.

Marcus camina solo en Los Ángeles por las calles desiertas y destruidas, hasta que se encuentra con un T-600. Sin embargo logra salvarse gracias a la aparición del joven Kyle Reese y su pequeña ayudante Star, quienes destruyen al Terminator. El muchacho se muestra sospechoso y molesto al ver que Marcus usa un uniforme de la Resistencia a pesar de que ignora de lo que se trata y del honor que significa para Kyle y otros poder aspirar algún día a poseerlo. Ya que este se muestra confundido con toda la situación, le informan a Marcus que es el año 2018, que él y Star son los últimos sobrevivientes de la Resistencia de Los Ángeles y que ahora viven escondidos de las máquinas. Kyle lleva a Marcus a buscar un auto, pero se hace de noche y la pasan en un laboratorio para salir al día siguiente temprano; ahí se encuentran una radio, donde escuchan el mensaje de John. Marcus, Kyle y Star, tras reparar un auto, deben hacer frente y escapar de un «explorador» de Skynet que reconoce a Kyle y da cuenta de su ubicación.

El trío llega a una comunidad de supervivientes que no pertenece a la Resistencia y se muestran poco amistosos. Allí, una enorme máquina aparece y comienza a secuestrar y matar a las personas que encuentran. Marcus y Kyle le hacen frente pero el muchacho y Star son capturados por las máquinas y llevados a Skynet, mientras Marcus, quien intentaba ayudarlos, aparentemente muere al caer al vacío desde una aeronave, pero sorprendentemente sale ileso. John y Kate, al detectar movimiento enemigo en Los Ángeles, envían un escuadrón de vuelo para atacar, las fuerzas de John llegan a evitar el rapto, pero la mayoría de ellos mueren y el grupo queda incapacitado.

Pronto John y Barnes, un miembro de la Resistencia, tienen la oportunidad de comprobar si la señal de radio puede afectar a las enormes máquinas, usándola para derribar exitosamente una nave aérea, por lo que Ashdown decide atacar a las instalaciones de Skynet, señalando la hora de inicio del ataque para que todas las bases se coordinen y bombardeen con todo su poder.

Marcus, quien viaja hacia la base de las máquinas para rescatar a los niños, se topa con Blair Williams, una piloto superviviente del equipo de John y traban amistad; tras salvarla de un grupo de varios hombres poco amistosos, poco a poco entre ambos despiertan sentimientos íntimos contra los que Marcus pelea por pensar que su pasado lo condiciona como un individuo carente de bondad. Ambos acuerdan ir al cuartel de Connor y desde allí organizar el rescate de los prisioneros. En la entrada de la base deben cruzar un campo minado magnético, e inexplicablemente una mina se pega a la pierna de Marcus y es herido de gravedad. Tras ser llevado a la base de la Resistencia y atendido por Kate Connor, Marcus despierta y se encuentra encadenado frente a Kate y John, quienes lo tratan hostilmente, afirmando que es un asesino infiltrado; Marcus intenta convencerlos de que no es así, hasta que descubre que en realidad es un Terminator que posee solo el corazón, cerebro y aspecto de su cuerpo original. John lo encara, señalando cómo las máquinas intentaron matarlo a él, a su madre, Sarah Connor, y cómo asesinaron a su padre, Kyle Reese; Marcus, confundido, señala que esto es imposible, ya que Kyle Reese es solo un adolescente a quien él estaba intentando rescatar de Skynet, revelando así a Connor que su padre se encuentra en peligro.

Marcus es tratado como un Terminator y torturado, mientras John duda sobre si se trata de un tipo de Terminator que nunca había visto o no, pero Blair confía en él y lo ayuda a escapar para que cumpla su deseo de rescatar a Kyle y Star. Ambos huyen de los soldados de John, que intentan asesinarlos. Blair intenta distraerlos entregándose, mientras Marcus es alcanzado por John en un helicóptero, a quien luego debe salvar de las máquinas que patrullan el río cercano a la base, ganándose así el beneficio de la duda, por lo que hace el acuerdo de dejarlo libre para que, aprovechando su condición de máquina, se infiltre en las instalaciones de Skynet y le ayude a liberar a Kyle y los demás prisioneros. Marcus llega a las instalaciones de Skynet, donde descubre que las máquinas lo tienen registrado como uno más de ellos, por lo que entra sin problemas.

