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Texcoco



Texcoco de Mora o la Ciudad de Texcoco es la cabecera municipal del municipio mexicano de Texcoco y también es una cabecera regional de la Región Texcoco, en el Estado de México, se ubica a 28 km del centro histórico de Ciudad de México y a 99 km de la ciudad de Toluca de Lerdo. La ciudad de Texcoco de Mora es una de las ciudades más antiguas del país y del estado, fue capital del estado de México en el año de 1827 y dejó de ser capital del estado de México por movimientos políticos internos, se trasladó los poderes estatales a la nueva capital en el año de 1830.

Texcoco es hoy uno de las ciudades pertenecientes a la denominada, Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM). La cabecera municipal se encuentra conectada con la Ciudad de México por la autopista Peñón-Texcoco y por la carretera federal Los Reyes-Lechería. Recientemente, se inauguró una nueva vía de comunicación conocida como "Periférico de Texcoco", la cual es un libramiento para el transporte pesado que parte desde las inmediaciones de la Universidad Autónoma Chapingo, hasta la Carretera Federal México-Calpulalpan, con el propósito de mejorar el tránsito vehicular dentro de la ciudad y disminuir la contaminación por emisiones de automóviles.

Con base en la etimología zapoteca, extranjera europea y americana, y en los códices, así como en las reglas gramaticales, Texcoco (con frecuencia escrito también como cerro del papagallo) tiene las siguientes raíces: “Tlapicochi Jarilla” esto se refiere a la planta que brota en terreno llano, y “Texcalli = Peñasco o Risco”, por lo que su traducción probablemente sea: “En la jarilla de los riscos”.

Una de las causas de los diferentes significados de la palabra Texcoco, son las diversas formas en que los códices representan a este lugar. Por ejemplo, en el Códice Azcatitlán su representación pictográfica es una piedra, símbolo del cerro o lugar, con una flor encima; en el Códice Cruz aparece el signo del lugar o cerro con una olla encima; en el Xólotl se puede observar un cerro y una piedra que a su vez tiene una olla encima; en el Mapa Quinantzin se encuentra una olla de donde sale una planta con material pétreo al fondo.

Otras interpretaciones son las siguientes: Texcoco fue capital de la provincia de Acolhuacán y por eso en algunas representaciones pictográficas como en la del Códice Osuna se le representa con los símbolos de esta provincia.

El glifo oficial del municipio fue tomado del Códice Mendocino, el cual representa a Texcoco con un jeroglífico que reúne tanto al símbolo de Acolhuacán, como al específico de Texcoco, donde se puede observar un brazo con el signo del agua, que a su vez se encuentra junto a un risco donde florecen dos plantas. De ahí que Manuel Orozco y Berra, considere que este conjunto jeroglífico significa “La ciudad de Texcoco en la provincia de Acolhuacán”.

El escudo de armas de la ciudad de Texcoco fue dado por Carlos V y I de Alemania el 9 de septiembre de 1551. El escudo aunque es de diseño castellano, su contenido eminentemente es azteca.

El nombre oficial actual de la ciudad es Texcoco de Mora, en honor al destacado José María Luis Mora, padre del liberalismo mexicano, que en el siglo XIX presidió el Congreso Constituyente que promulgó en Texcoco la primera Constitución Liberal del Estado de México.

El escudo de armas de la ciudad de Texcoco fue otorgado por Carlos I de España (y V del Sacro Imperio Romano-Germánico), el 9 de septiembre de 1551. El escudo aunque de diseño castellano, contiene elementos eminentemente prehispánicos.

El cacique don Fernando Pimentel y Alvarado se presentó en el año de 1551 al emperador Carlos V, pidiendo el título de ciudad para su patria Tescuco y que el escudo de armas fuera el mismo que usaban sus antiguos reyes.

El escudo de armas está estructurado por una cabeza de coyote en perfil derecho, que simboliza a Acolmiztli-Nezahualcóyotl, rey de la nación chichimeca y gobernante de Texcoco. Al frente y circunvalando al escudo hay dos orlas: la diestra representa a la cultura española y la siniestra a la cultura asentada en el lago de Texcoco.

Debajo de la cabeza del coyote, al centro hay una cueva que representa el origen de las siete tribus nahuatlacas que se asentaron en la cuenca de México simbolizadas por siete cabezas de perfil derecho, cuyos reyes o señoríos fueron tributarios de Texcoco. Arriba, al centro hay un penacho de guerra texcocano; en el campo de la izquierda un vestuario de guerra llamado xiquipile, sostenido por dos águilas que hacen patente la coronación de Acolmiztli-Nezahualcóyotl como rey de Texcoco.

La montera, capucha o casco que se halla sobre el escudo con dos borlas en la parte superior era una insignia de las personas reales que la usaban por adorno. La macana india con filos de navaja de obsidiana; un escudo o rodela (chimalli) que simboliza las guerras sostenidas con los acolhuas; y la caxa o tambor (tlanpanhuehuetl) que usaban en sus celebraciones y fiestas.

En el lado derecho hay un cerro que dista poco menos de una legua de la ciudad, conocido hoy por el de Tetzcutzinco y las jarillas que crecen sobre de él; el brazo con la flecha representa a la provincia de Acolhuacan desde su fundación.

