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Virgen del Quinche



Nuestra Señora de la Presentación de El Quinche, es una advocación a maría de la Iglesia católica, cuya imagen se encuentra en el santuario de la parroquia de El Quinche, en el Distrito Metropolitano de Quito, Ecuador. La Virgen tiene miles de fieles en el país y alrededor del mundo, quienes la definen como su madre y aún en el exterior, los migrantes ecuatorianos continúan celebrando su fiesta. En España cada año acuden más de 2 mil personas, así como en los Estados Unidos.

La imagen de Nuestra Señora de la Presentación de El Quinche es una hermosa escultura en madera, tallada en el siglo XVI por don Diego de Robles, extraordinario artista de la escuela quiteña de arte, al que se deben también otras imágenes de María de gran popularidad y veneración.

La historia nos dice que, medio siglo después de iniciada la conquista en tierras ecuatorianas, los indígenas de Lumbisí, un pequeño caserío que pertenecía al pueblo de Cumbayá, desearon tener una copia exacta de la Virgen de Guápulo, la cual se veneraba alrededor de 1586. Diego de Robles hizo entonces la imagen con madera de cedro, pero los Lumbisí no pudieron pagarle el precio convenido al no reunirlo, y éste la llevó a los indígenas oyacachis al enterarse que estos se interesaban en una imagen quienes le pagaron con tablones de fino de cedro que el escultor necesitaba para sus trabajos. Escogieron la hendidura de un peñasco de la cordillera y allí fue colocada la Virgen. Aquel nicho fue el primer santuario que tuvo la Virgen del Quinche. Los indígenas, vistieron la imagen según la costumbre española.

Cuentan que apenas la efigie ocupó el lugar, bandadas de cantoras avecillas revoloteaban constantemente en torno a ella alegrando todo el lugar con sus trinos. Y cuando al descender la noche se retiraban los pajarillos, un resplandor hermoso circundaba la imagen de María. También se dice que don Diego de Robles regresó un día a Oyacachi, los indígenas se regocijaron y le pidieron que se quedara unos días entre ellos, para construir en madera un altar para la Santísima Virgen, el artista se negó y emprendió el viaje de regreso a Quito, en un momento, al pasar por el puente de un caudaloso río, el caballo dio un salto y lo lanzó fuera de la silla, Robles iba a caer en lo más hondo de las aguas, de pronto, uno de sus pies se enredó entre los maderos del puente, y al verse a punto de perecer, clamó a la Virgen de Oyacachi; en ese instante atravesaban el puente dos caminantes que, movidos por piedad y compasión, se acercaron al desventurado y le sacaron del peligro; cuando el artista quiso darles las gracias, ellos ya habían desaparecido. El escultor comprendió que fue una gracia del cielo. Por eso decidió volver a Oyacachi y allí construyó el altar de la Virgen.

Pronto la Virgen de Oyacachi llegó a ser famosa en toda la comarca. Numerosas romerías de los pueblos vecinos comenzaron a frecuentar este sitio, antes desconocido. Por este motivo, los indígenas se vieron en la necesidad de construir una capilla o una pequeña iglesia para colocar en ella la imagen de la Virgen. Entonces comenzaron otros prodigios que comprobaban el deseo de la Virgen que se erigiese un santuario.

Más tarde el sabor popular enriquecerá los hechos con la leyenda de que la Virgen se les había aparecido antes a los indígenas del lugar en una cueva prometiendo librarlos de los peligrosos osos que devoraban a los niños. Los numerosos milagros que comenzaron a atribuírsele aumentaron sus fieles en toda la región. Cuenta la leyenda en torno a la imagen de la Virgen, que muchas veces vieron vacío el pedestal en la roca porque ella iba a socorrer a los enfermos, y al otro día se le volvía a ver en su lugar con los pies enlodados.

Quince años permaneció la imagen al cuidado de los indígenas hasta que en 1604, el obispo del lugar ordenó su traslado al poblado del Quinche, de donde finalmente tomó su nombre. Fue puesta en la iglesia parroquial, sin embargo, pronto tuvieron que pensar en la construcción de un templo más grande. En 1630 la sagrada imagen fue colocada en un nuevo santuario donde permaneció sin contratiempo por 200 años. Con el terremoto de 1869 el templo quedó en terribles condiciones pero quedó en perfecto estado la imagen de la Virgen. El templo hubo de ser reconstruido.