Connor alista a sus hombres para el ataque hasta que descubre que Ashdown nunca ha tenido la intención de salvar a los prisioneros, ya que considera que podría afectar el factor sorpresa. Cuando John se opone a dejarlos morir es relevado de su cargo, pero sus hombres lo apoyan y reniegan de las órdenes de Ashdown. Connor envía un mensaje por radio al resto de tropas, explicando las intenciones de los altos mandos, pidiéndoles que demuestren su humanidad y le den esa noche para rescatar a los rehenes; tras esto, secuestra y reprograma un mototerminator que utiliza para dirigirse solo a ayudar a Marcus.

Marcus se conecta a las computadoras de la base y extrae la información útil a su propósito y le envía a John la ubicación de la celda de Kyle. Posteriormente, se conecta a una máquina reparadora que restaura su piel y su aspecto humano. Skynet, adoptando en una pantalla el rostro y la voz de la Dra. Serena, le explica que él es una máquina de infiltración y que se le permitió conservar su personalidad original para pasar desapercibido; ya que las máquinas eran incapaces de comprender la naturaleza humana, todos sus intentos anteriores de infiltrarse entre ellos fueron un fracaso, por ello habían decidido crearlo como una unidad que ignorara que era una máquina y los guiara por medio de un transmisor instalado en su estructura. Sin saberlo, Marcus había cumplido su objetivo, el cual era llevar a Kyle y a John a la base de Skynet, donde serían exterminados.

Paralelamente, los líderes de la Resistencia ordenan el ataque, pero descubren que exceptuando su submarino todos los demás batallones se niegan a atacar a menos que John lo ordene; aun así, comienzan a emitir la señal que paraliza las máquinas y les permitiría bombardear la base de Skynet. Mientras tanto, esta misma revela a Marcus que en realidad la señal es un truco creado por ella, ya que nunca ha tenido una aplicación real en las máquinas excepto permitirles detectar el lugar desde donde se emite, siendo solo una estrategia para lograr que la Resistencia delatara su posición y llevarlos a una masacre al pensar que al entrar a las bases de Skynet todas las máquinas estarían inoperantes. Al mismo tiempo, se ve que la base de los líderes de la Rebelión, único grupo que ignoró el llamado de John, es emboscado por máquinas y destruido.

Skynet encara a Marcus, señalando que ahora es una máquina, por lo que debe aceptarse como tal y someterse a su autoridad; Marcus responde de forma definitiva que es humano, tras lo cual se arranca su transmisor de monitoreo, toma el uniforme de la Resistencia de uno de los prisioneros muertos y se dirige a ayudar a John.

Kyle escapa de su ejecución, se reúne con Star y termina topándose con John Connor, quien intenta protegerlo de cualquier forma del poderoso primer modelo operativo de T-800, lo que los lleva a descubrir que la instalación es realmente la fábrica donde se produce dicho ciborg. John coloca explosivos en la sección de almacenaje de las baterías de hidrógeno de los T-800 para destruir ese lugar una vez escapen. El T-800 aparece atacando a Connor y este se asegura que Kyle escape, y mientras, Marcus acude en ayuda de Connor, entrando en una pareja pelea mano a mano con el T-800, aunque este logra determinar que Marcus posee como punto débil un corazón orgánico, que detiene con un golpe. John logra inmovilizar al Terminator al bañarlo en metal fundido y enfriarlo con nitrógeno; pero antes de que el metal se solidifique, el ciborg logra arañar la mejilla de John con sus dedos al rojo vivo (siendo este el origen de la cicatriz que luciera en las escenas del futuro mostradas en las entregas anteriores). John logra reanimar a Marcus usando una conexión eléctrica como desfibrilador, pero esto le da al T-800 tiempo para liberarse y clavarle por la espalda una barra de metal a la altura del corazón, desatando la furia de Marcus, quien lo decapita; tras escapar y ser rescatados por sus compañeros, John hace explotar las instalaciones de Skynet.