En la parte de abajo hay dos casas (callis): la siniestra hace referencia al monumento que Acolmiztli-Nezahualcóyotl mandó a construir en honor del creador del cielo; la diestra arroja humo y representa a Chimalpopoca, (habitación que desprende humo) rey mexica, que obtuvo como tributaria a la ciudad de Tezcuco mediante el apoyo de Tezozómoc.

Más abajo, las plumas colocadas sobre un piecezuelo o peana, son los adornos que usaban los indios principales en sus bailes. Finalmente, los campos del escudo de armas están sostenidos por cuatro garras que representan la unión de la provincia de Acolhuacan.

Aunque no se ha determinado una fecha exacta del establecimiento de los primeros grupos humanos en el actual territorio de Texcoco, es muy probable que los asentamientos de la región se hayan visto influidos por la cultura teotihuacana desde finales del periodo preclásico y durante el clásico; y después bajo el influjo de los toltecas, en el posclásico . Las fuentes históricas basadas en los códices Xólotl, Tolotzin y Quinatzin, entre otros, indican que los fundadores del señorío pertenecían a un grupo chichimeca que al llegar a la cuenca de México, se estableció en la provincia que más tarde, los mexicas llamaron Acolhuacán.

Los principales tlatoanis del señorío de Texcoco fueron: Nopaltzin, Tlotzin Pochotl, Quinatzin, Techotlala, Ixtlixochitl El Viejo, Acolmiztli-Nezahualcóyotl, Nezahualpilli y Cacamatzin. En la época prehispánica, después de doscientos años del arribo de los primeros grupos chichimecas; nace uno de los más grandes tlatoanis: Acolmiztli-Nezahualcóyotl.

Entre toda esta pléyade de hombres ilustres, de grandes guerreros y sacerdotes; que influyeron de manera sobresaliente en la historia de México, se encuentra Acolmiztli-Nezahualcóyotl, denominado también como el Rey Poeta, quien nació en el año Ce-tochtli (Año 1 Conejo), el día y signo Cemazatl (Venado); y casi al final del mes de Tocoztzintlan, el cual corresponde al 28 de abril de 1402.

El año 4 conejo que corresponde a 1417, a la edad de quince años su padre muere por órdenes de Tezozómoc, señor de Azcapotzalco. Acolmiztli-Nezahualcóyotl, quien al nacer le fue impuesto el nombre de Acolmiztli o "puma fuerte", pero las tristes circunstancias que rodearon su adolescencia hicieron que se cambiara el nombre por el de Nezahualcóyotl que significa "coyote hambriento" [cita requerida] se ganó el favor de los señores de Huexotzinco y Tlaxcala, así como los de sus parientes por línea materna: los aztecas y en el año 3 conejo (1430), emprendió la liberación de los dominios de su padre que estaban sojuzgados por los tecpanecas. Se coronó en 1431 y dos años más tarde con el apoyo y la alianza del imperio México-Tenochtitlan se establece de manera definitiva en Texcoco. Su reinado duró más de cuarenta años y durante ese periodo la cultura, las artes, así como la construcción de palacios y templos tuvieron un gran auge. Este príncipe recibió una educación muy completa, dirigida a permitirle gobernar a su pueblo con valentía y sabiduría[cita requerida]; una vez que hubo recuperado el trono, demostró toda su sapiencia en el campo de las ciencias, las artes y la literatura. Así, su amplia formación intelectual se traducía en una elevada sensibilidad estética y en un gran amor por la naturaleza, que quedaron reflejados no sólo en la arquitectura de la ciudad, sino también en sus manifestaciones poéticas y filosóficas.El rey Acolmiztli-Nezahualcóyotl muere el año seis pedernal (1472), y deja como heredero a Nezahualpilli. Uno de los más hermosos pensamientos de Acolmiztli-Nezahualcóyotl que encierra su profunda filosofía es el que dice:

Las ruinas de lo que fueron centros de esparcimiento para la nobleza como los conocidos Baños de Nezahualcóyotl, aún pueden ser visitados ahí se encontraron todavía restos de personas. Sin embargo, recientes teorías relacionan estas construcciones, no con la recreación, sino con un sistema de riego muy ingenioso y avanzado para la época.

Dichas ruinas se encuentran en muy buen estado de conservación, aproximadamente a 45 minutos de la Ciudad de México, tomando la autopista México-Texcoco, siguiendo el camino hacia Molino de las Flores, son de fácil acceso para personas con alguna capacidad diferente hasta la base de la construcción, pasando un camino de tierra de diez minutos a pie.

Se aprecia como en muchas zonas arqueológicas la hermosura con la que se ideaban estas construcciones, pero lamentablemente la zona no se encuentran bajo resguardo y vigilancia aparente del INAH, pues su acceso es libre y comienzan a reflejar signos de desgaste y vandalismo.

Después de que Hernán Cortés llega y funda la Villa Rica de la Vera Cruz (hoy Veracruz), se dirige hacia México-Tenochititlan conquistando a su paso diferentes señoríos. Llega a Texcoco el 3 de noviembre de 1519, cuando gobernaba Cacamatzin. Sus huestes ocupan la ciudad y asesinan al último rey independiente de Texcoco, para después aposentarse en lo que fue el palacio de Acolmiztli-Nezahualcóyotl. A partir de entonces Hernán Cortés hizo de Texcoco su base de operaciones y plataforma para la posterior Conquista de México. Ahí construye los bergantines para atacar a la gran Tenochtitlan. Estos fueron botados el 28 de abril de 1521. El 1 de junio de ese mismo año se dirige a la gran Tenochtitlan, siendo esta reducida el 13 de agosto de 1521. Existe en la calle de Juárez sur, un obelisco conmemorando este hecho.

