Aldeas: 2 Barrio: 1 Caserías: 2
Trubia es una población y una parroquia perteneciente al concejo asturiano de Oviedo.
Situada a apenas 12 kilómetros de Oviedo, en la confluencia del río Nalón y del río Trubia, que da nombre a la localidad y al valle, Trubia sirve de única puerta de acceso al Valle del Oso, lugar de referencia en el turismo rural asturiano. En el Valle del Oso se encuentra el antiguo camino romano que conducía al puerto de la Mesa, entonces única comunicación con la meseta castellano-leonesa, a través del cual Asturias sufrió algunas de las invasiones de otros pueblos.
Los primeros vestigios de asentamientos humanos encontrados en la parroquia son las recientemente descubiertas pinturas rupestres, localizadas a 7 kilómetros de Trubia y entre San Andrés de Trubia y Tuñón (Santo Adriano).
Respecto a los vestigios conservados de la época celta, hay dos yacimientos; uno en Las Cuestas y otro en Perlín, situados uno a cada lado del río Trubia, en las partes más altas del valle de este río. Estos asentamientos son el Castro del Pico El Cogollo, en Las Cuestas, que tiene unas dimensiones de 50 por 60 metros, y el Castro del Pico Castiello, en Perlín, con 120 metros de largo y 50 de ancho.
El primer registro documental que se conserva de Trubia es una carta que Cladila, Obispo de Braga, envía en 863 a unos monjes, con la que les otorga la concesión de asentarse en la zona de Trubia, junto a la iglesia de San Pedro y San Pablo y varias heredades más.
Aunque no es un acontecimiento relacionado directamente con la parroquia de Trubia, cabe mencionar que la segunda batalla de la Reconquista, después de la de Covadonga, está situada por los historiadores en la zona de Olalíes, población que se ha tratado de localizar en la ribera del río Trubia, cerca de Proaza.[cita requerida]
En el siglo XIX se asienta en la localidad la Real Fábrica de Armas de Trubia, que disponía de un horno de fundición.[cita requerida] Este hecho supuso un boom demográfico en la parroquia.
En 1885 la parroquia de Trubia pasó a depender de Oviedo, junto con las parroquias de Pintoria y Udrión, todas ellas pertenecientes hasta entonces al concejo de Grado. Históricamente, también se conoce con el nombre de Trubia a este territorio en su totalidad, e incluye, por lo tanto, las tres parroquias mencionadas (Trubia, Udrión y Pintoria), además del barrio de Soto (Soto de Arriba y Soto de Abajo), que pertenece actualmente a la parroquia de Godos.[cita requerida]
Entre los numerosos atractivos de Trubia, destaca la convivencia entre la industria, la historia y la naturaleza. La margen izquierda del río Trubia alberga la modernizada industria que dio origen a la localidad, la Fábrica de Armas de Trubia.
A finales del siglo XVIII, España declaró la guerra a la Francia revolucionaria, que había ejecutado al antiguo rey, Luis XVI, por entonces denominado Luis Capeto. La guerra discurrió de forma desastrosa para España, que se vio obligada a firmar la Paz de Basilea el 22 de julio de 1795. El gobierno de España temió perder los territorios próximos a la frontera francesa. Las fábricas navarras de Eugui y Orbaiceta habían sido asediadas y asaltadas. El Gobierno encargó una localización alejada de la frontera y eligió en Asturias aquella en la que se podía instalar una industria militar, con el objetivo de atender las necesidades de material bélico del Ejército español y de la Armada Real, y suplir así las deficiencias que presentaban otros establecimientos por su proximidad a la frontera pirenaica.
En 1794 se decidió instalar esa factoría en un paraje donde no estuviesen distantes los yacimientos de aquellas materias primas a utilizar, como eran la madera, hierro y carbón, «el punto de unión de río Trubia con el Nalón, en las inmediaciones de Udrión». Esta operación supuso desplazar miles de personas desde el País Vasco a Asturias. No solamente operarios, también sus familias, que se distribuirían por oficios en Trubia, así como en otros municipios. La producción se llevaba a Trubia, donde se montaban las piezas y se construían las armas.
El paraje elegido para la instalación de la empresa era el idóneo, el cerrado valle ayudaba a la defensa de la empresa con pocos militares, al tiempo que la cercanía de los dos ríos propiciaba la utilización de agua sin ningún tipo de restricción ni problema de acarreamiento. La cercanía de numerosos bosques también favoreció la elección, ya que de esta forma se garantizaba la materia prima para la obtención de carbón de coque.
La creación de esta factoría no sólo supuso que Trubia se situara durante décadas a la cabeza de la industria en Asturias, y, en algunos ámbitos, a nivel europeo, también impulsó el crecimiento de la localidad y la creación de insignes edificios. Muchos de ellos aún están en pie como símbolos del poder económico que antaño reinó en una localidad cuya decadencia comenzó en los años cincuenta.
La fachada principal de la fábrica de armas con su portería se ha convertido en un punto de referencia indiscutible para la localidad. Por sus alrededores han pasado miles de empleados, militares y gentes de toda alcurnia.
A pesar de su poca actividad industrial en estos días, Trubia conserva un espíritu industrial que convive en perfecta armonía con su carácter rural, a pesar de encontrarse a escasos doce kilómetros de la capital del Principado.
La Fábrica de Trubia, merced a que fue designado su director, el coronel Antonio de Elorza, militar que se había formado en la Academia del Cuerpo en Palma de Mallorca. Fue perseguido por Fernando VII, motivo por el que se vio obligado a emigrar, viajando por toda Europa y parándose precisamente en aquellos países que eran punteros en los métodos industriales, las acerías de Bélgica, en Alemania, en Inglaterra, hicieron de él uno de los más capacitados ingenieros, y por ello, dirigiendo la fábrica de Trubia, acabaría creando en 1850 la que fue primera Escuela de Artes y Oficios, la famosa Escuela de Aprendices para que los hijos de los trabajadores se formasen en aquellos oficios que precisaría la factoría en años sucesivos.
Trubia se convirtió así en un pueblo muy distinto de los del resto de España, pues en pleno siglo XIX contaba con teatro, casino, escuela de idiomas, coral polifónica, banda de música y equipo de fútbol. Las más de 120 promociones de alumnos de esta escuela (después copiada en otras ciudades) propiciarían que de sus aulas saliesen más de 4.000 alumnos con formación teórico-práctica que, desperdigados por toda la geografía nacional y extranjera, fueron disputadísimos profesionales; muchos de ellos altos cargos en las industrias que les dieron acogida, debido a la formación que recibían los alumnos de aquella escuela.
Industria química dedicada a la carboquímica instalada en 1943 en la vega del Nalón, a la altura de Trubia.
Es considerada una empresa referente en el sector tanto a nivel nacional, como a nivel internacional.
La parroquia de Trubia consta de diez entidades singulares de población: Camales, Las Cuestas, Perlavia, Perlín, San Andrés, la propia Trubia, La Quintana, La Riera, La Vega y Molina.
El acceso a Trubia por carretera puede hacerse a través de:
Además, Trubia tiene una estación de ferrocarril integrada en la red de FEVE que tiene conexión con las líneas Ferrol-Oviedo, Oviedo-San Esteban de Pravia y Trubia-Gijón.
Fernando Fuertes de Villavicencio (1901-1996), militar. Jefe de la Casa Civil de Franco (1974-1975). Consejero Delegado Gerente del Patrimonio Nacional (1963-1981). También fue jugador y vicepresidente del Atlético de Madrid.
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