La última construcción del templo se remonta al año de 1905 y su consagración al año 1928. La imagen fue coronada canónicamente en 1943 y su fiesta se celebra el 21 de noviembre. En 1985, Roma declaró al Quinche Santuario Nacional del Ecuador.

La imagen, que es una fina talla en madera de cedro de unos 62 cm. de alto, está revestida por un amplio y lujoso ropaje de brocado cubierto de gemas, y bordado con hilos de oro y plata que solo dejan ver su rostro moreno y apacible. La Virgen lleva un cetro en la mano derecha y con la izquierda sostiene el Niño en actitud de bendecir, mientras sostiene una esfera de oro coronada por una cruz. A los pies de la imagen, la peana y la gran media luna, ambas de plata pura, y las pesadas coronas imperiales de oro y piedras preciosas, manifiestan la generosidad del pueblo ecuatoriano que gusta ver a su patrona resplandeciente, vestida siempre con las mejores galas. El rostro de Jesús evoca las facciones de los niños mestizos de aquellas sierras. Mestizo es el color de la Madre, síntesis del alma del inca y del español. Su fina nariz está enmarcada por un delicado rostro ovalado de labios delgados y boca pequeña; sus ojos achinados y su mirada triste con los párpados entrecerrados o caídos le confieren una dulzura única. Su advocación es tan popular en Ecuador, especialmente entre los indígenas que la llaman con afecto "La Pequeñita" a su protectora del cielo. Es de admirar la variedad de cantos que se entonan en honor de la Virgen del Quinche, con textos en quechua, en jíbaro y en otros dialectos de la región y también en castellano; muchos de ellos se cantan desde hace cuatro siglos.Desde entonces la virgen de El Quinche es visitada , admirada por los turistas y devotos de todo el país y del extranjero . En conmemoración a la virgen se realiza a nivel nacional una convocatoria de feligréses , que reúne a todos sus devotos y en la cual se realiza una caminata desde la parroquia de Calderón donde sus devotos recorren los kilómetros restantes hasta el santuario de la virgen , es un acontecimiento muy importante en la tradición , en la cultura ecuatoriana.

La imagen está elaborada de una arcilla especial esta fue llevada por el Padre José María Cobo Robalino en 1928, al ver que en Quisapincha no existía la difusión de la fe católica, cuando llegó la imagen los habitantes de este sector la recibieron con una bienvenida llena de juegos y bailes. La iglesia que en ese entonces había, se encontraba deteriorada por lo que el párroco pidió al Monseñor María Pólit que se construya un nuevo templo para poder venerar a la Virgen de Quisapincha y a San Antonio. Los planos de la iglesia fueron elaborados por el Padre Bruning, de origen europeo.

Sus paredes, el altar, y demás adornos son elaborados de piedra mientras que su puerta es de madera tallada. El 11 de febrero de 1931 el Arzobispo aprueba la práctica religiosa para abril de este mismo año, las fiestas se trasladan al 21 de noviembre ya que la iglesia festeja la "Presentación de la Virgen". "Desde entonces cada 21 de Noviembre, los moradores de Quisapincha veneran a la "Virgen del Quinche" por ser Madre de Dios y Madre Nuestra.

Las festividades comienzan muy temprano en el mes con la visita de la imagen a los diferentes caseríos de la Parroquia. También se desarrolla la 5k Virgen del Quinche en la cual corredores de diferentes partes del país llegan a Quisapincha a competir para llevarse el premio mayor. El pregon de Fiestas es realizado con la ayuda de los barrios, caseríos de Quisapincha en conjunto con de sus respectivas reinas y con las diferentes instituciones colegialas de la Provincia de Tungurahua. El Festival de Danzas Folklóricas se realiza en la Plaza Central. La elección de la Reina Virgen del Quinche se realiza por la noche en el Coliseo de Quisapincha. Después de todos estos días de fiesta, las novenas a nombre de la Virgen del Quinche comienza. En las novenas, se reza el Santo Rosario, y acompanada de la banda de músicos de retiran a la plaza a quemar las tradicionales chamizas y reparatir los canelazos. El 20 de Noviembre comienzan con el recibimiento de los Juegos Pirotécnicos, Pasada de Ceras y Flores, Reparto de la Chicha Aloja, Santo Rosario, Serenata a Nuestra Madre del Quinche, Festival de Juegos Pirotécnicos y finalmente se termina el día con el Baile General. El 21 de Noviembre, el día de la Gran Fiesta es celebrada a lo grande con la misa de fiestas. Aunque este tema es debatido por la iglesia cristiana.



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