Al día siguiente, John se encuentra agonizando debido a sus heridas, ya que han dañado su corazón y solo le quedan algunas horas. Como última voluntad, decide integrar oficialmente a Kyle en la Resistencia entregándole un uniforme. Esto motiva a Marcus a ofrecer su corazón para que sea trasplantado a John, aunque Blair intenta hacerlo cambiar de parecer ya que se había enamorado de él, pero Marcus asegura que ha logrado vivir su segunda oportunidad y puede morir en paz. Tras esto, su corazón es retirado, lo cual apaga su cuerpo mecánico y muere.

Al final de la película se ve a John recuperándose del trasplante junto a la Resistencia, quienes han ganado esta batalla y lo ven como su indiscutido líder, mientras se preparan para continuar la guerra contra Skynet, ya que saben que está lejos de acabar.

El 9 de mayo de 2007, se anunció que los derechos de la serie Terminator habían pasado de las manos de los productores Andrew G. Vajna y Mario Kassar a la empresa Halcyon. Los productores esperaban comenzar así una nueva trilogía basada en la franquicia. El director Joseph McGinty Nichol afirmó en directo que las dos primeras películas de Terminator estaban entre sus favoritas. A su juicio, la situación post-apocalíptica permitía que la película pudiera ser lo suficientemente diferente para no ser una secuela inferior. La idea era que los acontecimientos en Terminator 2: el juicio final y Terminator 3: La rebelión de las máquinas hubieran alterado el futuro, lo que también les permitía ser flexibles con su presentación del mundo futurista. John D. Brancato, Michael Ferris y David C. Wilson escribieron el guion, Paul Haggis lo revisó y Shawn Ryan lo reescribió tres semanas antes de filmar. Jonathan Nolan también lo escribió en conjunto.

El 19 de julio de 2007, el proyecto de Terminator Salvation estaba en un limbo jurídico debido a un pleito entre MGM y T Asset, filial de Halcyon. Según un artículo, MGM tenía una exclusiva de 30 días para negociar una justa distribución de las películas de Terminator. Al negociar para Terminator Salvation, Halcyon rechazó su propuesta inicial, y MGM suspendió las negociaciones. Después de los 30 días, MGM alegó que el período durante el cual se suspendieron las negociaciones no contaba y que su plazo de exclusividad seguía abierto. Halcyon fue a un tribunal para que se dictara un mandamiento judicial que les permitiera participar a otros distribuidores. Eventualmente, sin embargo, Warner Bros. pudo obtener los derechos de distribución en America del Norte, mientras que Sony Pictures Entertainment distribuiría la película en el exterior. Esto hizo que la primera película de la serie tuviese la misma distribución que la anterior película.

El rodaje de la película comenzó el 5 de mayo de 2008 en Albuquerque, Nuevo México. Los cineastas habían previsto inicialmente comenzar a filmar el 15 de abril en Budapest, pero la reducción de un veinticinco por ciento de impuestos hicieron que los cineastas buscaran este lugar más barato, a causa de sus 200 millones de dólares de presupuesto. Para evitar las demoras causadas por una posible huelga de guionistas en julio, todas las escenas exteriores se terminaron entonces, por lo que se podría reanudar la producción fácilmente. La película se rodó en color, con un balance del triple de la cantidad de plata que se usa normalmente. El cineasta consultó con numerosos científicos sobre los efectos de un mundo abandonado y el invierno nuclear. McGinty Nichol citó la película Children of Men y la novela La carretera como inspiraciones visuales, y dio instrucciones a su elenco de leer dicha novela.

Stan Winston, que fue el supervisor de efectos visuales en las tres primeras películas de la serie, continuó su papel en Terminator Salvation. La película contó con el implante de piel de los T-600, y Winston puso un gran esfuerzo, al igual que la producción, en buscar la forma de envolver de prótesis a la máquina, de unos 2,4 metros de altura. El director dijo que muchas de las máquinas tuvieron influencia directa de los trabajos descultor H. R. Giger, conocido por su trabajo en la saga de Alien.

La película fue uno de los últimos trabajos de Winston, fallecido el 15 de junio de 2008. El director le dedicó la película al inicio de los créditos de cierre. Además, Winston también filmó un cameo como un hombre que lucha con un Hydrobot.