Después de la conquista de México-Tenochtitlán, Texcoco pidió a Carlos I, el envío de sacerdotes evangelizadores, quien les envió a tres franciscanos: Fray Juan de Tecto, Fray Juan de Ayora y Fray Pedro de Gante. Este último se queda en Texcoco y funda la primera escuela de cultura en Mesoamérica. Enseña latín, castellano, sastrería, bordado, carpintería y tejido. Asimismo, aprende el náhuatl y escribe el primer catecismo en esa lengua para la enseñanza de la doctrina cristiana. En honor a este hecho, en la parte norte de la catedral se encuentra “La capilla de la enseñanza o Capilla de Gante”. De acuerdo con la cédula real emitida el 9 de septiembre de 1551 en la ciudad de Valladolid, España, Texcoco es la segunda ciudad más importante del continente americano. El 9 de septiembre de 1551, Carlos I de España otorga a Texcoco el título de ciudad.

Tras haber dominado a los pueblos del altiplano, Cortés en su carácter de gobernador general y justicia mayor de la Nueva España repartió los terrenos de acuerdo con los méritos de sus soldados. Sin embargo, estos exigieron encomiendas y repartimientos, según era la tradición peninsular; con el tiempo la insistente solicitud de tierras, repartimientos de indios y encomiendas, provocó una compleja pugna con la Corona que llevó a que esta buscara debilitar y restringir el poder de los españoles en las nuevas tierras.

En un principio, la encomienda revistió una forma mixta de señorío-repartimiento que imponía deberes militares y otorgaba el derecho a exigir tributo y mano de obra para los negocios del encomendero, quien por su parte, quedaba obligado a procurar la evangelización de los indios que se le hubiesen encomendado. Las encomiendas otorgadas en el territorio actual de Estado de México fueron poco más de sesenta, repartidas casi por la mitad de los valles de Toluca y México. Entre las más importantes del Valle de Toluca aparecen la encomienda otorgada por Cortés a su primo Juan Gutiérrez Altamirano (que sobresale por su población y riqueza) y la de Zinacantepec, que disfrutó Juan de Sámano.

En el Valle de México, Cortés dio a perpetuidad la encomienda de Ecatepec a doña Leonor, la hija de Moctezuma Xocoyotzin, y a sus descendientes, misma que rápidamente adquirió la categoría de encomienda de mestizos al heredarla el hijo de doña Leonor, por haberse casado con el conquistador Juan Paz. La donación más grande por el de tributario fue la de Tetzcoco (16 015), que incluía las cabeceras de Chalco y de Otumba; y la más pobre fue la de Tequicistlán, repartida entre la Corona y Juan de Tovar. La encomienda de Tepetlaoztoc fue otorgada al factor Gonzalo de Salazar. El éxito de la conquista de la Nueva España logró atenuar los errores jurídicos cometidos por Cortés, al grado que pronto recibió la investidura de marqués del Valle de Oaxaca, con jurisdicción civil y criminal sobre una vasta extensión territorial que incluía el derecho de usufructo de servicios personales y tributo hasta de veintitrés mil vasallos. Los pueblos del valle de Toluca pertenecientes a la encomienda del marqués fueron Calimaya, Tepemaxalco, Metepec, Tlacotepec y algunos otros de menor importancia. Así la tierra quedó repartida entre la Corona, el marqués, los encomenderos y los estancieros españoles.

La Corona organizó la administración de la Nueva España, a partir de la población española e indígena, en cuatro esferas jurisdiccionales: la local, representada por el cabildo indígena; la distrital o provincial, encabezada por los corregidores y alcaldes mayores; la virreinal, presidida por del virrey o el presidente de la Audiencia; y la esfera central, que presidían el rey y el Consejo de Indias. Para el nuevo ordenamiento colonial fue clave el impulso a las congregaciones y en general, a la formación de los pueblos. De hecho, desde los primeros años de la época colonial, ante el predominio de un patrón de asentamientos humanos disperso y de cultivo extensivo, los españoles buscaron congregar a los naturales en pueblos bien delimitados con el pretexto de que vivieran en “concierto y policía” y pudieran ser evangelizados; sobre todo porque pretendían aprovechar la mano de obra indígena y facilitar el cobro del tributo. Además, con la congregación quedarían tierras desocupadas que podrían ser solicitadas como mercedes por los colonos hispanos.

Los españoles designaron cuatro poblaciones del valle de México como ciudades, creando una categoría urbana superior: Tenochtitlan y Tetzcoco en 1543, Xochimilco en 1559 y Tacuba en 1564. En el valle de Toluca, a partir de 1550, bajo el mandato de don Luis de Velasco se planearon cabeceras y pueblos de visita. Así surgieron las congregaciones de Capulhuac (1557), Atlapulco (1560), Zinacantepec (1560) y Metepec (1561). Algunos pueblos formaron uno solo, como sucedió con Calimaya y Tepemajalco. Como dato curioso, hacia 1563 los labradores de Cuapanoaya y Huitzizilapa rehusaron congregarse.[6]

La ciudad de Texcoco en el siglo XIX, debido a los cambios políticos a partir de la independencia de México, se desarrolló en forma lenta. Después de la consumación de la independencia, se convierte en un importante centro de producción agropecuaria.

