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Tráquea



La tráquea (del griego τραχυς trakhys; "áspero, rugoso") es un órgano del aparato respiratorio de carácter cartilaginoso y membranoso que va desde la laringe a los bronquios. Su función es brindar una vía abierta al aire inhalado y exhalado.

La tráquea es un cilindro semirrígido de unos 13 cm de largo que se extiende desde el borde inferior del cartílago cricoides en la laringe hasta su bifurcación, a nivel de la cuarta vértebra torácica, dando origen a los bronquios derecho e izquierdo.[1]

Una característica de la tráquea es la presencia de arcos de cartílago hialino en su pared, lo que impide el colapso del órgano. Entre los arcos de cartílago hay tejido fibroso y músculo liso.[2]

En el extremo inferior de la parte interna de la tráquea se encuentra la carina traqueal. Es una cresta ubicada de forma anteroposterior que divide la tráquea en dos, el bronquio principal izquierdo y bronquio principal derecho. La carina traqueal posee un esqueleto cartilaginoso correspondiente al último cartílago de la tráquea.

La tráquea está en relación estrecha con el esófago, que se encuentra detrás de ella. Del lado izquierdo, el nervio laríngeo recurrente izquierdo recorre el ángulo formado por los dos órganos.[1]

La tráquea es un tubo que se continua con la laringe por arriba y que termina por división en los bronquios primarios dirigidos hacia cada pulmón. Este órgano posee algunas características singulares como su alto grado de desplazamiento lateral y la posibilidad de sufrir estiramiento (hasta un 50%) sin sufrir estrechamiento de su luz. Esta elasticidad está garantizada de forma importante por la presencia de gran cantidad de fibras dispuestas longitudinalmente.

El diámetro de la luz queda garantizado por la presencia de 15 a 20 fíbulas cartilaginosas en forma de U. La pared posterior de la tráquea corresponde a la porción desprovista de cartílago, membranosa, rodeada de fibras musculares con gran poder constrictor mas no dilatador.

La mucosa de la tráquea reviste sus paredes internas, que están en contacto con el exterior. Esta mucosa es una capa formada por dos componentes: un epitelio y una lámina propia.

El recubrimiento epitelial de la tráquea es de tipo  pseudo-estratificado ciliado con presencia de células caliciformes.[3]​   El epitelio de la tráquea está formado en su mayoría por células ciliadas y células caliciformes.
En la lámina propia subyacente al epitelio se puede observar abundante tejido linfoide.[2]

En relación con este epitelio, al parecer las células caliciformes deben expulsar su contenido de moco de manera cíclica, de modo que cuando vierten su contenido en la superficie las células constitutivas del epitelio pierden su aspecto de ciliadas y mucosas.
La apariencia de la superficie es de microvellosidades dispuestas de manera regular en la superficie libre por lo que han sido llamadas células en cepillo.

En la submucosa, formada por un tejido conectivo relativamente laxo, se pueden encontrar glándulas que secretan principalmente glucoproteínas hacia la luz traqueal. Los cartílagos traqueales y músculo liso separan la submucosa de la capa más externa, la adventicia.[2]

Las células basales y otras células epiteliales de la tráquea, rara vez proliferan durante la homeostasis normal, para mantener el epitelio en los adultos.
Se ha demostrado que las células basales de la tráquea sirven como células progenitoras para auto-renovarse y para diferenciarse en otros tipos de células, incluidas las células de Clara, las células ciliadas y las poblaciones de células tuft.
Las células de Clara también pueden des-diferenciarse en células basales, para regenerar el epitelio traqueal en un modelo de ratón.

En la infección por SARS-CoV-2 causa de la COVID-19 en humanos, se observó una extensa proliferación de células basales en la tráquea, especialmente en el área donde se dañaron las células de Clara y las células ciliadas. En estas áreas las células proliferantes se limitan a la capa parabasal inmediata, en el área donde la integridad epitelial se mantuvo relativamente bien.[4]

Células Progenitoras del epitelio de la tráquea humana.


Entre las enfermedades y condiciones de la tráquea se encuentran:

El 27 de noviembre de 2001 fue realizado el primer trasplante de tráquea en el hospital universitario San Vicente de Paul en Medellín, Colombia.

En las personas enfermas o accidentadas, la vía natural de respiración que constituye la tráquea puede sufrir daños e incluso obstruirse.

El procedimiento médico habitual en caso de obstrucción es la intubación endotraqueal. La intubación consiste en introducir un tubo o sonda en la tráquea del paciente a través de las vías respiratorias altas. Dependiendo de la vía de acceso que escojamos, tenemos dos tipos de intubación:

Otro procedimiento frecuente es la traqueotomía, mediante la cual se abre una vía en el frente de la garganta, insertando un corto tubo que lleva hasta la tráquea, por debajo de la laringe y las cuerdas vocales.



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