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Yacimientos Carboníferos Fiscales



Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF) fue una empresa pública argentina que funcionó desde 1958 hasta el momento de su privatización en 1994. Se encargaba de la explotación, transporte y comercialización del carbón del Yacimiento Río Turbio. Sus funciones fueron asumidas por la empresa Yacimientos Carboníferos Río Turbio creada tras la privatización.

En 1870, durante la presidencia de Sarmiento, se sancionó la Ley 448, que impulsaba la exploración de yacimientos de carbón mineral económicamente viables, con el fin de dar respuesta a la creciente demanda surgida de la expansión de los ferrocarriles.[1]

En 1877, un equipo liderado por Francisco Pascasio Moreno descubrió un yacimiento en cercanías del lago Argentino, que quedó registrado como el primer yacimiento documentado en la provincia de Santa Cruz.[2]

En 1936 la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales inició la exploración de la zona suroeste de la provincia, en el marco de una serie de estudios geológicos destinados a documentar posibles reservas de petróleo. Durante esa exploración se registraron los afloramientos carboníferos del yacimiento Río Turbio.[2]

Con inicio de la Segunda Guerra Mundial, los países involucrados en el conflicto modificaron su estructura de exportaciones y Argentina se vio afectada por el desabastecimiento de carbón, un producto importado, y del que dependía para la generación eléctrica, los ferrocarriles, altos hornos y la mayoría de las industrias.[3]

En ese momento, la solución más rápida para enfrentar esta situación consistió en la conversión de la mayor parte de las calderas para que pudieran utilizar fuel oil, maderas e incluso granos.[4]

El 27 de mayo de 1941, por Resolución del Directorio de Y.P.F. (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), se crea la División Carbón Mineral, que toma a su cargo el estudio de los carbones nacionales y su explotación. Poco después, en 1943, se crea la Dirección Nacional de Energía y dos años más tarde surge la Dirección General de Combustibles Sólidos Minerales. En una primera etapa se realizó la apertura de la llamada "Mina 1" en Río Turbio. La mina era explotada con técnicas manuales y desde allí el carbón era transportado en camiones hacia Río Gallegos.[3]

Tras el fin de la guerra, la importación de carbón se normalizó. Sin embargo, las tempranas discrepancias entre los EE. UU. y la Unión Soviética hicieron que el mundo entero se preparara para un nuevo e inevitable conflicto global. Esa posibilidad representaba un enorme riesgo para la industria nacional que aún dependía del carbón extranjero. Por ello la explotación de yacimientos en suelo argentino se convirtió en una política de Estado.[4]

Uno de los principales inconvenientes del yacimiento de Río Turbio era el transporte de carbón desde la mina hasta Río Gallegos, ya que los camiones a vapor consumían una buena parte del carbón que transportaban durante el trayecto. Es por eso que se decidió la construcción de un tendido ferroviario desde el yacimiento hasta el puerto de embarque.[3]

En 1947 comenzó la extracción en la "Mina 2" y en 1950 se abrió la "Mina 3". Aquel año se inauguró una planta depuradora y se inició la construcción del ramal ferroviario entre Río Turbio y Río Gallegos. La descarga de los materiales comenzó en mayo de 1950 y debió hacerse sobre la misma playa de Río Gallegos, ya que en ese entonces la ciudad aún no tenía puerto. Debido al clima patagónico, todas las obras debieron hacerse durante los meses de octubre a abril.[3]​ En el año 1951, el gobierno de Juan Domingo Perón puso en producción las Minas 1, 2 y 3, cuyo carbón sería transportado hasta la costa atlántica por el recién inaugurado ferrocarril Río Turbio - Río Gallegos.[5]

El 24 de mayo de 1951, se procedió a la inauguración provisional del Ramal Ferro Industrial "Eva Perón" (luego Ramal Ferro-Industrial Río Turbio), y se construyó un muelle provisorio de madera con sus instalaciones mecánicas, que fue ampliado y mejorado. Las obras concluyeron en 1956.

Finalmente, el 6 de agosto de 1958, mediante el decreto presidencial 3686, se creó la empresa Y.C.F. (Yacimientos Carboníferos Fiscales), sustituyendo de esta forma a la División Carbón Mineral de YPF, que hasta ese momento se había encargado de la explotación de las minas.[6]

La producción fue en aumento hasta 1979, cuando se dio el punto máximo de producción, con 1.400.000 t de producción bruta y 700.000 t de producción depurada, debido a las mejoras incorporadas en la etapa de extracción.[6]

La comercialización alcanzó su punto máximo en 1972 con 570.000 toneladas vendidas y de allí en adelante se estancó, debido a la falta de interés en el carbón como fuente generadora de electricidad en favor de la generación hidroeléctrica y nuclear.

Luego de 1979 la empresa entraría en una etapa de pocas inversiones, deteriorándose las maquinarias y la infraestructura, incidiendo negativamente en la producción y provocando una crisis. Sin embargo, la situación atravesada por Río Turbio no era particular, ya que la mayoría de las minas de carbón en el mundo padecían una agonía similar: en Chile se habían cerrado todas, y en el Reino Unido habían sufrido un duro golpe con la llegada al poder de Margaret Thatcher.[7]

En el periodo 1985-1987 hubo algunos intentos de reactivación en el marco del "Plan Austral".[6]

Entre los años 1965 y 1990, la empresa logró depurar (en promedio) sólo el 51% de su producción, y vender (en promedio) tan sólo un 76,4% de ella.[8]​ La empresa contaba con una estructura de costos altamente deficitaria, que sólo consiguió obtener ganancias en el período 1988/90.[8]​ Esta situación hizo que en 1993 fuera privatizada.

La concesión fue ganada por un consorcio liderado por el grupo Taselli. que conformaría Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT S.A). En 2002 fue intervenida estatalmente por el gobierno de Eduardo Duhalde.[9]



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