El 2 de marzo de 1824 se crea el estado de México y la ciudad Texcoco es declarada como un partido.

El 4 de enero de 1827, se designa a la ciudad de Texcoco como la segunda capital del Estado de México, promulgándose en ella la primera Constitución Política de Estado de México y se instalan los supremos poderes, el 14 de febrero de 1827; en abril del mismo año se traslada la capital del estado a San Agustín de las Cuevas (hoy Tlalpan). En el año 1830, se trasladan los poderes del estado para la cuarta capital del estado, que fue de forma definitiva para la ciudad de Toluca de Lerdo.

En el año de 1837 la ciudad de Texcoco es cabecera de distrito y partido el mismo nombre, del departamento de México.

En el año de 1861, a la ciudad de Texcoco, del entonces partido de Texcoco, se le denomina como Texcoco de Mora en honor al Dr. José María Luis Mora, por decreto número 45 promulgado por el gobierno del estado.

Se encuentra ubicado en la región oriente del Estado de México. Sus coordenadas geográficas son 19.30° N, 98.53° O. Colinda al norte con los municipios de Tepetlaoxtoc, Papalotla, Chiautla, y Chiconcuac; al sur con Chimalhuacán, e Ixtapaluca; al oeste con Atenco; y Nezahualcóyotl;y al este con los estados de Tlaxcala y Puebla. Oficialmente el municipio de Texcoco tiene una extensión territorial de 418,69 kilómetros cuadrados. La altitud de la cabecera municipal es de 2250 msnm, su clima se considera templado semiseco, con una temperatura media anual de 15,9 °C y una precipitación media anual de 686 mm.

Cuenta con un clima cálido, además podemos encontrar diversas artesanías en barro y una gastronomía mexicana exquisita.


Antiguamente el municipio se localiza en el Estado de México, cuyos vestigios se constituyen en una zona pantanosa que colinda con la cabecera del actual municipio de Atenco. Muchos riachuelos cruzan el valle de Texcoco como huellas de la vieja cuenca del lago: el Cozcacuaco, el Chapingo y el San Bernardino, entre los más importantes. Una de las extraordinarias obras hidráulicas que existían eran los Baños de Nezahualcoyotl a los cuales se conducía agua de los manantiales de la sierra de Tlaloc a través de canales y acueductos. y alcaparras

Texcoco tiene algunas elevaciones importantes, como el monte Tláloc (4120 msnm),[8]​ que se extiende desde la comunidad de Santiago Cuautlalpan hasta San Jerónimo Amanalco; el cerro Tepechichilco en la comunidad de Tequexquinahuac; el cerro Tetzcutzinco en la comunidad de San Nicolás Tlaminca y el Ejido de San Dieguito Suchimanca; el Tecuachacho en San Miguel Tlaixpan y el cerro de Moyotepec en San Jerónimo Amanalco. Asimismo tenemos el Cuatemulco, Tlapahuetzia, Apipilhuasco y Chiconcuayo. La mayor parte de estos cerros toman su nombre de la comunidad a la que pertenecen. Existen también en Texcoco varias cañadas que hacen al territorio algo accidentado y su número de habitantes es de 10000 mínimo atte.

La industria texcocana es mediana y pequeña, y se carece de industria pesada o de transformación, por lo que buena parte de la fuerza de trabajo se desplaza al Distrito Federal (México), Ecatepec, Tlalnepantla y Naucalpan.

Una ciudad colonial más del centro del país, en Texcoco aún se conservan varios de los edificios del siglo XVII y algunas estructuras prehispánicas como las del denominado “Cerrito de los Melones”. De su centro vale la pena que visites la Catedral junto con el templo expiatorio de la tercera orden, la Iglesia de Santo Domingo, el Jardín Municipal, el Centro Cultural Casa del Constituyente, la Capilla de la Enseñanza, entre algunos otros monumentos históricos.

La ciudad aún conserva vestigios del estilo colonial, destacando los edificios religiosos del siglo XVII, como la Catedral. Dentro de la propia ciudad se pueden encontrar también restos de estructuras de la época precolombina como las halladas en el denominado "cerrito de los melones".

Texcoco cuenta con 12 iglesias en su mayoría de estilo colonial que puedes visitar.

Destaca también, la casa de la cultura, originalmente "Casa del Constituyente", construida en el siglo XVIII. Su fachada es representativa de la época colonial, siendo el único edificio que se conserva a la fecha en Texcoco, de aquella época.

Por último, cabe mencionar las ruinas de la ex-hacienda del Molino de las Flores. La casona fue construida durante la segunda mitad del siglo XVII y agrupa elementos arquitectónicos barrocos y góticos. En 1937 el Gral. Lázaro Cárdenas, entonces presidente de México, expropió la Hacienda y la declaró: "Parque Nacional Molino de las Flores - Nezahualcóyotl".

Muy cerca del Distrito Federal se encuentra Texcoco, hogar de uno de los pueblos prehispánicos más importantes y poderosos del México antiguo: el texcocano. Fue cuna del célebre Nezahualcóyotl, uno de los personajes más notables de nuestra historia.

Mucho hemos escuchado acerca de los múltiples talentos del monarca texcocano, que tuvo una vida azarosa. Escondido en unos matorrales siendo adolescente, presenció la muerte de su padre a manos de los tepanecas. Huyó a Huexotzingo, lugar donde durante 14 años padeció escasez y pobreza, hasta que fue llamado para formar una alianza con Tenochtitlán y Tlacopan, logrando derrotar a los tepanecas. Con esa victoria recuperó el trono de Texcoco en 1429.