La película se estrenó en Estados Unidos el 21 de mayo de 2009, y fue clasificada como PG-13 por la Motion Picture Association of America, a diferencia de las anteriores películas de Terminator, que fueron clasificadas como R. McGinty Nichol había explicado antes del corte final: «Hemos contemplado la idea de un PG-13 en gran parte debido a que Batman Begins, en mi opinión, se hizo sin compromiso. Así que veremos. La película es lo primero y será protegida en todo momento».

En Argentina la película fue estrenada el 4 de junio de 2009.

Warner Bros. pospuso el estreno en México de Terminator Salvation, previsto para el 5 de junio de 2008, hasta el 31 de julio, debido a la incertidumbre en ese momento sobre los efectos de la gripe AH1N1.[4]

Además de la novelización de Alan Dean Foster, hubo también una novela titulada De las cenizas, de Timothy Zahn, y dos spin-offs. El primer spin-off fue publicado en septiembre de 2008. IDW Publishing dio a conocer además cuatro cómics, así como una adaptación. Playmates Toys, Sideshow Collectibles y DC Unlimited, por su parte, fueron los encargados del merchandise. Se estrenó también para la ocasión una montaña rusa en el parque Six Flags Magic Mountain.

Terminator: Salvation fue elegida en 2008 como una de las películas más anticipadas del 2009; de igual forma, la expectativas de los aficionados hacia la película eran altas, sobre todo cuando se confirmó la participación de Christian Bale, Sam Worthington, Bryce Dallas Howard y Helena Bonham Carter, quienes venían de diferentes éxitos de taquilla como de crítica.

Cuando la película se estrenó, el 21 de mayo de 2009, recibió críticas demasiado mixtas a negativas, ya que por un lado elogiaron los efectos visuales, la banda sonora y las actuaciones (principalmente de Sam Worthington); pero por otro lado criticaron el tiempo de ejecución, el guion, la actuación de Christian Bale y el trasfondo de los personajes. A su vez, los aficionados mostraron insatisfacción por el tono oscuro y la falta de referencias a la película original.

En el sitio web especializado Rotten Tomatoes, la película tiene un índice de aprobación del 33%, según 279 reseñas, con una calificación promedio de 5.1/10. El consenso de los críticos del sitio web dice: "Con una narración tan robótica como los villanos icónicos de la película, Terminator: Salvation ofrece muchos efectos geniales pero carece del corazón de las películas originales".[5]​ En el sitio web Metacritic, la película tiene un puntaje promedio ponderado de 49 sobre 100, basado en 46 reseñas, lo que indica "reseñas mixtas o promedio".[6]​ Las audiencias encuestadas por CinemaScore le dieron a la película una calificación B + en la escala de la A a la F.[7]

Roger Ebert del Chicago Sun-Times le dio a la película 2 de 4 estrellas, escribiendo: "Después de analizar la película, les ofrezco mi resumen de la historia: un tipo muere, resucita, se encuentra con otros, pelea. Eso dura casi dos horas."[8]​ Michael Rechtshaffen de The Hollywood Reporter dijo que la película no era la misma sin Arnold Schwarzenegger y que carecía de elemento dramático.[9]​ Asimismo, Claudia Puig de USA Today le dio a la película un puntaje de 2 sobre 4 y la llamó "predecible", con "elementos dramáticos planos". Consideró además la actuación de Christian Bale como "unidimensional", pero encontró que sus compañeros de reparto "estaban mejor", diciendo que Sam Worthington tenía "una intensidad tranquila empañada solo por gritar '¡Nooooo!' tres veces en unos 10 minutos", y que Anton Yelchin tenía "algunas de las mejores líneas".[10]

