César Muñoz Arconada (Astudillo, Palencia, 5 de diciembre de 1898 - Moscú, 10 de marzo de 1964), quien solía firmar como César M. Arconada, fue un escritor español perteneciente a la generación del 27 y posteriormente a la literatura española en el exilio. Destacó en sus inicios como prosista de vanguardia, desarrollando un estilo renovador de la narrativa española (junto con autores como Benjamín Jarnés o Francisco Ayala, entre otros), y posteriormente —en los años de la II República y durante su exilio en Moscú— en el realismo socialista.
César Muñoz Arconada nació el 5 de diciembre de 1898 en Astudillo, pueblo de la provincia de Palencia. Su padre —«hombre rígido y tradicional», según su estudioso Gonzalo Santonja—, obligado a sacar adelante a sus seis hijos, «repartía su tiempo en un curioso pluriempleo»: corresponsal del Diario Palentino y de El Norte de Castilla, ejercía a su vez de procurador de los tribunales y «alcalde semiperpetuo» de Astudillo. El joven César opositó al cuerpo de Correos, y gracias a las influencias políticas de su padre, consiguió ser destinado en Palencia y en 1921 en Madrid. Desde enero de 1920 hasta marzo de 1923, su firma fue habitual en el Diario Palentino. Y a partir de esa última fecha, en la revista coruñesa Alfar, donde su participación no se limitó a la crítica musical, sino que «abordó todos los campos de creación artística y literaria, sustentando, por supuesto, una visión vanguardista y anticlásica».
César M. Arconada no tardó en convertirse en una figura destacada de la intelectualidad literaria española en los años veinte: fue crítico musical y cinematográfico; autor de uno de los primeros análisis del compositor Debussy con la obra En torno a Debussy (1926); en relación con el cine Vida de Greta Garbo (1929) (esta aproximación a la actriz sería traducida al italiano y al alemán en 1930) y Tres cómicos del cine. Biografías de sombras (1931); sin olvidar la poesía recogida en Urbe (1928); la narrativa breve de Cuentos de amor para tardes de lluvia (libro que iba a salir en los Cuadernos de La Gaceta Literaria, pero la edición se frustró)
o la novela La turbina (1930), donde ya manifiesta unas inequívocas preocupaciones sociales, que anuncian su futura literatura.De su importancia intelectual baste decir que llegó a ser redactor-jefe de la revista La Gaceta Literaria (1927-1932) —el principal vehículo de expresión de la llamada generación del 27 — donde su colaboración (hasta enero de 1931) es muy frecuente y destacada. Fue Arconada quien presentó al director de la revista, Ernesto Giménez Caballero —que a partir de 1928-1929 evolucionaría hacia postulados fascistas—, a su compañero en el cuerpo de Correos, Ramiro Ledesma Ramos, futuro líder de la primera organización fascista española.
En 1931 ingresa en el Partido Comunista y se convierte en uno de los más destacados representantes de la corriente social-realista en España. Colabora en Octubre, Nueva Cultura, Leviatán, Frente Literario y el diario Mundo Obrero y publica dos novelas enmarcadas en el llamado realismo socialista: Los pobres contra los ricos —elogiada por Enrique Azcoaga en la revista Hoja literaria y por Eduardo de Ontañón en el diario Luz — y Reparto de tierras (1934) —reseñada por Eusebio García Luengo en la revista de la izquierda socialista Leviatán —; en ambas novelas reflejó la situación de la aldea española en el periodo de auge revolucionario del campesinado español, ofreciendo «la imagen de una España republicana incapaz de superar los residuos de un feudalismo que impone su ley en las zonas rurales». En 1938 redacta otra novela, Río Tajo, que ganó el Premio Nacional de Literatura, y que se publicaría en Moscú en 1970 y en España en 1978, en la que lleva a cabo una exaltación épica de la causa popular durante la Guerra Civil.
Con la derrota de la República en 1939, tomó el camino del exilio y se estableció en Moscú. Allí fue un entusiasta divulgador de la gran literatura española, la del llamado Siglo de Oro, como es el caso de La gitanilla, que adaptada por Arconada, conoció el éxito en el Teatro Gitano de Moscú. Fue director de la edición española de la revista Literatura Soviética en la que publicaba artículos y poesías; estuvo también vinculado a la Editorial Progreso de Lenguas Extranjeras. Eran las fuentes de sus emolumentos, que le permitieron vivir con cierta holgura. Escribió un drama teatral de escaso relieve Manuela Sánchez (se puso en escena en algún teatro y fue transmitida en fragmentos por Radio Moscú). La Gran Enciclopedia Soviética recoge una notable reseña de su actividad como escritor. Señalando que en la creación de Arconada ejercieron gran influencia los escritores Maksim Gorki, Konstantín Fedin y otros. Tradujo al español, junto a Fiódor Kelyin, la obra Cantar de las huestes de Ígor y una serie de poemas de Aleksandr Pushkin, Lérmontov y Nekrásov. Escribió dos libros de relatos, España es invencible (1941) y Cuentos de Madrid (1942), algunas obritas teatrales y el extenso poema Dolores (1945).
Casó con la exiliada María Cánovas, bastante más joven que él. María, cuando llegaron a la Unión Soviética en 1939, era casi una niña, de extraordinaria belleza, natural de Baleares, y de habla bilingüe; dominaba el ruso y era aficionada a la poesía; en ella tuvo Arconada una inteligente colaboradora.
De César Muñoz Arconada quedan aún libros por publicar: por ejemplo, una biografía de José Díaz (secretario general del Partido Comunista de España) y un reportaje sobre la China de Mao Tse Tung. Según Gonzalo Santonja se trata de «libros, reitero, no cuadernos de apuntes» los que aún permanecen inéditos.
En un artículo titulado «Rojos atardeceres tras las montañas del oeste» —publicado en el número 9 de la revista Caminar Conociendo— escribió Jacinto Barrio, que lo trató en Moscú: «Murió en Moscú, en la primavera de 1964. Fue un pedazo de España que se nos fue».
Poesía
Ensayo y prosa no narrativa
Prosa narrativa
Teatro
Traducciones
Recopilaciones
Obra inédita
Escribe un comentario o lo que quieras sobre César M. Arconada (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)