Durante su mandato, Texcoco tuvo una época de prosperidad y alto desarrollo cultural y tecnológico. En 1450 creó un jardín botánico en un alto cerro con magníficas vistas. En este fascinante lugar cultivó especies vegetales de prácticamente toda Mesoamérica, plantas y flores, ya fueran ornamentales o medicinales.

Para el riego de ese prodigio ecológico construyó un sofisticado sistema hidráulico, que también llevaba agua a pueblos de los alrededores. Ordenó rellenar una barranca por donde pasaría un acueducto, el cual aprovechaba tanto las pendientes naturales como la gravedad para conducir el agua desde la sierra de Santa Catarina del Monte, hasta sus dominios. El paso del líquido era controlado por unas cajas que en su interior resguardan ofrendas con la forma de Tláloc.

Parte del sistema fueron unos tanques reguladores de forma circular, que tienen el aspecto de tinas. Esto llevó a que José María Velasco, el gran paisajista, cuando pintó este lugar en 1878, lo haya nombrado Los baños de Netzahualcóyotl. El cronista texcocano Alejandro Contla explica que antes de la llegada de los españoles no se acostumbraban los baños en tina, se utilizaban los temazcales.

Después de la llegada de los españoles, el jardín botánico de Nezahualcóyotl funcionó y conservó su riqueza por 20 años más. Varios cronistas lo describen con admiración, entre otros, el primer cronista de Texcoco fray Toribio de Benavente, mejor conocido como Motolinía. Lo menciona en su Historia de los indios de la Nueva España y añade que el jardín botánico de Texcoco superaba en dimensiones y belleza al de México-Tenochtitlan. Tristemente a finales del siglo XVI, Domingo de Betanzos, un fraile dominico, acompañado de una turba de feligreses, lo arrasaron, a causa de una orden oficial que disponía destruir todo aquello relacionado con el demonio.

El lugar estuvo por décadas en el abandono y gracias al interés y entrega de la arqueóloga del INAH, Teresa García García, el acueducto de Nezahualcóyotl fue reconstruido, conservando su estructura y magnitud originales y se rehabilitó el lugar. Toda una hazaña, ya que llegar a esas alturas requiere buen ánimo y condición física, pero sin duda vale la pena.

El descubrimiento de los restos de los mamuts, así como de otras especies entre las que se encuentran bisontes, caballos y conejos en San Miguel Tocuila, ha causado un gran interés; fueron descubiertos por accidente en julio de 1996 al ampliar una construcción y desde entonces, comenzó el trabajo por parte de los antropólogos asignados a la zona, dejando a la vista la osamenta intacta de estos gigantescos animales. Actualmente en este lugar, existe un pequeño museo en el cual se pueden administrar las magníficas estructuradas óseas de los mamuts.El museo funciona en días y horarios hábiles.se puede en cualquier horario

En el municipio de Texcoco se encuentran cuatro manantiales de aguas puras y cristalinas que emergen entre la vegetación: san Jerónimo Amanalco, Santa María Tecuanulco, Tequexquinahuac y Santa Catarina del Monte, donde el agua brota formando una pequeña cascada que produce una Brisa refrescante.

Se encuentra a la entrada sur de Texcoco viniendo de Chapingo sobre la carretera a los Reyes Texcoco, en la acera oriente de la Avenida Juárez sur. Es un obelisco que conmemora el lugar donde se botaron los bergantines que atacaron a la gran México-Tenochtitlan el 28 de abril de 1521, en este lugar se armaron los 12 bergantines con madera traída del estado de Tlaxcala y del monte Tlaloc, el maestro armador fue Martín López.

Sin ser un paisaje paradisíaco, desde aquí es posible contemplar un cielo azul, libre de contaminantes y adornado con decenas de nubes, admirar a los volcanes Popocatepetl e Iztacihuatl, que con su belleza culmina el escenario del lago de Texcoco, uno de los cinco que conformaron la cuenca del Valle de México y el único que inexplicablemente estuvo compuesto por aguas saladas de mayor concentración que las del propio mar. En la actualidad, la superficie del ex lago de Texcoco se encuentra conformada por cinco lagos artificiales que se alimentan de las lluvias y de los ríos Churubusco y La Compañía. El lago de Texcoco ha resucitado y nuevamente vuelve a ser hábitat de varias especies de plantas y animales. Obra de rescate ecológico de enormes alcances ambientales para el área metropolitana y que muy poca gente conoce.

Alrededor de esta hacienda el rey Netzahualcóyotl mandó construir en el siglo XIV los jardines alrededor de la población indígena. Posteriormente con la llegada de los españoles se estableció la propiedad para producir textiles, después harina de trigo. Teniendo su auge en la época porfiriana con la producción del pulque, Lázaro Cárdenas la expropió en 1937. Ahora está abierta al público y ha sido escenario de películas mexicanas y extranjeras.

