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Clostridium



C. acetobutylicum
C. argentinense
C. aerotolerans
C. baratii
C. beijerinckii
C. bifermentans
C. botulinum
C. butyricum
C. cadaveris
C. chauvoei
C. clostridioforme
C. colicanis
C. estertheticum
C. fallax
C. feseri
C. formicaceticum
C. histolyticum
C. innocuum
C. kluyveri
C. ljungdahlii
C. laramie
C. lavalense
C. nigrificans
C. novyi
C. oedematiens
C. paraputrificum
C. perfringens
C. phytofermentans
C. piliforme
C. ramosum
C. scatologenes
C. septicum
C. sordellii
C. sporogenes
C. tertium
C. tetani
C. thermocellum
C. thermosaccharolyticum
C. tyrobutyricum

Clostridium es un género de bacterias anaerobias. Se trata de bacilos grampositivos, parásitas y saprofitas, algunas de ellas, que esporulan[1]​ y son móviles, en general por intermedio de flagelos peritricos. Toman la forma de un fósforo, de un palillo de tambor o de un huso de hilar, y de ahí su nombre griego "klostro", que significa huso de hilar.[2]​ Las especies más importantes son el Clostridium botulinum productor del botulismo, el Clostridium novyi, Clostridium septicum, Clostridium perfringens productor de la gangrena gaseosa y Clostridium tetani productor del tétanos.

En 2016, las especies C. difficile y C. mangenotii fueron reclasificadas en el nuevo género Clostridioides.[3]

El género está definido por cuatro características:[2]

Los Clostridium son organismos que se observan solo, en parejas o a lo máximo en cadenas cortas. Son móviles por flagelos peritrícos -con la excepción de C. perfringens. Algunas especies producen cápsula y forman esporas de aspectos esféricos u ovalados, situados en el centro del bacilo o en un extremo subterminal y resistentes al calor. A pesar de ser bacterias anaerobias obligadas, no todos tienen la misma sensibilidad al oxígeno. C. tetani, por ejemplo, requiere total anaerobiosis y C. perfringes tiende a ser menos exigente. Crecen a temperatura de 37 °C y a un pH entre 7 y 7,4, de modo que son fácilmente inactivadas a pH ácido o básico, como el ácido estomacal, el de limpiadores y desinfectantes como el cloro e incluso el pH de ácidos orgánicos encontrados en el zumo de limón, por ejemplo. Son fermentadoras de azúcares, aspecto que resulta de utilidad en la diferenciación de las especies.

Poseen antígenos somáticos y flagelares que permiten dividirlas en tipos y subtipos. Producen exotoxinas de efecto necrosante, hemolíticos y potencialmente letales. Las toxinas son nombradas con letras, así por ejemplo, la toxina necrosante es nombrada con la letra C y la enterits en animales es causada por las toxinas B, D y E.

No todas las especies son patógenas, algunas forman parte de la flora intestinal normal. Las especies de Clostridium están ampliamente distribuidas en el ambiente, habitando el tracto gastrointestinal tanto de humanos como animales. A pesar del interés en relación de Clostridium por razón de que estos organismos están relacionados con la diarrea.[4]

Los Clostridium incluyen bacterias comunes y libres en la naturaleza, así como patógenos de importancia.[5]​ Hay seis especies principales responsables de enfermedades en humanos:

Debido al peligro que supone el Clostridium botulinum y otros agentes patógenos, el único método seguro de envasar la mayoría de los alimentos es bajo condiciones de presión y temperatura altas, normalmente de unos 116-121 °C.

Clostridium botulinum

Clostridium perfringens



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