Total Film le dio a la película un puntaje de 4/5, con su veredicto afirmando: "Esta nueva historia relanzada de Terminator no solo tiene una sacudida post-apocalíptica, una energía frenética y está llena de lazos de bienvenida al pasado, sino que también abre nuevos caminos. Crucemos los dedos por que McG (el director) siga el ejemplo de Cameron y ofrezca una secuela digna".[11]​ Devin Faraci de Empire también dio una calificación positiva de cuatro de cinco estrellas, diciendo: "McG ha traído una franquicia moribunda de nuevo a la vida, dando a los aficionados la acción post-apocalíptica que han estado anhelando desde que vieron a un pie de metal aplastar un cráneo humano hace dos décadas".[12]​. Sin embargo, en CHUD, este último dijo: "El deseo de Bale de interpretar a John Connor fue probablemente el golpe fatal para la película; distorsionó por completo la forma de la historia tal como existía". Además, expresó que el tercer acto fue cuando la película comenzó a desmoronarse, diciendo: "McG y Nolan enturbiaron el final de la película, ofreciendo acción genérica (otra pelea de Terminator en una fábrica) sin encontrar su propio gancho que daría a esta película más impacto del que obtendrías de una novela de universo expandido".[13]​ En contraste, James Berardinelli consideró el final como la mejor parte de la película, sintiendo que los primeros dos tercios eran "divagantes y desarticulados" y que la falta de un villano central solo se solucionaba cuando aparecía el T-800.[14]

Betsy Sharkey de Los Angeles Times declaró que "las fortalezas [de Bale] no le sirven a él, ni a la película, tampoco aquí" y que "cuando la historia comienza a desmoronarse en torno a Bale, Worthington está allí para recoger los pedazos".[15]​ Craig Sharp de FilmShaft le dio a la película un puntaje de 3/5 y dijo: "Si estás buscando acción, ¡esta es una muy buena película! Si lo que buscas es profundidad de personajes, pasa de largo, por favor".[16]A.O. Scott de The New York Times dijo que la película tenía una integridad bruta, de la cual carecen otras franquicias del momento y una "narración eficiente y razonablemente ligera".[17][18]​ Ben Lyons y Ben Mankiewicz le dieron a la película un "See It" ("mírala") y "Skip It" ("sáltatela"), respectivamente, en su programa At the Movies, mientras que este último mencionó que era "el peor estreno de verano de gran presupuesto que he visto en mucho tiempo".[19]

Arnold Schwarzenegger, protagonista de las tres películas anteriores de la serie, inicialmente comentó que Terminator: Salvation era "una gran película", y que "estaba muy emocionado",[20]​ pero más adelante invirtió su posición, y dijo que era "...terrible. Lo intentaron duro, no es que no lo hicieran, con la actuación y todo. Pero perdió el foco".[21]Linda Hamilton, quien interpretó a Sarah Connor en Terminator y Terminator 2: Judgment Day, y que prestó su voz en Terminator: Salvation, le deseó a la película "todo lo mejor", pero expresó su opinión de que la serie "fue perfecta con dos películas", y agregó: "Era un círculo completo, y era suficiente en sí mismo. Pero siempre habrá quienes intentarán ordeñar la vaca".[22]

En Reel Power: Hollywood Cinema and American Supremacy, Matthew Alford argumentó que con la cuarta entrega, "la franquicia había hecho un cambio claro hacia el apoyo a las narrativas del establishment, a pesar de sus reservas anteriores" y que un "tema central" era si John Connor "debería dar prioridad a dar un golpe militar decisivo contra las máquinas o rescatar a algunos humanos capturados, que están sepultados, con reminiscencias de Auschwitz, por los Terminator". Además dijo: "Las escenas flashforward a las tres primeras películas de Terminator insinuaban un horrible futuro de escape del dolor, privaciones y guerra de guerrillas ad-hoc", pero, en contraste, el productor Jeffrey Silver explicó que el el Departamento de Defensa brindó una cooperación fantástica [a Salvation], porque reconocieron que en el futuro retratado en esta película los militares seguirán siendo los hombres y mujeres que nos protejan, pase lo que pase". Alford concluye que "para un mundo que está ambientado apenas quince años después de un holocausto nuclear global, los supervivientes están fantásticamente sanos", y que esto "normaliza lo impensable".[23]

La película fue también la primera de la saga en fracasar en la taquilla, ya que a pesar de que en su primer fin de semana dominó la taquilla en 66 países, los días siguientes su taquilla se desplomó, recaudando un total $ 372 000 000 de dólares, contra un presupuesto de $ 200 000 000 de dólares.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Terminator Salvation: The Future Begins (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!