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Valle de Valdosín



El valle de Valdosín es un paraje natural en la montaña oriental leonesa, en el límite con Asturias, en la vertiente sur del puerto de Ventaniella, y perteneciente en su mayor parte al municipio de Burón, siendo La Uña el pueblo más cercano.

Algunos autores piensan que el origen del nombre de Valdosín procedería de Val-del-oso o valle del oso, con el diminutivo habitual en León y Asturias, dando lugar a Valdosín. Para otros tendría una etimología latina como Val del Lausín o del Llosín, lo que significaría valle del prado cerrado.[1]

El valle de Valdosín se encuentra enclavado en la Cordillera Cantábrica, dentro del Parque Regional de los Picos de Europa[2]​ y perteneciente a la Reserva Regional de Caza de Riaño.[3]

Se puede acceder al valle, partiendo de La Uña, por la carretera  CL-635 , en dirección al puerto de Tarna, cruzando el río Esla por el puente situado a la altura de la fuente de la Turriente, o un kilómetro aproximadamente más adelante, a la altura del área de los Carbellares, atravesando los prados de la Vega de San Miguel, en cuya parte baja confluyen el arroyo de Riosol y el Esla, y siguiendo las indicaciones de la ruta hacia Ventaniella -senda La Turriente-Ventaniella [PR LE-20]-,[4]​ que tras cruzar el río por un pequeño puente, enlaza con el camino de tierra que lleva a Valdosín y Ventaniella. Se entra en el valle de Valdosín tras pasar una angostura entre la Peña Castiello y el río. Algo más difícil es el acceso desde La Uña, por la Horcada, la sierra del Cuende y puerto de la Horcada.

Tras pasar la peña Castiello se abre el valle de Valdosin, quedando delimitado por varias cumbres que rodean su contorno. Según se entra en el valle a la izquierda el cerro del Quiñón (1719 m), después el pico Cotalbo (1767 m), algo detrás el Abedular (1816 m), le siguen, de frente, la sierra de los Llobiles, con el pico Llobiles (1701 m), puerto de Ventaniella (1427 m), Les Pandes (1884 m), Pileñes (2019 m), Peña Ten (2142 m), Peña de las Corvas (1798 m), sierra del Cuende (1556 m) y cierra el contorno del valle la Peña Castiello (1352 m).

En el valle se encuentra el nacimiento del río Esla, en la fuente del Naranco, que mana abundantemente durante todo el año. El caudal se ve incrementado dentro del mismo valle por los arroyos procedentes de la majada de la Castellana, el arroyo del Puerto, el arroyo del Naranco, el arroyo del Valdosín y el arroyo de las Corvas, de modo que a la salida del valle, a la altura de la peña Castiello ya es un río poderoso, originando un pequeño desfiladero y unas hermosas pozas.

No existen poblaciones en el valle, encontrándose como edificaciones únicamente un corral para el ganado y las casetas de pastores de los pueblos.

En Valdosín podemos encontrar restos prehistóricos, fundamentalmente el megalito de La Uña, único megalito inventariado en la provincia de León, así como restos arqueológicos menos referenciados en la zona del Cantil y en La Castellana.[5][6][7]

Los romanos construyeron una calzada, para comunicar la zona de Riaño con la de Ponga, que pasaba por el puerto de Ventaniella, de la cual quedan restos en las bajadas del puerto hacia las dos vertientes.[8][9]​ El camino a Ventaniella por el valle de Valdosín mantuvo su importancia durante el medievo, cuando era uno de los mejores pasos para atravesar la Cordillera Cantábrica.[10]

El aumento demográfico en la zona durante la época medieval llevó a una elevada presión sobre los bosques, con grandes talas de árboles para abrir nuevos pastos, sobre todo para las ganaderías trashumantes, así como para la venta de la madera y la construcción. Fueron siglos de abusos que terminaron con poner en peligro la riqueza forestal de la zona. La situación se hizo tan grave que el 9 de agosto de 1552, el propio emperador Carlos I dictó una provisión que obligaba a cada vecino de Valdeburón -merindad a la que pertenecían los pueblos propietarios del valle- a plantar doce árboles cada año,[10][11]​ lo que probablemente ha contribuido a que se mantengan los bosques, al menos en parte, hasta la actualidad.

El valle de Valdosín, desde tiempos remotos, lo vienen disfrutando los pueblos de La Uña, Burón, Lario y Polvoredo. En el año 1645 el concejo de Burón y el pueblo de La Uña hicieron unas concordias para regular el aprovechamiento de los pastos y de la leña del valle, así como de los puertos de montaña para el ganado merino trashumante,[9]​ acuerdos que para nuestro conocimiento no se han modificado desde entonces, salvo por la desaparición en el aprovechamiento del pueblo de Retuerto que aparecía en los documentos iniciales.[9]

Enclavado en plena Cordillera Cantábrica y en el parque Regional de los Picos de Europa, la flora y fauna es, en líneas generales, la de estos territorios calcáreos. En los valles y cubetas, vestigios del intenso glaciarismo que esculpió estas cumbres, y donde el suelo tiene profundidad, el pastizal, mantenido por el pastoreo, es bueno y apreciado para el pasto de vacas y yeguas. Ya en el piso subalpino, entre el roquedo, se observa un pastizal más ralo, adaptado a las duras condiciones ambientales, donde dominan las gramíneas, y que hace años era utilizado por las ovejas merinas, en los puertos de montaña de las Corvas, el Cantil o la Castellana.

El bosque es fundamentalmente un hayedo, donde el haya se encuentra acompañada por acebos, robles, abedules, tejos, serbal de los cazadores y mostajos. Entre los pastizales y los roquedos se sitúa un matorral en el que dominan los piornos, acompañados por las escobas, de menor porte y por la urz blanca.[12]​ El matorral típico de las zonas calcáreas está formado por aulagas espinosas, que forman bellas matas almohadilladas en primavera, cuando se cubren literalmente de flores amarillas,[13]​ así como por brezos, enebros y, en los terrenos sin cal, las arandaneras.[14]

La fauna viene representada por los corzos en las zonas bajeras y los rebecos en las peñas más altas, que no son difíciles de observar, y también se puede oír los gritos de amor y guerra -la berrea- de los venados en septiembre y primeros de octubre.[10][14]​ Abundan también los jabalíes y es posible encontrar zorros, lobos y algún oso pardo. No en vano, el valle se denomina Valdosín, y tiene otros nombres significativos, como el valle de los Lobos, situado al fono del valle, y la sierra de los Llobiles -lobera o madriguera de lobos en bable-. Valdosín está dentro de la Reserva Regional de Caza de Riaño.[15]​ Se pueden encontrar perdices y liebres de piornal, y también se puede ver con cierta facilidad el gato montés.[4]​ También tienen su casa en el valle martas, garduñas, comadrejas –llamadas mostolillas en la zona-, armiños y ardillas-. En la zona hay una buena colonia de buitres leonados y se pueden encontrar diversas rapaces como águilas culebreras, halcones o alimoches. En la Peña Castiello hay una importante colonia de avión roquero[4]​ y en el valle se pueden ver cuervos, cornejas, carboneros comunes, arrendajos, gorriones alpinos, acentor común y alpino y petirrojos entre otros.



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