La palabra Tetzcultzingo significa “el pequeño Texcoco”, era tradicionalmente conocida como los baños de Netzahualcóyotl. Ahí también se encontraban los jardines que él mismo mandara construir, y que llegaron a ser considerados unos de los primeros jardines botánicos del mundo. Muestra del gran desarrollo hidráulico de los acolhuas y podrás observar el Baño de la Reina, el Baño del Rey, el acueducto, el palacio y los baños de las concubinas. La zona arqueológica se encuentra en la cima del "Cerro del Tetxcotzingo". Para llegar, es necesario subir por un camino que, actualmente está delimitado y suficientemente seguro para transitarlo. Uno de los beneficios del lugar, para la gente que vive alrededor y en zonas cercanas, es que es posible correr por las mañanas y hacer un recorrido por todo el cerro mientras ejercitas el cuerpo. Es perfecto para despejar la mente y liberar el estrés de la semana. Sin duda, distrutará de una vista hermosa de toda la periferia texcocana.

Respecto al ecoturismo, Texcoco cuenta con paisajes naturales, como son las zonas de manantiales ubicados en las comunidades de San Jerónimo Amanalco, Santa María Tecuanulco, San Pablo Ixayoc y Santa Catarina del Monte. Si bien se carece de una buena infraestructura turística en esos lugares, se han hecho algunos esfuerzos por parte de los ejidatarios y campesinos de dichas poblaciones, a efecto de atraer ingresos por este rubro, así como por mantener y proteger las zonas boscosas de sus comunidades.

Este sitio arqueológico toma su nombre del Cerrito de los Melones, lugar en el que está ubicado, la zona arqueológica es una de las pocas evidencias exploradas de lo que fuera la gran ciudad prehispánica de Texcoco y de sus habitantes los acolhuas. Este recinto cuenta con visitas guiadas previa cita.

Tiene diferentes estructuras que forman parte de un conjunto central de estructuras a partir de la cual se distribuían pequeños núcleos de construcciones y áreas habitacionales de los antiguos pobladores, con vestigios Chichimecas, que data del año 1173.

Las zonas son:

Se conservan unas enigmáticas murallas almenadas y el basamento circular de un templo dedicado a Ehecatl “Dios del Viento” así como el ex-convento de San Juan Luis del siglo XVI.

Hoy se sabe que, esta urbe prehispánica, alcanzó dimensiones enormes, puesto que se desplegaba aún más allá de lo comprendido por su gran Muralla, la cual, es la única construcción del Posclásico Tardío, en esta parte del Estado de México.


En la actualidad ese mismo deterioro constituye uno de sus atractivos, ya que el Molino de Flores ha visto filmar entre sus muros más de cincuenta películas mexicanas y extranjeras. Asimismo es un importante sitio de recreo para los habitantes de las comunidades vecinas que lo visitan principalmente los domingos y constituye además una buena escapada de medio día para quienes viven o visitan la Ciudad de México.

De acuerdo a los resultados que presentó el Segundo Conteo de Población y Vivienda en el 2005, en el municipio cuenta con un total de 45,179 viviendas, de las cuales 39,290 son particulares.

Cuenta con varias instituciones de enseñanza e investigación con prestigio nacional e internacional:

Además de poseer una escuela para la formación de futuros docentes que enriquecerán a la población texcocana y es la Escuela Normal de Texcoco

En la zona oriente y para celebrar el Bicentenario de la Independencia Nacional, el Gobierno del Estado de México emprendió un proyecto para fortalecer las actividades culturales mediante la construcción del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario (CCMB), ubicado en el kilómetro 33.5 de la carretera federal México-Texcoco, esquina Manuel González en San Miguel Coatlinchán, Texcoco, Estado de México.

El Centro Cultural Mexiquense Bicentenario cuenta con 17 hectáreas de superficie y 35 mil metros cuadrados de construcción, con una amplia gama de instalaciones que se distribuyen en sus diferentes espacios como el Teatro Sala de Conciertos, Teatro al Aire Libre, Auditorio de Usos múltiples, Biblioteca, Espacios Museísticos, así como talleres donde se promueven y fomentan las diversas expresiones artísticas, proyección de cine, teatro orquestas música y danza entre otras.

En la parte oriente del municipio se encuentra una zona de población indígena, que consiste de un total de 2942 personas que hablan alguna variante del náhuatl, las cuales representan a su vez el 1,91% de la población mayor de 5 años. La religión católica es la predominante en la región con un 93,2%. En el municipio, el analfabetismo es de 5,16% del total de la población mayor de 15 años.

En infraestructura deportiva, se cuenta con el campo Gustavo Baz que tiene albercas, canchas de basquetbol, fútbol y voleibol. Existe el deportivo municipal que cuenta con instalaciones para fútbol y frontón.

La cobertura de servicios públicos es la siguiente: agua entubada, 94,38%; drenaje, 88,62%; energía eléctrica, 99,27%.

Texcoco cuenta con dos periódicos y una estación de radio en frecuencia modulada y otra estación de radio en amplitud modulada que maneja la Universidad Autónoma Chapingo (Radio Chapingo 1610AM XEUACh-AM), además llegan a la cabecera municipal los principales diarios que se editan en el Distrito Federal; así como los canales de televisión y radiodifusoras del Valle de México.

Oficialmente el municipio de Texcoco tiene una extensión territorial de 418.69 kilómetros cuadrados. [9]

El municipio tiene 52 comunidades rurales o semirurales, con servicios de autobuses y/o vagonetas (taxis colectivos). El 80% de ellas cuentan con pavimentación total o parcial.

Las actividades económicas fundamentales son el comercio, los textiles, y las actividades agropecuarias en sus alrededores. Cuenta una central de abastos, localizada en la antigua estación del ferrocarril, además de dos mercados en el centro histórico, que son el de San Antonio y el Belisario Domínguez; los lunes hay un tianguis en el que se establecen hasta 1,500 puestos de verduras, frutas y artículos varios. Adicionalmente, el gobierno municipal logró la reubicación de los vendedores ambulantes que se encontraban en la zona centro en dos plazas comerciales nuevas.

En el municipio se destinan 18,934 hectáreas a la agricultura y 18 494 hectáreas a cultivos cíclicos. Existen huertos familiares que producen aguacate, ciruela, manzana, tejocote y pera.

Se cuenta también con ranchos productores de leche como el Xalapango, la Pría, granja La Castilla, establo México, Santa Rosa, Santa Mónica y la Moreda que suman alrededor de 9 mil cabezas de ganado lechero.

Son pocas las industrias establecidas en la región, no obstante, se tienen fábricas de alimento para ganado, una harinera en la cabecera municipal, y varias fábricas pequeñas de productos químicos y de fertilizantes.

Uno de los problemas más severos que enfrenta Texcoco actualmente es el transporte público en la Cabecera Municipal. Si bien existen ocho terminales para los distintos tipos de transporte (furgonetas, micro buses y autobuses), estas se encuentran distribuidas muy cerca del centro de Texcoco, lo que hace muy difícil transitar en estas calles, sobre todo en las horas de mayor afluencia vehicular. Hasta el momento, han sido infructuosos los esfuerzos del gobierno municipal para reubicar las terminales.

Tiene algunas comunidades muy conocidas como San José Texopa "Tierra de artesanos", San Simón, etc.

Actualmente, organizado por el gobierno municipal, se lleva a cabo un festival a mediados de primavera en el que concurren artistas de diversas índoles, los eventos que se ofrecen son gratuitos y convocan a diferentes tipos de público a su presentación; en 2014 se contó con la presencia de Julieta Venegas y Los Ángeles Azules.

Hoy en día ya está disponible un nuevo espacio en Texcoco denominada la “Alameda de Texcoco”, el cual fue un proyecto que inició el 20 de noviembre de 2014 y culminó en marzo de 2015. Esta nueva alameda promueve el ser mejores ciudadanos, ya que busca que la gente tenga conciencia de la preservación de la ecología y del medio ambiente, buscando un ambiente propicio para el desarrollo de jóvenes y niños. La superficie de la Alameda es de 51,800 metros cuadrados de los cuales 21,000 metros cuadrados son de árboles, 20,510 metros cuadrados de andadores y casi un kilómetro de guarniciones perimetrales colindantes. En cuanto a lo que puede uno encontrar en la superficie de la alameda son dos módulos de juegos infantiles, 65 bancas de concreto, 63 bancas metálicas, 40 botes de basura ecológicos, 119 luminarias, un módulo de servicios generales y módulos sanitarios. También toda la flora expuesta en la Alameda fue selecta por el profesor Alejandro Sánchez Vélez el cual afirma que son especiales para atraer a la fauna y la plantación de cada árbol se colocó de manera especial. Esta obra fue inaugurada con una inversión de 60 millones de pesos, convirtiéndose en una atracción turística más para los habitantes de ese estado y para los visitantes de cualquier lugar.

El más conocido de los productos artesanales es el vidrio soplado, así como la reproducción de piezas arqueológicas, productos en barro y cerámica. Los pueblos que se caracterizan por la producción artesanal de cerámica son: Texopa y Santa Cruz de arriba; este último realiza una feria anual conocida como "la feria de la cazuela"

Entre los platillos típicos de Texcoco, la barbacoa de borrego o carnero ocupa el primer lugar, la cual que se ha ganado renombre nacional por su excelente sabor. Otros antojitos típicos mexicanos característicos del municipio son las quesadillas de hongo y de huitlacoche, de indudable herencia prehispánica, así como el ahuautle(hueva de mosquito), la sal de tierra y los tlacoyos de frijol, haba o requesón. También hay que mencionar el tradicional pan de excaladilla preparado para las fechas del Día de Muertos.

Respecto a las bebidas originales de esta región destaca el pulque 100% natural o preparado en forma de "curados" de apio, jitomate, mango, cacahuate y avena por mencionar algunos. Algunos de los mejores tacos de texcoco se encuentran principalmente en la cenaduría Las Vías. Al igual que los tacos también la tortilla es un alimento típico de la región.

El 16 de julio se lleva a cabo la celebración de La Virgen del Carmen mejor conocida como feria de las "Carmelitas". El 25 de julio se lleva a cabo la fiesta del apóstol Santiago, con la danza de Santiagos y Moros, teniendo consigo una Imagen milagrosa del apóstol.

Las actividades que suelen ofrecen son: programa ecuestre con exhibición de varias razas de caballos destacando la raza Azteca, exposición ganadera, corridas de toros, palenque con la presentación de reconocidos cantantes, teatro del pueblo, box, lucha, casino, entre otras.

El Molino de Flores es un antiguo casco de una hacienda que se localiza a una del centro de la Ciudad de México. Desde 1937 es un parque nacional.

Feria caracterizada por sus muestras artesanal, gastronómica y cultural de las regiones del campo a la que asisten 50 mil asistentes aproximadamente en octubre. Se efectúa en la Universidad Autónoma de Chapingo, por lo que también es un espacio de proyección de esta universidad donde se difunden las carreras que esta ofrece y se promueven los logros obtenidos en docencia, investigación, servicio y difusión de la cultura. Cada edición de esta feria se dedica a una región como mixteca o huasteca y la Feria del Libro a un país. Esta última cuenta con más de 100 actividades entre presentaciones de libros, conferencias, lecturas de poesía, cuenta cuentos, música y danzas regionales. La Feria del Libro Chapingo se instala en un área de dos mil metros cuadrados y particián más de 60 expositores de prestigiadas editoriales e instituciones de educación superior, como la Universidad Autónoma Metropolitana, el Instituto Politécnico Nacional, entre otras. La Universidad Autónoma de Chapingo se ubica en el kilómetro 38.5 de la carretera México – Texcoco, en Chapingo, Estado de México.

Feria del Tlacoyo Se efectúa el último fin de semana de noviembre en la comunidad de la Purificación Tepetitla, Texcoco. Esta feria se organiza desde hace más de 15 años con el fin de promover el consumo de platillos prehispánicos mexicanos como los tradicionales tlacoyos y la famosa barbacoa de la región. Cada año una personalidad del medio artístico y deportivo apadrinan esta feria como lo han hecho los excampeones de box, "La chiquita González" y Rubén Olivares, el futbolista Guillermo Huerta y la cantante y actriz mexicana Rosa Gloria Chagoyán. Esta actividad gastronómica dedicada al tlacoyo también ofrece un programa de jaripeo y una exposición artesanal con joyería de plata, artículos de barro, cerámica y prendas de lana.

Algunos sitios de interés de la zona son, entre otros, la catedral de Texcoco (edificada en el siglo XVII) y el templo de San Antonio; las ruinas del cerrito de los melones (este sitio consta de un conjunto de basamentos ceremoniales construidos de adobe, piedra careada o tezontle y pisos de estuco), que fue un centro Acolhua del posclásico entre 1250 y 1519; la Zona Arqueológica de Tezcutzingo (baños de Nezahualcóyotl), muy cerca de la cual se encuentra un balneario; el parque nacional Molino de las Flores, ex-hacienda en la que se llevó a cabo un enfrentamiento entre tropas carrancistas y zapatistas durante la etapa revolucionaria; la Casa de la Cultura (edificio que data del Siglo XVIII); el mural que Diego Rivera pintó en la vieja capilla de la Universidad Autónoma Chapingo; las ruinas del ex-convento de Coatlinchán; el museo paleontológico de San Miguel Tocuila, en donde se pueden apreciar estructuras óseas de mamuts, así como de otras especies (bisontes, caballos), los cuales fueron descubiertos en dicha zona en 1996. También se pueden encontrar lugares de interés histórico en San Luis Huexotla como la parroquia y el convento franciscano del siglo XVI, una capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe que data del siglo XVIII, dos pirámides, una circular dedicada al dios del viento y la otra denominada "La Estancia" y a pocos metros de ellas, los vestigios de una muralla que debió medir unos 710 metros de largo y sirvió como defensa de la zona en épocas previas a la conquista.

Texcoco es famoso a nivel nacional por sus artesanías de vidrio soplado, por su barbacoa, así como por ser la sede de la Internacional Feria del Caballo, que alberga cada año exposiciones ganaderas y equinas, las tradicionales charreadas, peleas de gallos, corridas de toros y espectáculos artísticos, a las que asisten miles de visitantes de todo el país.

A tres kilómetros de las instalaciones de la Feria, se ubica la cabecera del municipio de Chiconcuac, importante centro textil, famoso por sus artesanías de tejido de lana.

En Coatlinchán se puede apreciar una réplica del monolito que representa al dios Tláloc, cuyo original fue hallado en una cañada en las inmediaciones de esta población en 1882 (la estatua original pesa más de 168 toneladas y se encuentra ubicada actualmente a la entrada del Museo Nacional de Antropología). Se trata de una réplica natural que elaboró el escultor colombiano Óscar Ramiro Ramírez Quintero. La obra combina materiales que le dan la consistencia de una piedra (hormigón, entre otros), la idea surgió por iniciativa del exalcalde de Texcoco, Higinio Martínez, y se convirtió en la réplica más grande del mundo, según su autor.

La ciudad de Texcoco está hermanada con las siguientes ciudades alrededor del mundo:

Texcoco; Historia y Geografía de sus comunidades. 2006. Pérez, Alicia. Hernández Cuitláhuac. Municipio de Texcoco, Estado de México.

Texcoco Siglo XX. Monografía de Texcoco y puntos históricos del Estado de México. Créditos: Rodolfo Púlido Acuña, Cronista Municipal. Yaneth García Pérez. Juan Domingo Argüelles, SEP-Conaculta Pulido Acuña, Rodolfo, 1998, Monografía de Texcoco. Gobierno del Estado de México/ Instituto de Cultura Mexiquense

http://www.elclima.com.mx/texcoco.htm

http://www.jornada.unam.mx/2014/05/11/capital/030a1cap

https://web.archive.org/web/20160304131526/http://www.texcoco.ayuntamientodigital.gob.mx/web/Contenido.php?seccion=2&lat=4

https://web.archive.org/web/20160304132036/http://www.texcoco.ayuntamientodigital.gob.mx/web/Contenido.php?seccion=2&lat=1

http://texcocosuhistoria.mex.tl/



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